“La idea de dirigir una película surge por una propuesta del productor Diego Dubcovsky. Yo no me formé como cineasta, pero presencié muchos rodajes porque trabajé como actriz en algunos proyectos”, explica Camila Fabbri, la escritora y dramaturga que este jueves estrena Clara se pierde en el bosque, su ópera prima como cineasta. Si bien tenía experiencia en la dirección teatral, la condición indispensable para asumir esta nueva responsabilidad era contar con un equipo. “Necesitaba que ese equipo pudiera darme confianza y en el que yo confiara también”, argumenta. “Y ahí fue que apareció la posibilidad de trabajar con Nacho Ceroi, que es mi amigo y es director de cine y fue asistente dirección en la película. Victoria Pereda fue la directora de fotografía, que también es muy amiga, entonces se armó una especie de triángulo de trabajo que me dio mucha confianza. Y también con Pablo Chernov que se sumó al equipo de producción. De todos modos, reconozco que no es la película de una de un cineasta: es la película de una escritora”.
Clara se pierde en el bosque es una historia atravesada por la tragedia de Cromañón, tragedia que, a la vez, atraviesa a toda una generación (o varias, en verdad) y también es un eje central en la obra de Camila, 20 años después. “Creo que hoy Cromañón se piensa intentando ver de qué forma se puede hablar de esa época, de qué forma se puede hablar de lo que pasó sin mencionar lo que quizás ya se dijo tanto desde la prensa, las zonas más amarillistas o más morbosas del hecho digamos”, argumenta. “El desafío es ver cómo se puede seguir revisitando desde lugares más amables, ¿no? Cómo hablar de las víctimas, de quiénes son hoy más allá de lo que les pasó. O sea, cómo siguieron sus vidas y qué hicieron, que Cromañón no sea de lo único de lo que tengan que hablar”. Fabbri también plantea la necesidad de repensar esa época. “De como también influyó en nosotros esa adolescencia gregaria llena de música, también salvaje. Porque creo que todos tuvimos una adolescencia salvaje, de haber estado como bastante en peligro. Entonces, en lo personal, lo revisito de esa manera”.
La adolescencia es otro de los ejes del film. “Creo que es algo que aparece bastante, por supuesto teñido por lo que pasó en Cromañón, pero es una época que me parece que fue de mucha formación emocional para mí, y creo que para todo el mundo, ¿no? Tengo la sensación de que quizás yo era otra persona cuando era adolescente, en el sentido menos amplio de la palabra. Lo digo respecto de ciertas libertades que me tomaba, que después nunca más me las tomé. De esa sensación de ser como inmortal, ¿no? De poder hacer cualquier cosa, de hacerle caso a todos y a todas las voces que tenía alrededor, de todos los amigos. Una cosa de mucha entrega, de euforia y felicidad, que no tenía que ver necesariamente con drogas o alcohol sino con simplemente estar juntos escuchando música. Creo que esas sensaciones tan extremas ya no hubo, o volvieron después, pero de otra manera. Entonces, creo que la adolescencia es un momento muy preciado de la vida, como si fuera el núcleo de la célula”.
