Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

50 grandes álbumes colombianos del siglo XXI

Desde el pop y el rock gitano, hasta el death metal y la rasqa, pasando por el rap y la salsa; este es un repaso caprichoso y cronológico por algunos discos nacionales que vale la pena recordar [Opinión].

Por  RICARDO DURÁN

enero 2, 2024

Ilustración: Santiago Sanabria Uribe

Durante las últimas dos décadas la música de nuestra región ha estado sometida al dominio de los sonidos urbanos, por eso es necesario detenernos un momento para fijarnos en muchas grandes obras que, sin tener necesariamente un éxito mediático arrollador, se han metido en la cabeza y el corazón de miles de personas.

Esta selección se presenta en orden cronológico y no pretende ser un ranking de nada, pero cae en la tirana antipatía de todos los listados, en el capricho, el azar y las fallas de la memoria. Sin embargo, está repleto de grandes canciones y mejores intenciones. Hay aquí un criterio absolutamente personal que incluye solo un trabajo de cada artista o agrupación, para no hacerlo eterno. Seguramente queda mucha gente por fuera, el tiempo confirmará mi error, y la mayoría quedará inconforme. Para eso estamos.

Teniendo en cuenta que va desde Providencia hasta Pasto, pasando por Piedecuesta, los Llanos Orientales y Buenaventura, ignorando las barreras de los géneros, esta lista podría ser muchísimo más extensa. A lo largo y ancho de Colombia hay mucha gente que se rompe el alma y la cabeza para para dar forma a una visión musical profunda, gente que quiere contar buenas historias con canciones que realmente merecen un lugar en el futuro. Gente que se juega la vida en las tarimas porque allí está su lugar, más que en los reels de Instagram, las “tiraeras” virales, las alfombras rojas o los videos de TikTok.

Algunos de estos discos fueron éxitos enormes, otros no tuvieron mucha suerte. Varios son versiones revisadas y mejoradas de grabaciones previas, pero no son simples ejercicios de nostalgia, sino que muestran -gracias a nuevos recursos técnicos y humanos, y a mayores presupuestos- todo el potencial que había en sus composiciones.

Porque no todo está perdido, y porque hay vida más allá del reggaetón, acá hay muchas evidencias de un patrimonio sonoro valiosísimo, testimonios que valdrá la pena repasar una y otra vez, para ver de dónde venimos, y pensar mejor hacia dónde queremos ir.

1. La Pestilencia

Balística

2001

En medio de una época especialmente convulsa y violenta para el país, La Pestilencia empezó este siglo recorriendo nuevos caminos, firmando con una disquera multinacional, y ganándose un espacio en la radio rockera colombiana con ‘Soñar despierto’.

Balística está lleno de furia, y para Dilson Díaz es probablemente el disco más pesado de la banda. Fue grabado en Indigo Ranch, en California, en el año 2000, y conserva toda de la bronca de los primeros discos pestilentes en canciones potentísimas como ‘Anuncia tu muerte’, ‘Cordero arrepentido’ o ‘¿Hasta cuándo? Hasta siempre’.

2. Juanes

Un día normal

2002

El segundo álbum en solitario de Juanes consolidó su figura en el pop latinoamericano, que venía creciendo después de Fíjate bien, un disco en el que nació el vínculo con el productor de sus más grandes éxitos; “Mi única razón para ir a Los Ángeles era trabajar con Gustavo Santaolalla”, ha dicho el paisa.

Tras su lanzamiento, Un día normal se llenó rápidamente de éxitos como ‘A Dios le pido’, ‘Es por ti’, ‘Mala gente’ o ‘Fotografía’ (junto a Nelly Furtado). A Juanes el tiempo también le alcanzó para homenajear al Joe Arroyo con una versión de ‘La noche’, y para llevarse seis gramófonos en los Grammy Latinos.

3. Ultrágeno

Código Fuente

2002

Luego de su sorprendente álbum debut de 1998, el cuarteto bogotano contaba con mejores recursos para plasmar su rabioso discurso, y con canciones como ‘La juega’, ‘Instante de luz’ y ‘Acorde’, terminó de ganarse un lugar de privilegio en la historia del rock colombiano.

Amós Piñeros (voz), Andrés Barragán (guitarra), Santiago Paredes (bajo) y Juan Camilo Osorio (batería) se separaron poco tiempo después, pero dejaron una huella muy difícil de borrar.

4. Mojarra Eléctrica

Calle 19

2003

Se les veía con frecuencia en la pequeña tarima de un bar en Chapinero, en Bogotá; a veces los acompañaba Tostao (Chocquibtown) o Pedro Ojeda (Los Pirañas, Frente Cumbiero, Ondatrópica), y prendían una rumba arrolladora. Todo partía de nuestras costas, con una actitud muy rockera y mucho espíritu jazzero.

En esos tiempos ya se estaba hablando de las “Nuevas músicas colombianas”, y la Mojarra Eléctrica iba adelante en la movida, con el omnipresente clarinete de Jacobo Vélez. Canciones como ‘Bandeja con pollo’ y ‘Parió la luna’, lograron condensar y proyectar hábilmente los encuentros entre las tradiciones y las realidades urbanas.

5. Carlos Vives

El rock de mi pueblo

2004

El rock de mi pueblo marcó el cierre de la etapa más brillante y apreciada por la crítica, que en muchos casos considera este como el último gran disco del samario. Se trata de un trabajo innovador, diverso y poderoso, que -como La tierra del olvido o Tengo fe– abría caminos y marcaba tendencias, en lugar de seguirlas.

El tema que le da título al disco se suma a ‘Santa Marta-Kingston-New Orleans’, ‘Como tú’ y ‘La maravilla’, para recorrer con el acordeón de Egidio Cuadrado algunos de los caminos más fascinantes del Caribe con precisas pinceladas de rock & roll y guiños al zydeco de Lousiana.

6. La 33

La 33

2004

Contra todo pronóstico, el álbum debut de una orquesta bogotana fue capaz de ampliar el repertorio de grandes canciones salseras para Colombia. Con clásicos como ‘Soledad’ y ‘La pantera mambo’ (adaptación de la obra de Henry Mancini), La 33 entró pisando fuerte en el panorama del género.

