“A mí me cuesta decir que volvimos. Catupecu reencarnó y ahora somos esto. Como ejemplo de vueltas siempre pongo a Soda o a los Cadillacs, que volvieron con los mismos integrantes. Gaby (Ruiz Díaz) no está más, no somos los mismos, entonces esto es otro Catupecu”, dice Fernando Ruiz Díaz, sentado en la sala de toda la vida del grupo, en Villa Luro. A su lado están Charlie Noguera, Julián Gondell (con quienes Ruiz Díaz formó el grupo Vanthra) y Abril Sosa, el baterista histórico de la banda que volvió de su estadía en España para sumarse a esta nueva reencarnación de Catupecu Machu.
Luego de un puñado de shows, el ahora cuarteto está en pleno proceso de composición de lo que será el primer álbum de estudio del grupo en doce años. “La única explicación de por qué estamos haciendo este disco es el reencuentro con Abril, que ocurrió justo un día antes de que Gaby dejara este plano terrenal. Nunca había pensado en rearmar Catupecu hasta que nos volvimos a cruzar con Abril y eso disparó una energía que genera un microcosmos muy especial”, asegura.
La apuesta de la banda es terminar de componer las canciones (“estamos trabajando acá, pero también tengo armado un estudio en mi casa porque todo el tiempo estoy en esto”, cuenta Ruiz Díaz) y viajar al exterior en la segunda mitad del año para grabar afuera. “No sé qué va a pasar con el disco, pero sí está sucediendo esa cosa de mutar constantemente en tiempo real que siempre tuvo Catupecu. Y al mismo tiempo hay como cierta vuelta al origen, a la esencia. No puede ser de otra manera… ¡Estamos tocando con Abril!”.
Ruiz Díaz no quiere todavía adelantar demasiado de lo que vendrá, pero acepta revelar el título de una de las nuevas canciones y un verso que retrata la actualidad del grupo: “Se llama ‘Mirame a lo lejos’ y dice ‘lo que escribo se escribe solo esta vez, vuela la pluma como el ave’. Y eso es lo que tiene que ser, porque esto es mucho más que un disco”.
El 24 de este mes, Catupecu se presentará en el Movistar Arena.
