Billy Corgan de The Smashing Pumpkins: “Me sorprende positivamente que al menos alguno preste atención”

El líder del legendario grupo de rock alternativo habla sobre su último trabajo, el disco triple y conceptual Atum: A Rock Opera in Three Acts

Por  ANDY GREENE

mayo 13, 2023

Foto: Gentileza EMI

Pocos fans de Smashing Pumpkins se dieron cuenta en el momento, pero el disco doble del grupo Mellon Collie and the Infinite Sadness, de 1995, fue el comienzo de la historia de un personaje llamado Zero, que resurgiría como Glass en Machina/The Machines of God, de 2000. Dos décadas más tarde, Billy Corgan está revisando la saga completa en el disco triple Atum: A Rock Opera in Three Acts, donde el protagonista –ahora llamado Shiny– ha sido desterrado al espacio. “Por un tiempo, creí que este disco nunca se iba a concretar porque el entusiasmo de la banda era dudoso”, dice Corgan. “Pero la pandemia fue un punto de quiebre. Me di cuenta de que no tenía control sobre el mundo, pero al menos podía controlar el mundo de Shiny y sus amigos”.

-Te proponés que los fans sigan una historia bastante compleja en este álbum. ¿Te preocupó que algunos no pudieran hacerlo? 

Está hecho entendiendo que la mayoría de la gente no seguirá la historia. No me molesta porque lo mismo pasó con Mellon Collie and the Infinite Sadness. La mayoría no sabé de qué se tratan los discos. Se concentran en su solo de batería favorito o lo que sea. Está todo bien.   

-Pueden entender la historia con mucho más detalle ahora con tu podcast. 

Mucha gente me dijo que nadie lo escucharía. Bueno, está bien también. Si volvieras con la máquina del tiempo 30 años atrás, te diría que me enfermaba que no todo el mundo prestara atención. Ahora, casi que me sorprende positivamente que al menos alguno preste atención.

-¿Cuánto material nuevo tocarán en la nueva gira de los Pumpkins?

Tocamos cuatro o cinco temas nuevos, lo que es mucho si lo pensás. Sigo soñando con que toquemos el disco completo en la situación adecuada. Pero no lo logramos aún.

-Muchas de tus canciones más viejas reflejan un terrible dolor y traumas de la infancia. ¿Cómo es, emocionalmente, cantar una canción como “Disarm” todas las noches?

Lo hago más bien como un actor. Muchas veces cuando canto una canción como “Disarm” pienso en mis chicos más que en mí mismo. Se transforma en una declaración de victoria de alguien que no sólo logró sobrevivir, sino que crio chicos que no sufrirán como él.  

Hace poco declaraste que los Pumpkins eran una pila de oportunidades perdidas. ¿Qué quisiste decir?

Bueno, para mí, la banda de los noventa se separa en dos etapas. Una hasta que Jimmy (Chamberlin) se va en 1996 y, luego, lo que vino después, que fue una lucha mes a mes sobre quién seguía en la banda, la crisis de la industria discográfica, MTV que se retira del rock… Cuando Jimmy se fue, yo debía hacerlo también. La banda había superado su tiempo útil, incluso para mí personalmente. Pero seguimos. Es como con la familia: no estás seguro de que haya amor, pero continuás ahí porque es la familia que conocés.

James Iha ha estado de vuelta en la banda ya por cinco años. ¿Qué significó para vos recomponer esa relación?

Me permitió recuperar lo bueno de la banda sin necesitar tener siempre algún tipo de calificación de lo que fue. Alrededor de 2008, cuando tocábamos con Jimmy, parecía que todo se trataba de quién no estaba ahí con nosotros. Alguna gente llegaba a decirnos que la banda ni siquiera debía existir. Y después empezabas a pensar: “Esperá, hay otras bandas con un solo integrante original. Nosotros somos dos. ¿Eso es mejor?”. Con la vuelta de James, eso se acabó.

En esos días casi disfrutabas con el papel de villano. Pareciera que ya no es así.

Nunca fui así. Me convertí en esa persona en reacción a la forma en que se me presentaba. En un punto, después de tener hijos, miré alrededor y dije: “Ya no quiero ser este tipo”. Es como trabajar en la lucha libre. Hasta tuvimos un presidente del que podrías decir que fue uno de los más grandes villanos de todos los tiempos, ¿no? A Donald Trump le encanta ese juego. Yo llegué a cansarme.

En tu nuevo disco, Shiny empieza siendo borrado de la historia. ¿Es una metáfora para hablar de la cultura de la cancelación?

No todo en la historia es sobre mí, pero hay una parte que tiene que ver con cómo fui inocente y engañado y de todos modos me fue bien, aunque también fui atacado. Sobreviví. Hice mi vida. No me maté. Hace veinte años que no tomo. Podría haber dejado esto, pero decidí no hacerlo. Llegás a cierto punto en tus propios logros que decís: “Estoy bien”.

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