Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Terapia de grupo con el elenco de Manes

Los protagonistas hicieron catarsis e insight y nos hablaron sobre relaciones tóxicas, máscaras e identidad, el papel de la tecnología en la sociedad actual y la necesidad de deconstruir la masculinidad en el siglo XXI

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

mayo 4, 2023

Cortesía de Prime Video

Primero que todo, quiero que alguno de ustedes me resuelva una inquietud. Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana, tuve la oportunidad de ver una serie llamada Hombres, la cual me encantaba. ¿Hay alguna conexión con Manes? ¿Es un spin off? ¿Es una secuela? 

JUAN PABLO URREGO: Sí hay una conexión. Es la idea, es la base original. Pero traída a la actualidad, con todos los ingredientes que tiene la misma. La tecnología, la manera de comunicarse y relacionarse entre los hombres y las mujeres, no era la misma en los años noventa como es era. El coqueteo, por ejemplo. Ahora están las aplicaciones de citas, los mensajes de texto. Es la idea original de Hombres traída a la actualidad.

Pasemos entonces a lo siguiente. En un primer lugar, Manes es una serie que nos habla sobre las relaciones de pareja y contrapone lo que se supone, es una relación funcional versus lo que se supone, es una relación disfuncional. Lo que hoy se entendería como relaciones tóxicas y no tóxicas, términos robados de la química. En un segundo, lugar, Manes nos muestra lo que significa ser un hombre en el siglo XXI. Mi pregunta va primero hacia las relaciones de pareja. ¿Qué entenderían ustedes como una relación tóxica o disfuncional?

SIMÓN ELÍAS: Yo creo que Manes logra mostrar muchos elementos característicos de una relación tóxica o de actitudes tóxicas que podemos tener los seres humanos y que muchas veces no nos damos cuenta que las tenemos. Esto va dependiendo del personaje y de ciertos rasgos. Por ejemplo, el machismo y el maltrato, la forma en como uno le habla a las personas, incluso el maltrato entre amigos, el bullying Siento que Manes logra abordar diferentes matices de esa toxicidad que tenemos los seres humanos y que muchas veces hasta que no lo vemos en una serie como esta, no logramos identificar. Y es que a través de Manes van a poder ver muchos de esos elementos. 

NATALIA JEREZ: Sin embargo, siento que también sucede, para complementar tu respuesta, todo lo contrario. Y es que hoy en día las relaciones entre hombres y mujeres -y entre los diferentes géneros- ha cambiado. Entonces, claramente se muestran las relaciones tóxicas, pero se muestra una equidad entre los géneros y asimismo, cómo nos movemos y convivimos los hombres y las mujeres en los mismos lugares, llámense laborales o de esparcimiento. O cómo nos movemos en diferentes lugares siendo nosotros mismos y no necesariamente sintiéndonos desde un lugar inferior o superior, sino desde un mismo nivel. 

Laura, ¿tú crees que lo tóxico siempre fue tóxico y que ahora se está visibilizando o lo que que era sano antes hoy se está viendo como algo tóxico? 

NATALIA JEREZ: Yo creo que la palabra “tóxico” se usa bastante hoy en día. Es una palabra muy de la modernidad. Sin embargo, viéndolo bajo el contexto de lo que hoy llamamos “tóxico”, definitivamente eso siempre ha existido. Lo que pasa es que se ha transformado a través de los años y hoy en día, claramente, las relaciones entre mujeres y hombres influenciadas por la era digital, por la globalización, por el papel que hoy en día desempeñan. 

La mujer hoy en día desempeña otros papeles más allá de simplemente ser madre y estar en la casa; y el hombre, que ha tenido que entender esto, se ha transformado. 

Pasemos entonces al papel del hombre en el siglo XXI. Se habla también en el contexto social actual sobre “deconstruir”, un término robado de la filosofía postestructuralista de Jacques Derrida. Hoy en día se nos dice a los hombres que necesitamos “deconstruir” muchas cosas. ¿Qué creen ustedes que necesitamos “deconstruir” los hombres para poder vivir en esta época?

