Bajofondo prepara un nuevo disco enfocado en la electrónica vintage

En el estudio-laboratorio La Siesta del Fauno, con Ernesto Romeo como técnico y aliado creativo, el grupo de Gustavo Santaolalla incursiona con teclados y sintetizadores de los 70 y los 80

Por  HUMPHREY INZILLO

junio 1, 2023

Casalla, Campodónico, Santaolalla, Supervielle y Romeo, el anfitrión, en La Siesta del Fauno.

Gentileza Alejandra Palacios

En tres jornadas maratónicas en La siesta del Fauno, el estudio de grabación de Ernesto Romeo en el barrio porteño de Constitución, la plana mayor de Bajofondo puso en marcha un nuevo álbum. Gustavo Santaolalla, Juan Campodónico, Javier Casalla, Luciano Supervielle y Martín Ferrés coincidieron en Buenos Aires para preparar un disco que, según Campodónico, tiene el foco puesto “en la retroalimentación entre lo humano y la tecnología”.
Campodónico, llegado desde Montevideo, asegura: “Tocamos muy poco en este disco, en el sentido clásico, pero a nivel composición es muy sofisticado. La performance es una simbiosis entre máquinas y nosotros, con muchísima libertad por tomar cosas que surgen espontáneamente de la interacción con estos instrumentos electrónicos analógicos”.

De allí parte, entonces, la elección de trabajar con Ernesto Romeo, cuyo estudio es, en verdad, “una especie de museo”. 

La Siesta del Fauno, el estudio-laboratorio adonde Bajofondo prepara su nuevo disco. (Gentileza Sergio Chiapetta).

Sin ánimos de spoilear demasiado, Campodónico se entusiasma con el trabajo junto a Romeo, líder del grupo Klauss, referente de la electrónica a nivel local y reconocido conferencista sobre tecnología musical a nivel mundial, que también suena exultante cuando habla de la experiencia.

“Esta grabación sentimos que resume y condensa todos nuestros intereses creativos y todo nuestro concepto respecto a lo técnico y artístico que dio origen a nuestro estudio-laboratorio La Siesta del Fauno”, explica Romeo. “El trabajo de todos los músicos de Bajofondo interactuando con nuestros recursos se vieron materializados en muchas líneas de acción sobre el material del álbum, que es increíble: muy diverso, muy rico, lleno de texturas y lleno de profundidad”.

“Ese estudio es una especie de museo”, dice Campodónico. (Gentileza Sergio Chiapetta).

Romeo hace un pormenorizado desgloce de su trabajo: “Hubo muchísimas capas de interpretación musical, con un espectro sónico amplísimo. Y, sobre todo este material, nuestros diálogos fueron muy diversos. Por un lado el reemplazar con algunos instrumentos de hardware e instrumentos musicales reales cosas que habían sido grabadas con instrumentos virtuales. En algunos casos, tocando esos instrumentos. En otros casos, controlándolos desde pistas MIDI. A veces, reemplazando cosas que fueron hechas con VSTs  [procesadores virtuales, por ejemplo reverbs, compresores], a veces sumando ese tipo de cosas. A veces agregando nuevas líneas, tocando instrumentos, también procesando algunos sonidos acústicos, sobre todo muchos violines. También el procesamiento de sonidos digitales por medio de sintetizadores modulares analógicos o distintos tipos de procesadores, la creación de algunos ambientes sonoros, en algunos casos incluso autogenerativos. La utilización de dispositivos acústicos para el control del sintetizador, por ejemplo un violín controlando por conversión de audio en voltaje a un sinte KORG-MS20. El trabajo con secuenciadores. La utilización de muchos tipos de sistemas modulares: Moog, Roland y Buchla. El poder tocar instrumentos como el MiniMoog a mano, o controlados via MIDI. El uso de instrumentos de distintas tecnologías analógicas, polifónicas como el Prophet u Oberheim, o digitales como el Yamaha DX1 o Roland JD-800. Y todo esto en diferentes capas de vinculación con la música. Y además la la propia creación espontánea en el estudio, incluyendo jam entre varios de nosotros, como formas de poder hacer aportes y diálogos creativos con el material y con la propuesta, que es de una de una profundidad artística notable”.

“El trabajo con Ernesto fue increíble”, celebra Campodónico. “Él es un conocedor de la síntesis y de la textura de sonido, y controla muchísimo los modulares y todo ese mundo. Eso nos sirvió para expandir parte del trabajo, que ya traíamos pre hecho de composiciones, y volverlo más analógico y más real, más tangible. Porque por más que hoy haya muchas versiones en plugins, cuando agarrás el de verdad tiene otra profundidad, otro 3D, otro tamaño. Y el resultado es muy bueno. Estamos en el 70% del proceso. Usamos muchísimos sintetizadores modulares, el clásico Moog modular, el Prophet, samples vintage como el Emulator, o el Oberheim, que es un sintetizador muy de la era del synth-pop. Y bueno, Ernesto se despachó ahí con algunos sonidos muy especiales hechos con el Buchla: cuando surge el sintetizador de venta al público, en la Costa Oeste de Estados Unidos estaba Buchla desarrollando su línea de sintetizadores, y en la costa Este estaba Moog, que decidió incluir un teclado para conectar a los músicos que tocaban teclados con los sintetizadores. Y Buchla era como más purista de trabajar únicamente con el sonido y desde un lugar de laboratorio. Son dos escuelas distintas, y nosotros usamos las dos. El Buchla es como para hacer cosas un poquito más experimentales, más paisajísticas, y Ernesto creó unos paisajes sonoros bellísimos”. 

El entusiasmo de Campodónico refleja la alegría de todo el equipo de Bajofondo. “La verdad es que trabajar con Ernesto fue una maravilla. Estamos felices por cómo se dio todo. Ahora tenemos que editar mucho de lo que grabamos y falta todavía un trecho más. Pero estamos súper contentos con esta parte, con haberlo hecho en un lugar único, tam especial, como La Siesta del Fauno, y con Ernesto y su equipo, los músicos de Klaus. El audio de estos instrumentos es una experiencia muy profunda, lo análogo frente a lo digital llega a una profundidad atómica. No hay pixel aqui. Salvo en uno de los temas que está inspirado en los video games de la era Arcade, ahí sí usamos sonidos muy pixelados, bit crusheados de la Comodore 64, la mítica computadora que fue pionera en la creación musical 100 % digital allá en los 80. Hay inspiración en distintos momentos de la electrónica. Desde paisajes sonoros hechos solo en base a síntesis. Al estilo laboratorio. Hasta recreaciones de Arcade. Pero claro que en medio de eso habrá grandes canciones y colaboraciónes que por ahora son top secret”.