Jane’s Addiction en Buenos Aires: psicodelia, vino tinto y homenaje a Taylor Hawkins

La banda de Los Ángeles le puso rock a la edición argentina 2023 del Lollapalooza, el festival fundado por su líder, Perry Farrell, que recordó emocionado a su amigo, el fallecido batero de Foo Fighters

Por  DANIEL FLORES

marzo 18, 2023

Ignacio Arnedo

Perry Farrell no sabía lo que decía en 1990. Si entonces creía que su banda tenía más influencia en los chicos que sus padres, todavía no había visto nada. Es cierto que Jane’s Addiction surfeaba por esos días con éxito la ola eléctrica del “rock alternativo”, que había colaborado a fundar. Pero hoy el frontman de la banda, “creado y regado” en Los Ángeles, puede contemplar satisfecho cómo el festival que impulsó en 1991 es uno de los eventos musicales más importantes del planeta. Y entre su público ya no solo están aquellos “hijos” influenciables, sino también las dos o tres generaciones que les siguieron.

Farrell: ¿ritual de lo habitual? Foto: Ignacio Arnedo

El propio Farrell lo debe entender así porque se lo ve exultante. Exactamente a la hora programada, 18.45, aparece sobre el escenario Samsung con su mejor sonrisa de Joker psicodélico. Lo acompañan sus viejos compañeros de rutas y aeropuertos: el bajista Eric Avery y el baterista Stephen Perkins. También está el virtuoso guitarrista Josh Klinghoffer, hoy un ex Red Hot Chili Pepper, en reemplazo del cuarto Jane, Dave Navarro, temporalmente al margen de los escenarios, dicen que por cuestiones de salud, pero oficialmente aún miembro del grupo. Todos visten de negro.

Por supuesto, después del “nosotros tenemos más influencia con sus hijos que tú tienes” de rigor, el show empieza con “Stop!”. Van a ser 60 minutos de shock eléctrico, sobrevuelos mortales en Zeppelin, funk-rock noventoso, distorsión, bases tribales y una voz sumergida en todos esos efectos que el propio Perry maneja desde una pequeña consola junto a su mic. También habrá tres bailarinas burlesque con varios cambios de vestuario (minimalista). Por lo demás, un concierto de rock ortodoxo, fuerte y compacto.

Farrell, junto a Josh Klinghoffer, que reemplaza a Dave Navarro Foto: Ignacio Arnedo

A Jane hoy le toca ser el número “senior” de un festival aún más pop y “emergente” que en ediciones anteriores. Y le toca hacerlo en un turno llamativamente temprano para el renombre del grupo y para la relación de Farrell con la marca Lollapalooza. La banda no parece preocupada: por el contrario, toca temas como “Mountain Song”, “Whore” y “Three Days” con una intensidad como si de ello dependiera que los volvieran a convocar. Darlo todo por pagar el derecho de piso o porque ya estás de vuelta de todo y no necesitás probar nada… quizás no sean instancias tan distintas.

“Venimos de un comienzo muy humilde –dirá Perry-, empezamos tocando para cinco personas o en patios de amigos, donde la gente traía su heladerita con cerveza. Y hoy estamos acá, frente a esta cantidad de gente, que nos viene a dar su amor”. Así introduce “Jane Says” y aclara Farrell que fue la primera canción que compuso junto Avery, que por unos minutos deja las bases hipnóticas, esencia subliminal de Jane’s Addiction (donde la voz de Farrell y las guitarras se llevan toda la atención), para tocar una acústica junto a su amigo de la toda la vida.

Perry Farrell: influyente Foto: Ignacio Arnedo

¿Qué tan contento está Farrell con esta nueva visita a Buenos Aires? Muy, a juzgar por la botella de vino tinto con la que por un largo rato se pasea por el escenario repitiendo “¡todos ustedes son especiales!”, “¡todos somos especiales!”. Hasta que, justamente con su vino en mano, pide hacer un brindis por los que no están. En particular, por Taylor Hawkins, el baterista de Foo Fighters, fallecido el año pasado precisamente después de presentarse en la edición anterior del Lolla, en el escenario frente al que ahora detona Farrell. “Taylor amaba el océano. Esta se la vamos a dedicar a él”, dice el cantante, sin soltar el tinto, en uno de los pocos momentos que deja de sonreír, antes de hacer “Ocean Size”. En aquel último concierto con los Foo Fighters, Farrell se les unió para hacer una antológica versión de “Been Caught Stealing” (Jane’s Addiction estaba programado para aquel festival, pero canceló su participación).

Y con una “Been Caught Stealing” infaliblemente explosiva, justo a una hora de haber arrancado, Jane’s Addiction concluye su participación en el festival que lleva su ADN, aunque hoy esa filiación no parezca tan evidente. Sí, Perry Farrell tiene más influencia en sus hijos de lo que usted (que alguna vez escuchó Jane’s Addicion) tiene. Pero lo queremos.

   

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