“Muchas veces nos preguntan a los músicos qué fue lo que nos inspiró, o cuáles fueron los artistas que fueron nuestra fuente de inspiración. Y yo creo que, fundamentalmente, a mí lo que más me inspiró para hacer este disco es el psicoanálisis”, dice Florián. El artista, que se desempeña como guitarrista de Los Fabulosos Cadillacs desde hace casi una década, acaba de lanzar su nuevo álbum como solista, De Fábrica, que lo presenta el próximo jueves 7 de noviembre, en Niceto Club. Se trata de su primer concierto como solista en el emblemático recinto del barrio de Palermo (las entradas, acá).
Florián, devoto y practicante de la doctrina creada por Sigmund Freud, se explaya: “Por un lado está la disciplina en sí misma. Y también la idea de pensar, de pensarse, de cuestionarse. Y, después, como herramienta para encontrar palabras que tomen un significado profundo para uno mismo, que nos hagan encontrar claves sobre nuestra forma de existir en el mundo. Y yo, en análisis, descubrí un montón de cosas que me ayudaron mucho a encontrar nuevas maneras de pensar el mundo. Y también de pensarme a mi mismo. Por eso creo que fue mi principal inspiración y creo, también, que es algo súper necesario”.
Hace unos meses, en una publicación en su cuenta de Instagram, Florián declaró: “En dos meses sale el disco de mi vida”. Ahora, con De Fábrica colgado en las redes, con una reciente (¡y excelente!) versión extendida, que incluye versiones tangueras de algunas de las canciones originales y colaboraciones con Santiago Motorizado (“Rincón”) y Chechi De Marco (en el tango “Fueron tres años”, compuesto por Héctor Varela en 1956), Florián reflexiona sobre esa frase. “Es una expresión verdadera, pero también muy propia del estado de enamoramiento. O sea, es algo que me permito decir porque porque estoy intentando aprender a disfrutar de los momentos lindos. Y es como una manera de abrazar eso y entregarme de lleno a que hoy en día lo siento, de verdad, el disco de mi vida. Porque me representa en un 100%, y me resultó inspirador hacerlo. En lo personal, empecé a tomar mi camino en la música con un compromiso más específico en relación a lo que yo tenía ganas de hacer y lo que tenía ganas de decir. Quizás había canciones anteriores que componía porque se me ocurrían melodías o aparecían sentimientos que podía tener ganas de manifestar de una manera más espontánea. Y creo que De fábrica es un disco que aparece después de pasar por una crisis, de preguntarme verdaderamente quién soy artísticamente. Creo que el disco ha resultado de encontrar y entender mi esencia”.
Entre el disco anterior y De Fábrica es muy notorio el salto de madurez, ¿Eso es un reflejo de tu vida a nivel personal?
Principalmente creo que hay una cuestión un poco natural vinculada a la madurez de la vida, a que van pasando los años y uno ve las cosas de una manera distinta. Y obviamente lo personal se va rodeando de esas cuestiones. Desde una pareja con la cual compartís un montón de conversaciones y una búsqueda. Pero también, al estar estudiando piano con un pianista de tango… No sé, como que la vida se empieza a teñir de eso que uno está buscando.
A modo de escenografía, aparecen dos vinilos sobre el piano de pared con el que Florián practica y compone en la casa que comparte con la ascendente y talentosa cantante y compositora salteña Feli Colina. Uno de ellos es de Edmundo Rivero (“mi cantor de tangos favorito”), el otro es de Astor Piazzolla (“me lo regalaron para mi cumpleaños, y es especial porque yo nací el mismo día que Piazzolla. Además, lo más loco es que estábamos en casa con Feli el día de mi cumpleaños y yo me comenté eso a ella. Salimos a festejar, y llega Matías Fernández, un pianista de tangos que también es familiar mío, con ese vinilo de Astor. Y cuando me lo regala me cuenta eso mismo que hacía un rato le había comentado a Feli”).
El profesor de piano de Florián es Fulvio Giraudo, que se desempeña como pianista del Sexteto Mayor, de Rascasuelos y como director musical del Social Tango Project, entre otras actividades. “Es de los pianistas de tango más increíbles que vi. El tango siempre estuvo ahí en mi vida. Pero haberme metido a estudiar tiene que ver con esto que te decía, con descifrar de qué está hecho tu ADN, con volver a observar y ver qué cosas de ahí uno decide desechar y cosas que uno sí sigue tomando. A mí el tango siempre me gustó, pero hace un tiempo me dieron ganas de empezar a utilizarlo de una manera más consciente. Y también me dieron ganas de estudiar. O sea, yo toco el piano desde siempre, pero algo distinto es estudiar el género específicamente. Me dieron ganas de profundizar ahí, primero para aprender a tocar tango, porque lo disfruto mucho. Pero además para tener más conciencia de ciertas herramientas que ellos utilizan para ver cómo construyen la música. Porque más allá de la poesía del tango, que para mí es única y es la mejor (o la que más me gusta), a mí siempre me interesó mucho la manera que tienen de tocar la música. Ese nervio, ese carácter para transmitir en cada instrumento”.
