Juan Carlos Baglietto actualiza el musical ‘El Principito”, con Walas, de Massacre, y Zaina, un freestyler de 20 años

Este sábado, a las 16.30, se estrena la nueva versión de El Principito, el musical basado en el clásico de Saint-Exupéry, en el teatro Ópera

Por  JULIETA BILIK

junio 14, 2024

Walas interpeta al Rey, extravagante y metalero.

BAUTISTA ARAYA

El Principito es, sin duda, un clásico. Tan universal como singular, la historia que inmortalizó el escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry está presente en todos los que la hayan leído y muchos de los que no porque “lo esencial es invisible a los ojos”. Igual que en 2003, las aventuras del muchachito rubio que viene del asteroide B -612, vuelve al escenario del Teatro Ópera el sábado 15 de junio a las 16.30, a través de un musical que encabeza, una vez más, Juan Carlos Baglietto.

El elenco completo de El Principito, en el teatro Ópera. (Bautista Araya).

Pero el líder de la Trova Rosarina, que interpreta el papel del aviador, no se sube solo a escena. En un formato que incluye tanto la tradición (Flor Otero es la Serpiente, Roberto Catarineu hace del Zorro y Carlos March del Bebedor) como lo familiar (su hijo Julián está a cargo de la composición y dirección musical mientras que Joaquín, quien lo interpretó en la serie El Amor Después del Amor hace del Hombre de Negocios) no queda aislado lo contemporáneo. Es que Walas, de Massacre, incursiona en el teatro musical a través del papel del Rey y el rapero Zaina compuso una canción para ponerse en la piel del Vanidoso.

Baglietto, que en aquella versión de hace 21 años que alcanzó las 60 funciones también interpretó al aviador, deseó: “Ojalá ese éxito se repita para nosotros. Es una gran emoción poder volver a hacer esta obra, sobre todo en tiempos en los que hace falta abrir el corazón, creer un poco más en las cosas que uno no puede tocar y falta un poco de cariño, un poco de vuelo, una mano en el lomo para seguir adelante. Esta obra, a través de la emoción que transmite, nos permite conectarnos con lo mejor de nosotros”.

Sobre su trabajo en la dirección y producción musical, Julián Baglietto dijo: “Fue un gran desafío. Siempre había grabado y producido para mi u otros artistas pero nunca en comedia musical. Comencé a grabar toda la música en mi estudio de Paternal en diciembre del año pasado y fue un proceso muy interesante, de repente me encontré abarcando géneros súper variados y aprendí mucho del proceso”. Con temas nuevos y otros que pertenecían a la versión anterior compuestos por Eduardo Frigerio y Raquel Ratti, la premisa fue “actualizar toda la música y traerla más al hoy con elementos y sonidos actuales”.

Una escena de El Principito. (Bautista Araya).

En una puesta que no escatima en recursos e incluye una pantalla de led Ultra HD de 14 metros de largo, nunca antes montada para un espectáculo en el Ópera, la escenografía de corte abstracto está diseñada en doble altura. La puesta de luces -súper expresionista- combina los colores y las intensidades al compás de tema musicales variados que emocionan y sorprenden a la par. Al explorar géneros y ritmos diversos, la obra se vuelve dinámica y fluida gracias a la presencia de ocho bailarines en escena.

El rey Walas

Para Walas, el líder de Massacre, es su primera incursión en el género musical. En la conferencia de prensa previa al estreno, contó: “Dije que sí, automáticamente” Y confesó: ”Toda mi vida quise hacer un musical o una ópera rock tocada en vivo y actual”. Al recordar sus inicios en el under durante la primavera democrática y confesar su idolatría por Alejandro Urdapilleta, Walas, que interpreta al Rey, un monarca extravagante y metalero, convencido de que su poder es absoluto y que reina sobre todo, relató: “En el Parakultural espiaba a Batato [Barea], a Alejandro Urdapilleta, a Las Gambas al Ajillo, a Los Melli, y me encantaba eso. De alguna manera al subir al escenario de El principito le sumo ese sueño de purpurinas y varieté”.

Inspirado en villanos de Disney, algún dictador del siglo pasado y algo de lo contemporáneo, Walas le imprime un carácter tan tierno como déspota su extravagante personaje. “La canción que me toca es bastante, tiene un carácter tipo Tim Burton, me encanta”. Con mucho de rock y poco de crueldad, el look tiene mucho de glam y destila Bowie por doquier. Incluye cadena plateada, botas de caño alto acharoladas, tachas, un pequeño cuervo sobre el hombro, corona puntiaguda y plumas, aunque lo más singular siempre será el pelo cobrizo del rey del skate rock y sus delicados ojos verdes. En el reino que habita nada es más importante que tener súbditos y darles órdenes. Digamos. O sea.

La batalla teatral

El freestyler Lautaro SainaZaina-, que todavía no cumplió 21 años, es otra de las revelaciones en escena. Interpreta al Vanidoso, un personaje arrogante, que le gusta hablar de su fama y de sus fans. “Es un personaje complicado, pero muy divertido. No tiene nada que ver conmigo y eso es algo que me encanta porque tengo que representar y meterme en la actuación de lleno. En lo que los dos matcheamos es en que rapeamos”. Entusiasta y con sonrisa pintada, Zaina cuenta qué le aportó a la puesta: “Me presentaron un tema que era medio reggaetón, y me pareció que estaba bueno, pero yo sentí que le podía dar algo, cierta frescura y le metimos un poco de rap y unos versos demostrando la situación de por qué el chabón se cree mil. Armamos la canción con una base con Juli [Baglietto], pero a partir de ahí la construimos nuevamente de cero y para mí quedó increíble”.

Zaina, consagrado campeón de Sangre Inca en 2019 en Lima, ha avanzado en su carrera de manera solitaria. En este nuevo desafío profesional, la troupe de artistas arriba y abajo del escenario es numerosa. “Es más fácil trabajar en grupo que solo. Acá estoy rodeado de un elenco de profesionales increíbles, muy humanos. Las batallas son muy individuales, de querer matar al otro. En cambio acá nadie quiere ganarle a nadie. El objetivo en común es que la gente la pase bien, y nosotros pasarla bien”. Oriundo de Zárate, reconoce que El principito es uno de los pocos libros que disfrutó leer en la escuela, y asume sus miedos: “Lo único que me afecta un poco es que la quiero romper y estar a la altura de los monstruos que hay en la obra, como Baglietto, como Flor… y eso es una presión extra, pero espectacular”.