Inquieta y prolífica, Camila Fabbri ha explorado, y explora, diversos tipos de expresión artística, con cierta ambición renacentista. Además de directora de teatro y dramaturga, actriz y escritora, incursiona ahora en el cine y suele firmar artículos en medios periodísticos como La Agenda. “No es una ambición renacentista”, aclara. “Creo que hay, más bien, una necesidad de trabajar en una realidad que no siempre es tan amable. Ni hablar ahora ¿no? Pero históricamente los escritores y las escritoras trabajaron como dramaturgos o como guionistas o como periodistas porque su oficio era escribir y eso no necesariamente se compartimenta con su oficio. No es que eran una cosa y después la otra: era todo parte de lo mismo. Eso después fue cambiando, pero ahora se me viene a la cabeza Scott Fitzgerald, como esa época, ¿no? Él incursionó en todo. Y eso no lo convertía, necesariamente, en un tipo ambicioso, sino que su oficio era la escritura. Entonces él podía brindar ‘servicios’ para escribir para el cine y para el teatro. Se trata de escribir historia, y las de ficción entran en el mismo combo, también. Entonces, en ese sentido, yo no me considero alguien demasiado inquieta, simplemente estoy haciendo mi trabajo y muchas veces necesito solventarme para pagar el alquiler y ver cómo diversificarme. Porque si una por ahí se queda solo con la narrativa, es más difícil. Entonces me parece que tiene que ver con muchas cosas y también con una cultura, muy del presente del artista argentino. Yo creo que la mayoría se dedican a muchas cosas a la vez, es raro encontrar un director de teatro que sólo haga eso. Me parece que está bastante dado el hecho de poder hacer distintas cosas a la vez que están todas totalmente relacionadas”.
Camila está angustiada por el devenir de la cultura en la Argentina desde la asunción de Javier Milei como presidente. “Es un presente inquietante, demoledor”, explica. “Es demoledor todo lo que pasa, se opone al deseo y al trabajo, es muy exasperante vivir así. Porque hay un gobierno que nos está diciendo que lo que hacemos no sirve para nada, que no le importa a nadie y eso está establecido como una verdad. Entonces, es muy difícil también perseguir algo en este momento, más allá de lo que ya sabemos del desfinanciamiento y cómo esto afecta en lo económico. Pero me refiero quizás más a lo personal, a las emociones te diría, yo no tengo mucha idea, cuáles van a ser las alternativas porque evidentemente este vaciamiento es ideológico, ¿no? No es un plan económico, no hay ningún plan, entonces en este momento solo puedo percibir el malestar. Sé que algo va a pasar, que nos va a sacar un poco de esta rueda pero es muy difícil, trabajar y hacer películas. Escribir historias con un desaliento tan grande es como monstruo, como un Godzilla pisándonos”.
Mientras se prepara para el estreno de Clara se pierde en el bosque, Camila responde el Cuestionario RS.
1. ¿Cuándo fue la última vez que fuiste a una disquería?
¿Qué disco te llevaste? ¿En qué formato?
La última vez que fui a una disquería, fui a un Musimundo y compré el CD Influencia de Charly García. Le saqué plata a mi mamá de la billetera, fui y lo compré.
2. ¿Te acordás de los sueños habitualmente? ¿Tenés algún sueño recurrente?
No me acuerdo tanto de los sueños en general. Sí tengo un sueño recurrente que ahora no sé si lo soñé hace poco o no, pero que es que viajo en un ascensor, sola, que es un ascensor que depende el día sube o baja, no sé, no lo tengo tan en claro y no se detiene nunca. Nunca llega a destino y sube, sube, sube, sube, sube o baja, baja, baja, baja, baja y nunca llega.
3. ¿Sos buena cocinera? ¿Cuál es tu especialidad?
No, no soy buena cocinera. De hecho, cocinar me da mucha pereza y siempre lo relaciono con mi estado anímico; si estoy con la cabeza muy llena de pensamientos no puedo cocinar. Y bueno… cocino cualquier pavada, sobrevivo, si estoy más ligera quizás, pueda hacer una tarta de atún que es mi especialidad. Pero no, no soy buena.
4. ¿Tenés mascotas?
Sí, siempre tuve mascotas.Cuando era chica tenía un perro que se llamaba Cirano. Mi mamá le puso ese nombre. Después tuve un gato que se llamaba Ulises que se lo puse yo al nombre. Y después tuve dos gatas, tuve una pareja de gatos Luis y Telma, que los tenía con una pareja y cuando me separé él se llevó a Luis y yo me quedé con Telma (Telma sin h), que es mi gata, mi compañera de vida.
5. ¿Cómo armarías el line-up de tu festival ideal?