Este álbum consolidó el trabajo que habían empezado a hacer desde sus inicios en 2001, en “la casa materna de los hermanos Mejía [Sergio en bajo y Santiago en piano], una adusta construcción del barrio Teusaquillo de Bogotá en la calle 33”.

A lo largo de su historia, La 33 ha mantenido su espíritu intacto, alimentando su salsa con buenas cucharaditas de jazz, rock, reggae y ska. Además, hace poco presentaron un par de conciertos acompañados por la Orquesta Filarmónica de Bogotá, dándole un nuevo empujón a las fronteras de su sonido.

7. Superlitio

Tripping Tropicana

2004

La banda estaba en Estados Unidos porque algunas oportunidades afloraban, y aterrizaron en Nueva York horas antes de que cayeran las Torres Gemelas. Hicieron mil cosas para regresar al país y empezaron a trabajar en las ideas que habían nacido durante su Gimme One Dollar Tour.

Finalmente contaban con un contrato discográfico importante, y llamaron a Tweety González como productor. Tripping Tropicana se produjo en Los Ángeles, y es una pieza de colección muy difícil de conseguir por culpa de las extrañas movidas de esta industria.

‘Qué vo’ hacer’ estuvo rotando en MTV, y la banda obtuvo una nominación al Grammy Latino con un disco sofisticado y visionario, un trabajo que marcó el rumbo para mucha gente que vendría detrás.

8. Chocquibtown

Somos Pacífico

2006

En abril de 2006 los cubanos de Orishas fueron teloneados por Chocquibtown en el aniversario de un reconocido establecimiento nocturno de la época. Casi nadie conocía a Goyo, Tostao y Slow, por eso la sorpresa fue bien grande. El repertorio estuvo integrado básicamente por las canciones de Somos Pacífico, su debut. A partir de ahí fueron imparables: han ganado un par de Grammys y tocado en todo el mundo; pero el punto de partida estuvo ahí —que nadie lo olvide— cuando nos gritaron en la cara que el Chocó también existe.

Por alguna extraña razón Somos Pacífico en su versión original no se encuentra disponible en plataformas, y la recopilación Esto es lo que hay parece ser lo más parecido al debut del trío chocoano.

9. Hora Local y Varios

Soluciones para todo, menos para los problemas

2007

Hora Local fue una banda indispensable para el rock bogotano entre finales de los 80 y comienzos de los 90. Inspirados en buena medida por lo que pasaba con el rock de la España en transición, estos tipos se movían entre el new wave y el punk, hablando sobre Chapinero, Patio Bonito, Choachí, y sobre los arribistas que sueñan con vivir en Miami.

En 2007 la disquera MTM reeditó en CD el sencillo con ‘El rock no te necesita’ y ‘Matanza en el bar’, además del LP Orden público. Fue necesario hacer la digitalización desde un vinilo bien conservado, porque algún genio decidió tirar a la basura las cintas originales para que no se llenaran de hongos, y eso cambió un poco los planes originales de este proyecto.

Esta reedición vino acompañada por otro CD en el que gente como Aterciopelados, Carlos Vives, Morfonia y Nawal, reinterpretaban los clásicos de Hora Local, rindiendo tributo a una banda más bogotana que el Cartel de la Contratación o un gomelo cantando tropipop.

10. Bomba Estéreo

Estalla

2008

La explosión de la nueva música colombiana encontró en este álbum uno de sus más fuertes detonantes. Estalla mostró al proyecto de Simón Mejía transformándose en una banda incontenible. La cantante Li Saumet había participado antes en la versión de ‘Fuego’ en el EP Vol. 1 (2006), pero en esta ocasión volvería a grabarla, ya como integrante de Bomba Estéreo, y la bomba estalló.

Desde un comienzo su estilo representó un cruce entre las cantadoras tradicionales y las raperas más combativas. Con una sorprendente experimentación que involucraba cumbia, hop hop, electrónica y champeta, Estalla invita a la fiesta y a la conciencia en partes iguales.

Fue un gran punto de partida para una revolución que aún palpita.

11. Ciegossordomudos

En paz

2009

El power trio más contundente que ha tenido Colombia lanzó en 2009 su mejor álbum. En paz está lleno de magníficas canciones, como ‘Amores invisibles’, ‘En paz’ o ‘Volantes a color’, y cuenta con una producción de sofisticada precisión.

Inspirados por trinidades sagradas como Rush o The Police, Alejandro Gomezcaceres (guitarra, armónica y voz), Jota García (bajo), y Pablo Bernal (batería), expusieron en este disco su nivel más alto en términos de composición. Ellos tres, habiendo trabajado con gente como Carlos Vives, Aterciopelados, Compañía Ilimitada, Bloque de Búsqueda y Shakira, consolidaron aún más su lugar en la historia del rock & roll hecho en Colombia.

12. Velandia y La Tigra

Superzencillo

2009

Velandia había conseguido la atención de la prensa y el público con su magnífico Once rasqas, y en Superzencillo pisó un poco más el acelerador con una producción muy sólida y profesional. La técnica del collage musical permitió todo tipo de exploraciones, y las letras recorrieron un espectro muy amplio; desde el extraño romanticismo de ‘Balada’, al despecho materialista de ‘Guarapera’, pasando por la ostentación traqueta de ‘Chuvak’ y la dolorosa historia de ‘El billetico’ (grabada antes por Cabuya) en una versión mucho más conmovedora.

El álbum incluye, además, una pieza de créditos delirante, que se podría constituir como la primera grabación de reggaetón rasqa en la historia: ‘Espero que todo me salga muy bien por Dios!!!’.

Para su siguiente disco, Oh, porno!, Edson Velandia encontró su banda ideal, con Jorge Pardo en la trompeta y los teclados, Henry Rincón en la batería, y Daniel Bayona en el bajo. Junto a ellos lanzó recientemente Proverbios burros, el quinto trabajo de larga duración de Velandia y La Tigra.

