Este año, The Rolling Stones celebran su cumpleaños número 60 y Rolling Stone dedica su portada de junio y un informe especial a la icónica banda británica y universal. Parte de ese especial, es este listado que repasa 20 presentaciones del grupo, desde el debut oficial el el Marquee Club de Londres hasta el primer concierto sin su histórico baterista, Charlie Watts, a fines del años pasado.
El primero
Marquee Club, Londres, julio de 1962
El Marquee Club de Londres no era un lugar extraño para Mick Jagger. El cantante ya se había subido al escenario de ese pub para cantar blues con una banda llamada The Blues Incorporated. Jagger y sus amigos Keith Richards, Ian Stewart y Brian Jones solían zapar y beber en un bar cercano, The Bricklayers Arm Club. Pero el 12 de julio de 1962 no fue solo una zapada: se lo considera el debut oficial de los Rolling Stones, en el mismísimo Marquee: Jagger, Richards, Jones, Stewart, Dick Taylor y Tony Chapman salieron a escena y ya nada fue igual en el rocanrol.
La formación consolidada
Crawdaddy Club Richmond, febrero de 1963
El Crawdaddy Club, en la ciudad de Richmond, a 13 kilómetros de Londres, fue el primer escenario que vio a los Stones con su formación consolidada. Fue, además, el debut de dos figuras centrales: Bill Wyman (bajo) y Charlie Watts (batería). El concierto no fue un éxito. Todo lo contrario: Giorgio Gomelsky, un georgiano con pocas pulgas que managereaba el pub, tuvo que rogar a los huéspedes del hotel de enfrente que cruzaran la calle para ver el show. Hasta ofreció el clásico 2×1 en las entradas para tentar a los indiferentes.
El debut en la tevé
Programa Thank Your Lucky Stars, julio de 1963
A caballo del que tal vez fue el primer hit de la banda, el tema “Come On” de Chuck Berry (con Andrew Loog Oldham como productor), los Stones llegaron por primera vez a la caja boba en julio de 1963. El programa Thank Your Lucky Stars los recibió con un detalle curioso: estaban muy elegantes. “Si no se hubieran puesto algún tipo de ‘uniforme’ no los hubieran dejado entrar al estudio”, admitió Oldham. Después de tocar “Come On”, la canción se disparó en los charts. Ese show en la tevé también inauguró una gira por toda Inglaterra.
El primer gran error
Santa Mónica Civic Auditorium, California, octubre de 1964
Tocar en el T.A.M.I. Show, en Santa Mónica (California), en octubre de 1964, fue tal vez el primer error estratégico de los Stones. La banda tuvo la mala suerte de subir a escena justo después de un concierto incendiario de James Brown, que algunos recuerdan como el mejor de su carrera. Aunque las jovencitas se fascinaron con la facha suprema de Brian Jones, el concierto de los Rolling fue tibio. Años más tarde, el propio Richards admitió que fue la peor jugada estratégica en la carrera de la banda. Sin embargo, el show en el T.A.M.I. también instaló a los Stones como cabecillas de la British Invasion en Estados Unidos.
La despedida de Brian Jones
Hyde Park, Londres, julio de 1969
Dos días antes del masivo concierto de los Rolling Stones en Hyde Park, el multiinstrumentista (y miembro fundador de la banda) Brian Jones fue encontrado muerto en la piscina de su casa de campo. Quienes recuerdan aquel show cuentan que la banda no sonó ajustada, pese a que (según algunas versiones) casi 500.000 personas estuvieron presentes en el Hyde Park, el 5 de julio de 1969. Fue además el debut de un joven Mick Taylor en la guitarra (que, para los más quisquillosos, estaba muy desafinada). Sobre el final del concierto, Jagger liberó cientos de mariposas blancas en honor a su amigo Jones, que dicho sea de paso había sido despedido de la banda un mes y cuatro días antes.
El más violento
Altamont Speedway Free Festival, en Altamont, California, diciembre de 1969
El show de los Rolling Stones en el Altamont Speedway Free Festival, el 6 de diciembre de 1969, demostró que aquello de paz y amor también podía terminar muy mal. Los Stones tocaron junto a otras bandas, como Santana y Jefferson Airplane, para más de 300.000 personas (en el marco de su American Tour de 1969), pero el asunto empezó y terminó mal: antes de subir a escena, Jagger recibió una trompada de una fan. Y, en el momento exacto en que tocaban “Under my Thumb”, un joven murió apuñalado en el público, aparentemente por parte de un integrante de la banda de motociclistas Hell’s Angels, a los que los Stones habían contratado como staff de seguridad. Los Rolling terminaron por suspender el concierto. Y así acabó también la era hippie y de la candidez psicodélica encarnada por Woodstock.
