La Vela Puerca toca por primera vez en su carrera en el teatro Gran Rex. La llegada de uno de los grupos más importantes en la historia del rock uruguayo al célebre escenario porteño será el miércoles 9 y el jueves 10 de octubre, con un show titulado Envés, en el cuál se proponen revisitar los “lados B” de su repertorio.
“Envés es un show que nace del justo reclamo de un montón de canciones de La Vela que no suelen participar de los shows”, explicó el cantante Sebastián Teysera, el “Enano”, en un video que el grupo publicó en Instagram para anunciar estos conciertos (el estreno del espectáculo será en la sala Adela Reta del Auditorio Nacional del Sodre, en Montevideo, el 5 y 6 de agosto). “Entonces, bueno, parece que se juntaron entre todas ellas y vinieron a decirnos que tenían un show armado. Y entonces nosotros les hicimos caso, y de eso se trata”.
Las entradas están disponibles a partir del martes 24 de julio en Tuentrada.com
“Respirar”, publicada originalmente en el CD/DVD Normalmente anormal, de 2009, o “Los reyes de los buzones”, del EP Pasaje Salvo, de 2013, son algunas de las gemas ocultas del repertorio del grupo que saldran al escenario en estos conciertos.
La Vela se había presentado este año en el Arena Movistar, con invitados como el rapero uruguayo Arquero, Manolo (líder de Manolo y Los Vespass), Camila Rodríguez de Niña Lobo, Sebastián Andersen de El Plan de la Mariposa, Néstor Ramljak, Juanchi Baleirón, Fede Morosini y Santiago Moraes, en la notable versión de “Zafar”, como invitados.
El vocalista de La Vela, Sebastián Cebreiro, el Cebolla, debutó como productor artístico. Por fin es el título del recomendable primer álbum de El León Verde, un grupo de “post-punk (demia)”, tal como suelen definirse. Nueve canciones contundentes, con relatos urbanos y existenciales, con espíritu indie. El grupo está integrado por Peter Gossweiler (bateria), Alana Tassino (bajo), Felipe Mangino y Fede Marguery (guitarras) y Facu Marguery (voz). “Somos grupo de amigos de toda la vida, que se empezó a juntar en aquél momento de pánico de la humanidad que preferimos no traer al presente, en torno a instrumentos. Las canciones empezaron a brotar como susurros desesperados, como gritos redentores, y nos tomamos el tren sin saber exactamente a dónde iba” – ni a dónde va”, explican.
