“Buenas y humildes”, esas son las expectativas de Javier Corcobado, el crooner, poeta y escritor español que en unos días se presenta por primera vez en el Río de la Plata. “Voy a hacer conciertos en lugares relativamente pequeños, pero bonitos e interesantes, como el Centro Cultural Rojas (Martes 12 a las 20.30, entradas acá) y Hasta Trilce (Miércoles 13 a las 22.30, info acá), en Buenos Aires, y en Montevideo, en La Cretina (Viernes 15, entradas acá) y en Bluzz (Sábado 16). Le debo esta visita al Río de la Plata a Fabián Jara [DJ y curador del ciclo Vissage del Centro Cultural Rojas], a músicos y a personas que conocen mi música allá desde los años noventa. Es mi primer viaje al Cono Sur. Y claro que hay conexiones desde tiempo inmemorial: Carlos Gardel, Rodolfo Lessica, Astor Piazzolla, Leonardo Favio, Sandro, Andrés Calamaro, Guillermo Piccolini y otros muchos artistas… A algunos he tenido el placer de conocerlos, y a otros, lógicamente, no… ¡Y tanto que me queda por conocer de vuestra cultura!”, asegura antes de embarcar para Buenos Aires.
El repertorio de estos conciertos incluye canciones que el artista considera representativas de su carrera como solista, que empezó en 1989. “Cantaré también una canción nueva y dos versiones de artistas argentinos muy célebres. Tanto en Buenos Aires como en Montevideo, me acompañan músicos locales: Fidel Araujo, Nelson Collinwood, Tomás Uxia, Daniela Augurio, Verónica Ramos, Hugo Angelelli y la Orquesta Deforme. Habrá también algún invitado sorpresa”, adelante.
En alguna oportunidad, Corcobado declaró “de pequeño no creía en Dios, pero le rezaba al mar”. Ese hallazgo poético revela una sensibilidad artística presente en su personalidad desde pequeño. “Pero no lo supe hasta la adolescencia, que fue una época de iluminación extrema muy incómoda, que, afortunadamente, se pasa…”, reflexiona. “Sigo rezándole al mar y a la virgen de Guadalupe”.
“Canción de amor de un día” es un ambicioso proyecto que Corcobado logró concretar después de dos décadas. “La idea viene, precisamente, de la niñez -explica el crooner- cuando no sabía aún que la música se enlataba en discos o cintas magnetofónicas. En 2004 imaginé una canción de 24 horas de duración. En 2010 comencé a componer piezas musicales propias e invité a un selecto grupo de artistas, la mayoría de los cuales accedieron a participar encantados, les parecía algo muy exótico… En 2011 escribí un relato-diario que sirvió para ordenar la suite y darles las pautas compositivas y de duración de sus piezas a cada uno de los compositores e intérpretes. La producción terminó en 2017, pero no se ha podido publicar hasta ahora. Sale el libro en breve incluyendo el pendrive (USB) con el audio de 24 horas: CADUD. Me siento muy feliz de que vea la luz por fin”.
Uno de los artistas que participaron de ese proyecto es Enrique Bunbury, que además ha expresado su admiración por Corcobado. “Los artistas —tanto consagrados como de culto— que participan en CADUD, de una u otra manera, han tenido conexión con mi obra; bien la han admirado y comprendido en la distancia o bien han trabajado conmigo a lo largo de las décadas. A muchos los he conocido en persona y a otros aún no. Todas y todos han puesto lo mejor de sí mismos en cada una de las cien piezas encadenadas que conforman la obra completa. Siento un gran respeto por todas esos artistas; algunos han logrado un gran éxito internacional y otros, más vanguardistas, también pasarán a la historia de la música. El elenco es amplio, somos 63 artistas, más o menos, entre los que se cuentan Bunbury, Calamaro, Suso Saiz, Aviador Dro, Esplendor Geométrico, Mar Otra Vez, Amaral, Vetusta Morla, Aintzane con G de Gloria, Mariona Aupí, Los Morenitos, Bruno Galindo… Por citar sólo a unos pocos”.
La oscuridad y la melancolía son dos características de buena parte de la obra de Corcobado. “La oscuridad y la melancolía generan bellas canciones, y la luz es, asimismo, una energía muy poderosa, ruidosa —el ruido es el diamante que suelo pulir para mi crear mi música— que convive en mi obra junto a la ternura y la armonía. Esos contrastes supongo que me definen…”, sostiene.
