Para la FED, reeditan Páez, la polémica biografía de Enrique Symns y Vera Land

El libro, publicado en originalmente en 1995, salió en una colección dirigida por Jorge Lanata. La nueva edición es, según Land: "un homenaje a la época de esplendor de la pluma de Symns"

Por  HUMPHREY INZILLO

agosto 4, 2023

"Me traicionó por la espalda en alguna oportunidad. Era su manera de enseñarte a protegerte", dijo Fito en su despedida de Symns, que falleció en marzo de este año.

Sebastián Arpesella (ARCHIVO RS)

La publicación de Páez, la biografía de Fito Páez firmada originalmente por Enrique Symns, data de 1995. Eran tiempos en los que se publicaban, apenas, uno o dos libros al año sobre rock argentino. Un panorama muy distinto al de los últimos tres lustros, en el que existen editoriales especializadas en libros de música, como Gourmet Musical, Vademécum, Piloto de Tormenta y Caja Negra, entre muchas otras, y son varios las lanzamientos mensuales que abarcan esa temática. Desde este jueves, 3 de agosto, y hasta el domingo 6, se celebra la Feria de Editores (FED), un evento con entrada libre y gratuita, en C Complejo ART MEDIA, en av. Corrientes 6271, en el barrio porteño de Chacarita. Y Páez es una de las novedades más atractivas, disponible en el stand de la editorial Hormigas Negras.

La escena que involucra a Páez transcurre en una estancia de la localidad bonaerense de Florencio Varela. Hay una vieja máquina de escribir Olivetti, una Macintosh Classic y grabadores con microcasetes. Hace frío y para calefaccionar la casa hay un hogar. A los 27 años, Andrea Alvarez Mujica (que por entonces firmaba sus notas en la mítica revista Cerdos & Peces bajo el seundónimo de Vera Land), aprendió a cortar leña y encender el fuego. “Trabajábamos muchas horas. Lo disfruté”, recuerda ahora, sosteniendo la flamante reedición de la biografía que en su edición original no llevaba su nombre en la tapa pero en la cuál trabajó a la par de Symns.

“Los que habían firmado el contrato eran Rodolfo Páez y Enrique Jorge Symns. En principio la idea era que yo colaborara con algunas investigaciones y entrevistas. Pero antes del inicio de la biografía, Enrique me citó en un bar, me ofreció ser coautores y me asignó las investigaciones de la infancia, la adolescencia, la partida de Rosario, la historia de amor con Fabiana Cantilo y el crimen de la familia y la empleada embarazada”, recuerda Vera. “Después hubo más entrevistas y temas a mi cargo. Por eso, al finalizar el libro se planteó el tema de incluirme como autora, pero hubo una negativa, entonces Enrique escribió una aclaración en el interior para comunicar que éramos coautores. Ni Fito, ni Enrique, ni Jorge Lanata, que era el director de la colección, fueron responsables de esa omisión, tuvo que ver con la burocracia de la editorial [Espasa Calpe]. Yo tenía veintisiete años, estaba feliz de ser parte del proyecto, no me preocupaba figurar o no figurar”.

En el prólogo a esta nueva edición, Land recuerda y aclara: “Los grabadores fueron un estímulo para Enrique durante la gira, ya que le permitieron registrar conversaciones sin que perdieran la frescura. De todas formas, la cuestión del soporte tecnológico fue secundaria. Enrique tenía el don de acceder amistosamente al relato de los secretos guardados bajo siete llaves y lograr confesiones inigualables de los entrevistados; enojos, frustraciones y episodios privados; de forma individual o en grupo, formal o informal, las personas se olvidaban de que estaban hablando para una nota que saldría publicada, o para un libro y le contaban todo. Esa era su magia, su distinción. Después, cuando él se iba, las personas se arrepentían de haber hablado tanto o de haber dicho determinada cosa y eso generaba problemas.Mientras escribíamos el libro pensé que iban a surgir conflictos por las confesiones de Fabiana, que eran muy sinceras y por las de Cecilia, que eran muy íntimas. Pero las chicas no se quejaron. También supuse que Fito se iba a poner mal por los detalles del crimen de las abuelas. Fito se la bancó. Lo que le molestó fue que sus músicos protestaran porque les descontaba las ausencias en los ensayos. La fuente de la crisis fue banal. Además, no le gustó el relato de uno de sus mejores amigos sobre el estado de dejadez en el que lo encontró, cierta vez, antes de un concierto importante; y un párrafo en el que Liliana Herrero daba detalles de una pelea con Fabi, de la que había sido testigo. Hubo un poco de barullo dos o tres días. Fito llegó con su tapado amarillo a las oficinas de la calle Independencia y desplegó su encanto. Toda la gente de la editorial estaba emocionada por su presencia. Se acordó eliminar un párrafo, reubicar otro y sumar voces de músicos que eran importantes para Fito y no formaban parte de la banda de la gira.
Días después nos reunimos con Lanata en lo de Fito para definir varias cuestiones. Enrique no fue porque estaba molesto de que opinaran a favor o en contra del contenido del libro. Pero coincidía en ampliar la participación de artistas y lo dejaba en mis manos. Fue una reunión tranquila. Vi el atardecer desde los ventanales de Fito y Cecilia. Hicimos una lista de músicos en la que figuraba Silvio Rodríguez, con quien días después me relacioné por fax. Otro de los convocados fue Horacio González a quien le pedimos un párrafo para incorporar al capítulo El Trovador. Días después, cuando las hojas comenzaron a brotar del fax, tuve una grata sorpresa: Horacio nos enviaba un capítulo completo”.

