Trueno: “Mi propósito es llevar el rap argentino lo más alto que se pueda”

Tras la salida de 'BIEN O MAL', su nuevo disco, el rapero argentino habla del proceso de grabación y de las diferencias con 'Atrevido'

Por  JUAN FACUNDO DÍAZ

mayo 12, 2022

Sebastián Arpesella

Después de Atrevido, su esperado disco debut y su salto definitivo del freestyle hacia la música, Trueno salió del barrio y con eso se ampliaron sus horizontes. Ese fenómeno casi instantáneo en torno a su figura lo llevó por muchas ciudades del país y lo obligó, junto a todo su equipo, a crecer entre golpes y victorias. La expansión de su propio universo fue, además, la plataforma que le permitió llegar a diferentes países del exterior. Fue allí, en medio de esas giras, que tuvo una revelación que lo impulsó hacia un cambio profesional y también a una mutación artística: “Cuando vamos a Europa o a Estados Unidos, no tienen idea de qué es la Comuna 4 o qué es el barrio de La Boca. A mí me ven y dicen: ‘Ah, un latino’. Entonces exteriorizo mi concepto y de dónde soy desde ahí. Mi tierra es Latinoamérica”, dice. Y con esa visión, con ese objetivo y esa construcción de su propia identidad es desde el lugar donde nace BIEN O MAL, su nuevo disco, una especie de manifiesto sonoro producido en tándem por Tatool y Brian Taylor. “Atrevido es un disco desde La Boca para Argentina. BIEN O MAL es desde Argentina para toda Latinoamérica”. 

Hice un disco rascándome los huevos y me pegué”, rapea en “HOOP HOOP”, el tema que abre y que tiene a Pedro Peligro, su padre y compañero, como maestro de ceremonia. “En este no me rasqué para nada las bolas”, aclara riéndose. “Tomó mucho más tiempo. Es un trabajo que implica una musicalidad mucho más inmensa que el anterior y una cantidad de personas mucho más grande. También hay otro punto de vista mío de cómo hacer las canciones, cómo hacer un disco y crear la identidad de eso. Mi debut fue lo que yo era, conté lo que querían saber: de dónde soy, cómo es mi barrio, con quién me junto, quién es mi papá, qué es la Comuna 4, que soy del bajo de La Boca. Siento que está hecho para mi barrio justamente. BIEN O MAL, en cambio, tiene esa búsqueda de exteriorizar el mensaje, desde un barrio al país entero”.

Para eso, para ampliar su propia llegada y para llevar su música hacia otro lugar, se nota a un Trueno menos enojado que al comienzo, paciente, hasta casi más serio. “Nos consolida como músicos, va más allá del freestyler que hizo un disco. Los primeros temas los empecé antes de que salga Atrevido con 17 años y los estoy sacando ahora con 20. En el medio pasaron un montón de cosas, idas y vueltas, turbulencias, tanto para mí como para todos los que estamos en este proyecto. Nos pasó de todo, conocimos un montón de países nuevos, perdimos plata, nos cagaron, nos arreglamos. Creo que eso se ve plasmado, hay una evolución personal más allá de lo musical, otro tipo de pensamiento, otro tipo de visión”. Al hacerse cargo de esos cambios, Trueno encara una obra de dos partes y de largo aliento, acepta su buen momento y su condición de hijo pródigo de La Boca, porque si bien nació y creció allí, hoy en día ya no vive en el barrio. “Necesitaba despegarme de la etiqueta de ser el freestyler que grabó su música pero también de mi realidad de ese momento. Yo vuelvo al barrio, pero no vivo más acá”. 

Para que exista el bien debe existir el mal, para la muerte hace falta la vida y para Dios, el Diablo. Desde esa dualidad del yin y el yang de la filosofía taoísta, entre esas fuerzas contrapuestas que a la vez se complementan para darle sentido final a sus existencias, es donde se construye BIEN O MAL: doce canciones cargadas de referencias sociales y políticas que se erige como contraposición en un panorama musical que Trueno ve vacío de contenido. A lo largo de las letras, el rapero hace referencia de forma directa a los desaparecidos, a Jorge Rafael Videla, a Emilio Massera, a Santiago Maldonado, a la creciente pobreza, la desigualdad, la juventud, la represión policial y el descontento social con el poder político. “Eso sale desde el momento en que me di cuenta de cómo se dimensionan las cosas que digo. Fue flashero, dije: ‘quiero ser un vocero de mi generación’. Hay gente a la que no le va a gustar, gente que va a estar en contra, que van a estar en desacuerdo, pero también de eso se trata. Son cosas que necesito decir, porque si las digo en privado no tienen la misma fuerza que si lo hago desde mi medio de expresión que es la música. Y más allá de lo político, de estar de un lado o del otro, siento que lo que digo nace de un ciudadano normal y de lo que nos pasa a nosotros o le pasó a la generación anterior. También lo que nos sucede a todos los que somos latinoamericanos. Esto no pasa solo en La Boca o en la Argentina. Toda Latinoamérica padeció dictaduras, todos perdieron a sus antepasados, toda Latinoamérica tuvo que negociar sus raíces, nos pasó a todos. Vas a cualquier país y los barrios marginales son los mismos en todas partes”. 

