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Aguas profundas

Ben Affleck interpreta a un hombre que encarna los peligros de la represión, en la adaptación de la novela de Patricia Highsmith

Adrian Lyne 

/ Ben Affeck, Ana de Armas, Tracy Letts

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía Prime Video

Luego de veintidós años retirado del cine (su última película fue Infidelidad), Adrian Lyne, autor de las populares cintas Flashdance, 9 semanas y media, Atracción fatal, Alucinaciones del pasado, Propuesta indecente y Lolita, regresa con una nueva película, esta vez para las plataformas de streaming. A su vez, intenta resucitar el thriller erótico, un género prácticamente extinto, que el director británico ayudó a confeccionar y desarrollar con algo de maestría.

Aguas profundas es la segunda adaptación de la novela de la afamada Patricia Highsmith (Extraños en un tren, El talentoso Señor Ripley) y publicada en 1957 (la primera la dirigió el francés Michel Deville en 1981, con el recientemente fallecido Jean-Louis Trintignant y la gran Isabelle Huppert en los papeles protagónicos). En la novela, una pareja sin amor decide llegar a un acuerdo para evitar el dolor y los problemas ocasionados por un divorcio: Ella podrá tener cualquier número de amantes, siempre y cuando no deje a su familia.

Lyne y los coguionistas Zach Helm (Más extraño que la ficción) y Sam Levinson (Euforia), trasladan la historia de la pareja a la época actual, donde las relaciones abiertas y los divorcios son mucho más comunes que en la década de los cincuenta, y dejan que el acuerdo matrimonial se mantenga implícito, con los correspondientes problemas de lógica que conlleva dicha actualización.

Vic, el esposo, es interpretado por Ben Affleck con la misma actitud estoica de su personaje Nick Dunne en el magnífico thriller Perdida, dirigido por David Fincher, pero en esta ocasión, no funciona. Melinda, la esposa casquivana, es encarnada por la cubana Ana de Armas, haciendo uso del sex appeal con el que ella impregna a todos sus personajes, pero sin la malicia que Huppert supo mantener y descargar en la superior versión francesa.

Aquí, Vic es un hombre que desarrolló una aplicación tecnológica que lo convirtió en millonario cuando se aplicó con fines bélicos. Por tal razón, este hombre no tiene nada más que hacer sino criar caracoles, asistir a fiestas y observar cómo su joven esposa coquetea y se acuesta con sus múltiples amantes (si Vic está celoso o le excita la situación, no lo sabemos, ya que mantiene una actitud de piedra).

Uno de los amantes de Melinda es Malcolm McRae y ha desaparecido. Con el fin de asustar a uno de los nuevos pretendientes de su esposa en una fiesta, Vic le dice que él asesinó a McRae a sangre fría. Este es el germen que da inicio a la trama de suspenso. Lionel Washington (interpretado por el actor, guionista y director Tracy Letts), un ambicioso escritor local, sospecha de Vic y más aún cuando la persona que este amenazó, también desaparece misteriosamente.

Lyne intenta que Aguas profundas sea sexy e intrigante a la vez, como si intentara amalgamar dos de sus dos grandes éxitos (Nueve semanas y Atracción fatal) e intenta incorporar algo de las dinámicas tóxicas de la pareja encarnada por Woody Harrelson y Demi Moore en Propuesta indecente. El resultado es tremendamente irregular y más aún cuando el guion intenta darnos pistas falsas, mostrando a Melinda tratar con desdén y agresividad a su pequeña hija Trixie (Grace Jenkins), mientras que Vic es cercano y cariñoso con ella. Al no haber atisbos de perversión en la pareja, esta historia que pretende ser una historia oscura y perversa, se convierte en una historia extraña e inverosímil.

El acto final (que parece haber sido más editado que una película de superhéroes de Zack Snyder), termina revelando lo que ya todos sabíamos desde el principio. Es toda una tragedia que el supuesto salvador del thriller erótico,le haya dado una indigna sepultura.

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