13. Mucho Indio

Mucho indio

2011

“Mucho indio trabaja en la recuperación del territorio sagrado. Mediante el laboratorio paleofuturista abrimos huecos en el concreto, buscamos el nuevo arte en el ancestro. ‘Mucho Indio’ ha sido un insulto por mucho tiempo y este es el tiempo en que deje de serlo”, dice Kiwe Kaashambujuk en el arte de este primer disco, que apareció en 2011 bajo el sello de Polen Records, donde también se ha publicado música de Bomba Estéreo, Systema Solar y Mitú, entre otros.

Este proyecto de Teto Ocampo (Hombre de Barro, Bloque de Búsqueda, Carlos Vives) debería ser visto como una especie de oráculo, un lugar al que vamos a entender lo que somos, de dónde venimos, y lo que nos puede esperar en el futuro.

Para Teto, esa música que nos lleva por el mundo junto a las etnias del Cauca, la Amazonía, la Guajira, la Sierra Nevada, o el Putumayo, también se trata de “volver al origen, cosa muy necesaria porque estamos desconectados, entonces, ya no sabemos para qué estamos viviendo”. Y asegura que “si queremos entender de dónde salen nuestros problemas y cómo los solucionamos, está bueno volver al origen, ver cómo era el pueblo originario”.

14. Doctor Krápula

Corazón Bombea [En vivo]

2011

La banda ya contaba en su catálogo con una buena lista de canciones potentes que se habían metido en el alma de una generación a través de álbumes como Bombea y Sagrado corazón, pero parecía necesario dejar evidencia del poderío que Doctor Krápula tiene en vivo.

‘Bam’, ‘El pibe de mi barrio’, ‘La fuerza del amor’ o ‘Para todos todo’, suenan con gran fuerza y precisión, en una producción muy potente que también quedó registrada en video (el álbum se lanzó como CD+DVD) bajo la dirección de Rubén Mendoza, reconocido por cintas como La sociedad del semáforo y Señorita María: La falda de la montaña.

Corazón Bombea [En vivo] puede pelear sin problema por el podio de los mejores álbumes en concierto que se han grabado en Colombia.

15. La Derecha

Polvo eres

2011

Pasaron casi 15 años para que La Derecha volviera a lanzar un álbum después de Balas de bebé… y otras canciones de cuna (1996), pero la banda no decepcionó con Polvo eres. De todos modos, el tiempo hizo lo suyo, y el impacto no fue el mismo de los años 90.

Mezclando nuevos temas originales con varios covers, como ‘Ruido’ de Joaquín Sabina, ‘Emociones’ de Roberto Carlos o ‘Tania’ de Joe Arroyo, lograron un disco divertido, aunque mucho menos punk y retorcido que sus primeros trabajos.

Con este disco recuperaron la vigencia, demostrando que -en medio de todo ese fascinante desenfado- aún tenían mucho por ofrecer.

16. Shakira

En vivo desde París

2011

Para este punto de la historia, Shakira ya era una de las más grandes estrellas del pop global. Ella había hecho el curso completo, desde su primer disco, Magia, que lanzó a los 14 años, hasta grabar una canción para el Mundial de Suráfrica en 2010 y ganar montones de premios, pasando por su progresivo y constante ascenso nacional y regional. Ya lo tenía todo: un repertorio tremendo, un dominio absoluto del escenario, y millones de fans en todo el mundo.

Este álbum captura ese momento estelar con mucho detalle, y muestra a Shakira en un momento de gloria muy difícil de repetir.

17. Monsieur Periné

Hecho a mano

2012

El primer álbum de Monsieur Periné exploró el pop, el bolero, el folclor y el jazz gitano, para presentar una colección de canciones con un sonido lleno de frescura. Entonces el grupo reunía a unos cuantos amigos que venía de tocar en fiestas y eventos pequeños; hoy se ha reducido a un formato de dúo, pero ese primer paso les llevó a grandes escenarios y festivales. Además, les permitió firmar con una disquera multinacional, ganar un Grammy Latino como Mejor Nuevo Artista en 2015, y llegar a grabar con figuras como Vicente García, Ana Tijoux, Pedro Capó o Vicentico.

18. Ondatrópica

Ondatrópica

2012

Ondatrópica ha hecho un trabajo tan importante, que muchos de los medios más respetados en el mundo han hablado de su música. El New York Times, The Guardian, la BBC, y otros grandes han llenado de elogios el trabajo liderado por Mario Galeano y Will Holland (Quantic) en este proyecto.

Por ejemplo, para el NYT, Ondatrópica es comparable con Buena Vista Social Club (bajo la batuta de Ry Cooder) por la forma en que Galeano y Quantic convocaron a grandes leyendas de la música en el mítico estudio de Discos Fuentes de Medellín, para celebrar la música tropical colombiana. Sin embargo, Jon Pareles reconoce una ventaja para Ondatrópica: su capacidad de explorar el pasado mientras experimenta para proyectarse en el futuro alcanzando nuevas generaciones.

El proyecto, que contó con gente como Nidia Gongora, Wilson Viveros, Pedro Ojeda, Alfredito Linares y Michi Sarmiento, entre otros, ofrece aquí un álbum indispensable, una joya desde cualquier punto de vista. Anthony Fantano (The Needle Drop), uno de los YouTubers más reconocidos del mundo por sus reseñas de discos, escribió lo siguiente: “El súper grupo de cumbia ha puesto a trabajar a más de 40 músicos en el que podría ser el álbum más importante para la música latina de 2012”.

19. Burning Caravan

En el espacio

2013

Esta caravana de gitanos debutó con un álbum lleno de rebeldes, viajeros, y sinvergüenzas, enmarcados por la voz única y teatral del chileno Francisco Martí. Sus canciones también estaban llenas de cuestionamientos y profundas reflexiones, escritas hábilmente, sin cursilerías ni clichés.

En el espacio es una declaración de amor al gypsy jazz, y contiene piezas maravillosas como ‘Jardín secreto’, ‘La velocidad’ y ‘Ciudadano ideal’. “Seré un asaltante, una rata, un forastero / un prófugo famoso con fotos en la prensa / un ilusionista un puto o un torero”, cantaba Martí con bronca nihilista. “No produciré ningún bien tangible, no venderé artefactos en la tienda / no hay que trabajar en nada que sea útil, hay que ser pasivo, un cero a la izquierda”, remataba.