El concierto tax free
Marquee Club, Londres, marzo de 1971
Por graves problemas con el fisco, los Stones tenían como deadline abandonar Inglaterra antes de abril de 1971 (ese mes les debían vencer todas las boletas). Por eso hicieron un célebre concierto en el pub que los vio nacer, el Marquee Club. Tocaron temas de los discos Let It Bleed (1969) y Sticky Fingers (1971) y se sabe que, mezclados en el público, estaban Eric Clapton y Jimmy Page. A mediados de ese año, Richards alquiló una mansión en la costa mediterránea francesa, donde la banda se relocalizó para evadir impuestos y enfocar en las drogas duras. Allí empezaron a grabar las canciones que integrarían el disco Exile on Main St. (1972).
Pastelazos, pandas y el cumple de Jagger
Madison Square Garden, Nueva York, julio de 1972
El North American Tour, también llamado S.T.P (Stones Touring Party), a mediados de 1972, no fue una gira fácil. La prensa calificaba a los Rolling como “desenfrenados y violentos”. Los conciertos en el Madison Square Garden –24, 25 y 26 de julio– cerraron el tour y coincidieron con la fecha del cumpleaños de Jagger (el 26), que se agarró a pastelazos con el público, abrazado a un panda de peluche. El clima feliz de ese día fue un alivio para una gira que venía torcida, con más de 10 arrestos en los tres shows anteriores y un policía herido. Stevie Wonder fue soporte del tour y en varias noches se sumaría a los Stones para algunos temas. En esa travesía norteamericana se gestaría el documental Cocksucker Blues.
El show soñado
Fort Worth, Texas, 1978
Muchos fanáticos y revisionistas de los Stones entienden que el concierto del 18 de julio de 1978, realizado en Fort Worth, Texas, fue uno de los mejores en la historia de la banda. Los Rolling venían muy afilados en esa gira, promocionando el álbum Some Girls, que venía primero en los charts de Estados Unidos. Fue un show para 25.000 personas en el que no hubo desmadres ni policías heridos: solo rocanrol como ellos saben hacer. Tras la salida de Mick Taylor, en diciembre de 1974, un joven Ronnie Wood ya se asentaba en la guitarra. Sin embargo, el advenimiento del punk pegó fuerte en los Rolling, a partir de ese momento considerados como “obsoletos” por sus críticos menos piadosos.
Es solo blues, pero también me gusta
The Checkerboard Lounge, Chicago, 1981
El concierto de los Rolling Stones en The Checkerboard Lounge, un local de música en vivo de Chicago, en 1981, es recordado como una vuelta a las fuentes: el blues. La banda se unió a Muddy Waters en el escenario para tocar “Baby Please Don’t Go”. También se subió el gran Buddy Guy. Y luego siguieron con clásicos bluseros como “Hoochie Coochie Man”, “Long Distance Call” y “Champagne & Reefer”. Fue una noche muy especial, por ser la única vez que los Rolling tocaron junto a su ídolo de la adolescencia (Muddy). De hecho, Jagger y sus muchachos debían el nombre de la banda a una vieja canción de Waters, “Rollin’ Stone” (1948).
La era de los estadios
Tokyo Dome, Japón, febrero de 1990
Después de casi ocho años alejados de los escenarios, los Stones se lanzaron a una megagira mundial, ideada para la defensa de un gran disco: Steel Wheels. Hicieron una serie maratónica de 10 shows en el Tokyo Dome, en febrero de 1990, compilados en el disco en vivo Live at the Tokyo Dome. Fue la primera visita de los Stones a Japón y este concierto fue el último de Bill Wyman en el bajo. Los conciertos en Japón, al igual que los del tramo norteamericano de la gira (el U.S. Steel Wheels Tour), inauguraron “la era de los estadios” en la carrera de los Stones.
La primera vez en la Argentina
Estadio River Plate, Buenos Aires, febrero de 1995
El 9 de febrero de 1995 fue la primera visita de los Rolling Stones a la Argentina, en el marco del Vodoo Lounge Tour. Nunca antes habían bajado a Latinoamérica. Cinco shows en la cancha de River convocaron a cerca de 300.000 personas. Arrancaron con el tema “Not Fade Away” (clásico de Buddy Holly) y tocaron 23 canciones en total, con el gran cierre de “Jumpin’ Jack Flash”. El delirio de la Patria Stone fue completo, tanto que los fans se subieron arriba del Mercedes Benz que transportaba a Mick Jagger, para darle el susto de su vida. Como broche (no se sabe si de oro o no), fueron recibidos en la Quinta de Olivos por el presidente Carlos Menem y sus sueños de reelección.
Segundo round en Buenos Aires, con Dylan de invitado
Estadio River Plate, Buenos Aires, marzo/abril de 1998
Una nueva gira, el Bridges to Babylon Tour, trajo a los Stones por segunda vez a la Argentina. De nuevo fueron cinco shows en River, a partir del 29 de marzo de 1998, con una sorpresita en la cuarta fecha: la inclusión de Bob Dylan para tocar “Like a Rolling Stone”, en una pasarela que se metía entre la gente. Para los críticos, fue la visita más floja de los Stones a Buenos Aires y muchos lo atribuyen a los problemas internos que atravesaba la banda. El dato triste del asunto: a la pobre de Meredith Brooks, la única telonera internacional, el público más ansioso casi se la come cruda.