SEBASTIÁN CARVAJAL: Yo creo que los hombres debemos quitarnos de encima todos esos clichés y, sobre todo, esa palabra que nos encierra a todos “manes”.  Creo que lo bueno de esta serie es que profundiza ese tema y es que todos los personajes que estamos aquí interpretando, tienen una línea, al parecer muy evidente, muy lineal al principio. Pero después de la mitad de la serie, esto se empieza a deconstruir. Es como como si estuviéramos recogiendo un lugar común, un cliché, que es la palabra “man”, para volverla un poco más real. ¿Sabes? ¿Qué somos los hombres? ¿De qué estamos hechos? ¿Cómo pensamos? Y sobre todo, como interactuamos con estas máscaras que tenemos frente a nuestros amigos, frente a una mujer, cómo actuamos en una cita romántica y cómo somos en verdad cuando estamos en grupo, cuando estamos los “manes” juntos. 

JUAN PABLO URREGO: La manada.

SEBASTIÁN CARVAJAL: Eso es lo que está pasando. Con respecto a las preguntas anteriores, yo quisiera complementar porque había escenas en las que estábamos actuando que, cuando las estaba leyendo, yo decía: ¡Uy, Dios mío! ¡Esto está muy fuerte! ¡Pero es que así somos! ¿Sabes? Entonces como actor yo también me di cuenta de que estamos interpretando una realidad que no está muy lejana a lo que de verdad somos nosotros. Aquí se está deconstruyendo la palabra Man, pero también se está reflejando lo que somos. Pero Simón tenía toda la razón. Cuando uno lo ve en una serie es cuando dice ¡Juemadre, así somos los hombres! Entonces, se esta deconstruyendo la palabra “man” y, al mismo tiempo, es un espejo de lo que somos los hombres.

JUAN PABLO URREGO: Yo le agregaría también a tu comentario que la palabra “man” también representa un volver a aprender. 

SEBASTIÁN CARVAJAL: Sí. 

JUAN PABLO URREGO: Reaprender y adaptarse a estos nuevos tiempos. Tenemos que borrar el cassette de cosas que nos enseñaron, que nos pasaron de generación en generación, que en algún momento consideramos normales y que no son normales. 

Y que inclusive se defendían. Hoy en día estamos viendo que muchas cosas no debieron haber sido así.  

BRIAN MORENO: ¡Exacto! A mi me parece muy curioso todo lo que está pasando, porque la mayoría de las personas que han venido hoy a entrevistarnos, vienen con unas premisas prefijadas como la que afirma que “Todos los hombres son iguales”. 

Ajá

BRIAN MORENO: ¿No? Y claro, parten de eso al ver los dos primeros capítulos. Pero lo interesante de Manes es que no se van a quedar solamente con eso. 

SIMÓN ELÍAS: ¡Claro! 

BRIAN MORENO: Es que va a haber una evolución de todos los personajes durante seis capítulos y el sexto va a quedar en punta en cada uno de ellos y va a pasar eso exactamente que tú estás diciendo. A partir del reaprender, cómo llegan a ese punto y sin ellos hacerse conscientes de eso, como han ido evolucionando los personajes. Digamos que ya la evolución como tal, pues es el trabajo de nosotros como actores al interpretar los personajes, pero los personajes como tal van inconscientemente desaprendiendo y aprendiendo de la misma dinámica y van a llegar a otro punto. Y eso es lo interesante de Manes

Y estamos de acuerdo. Porque, aunque en el momento en que estamos aquí no la he visto completa, yo intuí y sentí que hay algo muy bonito en la serie y es que ustedes interpretan estereotipos y se podían quedar en el estereotipo, en la línea. Pero estoy viendo algo en Manes, que a mí como psicólogo me encanta y es que todos podemos cambiar. 

NATALIA JEREZ: ¡Claro! 

SIMÓN ELÍAS: ¡Totalmente! 

BRIAN MORENO: ¡Sí!

Y vamos a ver muchas transformaciones. Eso es lo que yo intuyo. Quisiera preguntarles por esas líneas y también para que los espectadores potenciales que están esperando esta serie, los conozcan. ¿Cuál es tu línea Sebastián?

