Beef, el último tanque de Netflix: cómo una pelea de tránsito se puede convertir en una guerra total

La miniserie de comedia dramática está inspirada en una particular situación callejera que vivió su creador, el director coreano Lee Sung Jin

Por  ALAN SEPINWALL

mayo 16, 2023

Foto: Andrew Cooper/Netflix

Una tarde de primavera en 2019, Lee Sung Jin estaba manejando en medio del típico tráfico de Los Ángeles. Volvía a casa tras terminar su jornada laboral como guionista de la serie animada Undone. Era el final de un día perfecto en el trabajo de sus sueños. Esperando el semáforo, se perdió el cambio a verde, distraído chequeando el Waze. El conductor en la camioneta blanca de atrás le tocó bocina. Y entonces, recuerda Lee, el hombre le pasó por al lado de la ventanilla: “Me dijo un par de insultos y siguió de largo”. Todos hemos estado allí, en el rol de dar o recibir los insultos entre conductores. Por lo general, nos calmamos y seguimos adelante. Sin embargo, Lee, a quien sus colegas describen como alguien reflexivo y tranquilo, esta vez no pudo dejarlo pasar. “Me sentí mal. ¿Sabés qué?, pensé. Estuviste mal. A ver qué pasa si ahora te persigo hasta tu casa”.

Si bien “no tenía un plan”, según dice, Lee se quedó pegado detrás del otro auto todo el camino por la autopista. Cuando el conductor frenó para ver la patente de su perseguidor, Lee se puso un par de anteojos de sol, bajó la ventanilla y le hizo un gesto con los dedos de “te estoy mirando”. Entonces puso marcha atrás y se las tomó, lleno de adrenalina.

Este encuentro casual se convirtió en el centro de su nueva (y extraordinaria) serie de Netflix, Beef (Bronca), repleta de drama y comedia negra. En los primeros minutos Danny (Steven Yeun), un deprimido trabajador de la construcción, sale del estacionamiento de una ferretería y casi choca con Amy (Ali Wong), una aspirante a millonaria. Ella le toca bocina, él se ofende y pronto están persiguiéndose mutuamente por las calles de Los Ángeles, con maniobras de precisión sacadas de Rápido y furioso. A partir de ahí, Danny y Amy se deciden a arruinarse la vida mutuamente, principalmente para poder ignorar el desastre que han causado ellos mismos con sus propias vidas. Lo que comienza como una serie de pequeñas bromas se convierte rápidamente en una seguidilla de actos indescriptibles de violencia emocional y física.

Beef es el ejemplo más reciente de la increíble variedad y profundidad que Yeun ha demostrado adquirir desde que dejó The Walking Dead, así como una sorprendente vidriera actoral para Wong. El proceso de creación fue tan intenso que ambos protagonistas sufrieron un caso severo de urticaria después de terminar la producción. Wong incluso se cambió el peinado, como una forma de separarse de la vibra opresivamente negativa de su personaje. Sin embargo, la serie unió a los actores y al guionista hasta el punto en el que ahora dicen que es “insoportable” pasar demasiado tiempo sin verse.

No es un trabajo que ninguno de ellos esperara hacer, y mucho menos su creador. Lee, que se hace llamar Sonny, pasó por el Page Program de NBC y después estuvo un tiempo, a mediados de la década de 2000, escribiendo un blog sobre televisión con el nombre de Capitan Oats (el caballito de plástico de Seth Cohen en Orange County) porque era demasiado pobre como para salir a disfrutar de Nueva York. A principios de la década de 2010, había escrito para comedias como It’s Always Sunny in Philadelphia y Two Broke Girls, y disfrutaba del trabajo pero siempre sentía que tenía que ocultar sus gustos menos convencionales.

(Foto: Andrew Cooper/Netflix)

Lisa Hanawalt, su jefa en la comedia dramática animada Tuca & Bertie (coprotagonizada por Wong como la tímida mujer pájaro Bertie), dice: “Cuando lo conocí, Sonny parecía que estaba tratando de cultivar una onda suave en su vida, pero se notaba que había muchas cosas burbujeando debajo de la superficie”. Con Beef, algunas de esas burbujas están empezando a salir a la luz. En los meses posteriores al incidente de pelea en el tráfico, a Lee le pareció que era sólo una anécdota divertida para contarles a sus amigos y compañeros de trabajo. Pero una conversación con Ravi Nandan, ejecutivo de A24, le hizo darse cuenta de que “podría haber una serie acá: dos personajes que están muy atrapados en sus propias realidades subjetivas”.

