“Con Los Peyotes venía investigando todo el panorama del rock y psicodelia de los 60 y 70. Me llamó mucho la atención ‘Pronto un Doctor’, incluida en el primer disco de Los Yorks (Perú), que es una canción beat pero con algo de percusión cumbiera. Al mismo tiempo, llega a mis manos un vinilo, compilado de garage y beat peruano de los 60 del sello español Vampisoul, titulado Back to Perú, en donde incluía un tema de Los Mirlos, “Sonido amazónico”. Ambas canciones me cautivaron por el sonido de las guitarras, al estilo surf, pero en ritmo de cumbia”, dice Rolando Bruno, que acaba de lanzar Cosas raras, su tercer disco como solista, en este caso acompañado por el Grupo Arévalo, y se presenta este viernes 30 en Vuela el Pez (av, Córdoba 4379, CABA), junto a DJ Zurita. “Obviamente había escuchado cumbia con anterioridad, pero nunca había vinculado el mundo del rock y la psicodelia con la cumbia. Luego por suerte, conocí a DJ Sonido Martínes en una disquería de vinilos que había frente al Abasto. Yo buscaba todo eso nuevo que no sabía como llamar, y él de pura casualidad se me puso a hablar y me dio un CD-R que recopiló de una decena de discos simples 7 pulgadas que había comprado en Perú, titulado Chicha for the Jet Set… Descubrir ese universo, fue un antes y un después, marcó el inicio de mi carrera solista”.
Su nuevo disco, el flamante Cosas raras, conjuga una fascinación por lo bizarro (platos voladores, cine clase B) con incursiones en nuevas sonoridades, como “Merentrash”, un merengue noventoso. “En el disco participaron los ocho integrantes del grupo en la composición y la producción, todos aportaron en mayor o menor medida su magia, y eso no había pasado con discos anteriores, en donde sólo grabaron las maquetas que yo había hecho. Ese punto lo noto como un tremendo plus y una subida de escalones en cuanto a calidad de sonido y madurez compositiva en diferencia a mis discos anteriores. La ‘línea editorial’ capaz la marque yo, con ideas de músicas que quería hacer. Por ejemplo, en estos últimos años estuve escuchando músicas bailables de distintas latitudes de los 70 y los 80. Música disco africana, merenrap, disco y city pop japonés, pero el Grupo Arevalo estuvo en el paso a paso de la composición y el producto final de este disco. Cosas Raras es un gran resumen de todo ese imaginario visual y musical tan diverso que tenemos. Quizás sea el disco menos cumbiero que hicimos”.
Los músicos que integran el proyecto vienen de la escena del rock, del indie, de cierta movida experimental, y no tienen una formación cumbiera. “Creo que funcionan bárbaro con la idea del proyecto”, explica Rolando. “Tenemos que tocar cumbia, pero sonar algo punk, y aunque queramos hacer una canción 100% cumbiera, no nos sale. Tenemos una gran ensalada de ingredientes musicales que nos permiten hacer esto que yo titulo ‘cumbia trash’ como para abarcar la gran cantidad de estilos que nos influyen”.
Gracias a la cumbia, Rolando hizo giras por Europa y Japón. “El ‘milagro’ de la cumbia es universal. Esta música tiene algo que se repite desde Argentina hasta Japón, y es que la gente se divierte. En lugares que no son latinoamericanos incluso se prenden todavía más, por lo exótico. Particularmente en Europa se arman unos lindos bailes”.
La “cumbia trash” todavía no tiene un manifiesto. “¨Pero está en el aire”, explica su creador. “Con el Grupo Arevalo, cuando encaramos alguna nueva canción, alguna nueva gráfica o algún reel para promocionar un show, ya sabemos para donde tenemos que ir. Dentro de eso, siempre reina lo bizarro y el humor en todas sus variantes. Por ejemplo, en vivo hacemos una versión de ‘Cowboys From Hell’ de Pantera, en castellano y por supuesto en ritmo de cumbia, tal vez algo chocante para un purista del heavy metal [risas]”
La construcción estética no fue sólo a partir de elementos musicales. “Cuando empecé con este proyecto escuchaba cumbia peruana, y agarré mucho la estética de los carteles chicha: colores fluo, tipografías locas, elementos ‘mal dibujados’… Y luego, en cuanto al vestuario, me flasheó la ropa que usaban Chacalón y Los Shapis, con camisas brillantes, corte estilo gitano, medio Sandro también… Así que fui por ese lado. Luego, como tengo un gusto por la cultura pop retro y lo bizarro, tome algunos guiños a todo ese universo. Me adueñé de Alf como un personaje que aparece habitualmente en mis clips, portadas de discos, merch y gráficas. Cuando toco en formato solista, siempre llevo un alf de peluche que dirige mi orquesta desde el iPad. Y así con todo lo que me gusta… Soy hincha de Racing, y el escudo aparece en varios videoclips y portadas de discos. En Cosas Raras, gracias a mi amigo ilustrador Fede Combi, me saqué el gusto de hacer un arte al estilo póster de películas version africana. Ellos en los 80 y 90 hacían su propia versión de las películas taquilleras, como por ejemplo Terminator o Mi pobre angelito, con los personajes ‘mal dibujados’ y elementos de terror gore, miembros cortados por motosierras, serpientes, etcétera, que aportan un grado enorme de bizarreada”.
