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¿¡Soy lo Bastante Negro Para Ti?!

El legado del cine afroamericano y el problema de la representación y la apropiación cultural en el cine, son examinados de una manera personal y crítica

Elvis Mitchell 

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de Netflix

Elvis Mitchell es uno de los críticos de cine más importantes a nivel mundial. Pero más que un académico o un experto, él prefiere considerarse como un amante del séptimo arte.

El título del documental escrito y dirigido por Mitchell, hace referencia a una frase que se repite varias veces y con diferentes intenciones en la película de 1970 Cotton Comes to Harlem, dirigida por Ossie Davis y basada en la novela de Chester Himes. De una manera libre y personal, Mitchell nos entrega un ensayo acerca de una serie de películas que dieron origen al concepto de “cine independiente” y que fueron protagonizadas y dirigidas por afroamericanos.

A Mitchell lo acompañan personalidades como Harry Belafonte, Charles Burnett, Samuel L. Jackson, Laurence Fishburne, Whoopi Goldberg y Zendaya, entre otros, quienes dan su opinión acerca de la presencia de la comunidad afroamericana en el cine estadounidense. Como si se tratara de una historia borrada, el espectador se sorprenderá de encontrar una gran cantidad de títulos que se remontan a la era silente y que evidencian que el cine afro no nació, como piensan muchos, en los años setenta con el Blaxploitation (aunque el documental le presta especial atención a este movimiento).

Mitchell resalta el trabajo de Oscar Michaeux, el primer gran director afroamericano, así como los aportes de las leyendas Charles Burnett (autor de la obra maestra Killer of Sheep), Harry Belafonte y el fallecido Sidney Poitier, pero comete el pecado de omitir a Paul Robeson, el cantante y activista protagonista de cintas como The Emperor Jones, Sanders of the River y Jericho, y a Bill Cosby (por obvias razones). Del mismo modo, el documental no nos habla del resurgir del cine afro a finales de los ochenta, gracias a los trabajos de Spike Lee, el fallecido John Singleton, Ernest R. Dickerson y Mario Van Peebles, los cuales se limitan a aparecer fugazmente.

Sin embargo, es tanta la cantidad de títulos suministrados, que los amantes del cine terminaremos ansiosos por adquirirlos y apreciarlos (algo que Netflix, la plataforma que presenta este documental, debería tomar nota). Pero Mitchell, más que mostrarnos la evolución del cine afroamericano a través del tiempo, se enfoca en los estereotipos y el evidente racismo de Hollywood, que redujo a los actores negros a interpretar papeles de sirvientes, bufones y villanos, cuando de una manera paralela, algunas cintas procedentes del underground y sospechosamente “olvidadas”, ampliaron su rango para mostrarnos a los actores afroamericanos interpretando a amantes, madres y héroes, algo que el hombre blanco no estaba dispuesto a aceptar. 

Lo más interesante del documental de Mitchell consiste en mostrarnos como, de la misma forma en que el Rhythm, & Blues de Fats Domino, Big Mama Thornton, Chuck Berry y Little Richard, fue “blanqueado” por Elvis Presley, Pat Boone y Jerry Lee Lewis, directores como Sidney Lumet, Martin Scorsese, Francis Ford Coppola y John Badham, se apropiaron de la estética del Blaxplotation y actores como Robert De Niro, Al Pacino, Sylvester Stallone y John Travolta lograron una aceptación masiva, al copiarse del estilo y la actitud de Richard Roundtree (Shaft), Ron O’Neal (Superfly), Fred Williamson (Hammer) y Jim Brown (Slaughter), quienes se adelantaron a sus contrapartes blancas con sus retratos de antihéroes que caracterizaron al cine de los años setenta.  

Mitchell se pregunta por qué el Blaxploitation llegó a su fin y sus respuestas son varias. Junto a la descarada apropiación cultural, también nos muestra que el mega fracaso de The Wiz, la versión afroamericana de El mago de Oz dirigida por Sidney Lumet y protagonizada por Diana Ross y Michael Jackson, también fue un factor importante, así como el conservadurismo de las eras Reagan-Bush, que afectaría a todo el arte estadounidense en general.  Pero hay una pregunta mucho más importante que Mitchell intenta responder y que tiene que ver con la importancia de la diversidad, la representación y la inclusión en el cine.

Este viaje personal a través de las películas afroamericanas a veces se desvía para analizar el fenómeno del boxeador Muhammad Ali (quien protagonizaría en 1977, The Greatest, su propia película autobiográfica) y la influencia de músicos como Marvin Gaye, Isaac Hayes y Curtis Mayfield en la conformación de lo que hoy conocemos como las bandas sonoras de películas (algo que la cultura blanca también apropió descaradamente). Pero es la interesante conexión entre arte, cultura, sociedad y política, lo que hace que ¿¡Soy lo bastante negro para ti?! sea un documental fascinante.

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