Juana La Loca y su clásico ‘Electronauta’, track por track: “Es un disco riesgoso para la época”

Rodrigo Martín, voz y memoria de Juana La Loca, repasa los doce temas de su álbum debut, que en estos días cumple 30 años y se relanza remasterizado y en vinilo

Por  FERNANDO FRATANTONI

agosto 2, 2024

Rodrigo Martín, cantante de Juana La Loca, dice que ‘Electronauta’ “suena increíble”.

Gentileza Rodrigo Martín

Juana La Loca fue parte de la nueva generación que irrumpió en el rock de la década del 90. La “movida sónica” o el “nuevo rock argentino”, como etiquetaron los medios a una serie de grupos con propuestas disruptivas para la escena local, pero con el oído en lo que sonaba en otras latitudes: los propios JLL, Martes Menta, Los Brujos y, claro, Babasónicos, entre otros. A esa escena, mucho menos homogénea de lo que se percibía a la distancia, Juana aportó Electronauta, un disco que por estos días cumple treinta años y que la banda ha decidido honrar.

En la Confitería Ideal, vestido con una camiseta de la selección de fútbol de Países Bajos, Rodrigo Martín, voz y memoria histórica de Juana, cuenta que está más activo que nunca. Editó un libro (Tramas), que describe como “poesía en prosa con un fuerte ingrediente filosófico”, tiene un nuevo disco con Juana La Loca (Endorfina) y está de gira por el aniversario de Electronauta, tocándolo completo y en orden. El álbum fue remasterizado y será reeditado en vinilo. “No toqué la mezcla original. Suena increíble”, dice Rodrigo.

La gira (con el guitarrista original, Roberto Pasquale) pasará por Rosario, Mar del Plata, La Plata, Mendoza, San Juan, Córdoba y se cerrará el sábado 31 de agosto en Niceto Club, en Buenos Aires.

Electronauta es un disco riesgoso para la época, tiene una esencia, una búsqueda, la idea de preponderar el interrogante por sobre la respuesta, vehiculizar el arte a través de un replanteo sonoro permanente”, dice Rodrigo, que se entusiasma al hablar de música e influencias. “Me acuerdo de que en un viaje me compré una revista Pelo y había una nota sobre Jesus & Mary Chain y el disco PsychoCandy. Creo que decía que sonaba como los Beach Boys pasados por una licuadora [risas]. Admito que eso me sedujo el triple y en una disquería de Lomas de Zamora, Don Disco, me lo compré en casete. Llegué a casa, lo puse y me quedé sorprendido por lo que salía de los parlantes. Volví a la disquería para ver si había un error de fabricación. El disquero se rio mucho y me dijo que no, que así era la música. Ese álbum me cambió la vida”.

Electronauta fue producido por Daniel Melero. “Lo de Daniel fue suerte y mucha, mucha intensidad de mi lado”, se ríe Martín. “Yo quería trabajar con él a toda costa y les pregunté a los chicos de otra banda de Banfield, El Lado Salvaje, si tenían su teléfono. Uno me dice: ‘No tengo el número de Daniel, pero sí el del padre’. Lo llamé y el padre me dijo de encontrarnos en Capital… ¡El padre de Daniel Melero! [risas]. Un tipo divino que no tuvo problema en juntarse conmigo para que le diera un demo para su hijo. Parece que le insistió tanto para que lo escuchara, que en un momento suena el teléfono en casa y era Daniel: ‘Mi viejo me está volviendo loco para que te contacte. ¿Qué carajo le dijiste para que me insista tanto?’”. [risas]. Ahí empezamos a trabajar en Electronauta”.

El debut de Juana La Loca es una explosion sónica de once canciones y una banda en modo exploración, con capas y acoples. “Todo el proceso duró dos meses y la verdad es que fue un lujo. Daniel nos empujaba a expandirnos y no tenerle miedo a la aventura. Por eso el disco suena como suena. No le tocaría nada, es un álbum que salió como queríamos”, dice Rodrigo Martín antes de repasar Electronauta tema por tema.

1. A la puerta del sol

Con distorsión y acoples, es el primer movimiento. El disco arranca proponiendo un clima analógicamente sutil. Es la apertura del juego en el tablero de mosaicos sónicos. En mi cabeza era como el movimiento de una serpiente acercándose. El preludio del colmillazo que se produce con el aluvión de capas de guitarras. El contraste con la melodía es parte de todo el efecto sonoro. Es como un rasgo de lo que viene, de todo lo que va a pasar en el disco. Los contrapuestos líricos es algo que me gusta mucho en Electronauta, como este estribillo, que dice: “Siempre espero ver llegar/ tu cuerpo helado a la puerta del sol”, lo gélido y lo ardiente rozándose. La voz es super importante, no está sobre los instrumentos, sino en el medio, no es una lead, es un instrumento más.