SEBASTIÁN CARVAJAL: ¡Bueno! Chévere entrar en esa dinámica de hablar de cada personaje. Julián siempre le ha dado la espalda al amor, siempre estaba enfocado en su trabajo. Yo creo que la su pensamiento y su cabeza es Mafe, su mejor amiga y creo que en este momento conoce a una persona se enamora, pero entonces se ve esa realidad del hombre que utiliza máscaras en frente de otros hombres y de sus amigos diciendo “No. Yo no estoy sintiendo nada. Yo no me estoy enamorando. Yo no me voy a enamorar. Yo estoy enfocado lo que debo estar”. Pero por dentro, Julián está sintiendo un montón de cosas. Entonces como que volver otra vez a entrar en lo que es un hombre, en lo que también nosotros sentimos, porque tenemos muchas partes femeninas dentro de nosotros… Julián en este momento está confundido, porque no sabe si tomar la decisión de irse por la empresa o irse por el amor. Eso es lo que hasta el momento puedo contar. Porque si no, me voy a revelar toda la historia. Pero esa es la línea de Julián. Después del cuarto, quinto y sexto capítulo ya se empiezan a ver las decisiones que él está tomando, quitándose las máscaras de las que te estaba hablando de lo lineal, que son los primeros tres capítulos. Ta después de la mitad hacia adelante, es cuando empieza a desenvolverse mucho más esta historia de él.

Y es una máscara que yo creo está formada por el orgullo. 

SEBASTIÁN CARVAJAL: El ego

Exacto. Tengo que mostrarme fuerte frente a mis amigos, porque si expreso mis sentimientos y mi vulnerabilidad… 

SEBASTIÁN CARVAJAL: Empieza el bullying 

SIMÓN ELÍAS: Y es algo que pasa mucho en los colectivos. Yo siento que, en los colectivos masculinos, sobre todo, porque es ese ojo externo que nos está juzgando y cómo nos censuramos un poco también como hombres, para evitar ese juzgamiento público de la manada de los “manes” y que como al final, todos también podemos estar sufriendo lo mismo en nuestra privacidad, pero por miedo a no compartirlo, por los prejuicios que asumimos como hombres. Yo creo que las mujeres en eso son un poco más inteligentes y logran expresarse entre ellas y apoyarse más. En cambio, los hombres muchas veces sufrimos en silencio y no somos capaces de compartir y apoyarnos en ciertas circunstancias. 

BRIAN MORENO: Sí. Demostrar una fragilidad…

Y poder hablar de nuestros sentimientos, que es algo que debemos aprender de las mujeres, creo yo. 

JUAN PABLO URREGO: ¡Total! ¡Total! ¡Totalmente de acuerdo!

Juan, ¿cuál es tu línea?

JUAN PABLO URREGO: Bueno, Daniel es el perro de la manada. Es el mujeriego, el que le encantan las mujeres. Todo el tiempo está buscando mujeres en las aplicaciones, buscando citas pasajeras para tener sexo casual y nada más. Para él las mujeres son eso. Una cita casual, sexo, y a la siguiente. Él está coleccionando. Y ahí también voy a lo que estaba diciendo Sebastián. También va a pasar algo con este personaje. Va a llegar otro personaje que lo va a atravesar, lo va a poner a tambalear, pero él no lo va a aceptar frente a la manada. Él quiere mostrar esa fragilidad, no quiere decirles que está “entusado” por primera vez en la vida. Que una mujer por primera vez en la vida le dijo que no, que lo echó y que lo mandó a la mierda. Entonces, esa es un poco la línea de este personaje. 

Es una especie De don Juan que enamora y enamora, pero que va a encontrar a su Inés que lo va a enamorar. 

JUAN PABLO URREGO: ¡Sí! ¡Exactamente! Lo va a enamorar y él se va a dejar. En un momento se lo puede permitir y después ella le va a decir: “No sé, ya no quiero yo”. Y ahí, mejor dicho… 

¿Y no será que los hombres que son mujeriegos, se protegen así de ese miedo a comprometerse, a abrir su corazón? 

JUAN PABLO URREGO: Yo creo que sí. Hay algo de un miedo al compromiso. Sí. De, de… 

De que nos rompan el corazón.

JUAN PABLO URREGO: (Risas) ¡Exactamente! ¡Exactamente! 