20. Systema Solar

La revancha del burro

2013

Tras haber triunfado con ‘Mi Kolombia’, ‘Sin oficio’ y ‘¿Quién es el patrón?, el Systema Solar supo mantener la vara alta, y en 2013 se despachó con La revancha del burro, un disco que se sentía más versátil y sofisticado, sin perder nada del espíritu que nos enamoró desde el comienzo.

Acá se sentía un poco más de libertad, de champeta y funk, además de la picardía propia de una esquina llena de movimiento.

Con canciones como ‘El botón del pantalón’, ‘Yo voy ganao’ o ‘Indio guerrero’, el álbum ayudó a consolidar la figura de la agrupación, que sigue llenándose de poder cuando pisa las tarimas. En medio de todo eso, se dieron el lujo de contar con Debbie Harry, de Blondie, en ‘Artificial’.

21. Diamante Eléctrico

B

2015

Un día de marzo de 2015, Juan Galeano (bajo y voz) llegó a las oficinas de ROLLING STONE en Bogotá; cargaba una caja enorme que contenía 5,000 discos compactos de B. Un par de semanas más tarde, los CD’s circularon con buena parte de las revistas que tenían a García Márquez en la portada.

El formato físico ya andaba en problemas, por esa razón esa pieza es hoy un documento valioso, que registra grandes canciones, como ‘Las horas’ y ‘Olvidar es divino’.

El Diamante se mostraba aún crudo y corrosivo -como en su disco debut-, sin embargo, empezaba a mostrar una evolución importante, y con este álbum se llevaría el Grammy Latino por Mejor Álbum de Rock.

22. La Etnnia

5-27 Internacional

2015

Hace ya ocho años, 2015 fue memorable para la histórica agrupación de los hermanos Pimienta. En el transcurso de esos doce meses, los raperos estuvieron en la portada de ROLLING STONE y lanzaron un álbum en el que colaboraron con leyendas como Kool G Rap, Cormega, The Game y Sean Price, quien fallecería en agosto de ese año.

En compañía de productores como Domingo Padilla y Spkilla, La Etnnia alcanzó nuevos niveles de calidad y sofisticación en su sonido, y estos se hacen evidentes en canciones como ‘Elementos’(una de las mejores piezas en la historia de la agrupación) o ‘De costa a costa’ en la que Ata y El Káiser rapean junto a The Game.

23. LosPetitFellas

Historias mínimas

2015

El primer álbum de los Fellas les permitió entrar pisando muy duro, y a él pertenecen las canciones que todavía tienen mayores números en sus plataformas digitales. Historias mínimas contó con una detallada producción de Pedro Rovetto (bajista de Superlitio), que supo dar brillo a esas amalgamas de funk, rock & roll, jazz y hip hop. A partir de este disco LosPetitFellas se convirtieron en un fenómeno de proporciones considerables a través de una conexión muy fuerte con una audiencia fidelizada y devota.

Su nombre adquirió tanta fuerza, que más adelante podían presentarse en formatos filarmónicos y colaborar con gente como Juan Pablo Vega, Roberto Musso (Cuarteto de Nos), Apache, Lido Pimienta y Goyo (Chocquibtown).

24. Totó La Momposina

Tambolero

2015

Las palabras siempre son insuficientes para describir la grandeza de Totó La Momposina. Su voz encierra todo lo que somos y lo que deberíamos ser, borrando cualquier frontera política, social y sonora.

La serie Gold de Real World Records lanzó en 2015 esta edición en versión de lujo del álbum que en 1993 conocimos como La candela viva, con Richard Blair como ingeniero. Blair vino a Colombia, y terminó quedándose por décadas, colaborando con gente como Carlos Vives, Aterciopelados o La Derecha, además de fundar Sidestepper. El gran público y la industria musical no parecen conscientes de que La candela viva cambió para siempre la historia de la música colombiana.

En esta edición que se lanzó como Tambolero, se incluyen algunas sorpresas, una presentación impecable, y unos textos bellísimos escritos por Totó.

25. Aterciopelados

Reluciente, Rechinante y Aterciopelado [En vivo]

2015

Tras unos años de receso, Andrea y Héctor se reunieron en 2014 para celebrar los 20 años de Rock al Parque; poco después firmaron con Sony Music, y este fue el primer proyecto con la disquera en esta etapa. La producción del disco en directo estuvo a cargo de Rafa Arcaute, conocido por su trabajo con Residente, Spinetta y Andrés Calamaro.

El repertorio recorrió todos los grandes clásicos del dúo con invitados como León Larregui (Zoé), Goyo (Chocquibtown) y Catalina García (Monsieur Periné). También tocaron un par de rarezas y un tema nuevo, ‘Re’, en homenaje a sus amigos de Café Tacvba. La banda era un ensamble de lujo, incluyendo a gente como Gregorio Merchán en la batería, Las Áñez en los coros, Catalina Ávila en percusiones y coros, Leonardo Castiblanco en la guitarra, y Giovanny Parra en acordeón y bandoneón.

26. Kraken

Sobre esta tierra

2016

El último álbum de Elkin Ramírez es el testimonio de un hombre que luchó por sus convicciones hasta el último momento. Con la compañía y el respaldo de una banda consolidada y contundente, Elkin grabó las voces de Sobre esta tierra mientras luchaba por su vida. Incluso sus compañeros de banda temían que esta grabación no llegara a ser posible, pero Elkin logró cantar con la potencia de siempre, y se despidió por todo lo alto.

Este álbum fue el adiós de alguien que -con sobrados méritos- alcanzó el título de leyenda en sus propios términos, dejando en el camino un montón de clásicos para el rock colombiano.

27. Revólver Plateado

Luz de San Telmo

2016

Luz de San Telmo merece un lugar entre estos discos inolvidables por una razón tan sencilla como infrecuente: está repleto de grandes canciones. En Dile al rey, de 2014, ya Revólver Plateado lo había conseguido, pero en este trabajo los argumentos fueron mucho más fuertes.

