Un mundo sin: la historia detrás de la hitera serie de animación argentina

Cómo dos jóvenes llegaron a crear una de los proyectos más originales y estimulantes de los últimos tiempos, además del más visto durante 2022 en YouTube argentina

Por  MARTÍN SANZANO

enero 11, 2023

Un mundo sin, la serie de animación más vista en YouTube durante 2022.

(Foto: Captura de video)

¿Te imaginás cómo sería un mundo sin música? ¿Y sin religión? ¿Y sin ventanas, escaleras, patos, codos, nombres o abrazos? Esa simple, pero poderosa premisa se convirtió en el big bang creativo de Un mundo sin, la serie de animación que logró hacerse un lugar entre los diez videos más vistos de 2022 en YouTube Argentina. Ahí, al lado de Ibai Llanos, del popular youtuber MrBeast y las goleadas de la Scaloneta.

El proyecto nació en 2019 en la cabeza de Matías Sinay, un joven guionista cordobés que entonces trabajaba en el medio web Playground. Por su experiencia, sabía que la idea tenía potencial, pero todavía no le encontraba la forma. Hasta que un día, scrolleando en las redes sociales, se topó con su destino.
“Me acuerdo de que fue gracias a Martín Garabal –dice Matías en diálogo con ROLLING STONE–. En su Instagram siempre recomendaba el trabajo de otros ilustradores y animadores que estaban comenzando. Ahí me crucé con el perfil de Santi (Pérez Silva) y pensé: ‘Che, este humor, este estilo de ilustración, van perfecto con esta idea que tenía anotada’. Así que al toque le escribí un mensaje. No lo conocía para nada, pero le dije que nos juntáramos en un café y ahí le conté la idea. Se prendió enseguida, no hubo ningún tipo de duda. Yo tenía escrito solo el primer guion, creo, el de Un mundo sin… bolsillos. Y armamos un piloto para ver cómo podía funcionar”.

Matías Sinay y Santiago Pérez Silva, los cerebros detrás de Un mundo sin, posan con uno de sus primeros “trofeos” de YouTube (Foto: Gentileza Daniela Spina)

Santiago Pérez Silva, también conocido como @PichoBrazo, es de Burzaco, se crio entre dibujos de Cartoon Network y siempre quiso ser ilustrador. Influenciado por Alejo y Valentina, un clásico de la primera época de Internet en Argentina, comenzó a hacer sus primeros pasos en el programa de animación Flash. Así les fue encontrando el gusto a los cortos de un minuto. “Boludeando con amigos, por ahí se nos ocurría una idea graciosa, hacíamos un cómic y después la animación. La primera que vio Mati es la del campeonato mundial de postergar la alarma del teléfono. Hay un estadio con muchas mesitas con teléfonos y los competidores van pasando y apagando cada alarma. Incluso hay otros cortos así, que en su momento los hacía y los mandaba a algún festival, pero quedaban en la nada”, cuenta Santiago.

“Cuando me contacta Mati me dice: ‘Mirá, tengo una idea que no te puedo contar por acá. Tendríamos que vernos, la tenemos que charlar’. Llegó con un PDF muy prolijo donde, de entrada, no era obvio que la propuesta era en animación. Pero apenas me la comentó se me ocurrió cómo se podía resolver. Los personajes tienen que tener esta estética, el universo hay que construirlo así para que, de episodio a episodio, no sea difícil reconstruirlo. Tenía que ser lo suficientemente plástico y simple como para poder prolongarlo”, explica.

Con el primer episodio terminado, le hicieron frente a la ansiedad y tocaron todas las puertas posibles antes de mostrarlo al público. Sabían que el mayor “gancho”, como lo llama Matías, de la serie era su concepto. Y que, tarde o temprano, alguien iba a estar dispuesto a financiarla. “Nos rechazó un montón de gente hasta que le interesó a un medio independiente español e hicimos algunos capítulos con ellos. Ahí vimos que se empezó a viralizar de manera fuerte. Funcionó mucho en España, a pesar de estar hecho en Argentina. Y también en México, donde hoy está el 30% del público de la serie. Los capítulos tenían miles de visitas. Nosotros empezamos haciéndolo para Instagram, pero entró a YouTube y explotó. Nos dimos cuenta de que teníamos que abrirnos un canal por nuestra cuenta, independizarnos. Nunca habíamos tenido en YouTube. No sabíamos cuánto ni cómo pagaba, tampoco cómo se monetizaba”, dice Matías.

A comienzos de 2021, empezaron a subir los capítulos de la serie a su propio canal y la gente respondió de inmediato. Los suscriptores pasaron de 10.000 a 50.000, luego a 100.000 y en menos de un año y medio superaron el millón. Un mundo sin… dolor, que se metió entre lo más visto de 2022 en Argentina, tiene más de 10 millones de reproducciones y forma parte de la tercera temporada. Durante ese año estrenaron, además, la cuarta entrega y alcanzaron el pico máximo de repercusión.

“Hace unos meses me escribe un amigo y me dice: ‘¡Les está yendo super bien en TikTok!’. Y yo le digo: ‘Pero si no tenemos TikTok’. Cuando entré, la serie tenía 200 millones de reproducciones sin haber subido nada. La propia gente la comparte por todos lados”.

La comunidad de fans de Un mundo sin es fiel y muy imaginativa. A Matías y a Santiago –que, si bien siguen siendo los líderes del proyecto, hoy encabezan a un grupo que trabaja en cada detalle de la serie– les gusta leer el feedback del público. “La serie es 100 por ciento humor, comedia, intentamos hacer reír a la gente y también ayuda a pensar un poquito. Toca cierta fibra de curiosidad y empiezan a inventar nuevos mundos o a pensar cómo sería su propia vida cotidiana si no existiera esto o aquello”, explica Matías. Por eso, para seguir alimentando el estado de brainstorming permanente, decidieron transformar el canal en Naisekai, una factoría de animación y humor que busca abrirles el juego a otros proyectos (como Dictadora Peach, de Nobody Toons) y artistas en un ecosistema que no suele premiar a la animación.

“Nosotros tuvimos bastante suerte –admite Santiago–. Muchas veces vienen chicos y nos dicen que quieren hacer su propia serie y es difícil. Apostamos muy bien los recursos al principio, fuimos cuidadosos. Ahora estamos aprovechando toda esta ola para crear una especie de pequeña industria donde les sirva a los creadores, a nosotros, a las marcas, para que cierre el círculo completo”.

Gracias a la publicidad que YouTube coloca, Un mundo sin permite que Matías y Santiago se enfoquen casi exclusivamente en el proyecto, junto con un equipo de colaboradores, doblajistas, sonidistas y asistentes de producción. Y no solo están doblando todo al inglés para intentar conquistar otros mercados, sino que se viene un spin-off protagonizado por los tres científicos que aparecen de manera recurrente a lo largo de las, por ahora, cuatro temporadas.

“Lo que pasó este último año es una locura –reflexiona Santiago–. Yo grabo todas las voces. No soy locutor, ni nada. De hecho, hablo medio mal y escucharme en un video que tiene 10 millones de views me parece increíble. Es algo que nos explota en la cara constantemente y que no deja de sorprendernos”.