De Rusia con amor
Estadio Olímpico Luzhniki, Moscú, agosto de 1998
El 11 de agosto de 1998 los Rolling Stones tocaron por primera vez en Rusia. “Deberíamos haber venido en la segunda mitad de los años sesenta”, se disculpó Mick Jagger en el escenario. Unos años antes, los Stones habían sido acusados de dar un show privado en secreto para la cúpula de la KGB, lo cual fue desmentido por el cantante: “Ni en la época de Brezhnev ni en la de Andropov actuamos para la KGB. Es algo simplemente absurdo”, juró. El concierto fue en el Estadio Olímpico Luzhniki, también conocido como Estadio Lenin, y acudieron más de 60.000 espectadores.
El show más multitudinario
Copacabana, Río de Janeiro, febrero de 2006
Fue el concierto más multitudinario de los Stones y uno de los tres conciertos gratuitos más convocantes en la historia de la música: casi un millón y medio de personas vieron a la banda el 18 de febrero de 2006 en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro. Quienes estuvieron allí juran que fue un concierto inolvidable, que arrancó con el doblete de “Jumpin’ Jack Flash” y “It’s Only Rock’n’Roll (but I Like It)” y tuvo una versión de “Wild Horses” que quedará para la historia. Tan cómodos quisieron estar los Stones en Río que mandaron a construir una pasarela desde su hotel (el Copacabana Palace) hasta el escenario.
La tercera en Argentina
Estadio River Plate, Buenos Aires, febrero de 2006
Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts pisaron suelo argentino por tercera oportunidad en febrero de 2006, tres días después del masivo show en Copacabana. Esta vez no fueron cinco shows en River sino dos, el 21 y 23 de febrero. En ambos arrancaron con “Jumpin’ Jack Flash” y cerraron con “Satisfaction”. Los teloneros fueron: Las Pelotas, Los Piojos y La 25. El dato de color es que en la segunda fecha se largó una lluvia torrencial, que le dio a la noche un toque épico, con Richards haciendo su clásico “codito bamboleante” en la guitarra, empapado de pies a cabeza.
El debut en Glastonbury, 50 años después
Glastonbury, Pilton, Somerset, Inglaterra, junio de 2013
Glastonbury es considerado el mayor festival de música del mundo y se lleva a cabo desde 1970. Pero, por diversas razones, los Stones nunca se habían subido a ese escenario. El maleficio duró casi medio siglo, pero se quebró el sábado 30 de junio de 2013, cuando los acordes de “Jumpin’ Jack Flash” sonaron por primera vez. “Después de todos estos años finalmente nos invitaron”, bromeó Jagger. El show duró dos horas y media, ante una audiencia de más de 135.000 espectadores.
El chimichurrri de Charlie Watts
Estadio Único, La Plata, febrero de 2016
“Charlie fue a la Costanera a comer un chimichurrri”, dijo Mick Jagger en el medio de uno de sus tres recitales en La Plata, y el público se tentó fuerte, ante la mirada imperturbable del batero (ni el chimichurri lo conmovía). Fue durante la cuarta visita de los Stones a la Argentina, los días 7, 10 y 13 de febrero de 2016, en el Estadio Único. Sería también la última vez que el público local le vería la cara a Charlie Watts, quien falleció el 24 de agosto del año pasado. En los tres shows (50.000 personas en cada uno) abrieron con “Start Me Up” y cerraron con “Satisfaction”. Y, en la última noche, Jagger improvisó un bizarro-lacrimógeno “No llores por mí Argentina”.
Sus majestades cubanas
Ciudad Deportiva, La Habana, marzo de 2016
Todavía picantes por el chimichurrri en la Costanera, los Stones desembarcaron por primera vez en Cuba, el 25 de marzo de 2016, en el marco de la apertura encarada por el régimen castrista. El recital fue gratuito y se celebró en la Ciudad Deportiva de La Habana ante más de un millón de personas. Muchos lo recuerdan como un hecho muy importante para la vida cultural y política de Cuba. Viejos rockeros, punks, intelectuales, hippies, jubilados y turistas de todo el planeta disfrutaron del recital, que abrió con “Brown Sugar”. Después de “It’s Only Rock’n’Roll”, Jagger hizo su proclama en un spanglish tallado para la ocasión: “Sabemos que años atrás era muy difícil escuchar nuestra música en Cuba, pero aquí estamos tocando para ustedes”.
El primero sin Charlie
Dome at American’s Center, Saint Louis, Estados Unidos, septiembre de 2021
Quienes estuvieron presentes en el show de los Rolling Stones en la ciudad de Saint Louis, en Estados Unidos, juran que allí se ofició el verdadero funeral de Charlie Watts. Fue el primer recital de los Stones sin el baterista, que pasó seis décadas en la banda, ahora reemplazado por Steve Jordan. El concierto se realizó el 26 de septiembre del año pasado en el Dome at American’s Center, el estadio de fútbol americano de Saint Louis. En el show tocaron 19 canciones durante casi dos horas y se proyectaron imágenes de Watts; y Jagger confesó, muy emocionado: “Echaremos mucho de menos a Charlie, dentro y fuera”.