Acá la banda recorrió los caminos del rock & roll con una mirada muy amplia, dando cabida a muchas de sus vertientes con un sonido sólido, cohesionado por filigranas de guitarras, teclados y saxofones, además de una voz muy versátil (a cargo de Mauricio Colmenares) que recorría una cálida y apremiante paleta de colores emocionales. ‘Los árboles’, ‘Libélula’, ‘Vamos’ y ‘Sombra’, son auténticas joyas.

28. Rocca

Bogotá-París

2016

El legendario rapero de Tres Coronas presentó en 2016 un álbum en el que puso toda la carne sobre el asador. El disco, que también circuló con una edición impresa de ROLLING STONE, mostraba a Rocca en una versión actualizada y versátil, moviéndose más allá del rap clásico, entre el trap (‘De vuelta a lo real’), el rock (‘Óyelo’) y la salsa (‘Baby Face’).

Bogotá-París también se lanzó completamente en francés, permitiendo que Rocca nos recordara el virtuosismo que le permitió triunfar con La Cliqua en Francia durante los 90. Se trata de un disco que no tuvo el eco que merecía, en ciertas cosas se adelantó a las tendencias, y seguramente el paso del tiempo incrementará considerablemente el aprecio que siente el público por estas canciones.

29. Sidestepper

Supernatural Love

2016

“La gente ya no sabe qué hacer con nosotros”, decía Richard Blair a ROLLING STONE en 2016. Para ese punto Sidestepper había evolucionado un montón, y ya no dependía exclusivamente de los beats y la electrónica. Este fue un disco maravillosamente desconcertante, y en eso radica su poder.

“Nosotros estamos haciendo lo opuesto, desbaratándolo más, haciendo temas más a capella, haciendo cosas más lentas, más improvisadas”, dijo también Blair. “Estoy como volviendo a mi juventud, cuando cantaba en el coro de mi colegio […] Y algún día nos vamos de gira con la bufanda y nada más, todo el equipo se queda en la casa. Quién sabe si eso sea Sidestepper u otra banda…”.

Desde entonces Sidestepper no ha lanzado nada más, pero tal vez no sea necesario, ese legado está asegurado hace mucho tiempo.

30. Alcolirykoz

Servicios ambulatorioz

2017

Con este álbum, tres muchachos de una esquina en Aranjuez (un barrio popular de Medellín) llegaron a la portada de ROLLING STONE y pusieron su música en una serie de Netflix. Aquí hacían un homenaje a la historia del rap colombiano, por eso había temas junto a La Etnnia, Rocca y Rulaz Plazco; sin embargo, más allá de eso había un despliegue de la más hermosa ambición creativa.

Antes de este disco los NinjAZ ya eran nuestros raperos favoritos, capaces de conquistar incluso a quienes no oyen rap, pero acá todo llegó mucho más lejos. ‘Tararea’, ‘N.A.D.A.’, ‘Normal’ ‘Equipo de carretera’ o ‘Género rural’, se convirtieron en verdaderos clásicos.

Gambeta, Kaztro y Fa-Zeta también se dieron el lujo de grabar ‘Música para planchar’ junto a Sadat X, de Brand Nubian. Además, como ya es habitual contaron con la inspiración incondicional e infalible del escritor (y vecino de Aranjuez) Gilmer Mesa, y del fotógrafo Julián Gaviria.

En 2023 Alcolirykoz logró al más grande de sus triunfos hasta ahora, al llenar el Movistar Arena de Bogotá con un show en formato sinfónico.

31. Elkin Robinson

Sun a Shine

2017

Colombia es un país centralista e ingrato, que suele dar la espalda a sus periferias, y por eso justamente hay que escuchar la música de Elkin Robinson.  Él nos enseña que esta tierra es mucho más de los que nos muestran los mapas incompletos en los noticieros.

La voz de Elkin nos recuerda que hay una parte de Colombia en la que no se habla español, un lugar en el que la música es otra, un archipiélago en el que han confluido muchas culturas sin que nos demos cuenta, y que solo vemos -esporádicamente- como paraíso vacacional.

Sun a Shine fue producido por Elkin Robinson y Richard Blair; juntos trabajaron durante un mes en la isla de Providencia, y luego fueron a grabar el álbum en Villa de Leyva con la ayuda de Diego Gómez, de Llorona Records. El resultado fue una verdadera joya que recorre el folk, el calipso, el country, el mento, y otras sonoridades, dejando claro que la música de Providencia no se reduce al cliché del reggae para turistas, ni a un estilo para expertos o museos de antropología.

32. Hermanos Menores

Campoamalia

2017

¿A quién se le ocurre tener un trío instrumental de rock (o postrock) en Colombia? A estos tres tipos, que no mueven un dedo para hacerse famosos en Instagram o TikTok. Ellos escogieron su nombre para honrar a los Hermanos Mayores de la Sierra, e hicieron un disco maravilloso.

Campoamalia no es una superproducción, se grabó en una finca por los lados de Subachoque (Cundinamarca) con el espíritu metalero y punketo que palpita al interior del trío.

Estos Hermanos Menores no son virtuosos, tampoco son músicos profesionales, pero son compositores de piezas profundas e hipnóticas, que se convierten en el mejor escape en medio de tanto ruido inútil. Campoamalia no está disponible en Spotify, en YouTube sí, y el vinilo es una hermosa pieza autogestionada que invita a una experiencia reflexiva mientras nos ayuda a pensar en Colombia desde otras perspectivas.

33. Las Áñez

Al aire

2017

Juanita y Valentina Áñez exploran con sus voces el folclor latinoamericano de una forma sorprendente, y se apoyan en el uso sutil de teclados, loops e instrumentos de percusión menor. El resultado es supremamente atractivo, auténtico, virtuoso y original.