En sus inicios era un proyecto midi, un poco en paralelo a la movida de Zizek y la cumbia electrónica, pero el artista no encajaba en esa escena. “Yo venía muy marcado del rock, desde la mirada ajena y desde la propia, y creo que en un principio no conecté mucho con Zizek y la cumbia electrónica. Lo mío era más bizarro, tal vez. Y aún hoy lo sigue siendo. Pero me encanta ese universo, el cual tal vez lo pude apreciar más con el paso del tiempo. Ahora ya casi no escucho rock y escucho más house de los 90, entre otros cientos de estilos… A eso me refería… Mi gusto musical estaba muy encerrado por el rock aun. Admiro mucho a gente como Chancha Vía Circuito, Villa Diamante o también el folklore digital de Rumbo Tumba, que siguen haciendo una tremenda carrera musical, me encantaría hacer alguna colaboración con ellos ahora que estoy en un momento de total apertura musical”.
De la cumbia rebajada de México a la cumbia villera en la Argentina, se puede pensar en muchísimas sonoridades distintas cuando hablamos de cumbia. “Cuando escucho ‘cumbia’ lo primero que me viene a la mente es la palabra ‘alegría’. Un ambiente festivo, un mood positivo, baile… Es algo que siempre me dicen cuando voy de gira a Europa, que esta música genera eso. Luego, en segunda instancia, se me vienen a la mente todos los maestros que escucho de ese género. La movida cumbiera es inmensa y se me escapan cientos de bandas y proyectos”, opina Rolando. “Te puedo nombrar algunos proyectos que me gustan y se asimilan a mi búsqueda, como Frente Cumbiero de Colombia y Sonido Gallo Negro de Mexico. Entre muchas otras, son bandas que persisten hace muchos años ya, y ofrecen ese sonido de ‘cumbia alternativa’”.
Antes de tocar en Vuela el Pez, y mientras prepara las valijas para girar por Europa, Rolando Bruno se hace un rato para responder el Cuestionario RS.
1. ¿Cuándo fue la última vez que fuiste a una disquería? ¿Qué disco te llevaste? ¿En qué formato?
Creo que fuí en mi última gira este año, en Breda, Holanda. Me llevé un disco que venía buscando hace rato, Sounds From the Far East, un recopilatorio de 2 Djs japoneses, Shinichiro Yokota y Soichi Terada: dos capos de la música house de principios de los 90.
2. ¿Te acordás de los sueños habitualmente? ¿Tenés algún sueño recurrente?
No sueño casi nunc. Solo despierto [risas].
3. ¿Sos buen cocinero? ¿Cuál es tu especialidad?
Mediano, creo que si me pusiera las pilas seria bueno, pero prefiero el restaurante. Igual me defiendo con un guiso de lentejas, unas milas… Pero nada exótico.
4. ¿Tenés mascotas?
¡Tuve! Al gran Celestino, un felino que al final lo terminó adoptando mi padre. Ya se fue hace unos cuantos años, pero se lo extraña.
5. ¿Cómo armarías el line-up de tu festival ideal?
A ver, creo que sería imposible, y si alguien organiza esto, se funde. Pero mi ROLOPALOOZA tendría a Wau y Los Arrrghs, Flema, Los Mockers, Proyecto Uno, Jazzy Mel, Omar Souleyman, Los Rolling Stones para cerrar y una fiesta post: con Giorgio Moroder y Peggy Gou. ¡Tremenda ensalada!
6. ¿Cuál es el instrumento más raro que tenés en tu casa?
Uno que no sé el nombre. Tiene cuatro cuerdas y lo compre en Fez, Marruecos.
7. ¿Cuál era tu dibujito animado favorito cuando eras chico? ¿Y ahora?
Definitivamente los Supercampeones, aka. Captain Tsubasa. Peligrosamente con mis amigos intentábamos hacer esas piruetas raras, y por suerte no salimos heridos. De ahora, la verdad estoy muy desactualizado, pero por nombrar uno, Death Note me gustó, y bueno todas las pelis del estudio Ghibli.
8. ¿Tuviste alguna experiencia sobrenatural?
Si, un juego de la copa con mis compañeros de la primaria, acertaba a medias algunas preguntas, y contestó algunas cosas con flashes. Un chico terminó temblando del miedo.
9. ¿Cuál es el último libro que leíste?
Hace mucho que no leo, pero estoy con una bio de Nico: You are beautiful and you are alone. Una mirada esta vez más feminista de la vida de ella. Soy fan de Nico, y muchas veces creo que queda estigmatizada como “groupie” y nada más.
10. ¿A qué celebridad te gustaría tener entre tu público?
A Sylvester Stallone. Y sacarme un foto con el puño en la cara post show.
11. ¿Cuál es el objeto más viejo que atesorás?
¡Uy! Y seguramente algún vinilo de Django Reindhart o de tango. También guardo una mini historieta de humor “pícaro” que era de mi abuelo, parece de los 50.
12. ¿Qué actor podría protagonizar la serie sobre tu vida?
Rodrigo de la Serna, sin lugar a dudas.
13. ¿Cuál es tu deporte favorito?
El futbol, ¡Aguante Racing!
14. ¿Cuándo fue la última vez que pediste un autógrafo?
Fue hace mucho, al mejor futbolista de toda la historia que hubo y habrá, Diego Armando Maradona, cuando era técnico de Racing. Aún no firmaba con el “(10)”.
15. ¿Cuál fue tu primer recital?
Justo en estos días estoy rememorando ese primer recital, porque por las vueltas de la vida me mude a unos pasos del primer lugar que fui. La casa de Steve Jones (en donde hoy funciona una heladería) en La Paternal. Ahí fui a un show HC Punk, a ver a Charlie Brown (hoy Charlie 3), 720 y alguna banda más que no recuerdo.
16. ¿En qué creés?
En la fuerza interna que tenemos cada uno de nosotros.
