Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Tren Bala

Brad Pitt interpreta a un ladrón profesional en busca de un maletín, en una cinta llena de acción, enredos y personajes variopintos

David Leitch 

/ Brad Pitt, Aaron Taylor-Johnson, Joey King, Brian Tyree Henry

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de Sony

Si Guy Ritchie es Tarantino ebrio, David Leitch es Tarantino en las drogas. El director de las magníficas Atomic Blonde, John Wick y Deadpool 2, toma la novela neo-pulp del escritor japonés Kotaro Isaka y la transforma en una cinta con todos los elementos del director de Reservoir Dogs, Pulp Fiction y Kill Bill, llevados al paroxismo: criminales excéntricos, diálogos ingeniosos, banda sonora reciclada, alteraciones temporales y mucha, mucha sangre.

Sin estropear las sorpresas, esta es la trama de Tren bala. Brad Pitt (quien ha trabajado anteriormente para Tarantino, Ritchie y Leitch), interpreta a un ladrón profesional apodado Ladybug por su empleador (Sandra Bullock). Su misión consiste en embarcarse en el tren del título, que viaja de Tokio a Kioto, para apoderarse de un misterioso maletín (que Leitch se lo robó a Tarantino y este a su vez a Robert Aldrich).

Ladybug es un hombre convencido de su mala suerte y está reemplazando en su misión a otro ladrón profesional llamado Carver (encarnado por un colaborador constante del director). Al abordar el tren va a comprobar su infortunio, cuando se enfrente a una serie de maleantes que hacen parte de los pasajeros del tren bala y que están relacionados con el susodicho maletín. Ellos son Mandarina (un estupendo Aaron Taylor-Johnson) y Limón (Bryan Tyree Henry), dos supuestos hermanos mellizos y asesinos a sueldo, contratados por la Muerte Blanca, un capo criminal originario de Rusia y que tiene nexos con la mafia japonesa (el actor que lo interpreta y su origen, es mejor no revelarlos). Mientras Mandarina y Limón nos aclaran su misión, discutirán sobre los personajes de Thomas y sus amigos, la serie infantil sobre trencitos que obsesiona a Limón. Piensen en Thomas como la Big Mac de Vincent y la cita de la biblia de Jules en Pulp Fiction.

El tren también es abordado por Wolf (Benito A Martínez Ocasio, mejor conocido en el mundo del reggaetón como Bad Bunny), un hombre en busca de venganza (su origen y motivación tampoco se revelará aquí). Y también tenemos a Kimura (Andrew Koji, también conocido como Storm Shadow en Snake Eyes, el divertido spin-off de G.I. Joe), otro hombre en busca de venganza e hijo de un misterioso anciano (Hiroyuki Sanada de Mortal Kombat y Sankoukai). En este mundo testosterónico encontramos a dos mujeres de armas tomar. Prince (Joey King de La princesa) una chica siniestra que viste como una inocente colegiala, y El avispón, una asesina que envenena a sus víctimas (otra actriz que es mejor dejar en el anonimato).

Leitch y el guionista Zak Olkewicz (quien se dio a conocer por hacer parte de esa trilogía homenaje a los slashers de los años setenta, ochenta y noventa, conocida como Fear Street), hacen uso de una serie de transgresiones temporales para que podamos entender que es lo que sucede en ese tren, del mismo modo que Tarantino lo hizo en Reservoir Dogs, Pulp Fiction y Kill Bill, y los criminales variopintos que bien parecen surgir del “Tarantino-verse”, también tienen algo del toque Ritchie (es un misterio que Jason Statham, actor fetiche de Ritchie y protagonista del infame spin-off de Rápido y Furioso dirigido por Leitch, no esté presente en esta cinta).

Tren bala no es para nada un producto original, pero es una película muy, muy, muy divertida. Esta es una de esas cintas en donde se percibe que los actores la pasaron muy bien y el sentimiento se contagia. Para disfrutar de la cinta hay que dejar a un lado los problemas de lógica y verosimilitud, así como el sentido de todo este ballet de sangre, balas, catanas, momomones y serpientes en el tren. Aquí lo importante es el viaje. ¡Y qué viaje!

CONTENIDO RELACIONADO