Las letras de estas canciones abordan algunas temáticas poco habituales, están escritas con muchísimo ingenio, y son una invitación a seguir de cerca las voces de Las Áñez en cada compás. Esas voces son mucho más que vehículos para llevar y traer palabras, se convierten en verdaderos instrumentos y recursos dramáticos que nos envuelven en piezas fascinantes como ‘Espinas que se van’, ‘Péndulo’, ‘Don Tomate’ o ‘La electrónica’.

‘Pensar y pensar’ es una maravilla teatral construida junto a Edson Velandia, en una parodia de las relaciones amorosas evidentemente tóxicas. Además de Velandia, en este álbum colaboran con Andrea Echeverri y Marta Gómez.

34. Magín Díaz

El orisha de la rosa

2017

Antes de cumplir 95 años de edad, Magín Díaz lanzó su primer disco y finalmente se hizo algo de justicia con quien merece todo el respeto del mundo. “Ya no volveré a quejarme, ni a sentarme nunca más, tú tienes casi 100 años y sales a trabajar”, canta Carlos Vives en ‘Rosa’, que grabó esta vez junto a su verdadero compositor. En 1995 ‘Rosa’ apareció en La tierra del olvido, y el crédito atribuía la composición a Irene Martínez.

Aunque nunca se terminó de pagar esta deuda, la participación de una tremenda nómina de invitados en este disco (Vives, Totó La Momposina, Celso Piña, Petrona Martínez, Systema Solar, y muchos otros), más la figuración en los Latin Grammy, visibilizaron merecidamente la historia.

En noviembre de 2017, Magín viajó a Las Vegas para asistir a la ceremonia de los Grammy Latinos porque su disco estaba nominado en las categorías de Mejor Álbum de Folclor y Mejor Diseño de Empaque (premio que finalmente ganaría). Allí tuvo que ser hospitalizado de emergencia, y días más tarde murió muy lejos de Gamero, su tierra natal.

35. Suricato

Detrás del sol

2017

El pop, el jazz y el rock se cruzan con los aires latinoamericanos en un álbum que sorprende mientras da continuidad a la obra de una banda que siempre ha merecido un alcance mucho mayor. María Mónica Gutiérrez (Ságan, Montañera) tiene sin dudas una de las mejores voces que han salido de Colombia en las últimas décadas. Jorge Sepúlveda (batería), Kike Mendoza (guitarra) y Kike Harker (contrabajo) conforman una base instrumental sin grietas, que se mueve con fluidez en la delicadeza de Río de coral, y saltan sin problema a la histeria de Lenguas de gas, que se siente como una patada en un ojo después de un beso.

Luego de este álbum grabaron un increíble disco infantil, Anaconda dorada, presentado en un espectáculo que ha recorrido importantes escenarios de Colombia.

A lo largo de su historia, Suricato se ha presentado en Estados Unidos, Europa y América Latina.

36. 1280 Almas

Marteko Euriak

2018

En los años 90 las Almas sonaban como casi todas las bandas con las limitaciones técnicas de Bogotá en esa época, pero lo compensaban con la desgarradora belleza de sus canciones. En Marteko Euriak los oímos grabando en el País Vasco junto a Haritz Harreguy, quien les ayudó a conseguir una calidad sonora que siempre habíamos añorado para una banda tan emblemática.

Este álbum nos recuerda que las 1280 Almas nunca han perdido su fuerza beligerante y nihilista. “Me rompí los codos, raspé mis rodillas / Al cabo qué importa, soy de pacotilla / Me bebí tu vaso, te besé a escondidas”, canta Fernando del Castillo en ‘Salvaje vagabundo’, que ya entró a la larga lista de clásicos de la agrupación.

En este álbum contaron por primera vez con la guitarra de Francisco Nieto, reconocido por su historia junto a La Pestilencia y La Derecha.

37. Morfonia

Antigueto parlante

2018

Antigueto parlante es, ante todo, un disco virtuoso y equilibrado; es inteligente sin ser petulante, es diverso y dinámico sin ser incoherente, es potente sin tropezar en los clichés del rock obvio, y suena actual sin recurrir a los atajos de las tendencias.

‘Rinoceronte’, ‘Calibre 24’ e ‘Hijos de tigre’ fueron los primeros sencillos, y el resto del disco no decepciona. Se siente como si camináramos por alguna calle bogotana mientras nuestros audífonos disparan precisos perdigones de rock & roll, jazz y rock progresivo. Lo que Morfonia nos ofrece aquí es un generoso y elegante entramado de saxofones, samples, programaciones, riffs poderosos, tempos y solos retorcidos, una batería impecable, y un sintetizador de nacionalidad colombiana con el nombre de Isabel.

Desde sus comienzos en los 90, Morfonia siempre fue un bicho raro y encantador; más ambicioso (en términos musicales) que sus colegas de esa época. La banda no ha grabado mucho más, y esperamos que en un futuro próximo vuelva a darnos nueva música.

38. Nicolás y Los Fumadores

Como pez en el hielo

2018

Nicolás y Los Fumadores es una de las bandas con mayor crecimiento en Colombia durante los últimos años; ese crecimiento ha sido alcanzado con un estilo auténtico y con unas letras que se salen de la norma que parecen seguir las bandas nacionales. ‘Bailando triste’ se ha convertido en un pequeño clásico al hablarnos de una noche de fiesta francamente deprimente; ‘Brisa’ es un viaje somnoliento a lo que en Colombia conocemos como “tierra caliente”, un viaje por carretera en el que la ayudante del bus es Kim Gordon, “la de Sonic Youth”. [“Y Kim Gordon me decía, ‘Amigo, ¿no será que puede abrir un poquitico la ventana?’”]

En medio de billeteras vacías, cigarrillos y bebidas energizantes baratas, lo que hacen Los Fumadores nos recuerda a Pulp y sus canciones sobre jóvenes que tratan de sobrevivir con trabajos precarios, mostrando un gran desinterés por las falsas promesas que hace el mundo de la gente bonita.

Tal vez sea por eso que vienen ganando fans en forma sostenida, y sin necesidad de doblegarse.