Sin embargo, las referencias sociales y políticas dentro de sus letras no son los únicos disparadores. A lo largo de las dos partes del álbum, Trueno se nutre de diversas influencias musicales que explicita en mayor o menor medida. Ese es el caso de la aparición de Illya Kuryaki and the Valderramas y su “Coolo” en “DANCE CRIP”, uno de los adelantos del disco que además se pasea entre “King Kunta” de Kendrick Lamar o el fundacional “Rapper’s Delight” de The Sugar Hill Gang. “Los IKV son los representantes del hip hop de la generación anterior junto al Sindicato Argentino del Hip Hop o Jazzy Mel. Entonces ahí estuvo la idea de sumarlos a Dante (Spinetta) y Emma (Horvilleur) con el sample. Estuvo hablado y todo, se los pedí y me buscaron las pistas en sus máquinas. Era para mostrar que nosotros levantamos esa bandera y mi propósito es llevar el rap argentino lo más alto que se pueda. La gente me pregunta si es un disco de hip hop, de rock o de qué. Es música latinoamericana, la esencia es hip hop porque me corre por la sangre. Yo nací dentro del hip hop y eso me crió”, dice. 

A la hora de “ARGENTINA”, la canción junto a Nathy Peluso, la referencia va más allá. El tema está construído sobre un sample de “Los ejes de mi carreta” de Atahualpa Yupanqui mientras ambos hablan del país, nombran a todas las provincias y la forma en la que lo intentan representar por el mundo. “‘Piano Bar’ en los auriculares/ Ya son años laburando en el extranjero, a donde voy digo que te quiero/ Desde que me fui me ha pasado tanto y te aseguro que la fuerza de Argentina está caminando a mi lado”, dice Nathy desde España por su amor a distancia. En “TIERRA ZANTA”, la canción más rioplatense del disco, Victor Heredia aporta su voz para los coros junto a La Charo, aparece sampleado Gustavo Cerati con “Sulky” y Brian Taylor reinterpreta “No soy de aquí ni soy de allá” de Facundo Cabral en la guitarra. “Mis cicatrices, mi historia. Mi fama, mi gloria. Mi pena por panas desaparecidos. Memoria”, recita sobre el final el histórico cantautor y refleja en esas líneas el espíritu general que se vive en el álbum. El resto de los invitados principales pasan por Duki en “PANAMÁ” y Randy y Bizarrap para “JUNGLE”, también adelantos junto a “SÓLO POR VOS” Y “FEEL ME??”. Luego, para toda la instrumentación y la producción, la lista de créditos es inmensa. “Terminaron siendo 85 músicos implicados en total. Lo trabajamos dos años enteros”, dice.

Para ser el vocero de una generación hace falta tener un mensaje y para poder compartirlo es necesario un vehículo. Trueno reclama ese puesto, se despacha con sus ideas, pensamientos e inquietudes en las canciones y usa su música como medio para compartirlas y llegar a la mayor cantidad de gente. “No sé si siento responsabilidad. Las personas estamos llenas de inseguridades y todo, pero si hay algo que sé es de qué estoy hecho. Creo que más que un mensaje son mis códigos, mi manera de ver las cosas y es la idea de hacerle sentir a los jóvenes que somos una banda. Somos los que tenemos la sartén por el mango, somos los que vamos a cambiar el futuro. Siento que todos los jóvenes lo pueden hacer y lo están haciendo. Lo mío es incentivar ese hambre de lucha y de cambio”. Y aunque en “BIEN O MAL”, la canción que cierra el disco, Trueno rapee: “Y aunque ya casi nadie me vea como antes/ Sigo siendo el mismo tres pasos adelante”, la realidad indica que cambió, que creció y que se planteó un objetivo. Un objetivo que, un par de barras después, él mismo aclara: “No sé si está bien o mal, pero represento igual”. 

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