Ese mismo otoño le mencionó la idea a Yeun, del que se había hecho amigo al conocerlo en el casting para Singularity (un piloto que Lee escribió y quedó en nada). Después volvieron a verse cuando Yeun interpretó al amable novio de Wong en Tuca & Bertie. Con Yeun dentro del proyecto, el concepto comenzó a tomar forma. “¿No nos atrae a todos la rabia que nos da manejar?”, pregunta Yeun. Lee comenzó a hablar con él sobre qué tipo de personaje sería Danny, entrelazando gradualmente aspectos de la propia vida de Yeun en el guion: los dos emigraron de Corea cuando eran chicos, y Danny termina actuando en el coro de una iglesia coreana en el condado de Orange, igual que Yeun cuando era un chico de Michigan. Yeun eventualmente tendría que lidiar con la mala conducta de su personaje (para empezar, Danny regresa a la iglesia pero no con fe sincera, sino como parte de un arreglo paralelo que tiene con su turbio primo Isaac, interpretado con un carisma descomunal por David Choe). Sin embargo, las partes de su propia personalidad que Lee incorporó al material resultaron invaluables. Cuando Danny dice que nunca sintió del todo que encajaba en la vida, Yeun piensa en una foto del jardín de infantes que guarda: “Me veo tan triste. Hay una pequeña brecha entre mi cuerpo y el del chico de al lado. Y si miro fotos mías de cuando estaba en Corea, el año anterior, salgo girando la cabeza, tan emocionado, todavía sintiéndome tan seguro”.

No fue fácil encontrar al archienemigo de Danny, asumiendo que sería un hombre blanco mayor como el que le había tocado la bocina a Lee. Wong conocía a ambos superficialmente por su trabajo en Tuca & Bertie, pero cuando se contactó con Lee para ver en qué andaba, al principio de la pandemia, descubrió que la serie sería mucho más interesante si ella era la otra conductora. Lo que iba a ser una especie de Stanley Tucci ahora era una mujer ambiciosa con padres chinos y vietnamitas, y Beef con el tiempo comenzaría a tomar elementos prestados de la vida de Wong tan generosamente como lo había hecho con la de Yeun. La diseñadora de producción Grace Yun incluso usó la casa de Wong como inspiración para el interior de la casa que Amy comparte con su esposo George (Joseph Lee). “Cuando llegué al set –cuenta Wong–, dije, guau, esto parece Wayne’s World cuando van al set de Wayne’s World dentro de la película. Era familiar, pero un poco extraño”. Yun hizo ajustes sutiles para reflejar la frialdad del mundo interior de Amy y su dinámica con George, como espaciar un poco los listones de madera en la escalera para que “superficialmente parezca algo tranquilo muy zen, pero en realidad, es como si estuvieras en una jaula”, dice ella. Wong, que se divorció de su esposo Justin Hakuta en 2022, es cautelosa al demarcar el límite con su personaje, pero admite que la serie le dio “la oportunidad de hablar sobre muchas cosas de las que no había encontrado la manera de hablar en el stand-up”. Los dos siguen siendo muy unidos, dice Wong. Y Hakuta, que sigue apareciendo en su trabajo como comediante, la animó a sumarse a Paper Girls, la serie de ciencia ficción de Amazon, para no entrar en un proyecto tan exigente como Beef tras cuatro años de no actuar. Wong dice que no le preocupa que el público suponga paralelismos entre el matrimonio de Amy y el suyo. “Si me preocupara lo que piensa la gente, probablemente no haría nada”, insiste. “Mientras sienta, como siempre me pasó hasta ahora, que todo lo que hago es una representación de algo honesto, pero no una representación completa… esa es la forma más saludable de pensarlo”.

(Foto: Andrew Cooper/Netflix)

Aunque Beef se mete gradualmente pero con profundidad en los traumas y neurosis específicos que alimentan la enemistad de Danny y Amy, también parece una pintura de la época. Los dos antagonistas parecen venir de estratos sociales muy diferentes, pero están paralizados por la ansiedad económica, ya que el estilo de vida aparentemente opulento de Amy es una fachada que se basa en los caprichos de una multimillonaria voluble (Maria Bello) interesada en comprar su empresa. Y la rabia al volante habla de un nivel creciente de ira social que parece haber empeorado últimamente. “Me parecía que todos pensábamos que la gente saldría mejor de la pandemia”, dice Wong, “pero hay una energía muy tóxica dando vueltas en este momento”.

La experiencia resultó catártica para Lee, tanto profesional como personalmente. Finalmente hizo algo que le resulta “fiel a (su) voz”, como dice. Y, lo más importante, agrega: “Sinceramente, no sentí rabia al manejar nunca más”.