¿Por qué decidiste reeditarlo?

Soy editora, simplemente pensar en que este libro estaba descatalogado me producía una especie de cosquilleo, una sensación de primavera adelantada de fecha. La verdad es que no tuve contacto con Symns por añares. Pero en los últimos tiempos lo visité dos veces y le prometí reeditar este libro y llevárselo. La mañana del 16 de marzo terminé de escribir el prólogo, puse la fecha y me fui a comprar naranjas. Al volver recibí la triste noticia de su partida. Por lo tanto, la reedición se convirtió en un homenaje a una época de esplendor de su pluma.

¿Cómo recordás los tiempos en los que hicieron el libro? ¿Cuál fue la dinámica de ese trabajo?

Fueron buenos tiempos. Con perfume de futuro. Fue mi primer libro de rock. Una experiencia de aprendizaje. Después de esa primera reunión en la que pautamos los lineamientos generales del libro, Enrique se fue de gira con la banda y yo viajé a Rosario y a Villa Constitución, para entrevistar familiares y amigos. Hubo mucho respaldo de Fito y de sus personas cercanas. Mucho entusiasmo. La investigación del crimen me afectó. Volví a Buenos Aires impactada. Realicé más entrevistas y me fui con Enrique a una estancia en Florencio Varela para escribir el libro. Aprendí a cortar leña y encender el fuego del hogar. Trabajábamos muchas horas. Lo disfruté. Teníamos mi Olivetti, una Macintosh Classic y grabadores con microcasetes.

Andrea Álvarez Mujica, también conocida como Vera Land. (Foto: Gentileza Sebastián Molina).

¿Cómo fue la revisión de esos textos casi treinta años después?

El libro envejeció bien. Cuando decidí reeditarlo no sabía si me iba a gustar. Lo pensé como una pieza de valor histórico, aunque suene un poco pretencioso. Pero el contenido permanece vivo, las voces siguen resonando. La estructura es ingeniosa. Fito estaba en un momento reflexivo, interesante, de muchas lecturas y proyectos. Hay cosas de color de época, como debates sobre si el público debe o no estar en silencio en los conciertos, algo que ya nadie se plantea.

El libro incluía dibujos y viñetas de REP, ¿forman parte de la reedición?

Rep fue la primera persona que contacté para contarle de mi proyecto de reedición. Los diseñadores le dedicaron tiempo a cada dibujo para mantener la fidelidad del original. Los dibujos de Rep interpretan magistralmente escenas y personas.

¿Fito está al tanto de la reedición? ¿Conversaste con él al respecto?

Fito está al tanto de esta reedición. Lo agarré en medio de su gira por España, por eso no tuvo tiempo de ver nada, pero creo que confió en mí. Es el mismo libro con otra tapa, el mismo contenido que el original, mantiene el prólogo de Jorge Lanata, y el diario de viaje escrito por Fito en 1994.

Es la primera vez, entiendo que en mucho años, que volvés a usar tu seudónimo, el alter ego que entró en la historia del periodismo contracultural en Argentina en Cerdos & Peces y que Andrés Ciro inmortalizó en “Como Alí”, el hit de Los Piojos. ¿Cómo es para vos, emocionalmente, volver a publicar con esa firma?

Resucitar a Vera Land es intenso, Humphrey. Es inquietante. Me siento un poco como esperando las balas. Soy una persona discreta, no tengo nada que ver con lo que el personaje proyecta. Intenté explicar que era un personaje creado por mí para que habitara dentro de una revista. Pero resultó confuso y poco convincente. Me escapé y empecé de cero y fue mi mejor década, escribí dos novelas literarias (Los novios muertos y La vida es extraña) y dos libros de música (Horas de rock y Estelares, detrás de las canciones), fundé la editorial Hormigas Negras con amigos y edité quince títulos de autores seleccionados por mí. Creo que ahora estoy un poco más preparada para revisar el pasado. En estos días avanzo en la reedición de mi primera novela Tu maquillaje de fuga se evapora con la luz, publicada en Chile en el año 2002 y descatalogada. Mientras la corregía entendí que toda mi escritura está conectada, que esa división que tracé entre el siglo XX y el XXI, entre lo publicado con seudónimo y lo publicado con mi nombre, fue un capricho.  

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