Corcobado acaba de publicar su autobiografía, La música prohibida, con la particularidad de que tiene forma de novela y está escrita en tercera persona. “La escribí durante la pandemia, tras años sin haber tenido tiempo para afrontar otra novela desde El amor no está en el tiempo, que se publicó en 2005. La música prohibida no es una autobiografía al uso, sino una novela basada en mi vida, que es la que tenía más a mano”, asegura. “Se combinan la ficción y la fantasía con el objetivo de mantener la atención del lector y crear suspense. Es un libro de aventuras de ochocientas páginas, pero dicen quienes lo han leído que su lectura se hace muy amena, y eso es una satisfacción para el autor”.
Corcobado declaró alguna vez: “No aspiro a ser un artista mayoritario, pero sí de grandes minorías”. En diálogo con ROLLING STONE, profundiza en esa idea. “No tengo intención de crear para sectores de audiencia específicos. Compongo música y escribo para todos los públicos. A quienes les llegan al corazón mis obras suelen engancharse, si están dotados de la sensibilidad adecuada para poder disfrutar de ellas”, asegura.
En algunas listas que Corcobado publicó en su cuenta de Spotify, hay selecciones eclécticas donde conviven artistas como Erik Satie y Las Grecas, Peret y Lou Reed, Cole Porter y Manu Chao, Sonic Youth y Camarón de la Isla. La palabra “prejuicio” no parece existir en el diccionario de sus gustos musicales. “Escucho música de todos los estilos, siempre hay algo bueno que descubrir, aunque en la actualidad la cantidad supera la calidad, que escasea en el arte en general”, concluye.
Antes de presentarse en Buenos Aires y Montevideo, Corcobado responde el Cuestionario RS.
1. ¿Cuándo fue la última vez que fuiste a una disquería? ¿Qué disco te llevaste? ¿En qué formato?
Hace unos días en Bilbao, le regalé a mi hija la banda sonora de 2001: Una odisea del espacio en vinilo.
2. ¿Te acordás de los sueños habitualmente? ¿Tenés algún sueño recurrente?
Sí, me acuerdo al despertarme; a veces he intentado dormirme de nuevo y volver a entrar en ellos, unas veces con éxito y otras no. Antaño los apuntaba en un cuaderno.
3. ¿Sos buen cocinero? ¿Cuál es tu especialidad?
Sé cocinar platos sencillos, pero no soy creativo en eso, menos cuando improviso con mezclas imposibles… Le pongo amor a la tortilla de patatas, lentejas, asados, guisos, ensaladas…
4. ¿Tenés mascotas?
Tuve perros hace años, me llevo muy bien con ellos. Ahora tenemos 4 gatos: Yin, Yang, Jung y Venus.
5. ¿Cómo armarías el line-up de tu festival ideal?
Habría de ser un festival en que se combinaran hologramas de artistas muertos con otros vivos: James Brown, Frank Sinatra, The Sex Pistols, Elvis Presley, Nico, The Doors, Serge Gainsbourg, Tom Waits, Astrud Gilberto, Leonardo Favio, Gal Costa, Carlos Gardel, Pérez Prado, Scott Walker, Alan Vega, Tom Waits, James Chance, Lana del Rey, Arca… No sé si esto sería un sueño maravilloso o una pesadilla.
6. ¿Cuál es el instrumento más raro que tenés en tu casa?
Un spoinger. Es una especie de salterio eléctrico muy simple, que inventamos un bajista inglés y yo en Almería hacia el año 2007.
7. ¿Cuál era tu dibujito animado favorito cuando eras chico? ¿Y ahora?
De niño, Peter Pan, y de ahora, ciertos personajes de anime —gracias a mi hija—, cuyos nombres no recuerdo.
8. ¿Tuviste alguna experiencia sobrenatural?
Esta vida es una experiencia sobrenatural.
9. ¿Cuál es el último libro que leíste?
Ciudad en ruinas, de Don Winslow.
10. ¿A qué celebridad te gustaría tener entre tu público?
Todas las personas que pagan una entrada por venir a verme las considero celebridades.
11. ¿Cuál es el objeto más viejo que atesorás?
Mi cuerpo, pero está en bastante buen estado.
12. ¿Qué actor podría protagonizar la serie sobre tu vida?
¿Johnny Depp? Es de mi edad…
13.¿Cuál es tu deporte favorito?
Skateboarding o monopatín.
14. ¿Cuándo fue la última vez que pediste un autógrafo?
En 1989 a Juanito Valderrama.
15. ¿Cuál fue tu primer recital?
Obviando los conciertos con la rondalla cuando era niño, mi primer concierto fue en Rock-Ola (Madrid) en 1983, con mi primer grupo, Cuatrocientosveintinueve Engaños.
16. ¿En qué creés?
Creo en el Amor, en Dios y en el planeta Tierra.