39. Yuri Buenaventura con la Orquesta Sinfónica Nacional

Manigua

2018

A comienzos de julio de 2018, mientras Colombia lamentaba la eliminación de la Selección en el Mundial de Rusia, Yuri y la Orquesta ensayaban para presentar este repertorio durante un concierto en el Teatro Colón. Luego fueron a grabarlo -también en vivo- en el auditorio de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Allí, Buenaventura y más de 100 músicos interpretaron 12 temas del colombiano, más ‘Ho capito che ti amo’ (Luigi Tenco), ‘Ne me quitte pas’ (Jacques Brel) y ‘La quiero a morir’ (Francis Cabrel).

“La Orquesta Sinfónica ya había hecho dos ensayos de ese tipo”, dijo Yuri. “Yo me dediqué al siglo XVII y XVIII, a trabajar la llegada de los ritmos negros al Caribe, la presencia de los franceses en Haití, la migración de los franceses con los esclavos a Cuba; y hay temas que tienen esa rítmica. Digamos que es la contradanza francesa, lo que viene a ser el danzón. Ese trabajo de investigación se ha hecho, estudiándolo y conectándolo”, contó también sobre este experimento.

Era la salsa encontrándose de una forma muy íntima con el formato sinfónico, buscando puntos de convergencia, evitando el sonido cursi y kitsch de las orquestaciones para lobby de hotel. Era Yuri Buenaventura, en un disco profundo e intenso, recordándonos lo grande que es.

40. AcidYesit

A lo más que nunca

2019

Con un sonido que parece la colisión entre Morphine y alguna gran banda de death metal, AcidYesit es un proyecto instrumental -lleno de saxofones, distorsiones y locura- que por años ha hecho parte de las sorprendentes maravillas musicales que ofrece el departamento de Nariño.

El bajista Yesit Ipuján también se mueve con Kaipimikanchi, una agrupación muy recomendable de las músicas andinas e indígenas en el sur del país. AcidYesit respira libertad creativa, desparpajo y virtuosismo. “No pretendíamos en ningún momento que nuestra música le gustara a alguien, intencionalmente queríamos hacer una música molesta”, ha dicho Ipuján. Lo suyo no es apto para amantes de los coros pegajosos sobre amorcitos hormonales.

41. Cimarrón

Orinoco

2019

Hace unos años alguien compartía en redes sociales un video de Cimarrón en vivo, y decía que era como Dream Theater tocando música llanera. El virtuosismo de Cimarrón le da toda la razón, pero vale la pena aclarar que Ana Veydó canta mucho mejor que James LaBrie, y que el arpa de Carlos Rojas nunca resulta tan aburrida como algunos discos de la banda gringa.

Cimarrón ha llevado el joropo a escenarios de todo el mundo, y en Orinoco lo llevan a terrenos insospechados de experimentación, con una fuerza abrumadora y una sofisticación fascinante. En este álbum dejan ver un trabajo concienzudo y profundo de investigación en el folclor llanero de Colombia y Venezuela. El potente carácter de su trabajo ha alcanzado para darles nominaciones en los Grammy estadounidenses y latinos.

El maestro Rojas falleció a comienzos de 2020, y Ana ha continuado con su legado, exaltando orgullosamente la obra y los paisajes que evoca.

42. Oh’Laville

Soles negros

2019

Con Anaranjado, de 2015, la banda bogotana había dado muestras de un destacado talento en la composición y ejecución, pero con Soles negros puso la vara mucho más alta en uno de los grandes discos de rock colombiano de las décadas recientes. Sin desdibujar el espíritu de su primer álbum, acá subió el volumen y la intensidad para abrirse un camino que le ha llevado a ser considerada como la mejor banda del rock colombiano actual.

En canciones con letras inteligentes, como ‘Magia negra’, ‘Primitivos’, ‘Navegantes’, ‘Sirenas’ y ‘En el mar’ (con Juan Pablo Vega), el cuarteto se pasea entre el rock & roll, el pop, el progresivo y el folk, mostrando devoción por la exploración sonora, mientras permite que Mateo París también se destaque como una de las grandes voces para la historia del rock hecho acá.

43. Andrés Cepeda

Me estás haciendo falta

2021

A mediados de 2021, Andrés Cepeda lanzó Me estás haciendo falta, un álbum en el que le hacía un homenaje a su padre, a través de las canciones que le ayudaban a “volver” de esa nube dolorosa que es el Alzheimer. El álbum incluyó versiones de ‘Noche de ronda’, ‘Por una cabeza’, ‘Ahora seremos felices’, y el tema que le da título, entre otros. Con una producción muy sencilla, estas canciones nos permiten apreciar toda la emotividad y calidad interpretativa del bogotano.

Interesado en contribuir a generar conciencia frente a esta enfermedad, que afecta a millones de personas en todo el mundo, Cepeda también trabajó en un documental que se presentó en el Día del Padre.

“El Alzheimer tiene un componente de herencia genética muy fuerte, y yo creo que por todo eso es que estoy haciendo música tan desesperadamente, haciendo proyectos, porque me da miedo que llegue un momento en que la vida no me permita seguirlo haciendo”, confesó Cepeda en ese tiempo.

44. Armenia

Grita II

2021

Armenia ahora se conoce como ARMN, e inicialmente su nombre pretendía ser una respuesta a aquellas bandas que, como Boston o Chicago, llevan nombres de ciudades.

Grita II arranca con una seguidilla de temas contundentes: ‘El tiempo’ arrasa, ‘Grita’ muestra un gran trabajo de guitarra con una letra perfecta para tiempos de ansiedades y depresiones, y ‘Tú sigues aquí’ sorprende con potencia y profundidad para reventar cabezas. Más adelante la banda ataca con ‘Rompe’ (junto a Oh’laville), y ‘Pimpinella’ (con Francesca Collavini) cautiva, recordándonos un poco a Miranda!, pero es muchísimo más poderosa.

Aunque por momentos el disco parece irregular, esos temas tienen suficiente fuerza como para que el álbum valga mucho la pena. Hay que seguirle la pista a Juan Antonio Toro y sus amigos, que vienen haciendo exploraciones interesantes con diversos géneros, aunque todavía no hayan superado el gran golpe que representó ‘El tiempo’.