2. Mercurio

Mercurio para los griegos era el mensajero veloz de los dioses, de ahí las alas en los tobillos. También es el planeta que percibimos moverse a mayor velocidad en el cielo. Pensándolo ahora, podría relacionarse con el estribillo, que dice: “Mercurio sobre el frío mar”, describiendo una escena onírica de un planeta flotando por encima del vasto mar. Otro dato sobre el mercurio es que es un gran conductor eléctrico, por ende favorece al electronauta, alguien que viaja sobre la electricidad. El tema también es una combinación de guitarras de rock distorsionadas con sonidos bailables. En esa época me gustaba mucho Screamadelica de Primal Scream, un gran disco que combinaba el rock con el ambiente de las discotecas.

3. Ella dorada

Es una canción que me gusta mucho cómo suena, tiene un wah-wah preponderante. El pedal, aparte del efecto, altera y modifica la señal. En este caso, se usa para tener otra capa, no está usado como en el funk o la música disco, donde es rítmico y llama a bailar. En este caso le imprime a la apertura de la canción velocidad y violencia. La canción tiene una estructura sonora agresiva de capas superpuestas. La melodía de voz de la estrofa se desarrolla por completo sobre un solo acorde reiterado. Al ser una melodía una sucesión de notas y el acorde una combinación de las mismas, se puede describir multiplicidad de melodías recorriendo distintas combinaciones de notas contenidas en un solo acorde. Al escuchar la estrofa parecería que los acordes van cambiando, pero es sólo la dinámica de la melodía vocal. En materia lírica, todo el disco habla sobre la sexualidad y las relaciones. La parte binaria, el amor y el dolor, el cielo y el infierno a la vez. Creo que la lectura del marqués de Sade tuvo mucha influencia en estas letras.

4. Cupido

Como introducción y en la estructura, me gustan las guitarras, con un sonido limpio, pero afectadas por mucho chorus, como una combinación de pequeñas desafinaciones. Se pueden escuchar también vibraciones, producto de una idea de Daniel, de microfonear las cuerdas de un piano que estaba en el estudio. Cuando tocábamos las guitarras, las cuerdas del piano vibraban y con unos micrófonos condensadores registramos esos sonidos que luego usamos para la canción. La letra describe una relación o un momento sexual, aunque la palabra “succionándome” también podría relacionarse con el vampirismo.

5. Mi otoño es verde

Una canción medio mántrica, con el sonido y la repetición de la frase “Gente en un espiral”. La reiteración de la frase y la cadencia melódica produce una sensación de hipnotismo, como un evento ciclotímico. Es como estar girando in eternum.

6. Jalea de flor

Otra canción que combina máquina de ritmos y guitarras eléctricas. Es como un electrorock: programación y beats. La intención es que la base haga bailar, pero las guitarras rockeen. La lírica también es más onírica: “La vi pasar en su carro alado, desde un jardín, todos miramos”. Se nota la posición del observador, que no está involucrado en la escena, la ve de afuera. Al escucharla hoy, veo la influencia de la banda inglesa Curve.

7. Ella come limones

Es una canción que transmite mucho, que habla de la figura femenina. La imagen que tenía en la cabeza era una mujer que comía limones, no tomaba el jugo. O sea, con un paladar indestructible y quizás muy ácida. Es una canción más rockera y también toca el tema de lo onírico. “Ella ya no sueña más, prefiere dormir”: habla de la inmediatez de querer saciar el descanso; para qué voy a soñar, para qué remitir a lo que fabrico en un sueño y luego tener que explicarlo. Me duermo y listo.

8. Pensando como langosta

Cuando pensamos y grabamos el disco, teníamos la idea de que las letras, títulos y música siguieran un concepto. A veces el título no se mencionaba en la letra, como en esta canción. Podría haberle puesto “Flotar”, pero nadie sabe cómo piensa una langosta. Los títulos me abordaban a veces. Las paredes sónicas que íbamos armando con Daniel y la banda se pensaban como la Wall of Sound de Phil Spector, capas y capas de sonidos para crear una atmósfera, montar la canción.

9. Lo más tierno hoy

Esta canción parece actual. Es furiosa y veloz. Profundiza en el recurso: una frase de voz apoyada con guitarras que le responden. Las guitarras tienen una comunicación con lo que canto. Hay un respaldo de la música con la voz, me gustó grabar una canción más punkie en el disco.

10. Autoejecución

Este tema ya había aparecido en el EP que habíamos editado en casete. Fue el primer single del álbum, pero estaba en el puesto diez, casi como cierre. En la primera versión ya tenía ese beat sincopado y lo mantuvimos. Una combinación de lo que podría haber sido bailar en Hacienda (la histórica discoteca de Manchester), pero con guitarras rockeras. Un tema veloz, como despertar de un sueño lánguido y arrancar para arriba. Mientras que este tema te quiere sacar esa sensación onírica, el próximo te vuelve a meter.

11. Periquito Gomaespuma

Un instrumental que te saca del disco. Me encanta que tenga un nombre inventado y que no describe la canción, que a su vez no tiene partes ni lógica. Cuando era chico, antes de dormirme visualizaba que caía en un pozo negro y en el fondo brillaban las estrellas. El pozo no tenía límites ni contornos. Periquito para mí es eso: una caída con las estrellas debajo, una caída apacible, pero sin fin.