La influencia tanguera se ve claramente en la versión extendida del disco, con las versiones tangueras, ¿El tango influyó también a la hora de hacer tus propias composiciones?
Yo creo que siempre estuvo dentro mío, eso siempre me resultó atractivo y en cierta forma de componer lo tenía, pero quizás no lo tenía de una manera tan consciente creo que muchísimos artistas argentinos tienen el tango y el folclore en su esencia. Calamaro podría no haber hecho su disco de tango, pero él ya tenía una forma tanguera de escribir o de interpretar. Creo que todos los cantores y cantoras populares argentinas tienen algo de eso.
Hace unos años, en una entrevista para ROLLING STONE, Charly García me dijo que el tango era el hilo conductor de todas sus canciones. De algún modo, el tango todavía es la banda sonora de Buenos Aires, ¿no?
Totalmente y se recontra nota en la esencia musical en las letras y la manera de interpretar. Y creo que en este disco me acerqué más a eso de una manera un poco más consciente, y estar muy inspirado por los poetas que escribían los tangos y las formas de las melodías. Entonces, cuando me ponía a componer me aparecían naturalmente. Cuando vinieron los tangueros a arreglar los temas me dijeron que les había resultado natural hacerlo.
Es interesante pensar en la atemporalidad de esas canciones, que tienen 60, 70 u 80 años y todavía resisten relecturas, reversiones y actualizaciones. Hay algo medio mágico, ¿no?
Sí, absolutamente. De hecho son muy atemporales para mí. Y, un poco, mi intención es tratarlos de sacar de ese lugar. Creo que erróneamente está visto el tango como una cuestión antigua. Lo entiendo, porque es un género que nació mucho antes que muchos otros, entonces puede tener un tinte antiguo. Y también porque tiene una cosa nostálgica. Pero está súper vigente, y creo que que, increíblemente, hay mucha gente que no está conectada con eso. No sé cuánta gente de mi generación, por lo menos el público más del pop o de rock, van a ver tangos. Y para mí es porque, en muchos casos, no está dentro de la grilla más mainstream. Pero estoy seguro de que a cualquier persona que lleves a una milonga, se vuelve loca. Entonces, mi intención es abrazarlo, pero no como una cuestión nostálgica, sino como algo presente.
Exacto, si bien tiene algo de anacrónico, tu búsqueda tiene mucho que ver con el con el aquí y ahora, ¿no?
Yo creo que la música y el entretenimiento son cosas muy distintas y hay una parte del entretenimiento que pareciera estar catalogada como música. Entonces, está bien, hay algunos que toman esa decisión, que es la de entretener y hacer canciones que sean acordes a lo que pide el momento, o mejor dicho el mercado, y que está basada en las reproducciones y en la la pirotecnia. Pero después están los que tienen la intención de decir algo y de quedar plasmados. No todo pasa por la trascendencia masiva, también podés tener la intención de que lo que estás diciendo pueda despertar algo en el otro, ¿no? Y ahí es donde estos poetas que mencionábamos (y hablamos de boleros y de tangos y obviamente de Rock) son atemporales. Para mí, traerlos no es un cuestión solamente de recordar el pasado, sino es pararse en un lugar y decir “a mí me interpela esto”.
Más allá del importante enganche con el tango, la búsqueda de Florián también se percibe en la profundidad de las letras, algunas de ellas escritas en colaboración con Adrián Dárgelos, cantante y letrista de Babasónicos. “Fue increíble”, dice Florián. “Para mí, Dárgelos es un poeta impresionante, de los mejores letristas que hay. Y lo lindo de esta colaboración es que fue muy natural. O sea, más allá de tener una amistad con él y ser una persona con quien tenemos confianza y cariño, se fue dando naturalmente”.
¿De qué manera?
Cuando tuve la primera tanda de canciones, en un estado de “primer boceto de composición”, un día le pedí ir a su casa para que revisara las letras y charlar con él. O sea, el ejercicio que hicimos fue ese. Ni siquiera fue un tema, sino pegarle una ojeada a las canciones, los pensamientos, lo que tuviera para decirme iba a estar genial. Y estuvo buenísimo. Las conversamos y yo me fui súper contento porque le gustaron las letras y para mí era una buena señal. Ahí le mostré “Cantor”, que es una de las canciones donde él participa, y se le ocurrió así, como todo un tirón, una parte del tema. Y bueno, quedó ahí. La sumé a la canción. Y después me apareció el estribillo de “De fábrica”. Y cuando le dije a Adrián de juntarnos a revisar eso solo, naturalmente empezamos a escribir esa canción y ordenamos esas frases, y Adrián empezó a tirar frases nuevas y nos empezamos a cebar y escribimos “De fábrica” juntos. Fue una experiencia increíble y creo que es la mejor letra del disco, porque las frases de Adrián son muy buenas y también porque logró sacar de mí algo bueno. Porque él también tiene eso, fue muy naturalmente yendo hacia ese lugar. Nunca hubo una cosa de: “Che, vamos a juntarnos a escribir una canción”. Fue sucediendo.