45. Briela Ojeda

Templo Komodo

2021

Gabriela Ojeda -como AcidYesit, Bambarabanda y Lucio Feuillet- nos llega desde Nariño, y muestra con sobradas virtudes que allí están pasando cosas maravillosas.

En Templo Komodo ella plasma con detalle, sabiduría y rigor, la energía femenina en conjunción con la fuerza de la naturaleza, sus ciclos, su suavidad y su crudeza. La música que hace, sorprende y desafía, mientras sensibiliza con inteligencia en una producción muy cuidada que le permite desplegar su enorme habilidad musical.

Podemos recomendar especialmente ‘Búhoz’, ‘Nariz con raíz’ o ‘Luna Munay’; sin embargo, ‘Quesquequerés’ es muy especial porque Gabriela parece hablarle al destino, a un amor, a un volcán o a cualquier entidad superior, para preguntarle qué carajos quiere de ella en una pieza magnífica, que merece quedarse para siempre en nuestra historia.

46. Lucio Feuilllet

Bailando, bailando

2021

“Fuerza para resistir, libertad para elegir / vida para despertar, para darlo todo y nunca callar”, canta Lucio en ‘Nunca callar’. “Respira la calle sintiendo tu pueblo / respira a tu hermana, respira tu cuerpo / Salir a la esquina, aprender del maestro, que sale a diario a ganarse un sustento”. En medio del estallido social de 2021 esa canción decía muchas cosas que necesitábamos escuchar, y eso le permitió alcanzar una visibilidad muy importante.

Pero Bailando, bailando no se queda allí; el disco es también una fiesta rebelde en ‘La cumbia del trabajo’ (con Pedro Pastor), una murga gigante en ‘Baila pegado, baila sueltico’, y una reflexión profunda en ‘Distraídos’. Es un álbum muy cuidado en todos sus aspectos, un disco que vale la pena tener en las manos para impregnarse de su cálida energía.

Lucio es un cantautor versátil, dedicado y estudioso, que promete alcanzar grandes cosas desde un presente brillante, con una propuesta artística honesta y necesaria.

47. Petrona Martínez

Ancestras

2021

Ancestras es un disco que pone en alto la voz y la historia de una de las más grandes mujeres de nuestra música. También es una joya que brilla con energía femenina desde múltiples ángulos, culturas y perspectivas, gracias a la colaboración de artistas como Susana Baca, Nidia Góngora, Angelique Kidjo, Flor de Toloache, y muchas otras.

En su proceso, este disco también contó con la participación de otras mujeres muy talentosas, como Mayte Montero en la coproducción, María Elisa Ayerbe en la mezcla, y María Triana en la masterización.

“En el empaque quisimos usar la caligrafía de la maestra Petrona, pero como no tiene movilidad en su mano derecha, usamos unas dedicatorias escritas de su puño y letra en las portadas de dos de sus discos, y recreamos el resto de letras con las que hicimos dos fuentes caligráficas: Petrona Regular y Petrona Bold”, cuenta el taller gráfico Cactus, que hizo el arte del disco. Así de grande fue el amor con que se trabajó esta pieza, que en 2021 ganó el Grammy Latino como Mejor Álbum de Folclor.

48. Elsa y Elmar

Ya no somos los mismos

2022

El pop de Elsa Carvajal es cálido y delicado, y su suave voz tiene la elocuencia de una buena caricia. El trabajo que ella ha venido haciendo a lo largo de los últimos 10 años ha sido juicioso, disciplinado y riguroso, consiguiendo un crecimiento sostenido que hoy da frutos por todo lo alto.

En un disco lleno de grandes canciones de pop romántico, ‘Atravesao’ es una bachata que Elsa trabajó con Vicente García y Eduardo Cabra, mientras ‘Tal para cual’ es un homenaje ralentizado al gran Joe Arroyo, en el que Elsa canta apasionada e intermitentemente, como si en los años 90 estuviera oyendo alguna emisora tropical en su casa.

En los Grammy Latinos de 2022, Ya no somos los mismos obtuvo nominaciones como Álbum del Año y Mejor Álbum de Pop Vocal.

49. Adriana Lucía

Maestro Lucho

2022

Durante el estallido social de 2021, Adriana Lucía fue una de las artistas más activas en la conversación pública, esto la llevó a la portada de ROLLING STONE, y la convirtió -una vez más- en blanco de críticas y amenazas. Tal vez por eso este disco maravilloso no tuvo la difusión mediática que merecía; eso es justamente lo que puede esperarse en un país machista, godo y rencoroso.

De cualquier modo, Maestro Lucho es un disco bellísimo, y el tiempo deberá enseñarnos a valorar el trabajo musical hecho por la cantante cordobesa con la producción de Emmanuel Briceño y la dirección de Rafael Sandoval. En este álbum, Adriana Lucía recorre los grandes clásicos de Lucho Bermúdez, uno de los músicos más importantes para la historia de la música colombiana, ofreciéndonos versiones impecables de ‘Tolú’, ‘Caprichito’, ‘San Fernando’, ‘Carmen de Bolívar’, y otras maravillas.

50. Masacre

REQVIEM (Re-Recorded Version)

2023

En 1991 la formación de Masacre estaba conformada por Álex Okendo en la voz, Juan Carlos Gómez en la guitarra, Dilson Díaz (La Pestilencia) en el bajo, y el mítico Mauricio ‘Bull Metal’ Montoya en la batería. Juntos grabaron un disco esencial en la historia del metal de la región, licenciado, reeditado y pirateado hasta la saciedad. Como era apenas lógico para esa época, los recursos económicos y tecnológicos no ofrecían un sonido de calidad, pero 30 años más tarde Masacre (con una formación bien diferente) empezó a trabajar para grabar de nuevo este disco indispensable.

Hoy es un placer (intenso, lúgubre y oscuro) el poder oír REQVIEM con un sonido que perfectamente podría competir con el de cualquier banda internacional. Miles de fanáticos estaban esperando la oportunidad de oír como Dios manda piezas clásicas como ‘Cortejo fúnebre’ o ‘Brutales masacres’.

CONTENIDO RELACIONADO