Hace 20 años, Café Tacvba volvía del primer “año sabático” de su trayectoria y entregaba un álbum rupturista. Después de más de una década tocando con una caja de ritmos, decidieron incorporar la batería, lo que obviamente trajo un sonido más rockero. A su productor histórico, Gustavo Santaolalla, le sumaron dos firmas gringas: Dave Fridmann (Flaming Lips, Mercury Rev) y Andrew Weiss (Ween, Rollins Band). Y otra novedad: la aparición de temas firmados por sus cuatro integrantes (“Camino y vereda”, “Soy o estoy”), surgidos en extensas zapadas. El resultado, Cuatro caminos, que llegó a las bateas el 1 de julio de 2003, es un hito en su discografía.
1. La batería
Por primera vez en su historia, Café Tacvba incluyó la batería en su formación. De la grabación participaron dos sesionistas: Victor Indrizzo, que había grabado con Beck (y Érica García), y Joey Waronker (R.E.M.). Para sus presentaciones en vivo sumaron a Luis Ledezma, el “Children”.
2. La encrucijada
“El título simboliza que cada uno de nosotros estaba tomando un camino, estaba decidiendo qué hacer”, le contó Rubén Albarrán al periodista y biógrafo tacvbo Enrique Blanc. También hace referencia al lugar donde Café Tacvba creció como grupo, Naucalpan, donde está la estación del Metro Cuatro caminos. “Es un cruce de caminos con puntos opuestos y puntos complementarios”.
3. Los productores
Con la experiencia de haber Trabajado con Joe Chiccarelli en Revés/Yosoy (1999), el grupo decidió, sin dejar de seguir colaborando con Gustavo Santaolalla, abrir el abanico de producción. Armaron un dream team e hicieron sus peticiones: Brian Eno y Nigel Godrich no respondieron, pero Dave Fridmann lo hizo en tiempo y forma. Luego sumaron a Andrew Weiss, que había trabajado con Ween (Chocolate & Cheese, 1994) y Babasónicos. Y completaron la multiplicidad de miradas autoproduciéndose.
4. Energía rockera
“Lo más importante es que nos refrescamos a nosotros mismos, nos renovamos. Para nosotros, resultó totalmente nuevo lo que hicimos”, reflexiona Rubén Albarrán. “Hasta ese momento existió en nosotros el orgullo de decir que habíamos hecho cosas diferentes que nadie estaba haciendo. Y, de repente, nos liberamos de ese ego y dijimos: ‘¡Somos un grupo de rock, chingue su madre!, ¿qué más?’”. Quique Rangel se pasó al bajo eléctrico, Rubén cambió la acústica por la eléctrica, y la magia siguió con otra forma.
5. ”Eres“, el hit
En un principio, Rubén iba a cantar “Eres”, pero Santaolalla sugirió que la voz de Meme, el autor del tema, era más adecuada. “La canté y le fue bien”, declaró el tecladista. “También descubrí algo que desde mi puesto no había experimentado: cuando la gente a nivel del concierto te responde y sientes su energía”. En una firma de autógrafos, apenas salido el disco, una chica se le acercó y le dijo: “Si esa canción fuera medicina, estaríamos todos curados”. Hoy en día, sigue siendo un momento cumbre de los shows.
6. Élfego Buendía
Para este disco, Rubén Albarrán adoptó el seudónimo de Élfego Buendía. El nombre refiere a un tío suyo cuyo paradero era desconocido, según narra Bailando por nuestra cuenta, la biografía oficial del grupo. “Siempre fue un vagabundo en vida y por eso lo admiro”, declaró. El Buendía rinde homenaje a los personajes de Cien años de soledad, la célebre novela de Gabriel García Márquez.
7. “Eo” (El clip)
Dos de los integrantes del grupo GusGus, Arni & Kinski, dirigieron uno de los clips de este álbum. Los músicos islandeses también se dedicaban a hacer las imágenes de las proyecciones de su banda, así que volaron a México para rodarlo. Los clips de “Puntos cardinales” y “Eres” los dirigió Rogelio Sikander (1977-2020), también colaborador de Zoé y Molotov.
8. Joselo solista
“La guitarra puedo tocarla con mucho sentimiento y la gente puede no darse cuenta de ciertas cosas, pero a la hora que emites la voz, la gente te ve y conecta o no contigo”, explicaba Joselo Rangel, que en el año sabático previo a Cuatro caminos había lanzado Oso (2001), su debut solista. “Me di cuenta de lo valioso del cantante que tenemos en nuestra banda”.
9. Las Torres Gemelas
Hay una estrofa en “Encantamiento inútil” que refiere a los atentados del 11 de septiembre de 2001: “La torre ya cayó. Revelaciones por televisión. Sampleos, loop, edición. 12:60”. Rubén lo confirma: “Obviamente hace referencia, fue un suceso que nos impactó a todos. (…) En el tarot, cuando la torre cae viene el cambio. Es la transformación que estaríamos esperando”.