NATALIA JEREZ: Mafe es la operativa y accionista de la empresa para la que trabaja ella junto con todos estos “manes”. Es la compañera de trabajo de ellos. Es una mujer que en el ámbito laboral es muy concentrada, muy contundente, pero también es muy amiga de ellos. Entonces, pues bueno, vemos a una mujer empoderada que trabaja, pero que además nos va a mostrar en Manes que puede ser amiga de verdad. porque ella es amiga del alma de Julián y es una amiga que, además nos va a mostrar, que ella no necesariamente está compitiendo con las otras mujeres. Porque le va a ser bastante fuerza al personaje de Antonia (interpretado por Laura Londoño) y le va a mostrar a Julián todas las bondades que ella puede tener y también, a veces, los defectos en los que él puede caer para no lograr estar con ella y decirle ¡Hey! ¡Abre tu corazón también! Y ella se va a encontrar en este conflicto, desde el punto de vista de la mujer, de darse cuenta que ella probablemente quiere experimentar con las relaciones abiertas y habla de manera libre también con sus amigos, con su parche de amigos sobre temas que probablemente solo hablan entre hombres o solo entre mujeres. Ella va a estar aquí como en la mitad y va a hablar muy como ellos, pero también siendo muy femenina en su ser. Va a mostrar como ese ese reto, ese conflicto de “¿Será que sí puedo encontrar un hombre que me copie en este sentido, pero de verdad? O sea ¿que simplemente no se quede en un hablar o en un pensamiento progresista, sino que a la hora de llevarlo a la acción pueda ser así también?”

Sebastián Carvajal, Simón Elías, Natalia Jerez, Brian Moreno y Juan Pablo Urrego.
Cortesía de Prime Video

Frente a las relaciones abiertas, lo que yo he encontrado como psicólogo es que mientras beneficien al hombre, bienvenidas sean. Pero cuando benefician a la mujer, ahí si comienzan los problemas. ¿Tú crees que un hombre y una mujer pueden ser amigos, amigos? ¿O siempre va a haber algo más?

NATALIA JEREZ: Yo definitivamente creo que sí pueden ser amigos. Obviamente, también existen la química, la atracción sexual, pero creo que casi siempre es la mujer la que delimita hasta dónde van las cosas y como seres humanos, también nos podemos confundir. Es decir, siendo grandes amigos, pero sí puede existir. Creo firmemente que sí puede existir. 

Freud decía que lo que diferencia la amistad de una relación de pareja es el sexo y yo creo que entre amigos puede haber un amor muy fuerte, pero sublimado, con límites. Sin embargo, creo que en el siglo XXI las cosas están cambiando.

SEBASTIÁN CARVAJAL: ¡Amigos con buen sexo! (risas). 

NATALIA JEREZ: ¡O ya chulearon la parte del sexo y se devuelven para convertirse en grandes amigos! (risas)

Eso puede suceder…

NATALIA JEREZ: Como lo es en el caso, probablemente, de Julián y de Mafe. 

OK. Perfecto. 

SIMÓN ELÍAS: Bueno, Tomás es la parte inteligente. Él va más hacia lo tecnológico. Es el nerdo, el noble, el corazón, el geek, el que sabe toda la terminología, el que montó la plataforma a nivel tecnológico, pero que también por su obsesión y su pasión por su trabajo y la tecnología y por todo este tema, es incapaz de relacionarse con las mujeres, entenderlas y saber cómo puede conquistar a una mujer. Entonces, durante esta serie van a ver ese conflicto. También el de lidiar con esa impotencia de no poder conquistar a una mujer de la manera que él quiere. Entonces vamos a ver esa travesía de Tomás cuestionándose sobre cómo conquistar a una mujer. 

Creo yo que el problema de Tomás es que es muy inteligente para lo que usualmente se asocia la inteligencia. Lo matemático, lo informático. Pero la inteligencia emocional le falla muchísimo ¿No es así? 

SIMÓN ELÍAS: Eso es muy cierto, porque Tomás es un hombre que es de una edad mental mucho más alta de la que él realmente tiene biológicamente y eso lo vemos en su personalidad realmente. Por eso muchas veces puede que sea más callado cuando está con la manada, porque de pronto no comparte ciertos elementos a nivel intelectual. Eso no lo dice por miedo, se lo reserva completamente.

No lo dice por miedo y por un complejo de inferioridad. Falta de autoestima.

SIMÓN ELÍAS: También tiene que ver con eso que hablamos un poco, del bullying, porque Tomás siempre ha sido una persona que ha recibido ese rechazo por eso mismo. 

En la manada, el nerd siempre es el que sufre ¿no? 

SIMÓN ELÍAS: Es el que lleva del bulto muchas veces, aunque aquí entre todos nos damos duro 

JUAN PABLO URREGO: Repartimos (risas). 

SIMÓN ELÍAS: Pero sí, realmente el nerdo es el que al final no la devuelve, sino que se traga todo y lo sufre en silencio. ¡Me voy a ir a llorar! (risas).