¿Y cómo se hicieron amigos con Adrián?
Siempre hubo una buena onda, porque los Babasónicos son muy amigos de los Cadillacs, de toda la vida. Son familia. Los conozco desde que soy chico y compartimos comida, giras, muchísimas cosas. Tuta Torres, que es el bajista de los Babas, produjo el disco y otras canciones mías más. Y ya en ese proceso salió la idea de juntarnos y profundizar. Siempre siempre hubo una buena onda y un cariño.
Bueno, otra de las de las colaboraciones que está en la versión extendida es la que hiciste con Santi Motorizado…
Para mí fue alucinante. Santi es de los mejores cantautores para mí.. Yo soy particularmente muy de él, como cantante, como compositor. Me vuelve loco, me parece un cantante increíble. Muy especial, muy personal. Y, la verdad, siempre fue muy generoso conmigo. En un momento en el cual la industria de la música está llena de especulaciones, Santi me ha invitado a mí al show como cantante invitado en varias canciones, y siempre muy amorosamente. Y cuando salió esta canción, me dieron muchas ganas de escuchar esa melodía y esa letra cantadas por él. Y, bueno, por suerte se copó, porque la verdad es que quedó increíble. Además, para mi generación, Él Mató es muy importante. Es, un poco, LA banda de nuestra generación.
Al principio de la charla hablábamos del tema de la madurez, y de las charlas con tu pareja. Bueno, vos venís de una casa de artistas. Pero siento que al dedicarse Feli y vos a la música, y al estar en momentos bastantes similares en sus carreras (donde si bien no pertenecen al mainstream absoluto, están construyendo algo muy sólido), intuyo que ahí hay una retroalimentación. Como que al mismo tiempo que están construyendo la pareja, están construyendo la carrera. Y no quiero olvidarme de algo que me pareció muy amoroso de tu parte, cuando en medio de una gira con los Cadillacs, en Chile, te tomaste un avión para venir a acompañarla en el teatro Coliseo y cantar en su show…
Claro, no es casualidad. Creo que nos el deseo de construir algo, y obviamente no tiene que ser en el mismo rubro.Podés encontrarte para construir de muchas maneras distintas, pero a nosotros nos sucede así y, la verdad es que es hermoso. Y también tenemos una manera parecida de pensar en relación al arte. Esto que te decía hace un rato, a no negociar la importancia de defender lo que uno quiere, lo que a uno le gusta y construir desde ahí. A veces puede ser un camino un poco más lento, pero también es más verdadero. Creo que mi disco tiene mucho de Feli y ahora Feli va a sacar un disco que tiene mucho de mí. Yo tengo canciones con frases de ella y ella tiene canciones mías y vamos como acompañándonos en eso que, para mí, es la parte más linda del amor. Más allá del enamoramiento y de amar al otro y que te guste y todo, es la potencia que tiene la posibilidad de potenciar al otro y que eso sea mutuo.
Feli es salteña y vos sos porteño. No sólo sos porteño, sino que Buenos Aires aparece por todos lados, en el tango y hasta en la foto de perfil de whatsapp, con una foto en un mural con fileteado porteño en Boedo…
Siempre estuvo ahí esa porteñidad. Lo digo honrado y consciente de que de que podemos ser muy egoístas los porteños, y muy autocentrados en relación a lo que a lo que somos o de dónde venímos. Yo soy muy bicho de ciudad, me hallo y estoy cómodo. Me cuesta mucho pensarme viviendo fuera de Buenos Aires. Tengo una forma acelerada de vivir a veces, como somos los porteños. Me gusta el tango, me encanta Buenos Aires y creo que culturalmente es increíble. Por eso creo que hay que abrazar eso. Acá si bien abrazamos mucho la música argentina, no es que en todas las guitarreadas están tocando tango. ¿Lo del filete porteño? Buenos Aires me representa en todos sus pecados y en todas sus virtudes. Y las virtudes son increíbles, por eso las quiero abrazar y me encantaría que estén presentes en los festivales más mainstream, Yo también crecí siendo fanáticos de los Beatles, todavía lo soy. Me encanta todo el rock. Es parte nuestra, pero que no se nos vaya tanto la moto con que la posta sea Tame Impala me da un poco de cosa, ¿viste? Para mí son como que universales claro como que también justo hablar de de de de de de ellos que son tan como dioses en un punto, pero digo eso también está en mí Ojo, yo aprendí a tocar la guitarra eléctrica escuchando a Hendrix, no es que crecí con un bandoneón en la mano. A mí me el rock me encanta, pero también me interesa que que la música porteña esté más presente en ciertos eventos, porque en esta ciudad crecieron artistas demasiado increíbles.