Crítica: The Beach Boys, el nuevo documental sobre los musicalizadores del sueño californiano

La flamante película de Disney+ retoma una de las más grandes historias del rock, apoyada en gran material de archivo, testimonios inéditos y un desenlace sorprendente

Por  DANIEL FLORES

mayo 24, 2024

The Beach Boys: Surfing U.S.A.

La de los Beach Boys es una de las grandes historias de la música pop del siglo XX. Tiene de todo: la edad de la inocencia del rock a principios de los 60, el clan familiar (con traiciones incluidas), la genialidad, la idealización publicitaria de California, la experiencia psicodélica, el surf, los hits y las obras traumáticamente inconclusas, una muerte trágica, una rivalidad épica (¿qué tal los Beatles como contendientes?), los trastornos mentales, ¡Charles Manson!, la decadencia y el resurgimiento, la recaída y otra vuelta más.

Es decir que el material de trabajo ciertamente está ahí. Claro que, justamente debido a esa riqueza, se trata también de una de las historias más contadas en la saga del rock. Brian Wilson, líder creativo de la banda formada en 1961, en Hawthorne, California, es una leyenda viva (81 años, en silla de ruedas y con un trastorno neurocognitivo) y su biografía es ampliamente conocida, al menos por quienes se interesan en esos asuntos. Por su enorme talento musical tanto como por sus vaivenes psiquiátricos, la vida de Brian ha sido tema de comentario y análisis en el periodismo de rock desde la década del 60 hasta estos días (en que los otros Beach Boys sobrevivientes siguen de gira).

Brian Wilson, concentrado en su próximo hit.

En ese contexto se estrena The Beach Boys, el nuevo documental sobre… bueno, The Beach Boys, disponible desde hoy (24 de mayo) en Disney+. La película, dirigida por Frank Marshall y Thom Zimny, se enfoca en la historia “general” del grupo, desde su formación, con una notable cantidad y variedad de material de archivo. Muestra en blanco y negro a la pandilla de hermanos Dennis, Carl y Brian, el primo Mike Love y el vecino Al Jardine, clavando armonías angelicales como chicos prodigio con guitaras eléctricas, y luego saltar a los sets de televisión y los grandes escenarios, creciendo en público y volviéndose artistas cada vez más complejos, traccionados a los tumbos por las transformaciones sociales (y las nuevas olas y las viejas drogas) de la década del 60.   

Entre los hallazgos, hay filmaciones de los chicos en estudio y audios de discusiones durante las estresantes jornadas de trabajo musical. Abundan también los testimonios de los propios Beach Boys en sus distintas formaciones, algunos de viejas entrevistas, muchos otros registrados especialmente para esta película. Siempre interesantes y reveladores, generalmente amables y suaves, como las canciones que el grupo supo dedicarles a las chicas californianas.   

Archivos y testimonios son matizados con comentarios de “artistas invitados”, como Lindsey Buckingham, Janelle Monáe, Ryan Tedder y Don Was, cuya relevancia respecto del caso Beach Boys puede ser algo desconcertante. Aunque algunas intervenciones suenan razonables y atinadas, en distinto grado, no hay mucha justificación para la presencia de estos músicos ajenos a la historia, más allá de que así lo recomienda cierto Manual de Estilo del Buen Rockumental aún no escrito, pero excesivamente respetado.

Incluso así, con estos testimonios opinablemente prescindibles y con un material ya muy transitado, The Beach Boys despliega (una vez más) un arco narrativo notable, tan particular y tan universal como toda gran historia, protagonizada por un conjunto capaz de facturar los éxitos más livianos y luego grabar maravillas como Pet Sounds, número dos en la lista de Rolling Stone de los mejores 500 discos de la historia.

The Beach Boys, pasada la edad de la inocencia.

Claro que al no enfocarse específicamente en la figura de Wilson ni en ningún otro aspecto puntual, sino en lo general, la película sobrevuela a veces un poco rápido hechos tan fuertes como el vínculo del baterista Dennis Wilson (el único verdadero surfer de los Boys) con Charles Manson al momento de los famosos asesinatos del clan (vaya pequeña anécdota) o los ya proverbiales rayes de Brian.

El tratamiento de la rivalidad con los Beatles y la obsesiva creación de “Good Vibrations”, en cambio, son momentos de fiesta para cualquier melómano, mientras que el final es otro gran logro de producción, sin duda, por más que parezca ligeramente subexplotado. Si los Beach Boys contribuyeron al inicio de su carrera a la ilusión de California como la Tierra Prometida de la diversión sin preocupaciones, esta impecable película honra a la banda con un tono similar, surfeando para salir rápido de los momentos incómodos.

The Beach Boys, la banda, revolucionó la música pop, al punto que ellos mismos sufrieron la potencia de tal proceso. The Beach Boys, la película, es un documental convencional, impecablemente profesional, que jamás intenta revolucionar la estética del rockumental, pero que tiene hechos y documentos para justificar dos horas de buen entretenimiento.

[Junto con el estreno del documental The Beach Boys, está previsto el lanzamiento de la banda sonora oficial para escuchar vía streaming y descargar. En marzo pasado ya se había publicado una reedición del quinto disco de la banda, Shut Down Vol. 2, (1964). Además, el libro oficial The Beach Boys by The Beach Boys se publicó el 2 de abril vía Genesis Publications].