Desde que se hizo visible para los miles de personas que se reunieron en el Movistar Arena, Alicia Keys les puso de rodillas. Su carisma produjo una inmediata conexión, una majestuosa comunión, y su calidez hizo olvidar el impredecible clima bogotano, que en la tarde tuvo uno de sus arrebatos. Cuesta poner en palabras lo que ella logra en el escenario, porque resulta imponente y cercana al mismo tiempo, mostrando virtuosismo, sofisticación y “calle” por partes iguales.
Su espectáculo conecta a las culturas afroamericanas y latinas en una celebración que abarca desde Nina Simone hasta J Balvin, pasando por Crystal Waters y Pedro Capó, de quienes interpretó ‘Gypsy Woman (She’s Homeless)’ y ‘Calma’, respectivamente.
Moviéndose entre el piano, el MOOG y la MPC, Alicia mantuvo arriba el espíritu de un público absolutamente entregado, siempre con una sonrisa esplendorosa y la habilidad de quien logra colaborar con Jay-Z o interpreta a Chopin sin ningún problema.
Acompañada por una impecable banda de cuatro músicos y una corista, la neoyorquina repasó su discografía, hizo un buen énfasis en lanzamientos recientes, y no dejó por fuera ninguno de sus clásicos: ‘Falin´’, ‘Girl On Fire’, ‘Empire State of Mind’ y ‘You Don’t Know My Name’, hicieron que el púbico cantara como si no hubiera un mañana.
Tal vez el momento cumbre de esta noche inolvidable estuvo cuando invitó al escenario a Karol G, que estuvo a la altura cantando sus partes en español en la versión de ‘No One’ que interpretaron. Cuando la gente escuchó el nombre de la colombiana, estalló en gritos y aplausos ensordecedores, y la estrella paisa se mostró profundamente emocionada por la oportunidad de compartir el escenario con AK.
Pocas horas antes del concierto, mientras se alistaba en el camerino para reunirse con algunos fans, Alicia hablaba con ROLLING STONE sobre un enorme respeto por la música latina y su amor por la música clásica, además de su obsesión con la conexión y la necesidad de transmitir un mensaje luminoso a tantas personas como sea posible; eso fue evidente durante las dos horas de show, que incluyó alrededor de 30 canciones que ha venido interpretando en Brasil, Argentina, Chile, y próximamente en México.
Así como cuesta poner en palabras lo que ella logra durante su show, cuesta hablar de conclusiones que no parezcan obvias; tal vez podamos decir que ella, sin actitudes de diva, ofrece lo que solo una diosa nos puede dar. Y en Bogotá quedamos inmensamente agradecidos.
