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COP16: Colombia abre las puertas al mundo para proteger la vida

El encuentro mundial para proteger la biodiversidad mundial genera grandes expectativas, así como discusiones profundas sobre la acción humana y la crisis planetaria.

octubre 11, 2024

WWF

Entre 1970 y 2020, el tamaño de las poblaciones de más de 5.000 especies se redujo en un 73%. La fauna silvestre del mundo se hace cada vez más pequeña, como muestra el informe Planeta Vivo 2024 de la organización WWF. Sin la protección de la biodiversidad no solo se ponen en peligro las especies amenazadas, sino la vida misma de la humanidad. Este llamado de alerta es una de las motivaciones principales para que la COP16 se reúna este año en Colombia para buscar alternativas.

La crisis ambiental que vivimos afecta a todos los seres de la Tierra, pero son las actividades humanas, sobre todo las económicas, las que han producido esta crisis. Al acabar con la diversidad del planeta, la humanidad parece negar que la sostenibilidad de la vida como la conocemos no depende de los objetos que consumimos, sino de un equilibrio de ecosistemas que hacen andar al mundo todos los días. Precisamente, proteger la diversidad de ecosistemas y de especies en el mundo es uno los objetivos más importantes de la Conferencia de las Partes (COP por sus siglas en inglés).

La COP16, qué hace y por qué nos debe importar

La COP se encarga de hacer seguimiento a la Convención sobre la Diversidad Biológica (CDB), un tratado internacional que busca frenar la alarmante pérdida de biodiversidad en el planeta. Esta convención se inauguró durante la Cumbre de Río en 1992.

Desde su ratificación por parte de todos los países integrantes de las Naciones Unidas, excepto Estados Unidos y el Vaticano, este compromiso ha permitido a la comunidad internacional reunirse cada dos años para discutir estrategias y políticas que garanticen la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad. En esta ocasión, la 16ª Conferencia de las Partes (COP16) se llevará a cabo en Cali, Colombia, un país megadiverso.

Luego de la primera cumbre en 1995 en Berlín, la COP ha servido como plataforma para que más de 180 delegaciones internacionales se reúnan y analicen cómo mitigar las amenazas a la vida en la Tierra. Este año, la cumbre toma especial relevancia tras los resultados de la COP15 de 2022 en Montreal, donde se adoptó el Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal. Este marco establece objetivos ambiciosos, entre ellos el financiamiento para la protección de la naturaleza, la regeneración de ecosistemas, la protección de los derechos de los Pueblos Indígenas, y la unificación de agendas en torno a la crisis climática y de biodiversidad.

Entre los objetivos primordiales de la COP se encuentran la adopción de políticas para la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de los recursos y la distribución justa de los beneficios derivados de estos recursos.

El alcance de la COP16

La cumbre no solo involucra a los países que han ratificado el tratado. De hecho, las fechas y actividades oficiales se extienden más allá de la agenda del evento. Un gran número de representantes organizaciones no gubernamentales, comunidades locales y pueblos indígenas, entre otros, participan tanto en los espacios de toma de decisiones, como en eventos que ocurren en paralelo. Como la defensa de la biodiversidad es un tema que se conecta con tantos otros, allí confluyen actores de distintos orígenes para aportar a las discusiones, propuestas y acuerdos.

El hecho de que la COP16 se realice en Cali es un hito significativo para Colombia, al ser un país que alberga alrededor del 10% de la biodiversidad del mundo. La firma del Acuerdo Sede, se concretó en mayo de 2023 en Nairobi, Kenia, y subraya el compromiso del país con la conservación de su biodiversidad y la lucha contra el cambio climático.

A pesar de los avances en las discusiones y el compromiso de las naciones que se reúnen en la COP16 para encontrar alternativas a la crisis, las críticas desde los movimientos populares, la academia y la sociedad civil no son menores. El Marco de Biodiversidad Kunming-Montreal, de la COP15, dejó grandes expectativas. Una de ellas fue el destinar para su protección al menos el 30% de la tierra y el mar para el año 2030, así como reservar recursos económicos suficientes para hacerlo posible. Este nuevo encuentro deberá hacer seguimiento a este y otros compromisos.

Los movimientos sociales y la academia amplían la discusión

Tanto en la COP16, como en ediciones anteriores, las organizaciones civiles han manifestado su inconformidad por el verdadero poder transformador de estos encuentros. De hecho, algunas críticas sobre la COP15 se centraron en que estos espacios tengan cada vez más presencia de corporaciones que fomentan el modelo económico que ha llevado a la crisis ambiental. Este es el caso de organizaciones de mujeres campesinas, académicas y defensoras de la naturaleza, que llevan décadas señalando la contradicción política que está en la base del problema, pero que pocas veces se toca. Precisamente desde el ecofeminismo se ha resaltado ampliamente no solo lo contradictorio, sino las alternativas a la crisis planetaria.

Otras discusiones desde la academia, en este caso desde la economía, plantean opciones para que desde esta disciplina se construyan posturas más diversas frente a la relación con la naturaleza, que no se centren solo en el consumo y el mercado. Desde allí surgen propuestas como la bioeconomía o las “economías para la vida”, que promuevan modelos económicos que no destruyan el planeta, sino por el contrario, promueven la justicia social y la restauración de la vida. Parte de estas cuestiones se encuentran en el libro Bioeconomía: miradas múltiples, reflexiones y retos para un país complejo, editado por el profesor Alexander Rincón Ruiz, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia.

“La idea de las economías diversas y economías otras para la vida, que es el mensaje central del libro, está totalmente inspirada en la complejidad y diversidad de un país como Colombia. Es una visión que incluye muchas economías que existen en Colombia pero que son invisibilizadas.  La idea es que mantener estas economías diversas y economías otras, es fundamental para la resiliencia ambiental en un contexto de crisis ambiental como el que vivimos”, dice Rincón. Este tema hará parte de los diálogos en el marco de la COP16 y las Economías para la vida.

La agenda del evento es amplia y variada. Temas como la soberanía alimentaria, el papel de los pueblos indígenas, los derechos de las y los campesinos, la salud humana y, por supuesto, la protección de los ecosistemas y las especies, son algunos de los que se encontrarán en las conferencias, talleres y paneles.

Como se puede prever, las expectativas son altas y el mundo estará atento a las decisiones que emanen de esta cumbre, que en todo caso repercutirán en el planeta entero.

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