Cortesía de Prime Video

BRIAN MORENO: De hecho, para allá iba. Por cierto, le iba a decir a André que ¡Muchas gracias por esta sesión psicológica y poder hacer catarsis de nuestros personajes! (risas). ¡En serio! Con esta entrevista uno se emociona de poder empezar a hablar realmente de lo que realmente es nuestro trabajo y cómo lo vemos. Al empezar a tocar estos temas es cuando uno se va emocionando. Fíjate que yo siento que Manes es una serie que se puede ver como algo muy superficial, pero no. Es decir, toca un tema súper importante y es cómo ver a esta gente tan segura de sí misma tiene tantos miedos. Si ves el conflicto principal de cada uno de sus personajes es el miedo. Tal vez a la aceptación, al otro, al compromiso, a lo que sea. Un poco para para unir esto con lo que estabas preguntando. Yo creo, yo nunca lo vi… Bueno, normalmente no veo la actuación como una línea. Yo la veo como un electrocardiograma que sube y baja ¿Por qué? Porque empieza en un punto y son varias emociones, las que lo va llevando hacia un punto final. 

Una transformación personal. 

BRIAN MORENO: O un arco. Como lo quieran llamar. En el caso de Santiago, él siempre ha cargado con un secreto que se revelará en el capítulo seis, entonces cuando pase eso, uno va a entender por qué… No es que lo justifique. Por lo menos yo lo justifico porque yo soy el actor que lo está interpretando y digamos que tú entenderás que, a nivel psicológico, hay unos patrones que llevan a entender por qué una persona tiene un comportamiento. Pero creo que la dinámica de Manes es muy interesante. Así se vea como una serie light y que es de amigos y que están aquí, que solamente es parchar y a tomar trago… Lo que hay en el trasfondo y creo que la apuesta que hizo Prime Video y RCN estudios con Manes es increíble. Porque es apostarle a algo que para el ojo puede verse como superficial. Pero, ¿qué hay detrás?

Es un estudio sobre la masculinidad. Sobre lo que significa ser un hombre en el siglo XXI. Así lo veo yo. 

BRIAN MORENO: ¡Total! ¡Un hurra para André! (risas) ¡Esta terapia ya llegó a su punto central! (risas)

Terapia de grupo. Precisamente estaba pensando en otro nivel, en el que ahora reparo gracias a ustedes y es el papel de la tecnología. Es que ese papel ha reforzado el deseo de aprobación, ha reforzado a una audiencia imaginaria como una serie de fantasmas que tenemos, que si nos aprueban nos hacen la vida mejor o creemos que así es y si nos desaprueban, sentimos que la vida es un infierno. ¿Cómo es que juega el papel de la tecnología de las redes sociales, de los likes de la aprobación en esta manada conformada por esta serie?

SEBASTIÁN CARVAJAL: Bueno, esto se puede clasificar en dos. Desde mi pensamiento como Sebastián Carvajal o como Julián, el personaje. Como Sebastián, yo comparto exactamente lo que tú dices, pero lo más fuerte y profundo del asunto es que yo tengo que navegar en el medio donde estoy trabajando. Yo tengo que saber que el medio me exige que también sea una figura pública, aunque no comparto los estándares en los que toca estar subiendo o buscando la aprobación de los demás. Sé que por el perfil que yo estoy manejando y como lo estoy moviendo, necesito estar conectado con audiencia. Pero no toda la audiencia es como yo quiero que sea ¿sabes? Esa audiencia también necesita… Hay personas que…  Yo lo explico de esta manera cuando hablo de las redes sociales con mis compañeros y con mi familia y lo explico así. Hay personas que les gusta que uno abra la bolsa de Doritos y solamente comen eso todo el día. 

Entonces uno tiene que ser muy inteligente y saber que hay una máscara, como lo que yo estaba hablando de Manes, que eso es lo que lo que encierra a esta serie y es que, uno como actor, sí tiene que ponerse una máscara y saber cómo quiere mostrar ese perfil ante la audiencia, ante los fans o las personas que siguen mi trabajo. Pero Sebastián Carvajal tiene su grupo cerrado de amigos, de familia y de personas que me conocen como soy yo. 

Ahora hablemos de Julián. Estamos tocando exactamente el mismo tema en la serie, porque también tenemos plataformas digitales en las que uno puede conseguir parejas. En la historia se muestra que dos personajes se conocen por medio de una aplicación digital, pero también es una crítica hacia eso ¿sabes? A lo fácil que es poder conocerse con otra persona y volverlo banal. 