Un Festival ideal… Pueden ser millones, pero si pudiera elegir, sería un festival en el que, sin dudas esté Charly Garcia, como cierre. Charly Garcia haciendo sus discos solistas y también Charly haciendo una especie de las bandas eternas con quien pueda venir ese día de Serú Girán, con Nito Mestre haciendo temas de Sui Generis, algo de La Máquina de Hacer Pájaros. Me gustaría que estén también Baglietto, Fito, Fabiana Cantilo, María Gabriela Epumer. Hacer así como una especie de revisión de los 80 de bandas eternas, como un revival y después también de teloneros me gustarían bandas más actuales como Diosque, Nina Suárez, haciendo un dúo con su mamá, con Rosario con unos temas de Suarez, eso estaría muy bien también…
6. ¿Cuál es el instrumento más raro que tenés en tu casa?
Instrumentos raros no tengo. Hace un año me compré una guitarra criolla, porque quería volver a tocar la guitarra, y la tengo ahí.
7. ¿Cuál era tu dibujito animado favorito cuando eras chica? ¿Y ahora?
Me gustaba mucho Sailor Moon, Doug Narinas y también siempre fui muy fan de Mafalda, me gustaban mucho las historietas de Mafalda y me sigue gustando mucho leer a Quino.
8. ¿Tuviste alguna experiencia sobrenatural?
Por suerte no tuve, pero me daría terror tener alguna. Creo que es como abrir una zona de la locura, que no quiero tener.
9. ¿Cuál es el último libro que leíste?
Fuera de juego, una novela de Emmanuel Carrère, que salió por compactos Anagrama.
10. ¿A qué celebridad te gustaría tener entre tu público?
Me gustaría tener a todas y a ninguna a la vez. La sigo mucho a Britney Spears en su Instagram, me parece increíble en todo en lo que devino y me gustaría mucho tener una amistad con ella. Así que la elijo a Britney.
11. ¿Cuál es el objeto más viejo que atesorás?
El objeto más viejo que atesoro, que ahora mismo no sé donde está guardado, pero sé que lo tengo, es la pulserita que le ponen a los bebés cuando nacen, en la clínica. Yo tengo la mía de cuando nací: es una pulserita rosa de plástico que dice Camila Fabbri y dice el día que nací y es ínfima, es casi como un anillo de lo chiquita que es, a pesar de que iba a la muñeca.
12. ¿Qué actriz podría protagonizar la serie sobre tu vida?
En un trip delirante, la actriz que haría la serie de mi vida sería, claramente, Winona Ryder. Porque creo que todos querríamos que ella haga sobre nosotros y nuestras vidas.
13. ¿Cuál es tu deporte favorito?
No tengo deporte favorito. No me gusta practicar deportes, pero, sí me gusta verlos. Me gusta ver básquet, patinaje sobre hielo… Todas cosas que hace gente que es como de otro planeta.
14. ¿Cuándo fue la última vez que pediste un autógrafo?
No tengo idea, no recuerdo haber estado cerca de alguien muy impactante. Quizás cuando era más chica e iba bastante a la Feria del Libro, veía a los autores y les pedía que me firmen los libros.
15. ¿Cuál fue tu primer recital?
Mi primer recital grande. Fui al estadio de River con mi hermana Tamara y con una amiga de ella, Lucía, a ver a Los Piojos en la presentación de Máquina de sangre, a fines de 2003. Yo era muy chica y fui con ellas. El estadio estaba repleto y tuve mucho miedo, pero la pasé increíble, también. Como que dije: “¡Ah, bueno, estoy haciendo lo que hay que hacer!”.
16. ¿En qué creés?
Creer, creo en el Gauchito Gil. Tengo mi gauchito, tengo mi santuario, creo en él, me gusta pedirle cosas y agradecerle y dejarle un poco de vino, porque como no fumo, no dejo puchos. Pero creo, creo en él.
