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Amor a primer mensaje

Las películas románticas siguen cayendo en picada, ahora debido a la insufrible adaptación de un libro igual de insufrible.

Jim Strouse 

/ Priyanka Chopra Jonas, Sam Heughan, Céline Dion

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de Sony

En los años setenta y ochenta, existía la costumbre de invitar a un músico para que participara de una manera “casual” en el episodio de una serie de televisión famosa. La intención se notaba a leguas: promocionar de manera descarada al artista y a sus canciones. Es por eso en Los magníficos apareció Boy George, en Wonder Woman hizo lo suyo el ídolo juvenil Leif Garrett y Automan bailó al son de Hot Night de Laura Branigan. Aunque no hay nada malo en hacer product placement, lo cierto es que se sentía fingida y exagerada la profunda admiración que los protagonistas de las series profesaban por las estrellas invitadas, y era sumamente odioso y ridículo, ver como bailaban enajenados al son de las canciones que buscaban promocionar. 

Ahora piensen en una veterana estrella de la canción que busca reactivar su carrera y que para ello participa, no en un episodio de And Just Like That o Emily in Paris, sino en un largometraje para cine. Eso es lo que es Amor a primer mensaje

La estrella en cuestión es nada menos que Céline Dion, la cantante canadiense encargada de prestar su poderosa voz para los inolvidables temas musicales de Titanic (My Heart Will Go On), Sintonía de amor (When I Fall In Love), Algo muy personal (Because You Loved Me) y Stuart Little 2 (I’m Alive). Casi nadie pone en duda (con la excepción de esta revista que la omitió en el listado de los 200 mejores cantantes de todos los tiempos), del talento de Dion. Pero también hay que recordar que, de acuerdo con Trey Parker y Matt Stone, los creadores de South Park, el gobierno canadiense ha tenido que disculparse por ella. ¿La razón? Una música cursi, para nada sutil y sobrecargada (tipo festival de Eurovisión), que puede acabar con la vida de cualquier diabético de una manera instantánea por el exceso de azúcar.

La descripción de la música de Céline Dion se ajusta a la perfección con la comedia romántica en la que participa (hubiera sido una verdadera sorpresa si la cantante hubiera participado en la nueva entrega de Terrifier). Para sorpresa de muchos, Amor a primer mensaje es la adaptación de una popular novela alemana llamada Text For You de Sofie Kramer (los alemanes también pueden ser cursis) e incluye a Priyanka Chopra (la protagonista de esa colcha de retazos convertida en una costosa serie de espías llamada Citadel) y a Sam Heughan (quien hace parte integral de los sueños mojados de la audiencia cautiva que no se pierde un solo capítulo de la serie Outlander) en los papeles protagónicos. Priyanka y Sam son los amantes, y Céline es el hada madrina.  

En la insufrible adaptación (el libro es igual de insufrible) dirigida por Jim Strouse (La increíble Jessica James), Chopra interpreta a Mira, una mujer que departe con su novio perfecto John (Arinzé Kene). Pero como todos sabemos (especialmente los periodistas), cuando dos personas departen, todo deviene en tragedia. John termina atropellado al peor estilo de ¿Conoces a Joe Black? Y Mira queda sola con su corazón partido en mil pedazos. 

Mira pasa dos años en luto, sufriendo por la pérdida de su amor ideal. Su hermana Suzy (Sofia Barclay, haciendo un papel comúnmente asignado en las comedias románticas al “mejor amigo gay”), la mete en una aplicación de citas y la impulsa salir con un interés romántico. La mejor secuencia de toda la película tiene que ver con esa desastrosa cita a ciegas en la que Nick Jonas, el esposo de Chopra en la vida real, la trata de conquistar sin obtener resultado. 

Para lidiar con la pérdida, Mira escribe mensajes de texto al viejo número de su finado novio, sin saber que este ha sido reasignado a Rob Burns (Heughan), un crítico musical que acaba de salir de un doloroso rompimiento amoroso ya que su novia, sin explicación, lo dejó postrado en el altar (nótese la creatividad a la hora de construir la historia de nuestros protagonistas). 

Como ya todos podrán inferir, Rob recibe los misteriosos mensajes escritos por Mira y se enamora perdidamente de la mujer fantasma detrás de los textos (quien les escribe todavía recibe mensajes de cobro del anterior usuario de mi número, pero nunca mensajes de amor). E impulsado por sus compañeros de oficina (aquí si se incluye al “mejor amigo gay”) el crítico musical emprende la búsqueda de la que puede ser el amor de su vida. 

¿Adivinen qué? A Rob le encargan hacer un perfil sobre Céline Dion, quien se dispone a embarcarse en su primera gira luego de siete años después de la muerte de su esposo y mánager Réné Angélil, víctima de cáncer. Al principio, Rob asume la misión a regañadientes, pero luego es seducido por el encanto y la personalidad arrolladora de Dion. Los dos se vuelven amigos (algo improbable con letras mayúsculas) y el periodista le cuenta sobre su situación amorosa. Ante ello, Dion compara el amor de Rob por Mira al que ella tuvo por su esposo (Céline era veintiséis años menor que su mánager y este estaba casado cuando iniciaron su romance en Eurovisión, pero ¿eso qué importa?) y lo ayuda para conquistar a su amada (si ella logró que Jack y Rose se enamoraran, ¿por qué no va a ayudar al ilusionado escocés?). 

El tercer acto no se desvía ni un ápice del terreno de lo predecible. Mira y Rob se enamoran. Rob le oculta que él está recibiendo los mensajes dirigidos a su novio difunto. Mira se entera. Los dos rompen. Céline Dion interviene. Rob le confiesa su amor a Mira en un monólogo al peor estilo de El diario de Bridget Jones. El amor triunfa. Céline canta. FIN. 

Así como John Wick está obligando a las películas de acción a cambiar las reglas del juego, desde hace ya varios años el director Richard Linklater nos mostró cuál debía ser el nuevo camino a tomar para las películas románticas con su mágica y maravillosa trilogía conformada por Antes del amanecer, Antes del atarceder y Antes de la medianoche, protagonizada por Ethan Hawke en el papel de Jesse y Julie Delpy en el papel de Céline. Esta es la Céline que nos hace creer de verdad en el amor, no la intérprete de la atosigante The Power Of Love. 

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