SIMÓN ELÍAS: Al juzgarlo.  

SEBASTIÁN CARVAJAL: Simplemente pasar como si fuera una revista: No me gusta, sí me gusta, no me gusta, sí me gusta. Entonces, más allá de lo que decía Brian y él tiene toda la razón y es que esta serie va más allá de lo superficial. Es una crítica a lo que está pasando ahora en la sociedad, que no tiene que ver con la anterior, porque me imagino que en la serie original que tu viste, no tenía nada que ver con esto, y es porque acá estamos utilizando todo este tema de las plataformas digitales, todo este tema digital, pero también estamos haciendo un hincapié en lo que no debería ser y en lo que se debería volver a resaltar, que es regresar a los principios humanos de poder hablar, de poder sentarse y conocerse como personas y de pronto juzgar sí, pero ya conociendo tu personalidad.

BRIAN MORENO: ¡Uf! ¡Usted también botó todo lo que tenía guardado! (Risas).

Creo que lo bonito de Manes es que nos va a llevar a aprender cosas y no solamente a subrayar los vicios de la masculinidad “tóxica”. 

SEBASTIÁN CARVAJAL: ¡Claro! ¡Por supuesto! 

Y estaba pensando en esas máscaras y creo que a veces es inevitable ponérnoslas ¿No? 

JUAN PABLO URREGO: Sí, claro. 

ROLLING STONE: Yo tengo que actuar como psicólogo frente a mis pacientes. Tengo que actuar como profesor frente a mis estudiantes y tengo que actuar aquí como periodista. Pero uno necesita quitarse esa máscara de vez en cuando y con alguien 

SEBASTIÁN CARVAJAL: Claro. Por supuesto. Con los amigos, con la familia, con las personas cercanas…

Si no es así nos perdemos en ese baile de máscaras 

JUAN PABLO URREGO: Sí. Y las aplicaciones en Manes juegan un papel muy importante. La serie es muy actual, entonces las aplicaciones están ahí. Las aplicaciones de citas, las de los likes Las aplicaciones son un arma de doble filo. O sea, nos pueden facilitar la vida para algunas cosas, pero también nos pueden destruir. También nos pueden afectar la autoestima. Entonces hay que tener mucho cuidado con ellas. 

Como diría McLuhan, la tecnología permite cosas, pero también mutila cosas…

JUAN PABLO URREGO: ¡Total! 

Y creo que en términos de las relaciones hay que tener mucho cuidado… 

JUAN PABLO URREGO: Sí. 

Porque la tecnología puede ayudarnos a conocer a muchas personas, a visibilizarnos, a visibilizar a un otro y eso creo que ha ayudado mucho en ese discurso sobre lo marginal, sobre el anonimato, que hoy en día se está combatiendo. Pero, al mismo tiempo, puede llevarnos a diluirnos por un quiero ser para un otro y dejar de ser yo. 

BRIAN MORENO: O a idealizar a una persona. 

SIMÓN ELÍAS: Y sí, perder nuestra esencia por querer agradar a una demanda de un mercado digital… 

Y a unos estándares.

BRIAN MORENO: Este es el momento del insight, de la introspección (Risas).

SEBASTIÁN CARVAJAL: ¿Me regalas tu número? ¡Creo que necesito terapia! (Risas).

JUAN PABLO URREGO: No se la pierdan. Manes es una crítica al comportamiento de los hombres, ya que somos torpes, somos tontos con las mujeres y no sabemos cómo manejarlas. Sobre cómo ellas cómo nos ven, sobre cómo nosotros las vemos a ellas. Es una serie para todos, no solamente para los hombres, obviamente. Para todos, todas, todes… y se van a divertir muchísimo. Seis capítulos de 30 minutos.

Y yo voy a decir para finalizar algo, que de pronto puede sonar atrevido. Pero el principal aprendizaje de Manes es que en cuanto nosotros nos acerquemos más a lo femenino, es decir a nuestro lado femenino, seremos mejores hombres. 

SEBASTIÁN CARVAJAL: ¡Por supuesto!

SIMÓN ELÍAS: ¡De Acuerdo!

JUAN PABLO URREGO: ¡Vamos a evolucionar por fin! 

Muchas gracias.

BRIAN MORENO: ¡A ti por la terapia gratis! (Risas)

CONTENIDO RELACIONADO