¿Son falsas las voces en el disco póstumo de Michael Jackson?

En una exhaustiva investigación de más de una década, el periodista Damien Shields busca desentrañar uno de los posibles “fraudes” más controvertidos de la industria.

octubre 30, 2024

Francis Sylvain/AFP/Getty Images

En 2010, poco más de un año después de la muerte de Michael Jackson, se estrenó ‘Breaking News’, un tema póstumo del Rey del Pop. Aunque se dice que la canción fue grabada en 2007, varios de sus más fieles seguidores, como el periodista australiano Damien Shields, aseguraron que la voz no correspondía a la de la difunta estrella. Shields no se quedó de brazos cruzados y, como gran admirador del intérprete de ‘Billie Jean’, decidió investigar de lleno este caso a lo largo de 14 años y exponer sus observaciones en su podcast, Faking Michael.

Esta serie de 12 episodios, a la que Shields describe como “la historia no contada del mayor fraude en la música”, se centra en las acusaciones de que varias canciones del álbum póstumo del cantante, titulado Michael, fueron interpretadas por un impostor y no por el mismo Jackson. Según Shields, dos productores cercanos al artista, Eddie Cascio y James Porte, habrían trabajado con un cantante llamado Jason Malachi para grabar dichos temas y presentarlas al mundo como las últimas obras de Jackson, previas a su muerte.

A lo largo de su investigación, Shields sostiene que la presión por lanzar nuevo material de Jackson tan solo un año después de su muerte en 2009 creó el entorno perfecto para lo que él considera una traición profunda a la confianza de los seguidores. Según él, el patrimonio de Jackson estaba bajo una gran presión para cumplir con un contrato millonario con Sony, potencialmente valorado en 250 millones de dólares, que requería la producción de 10 álbumes en un cierto plazo de años, incluyendo relanzamientos y canciones inéditas. Frente a la escasez de material que pudiese cumplir con estas exigencias contractuales, Shields sostiene que el patrimonio optó por aceptar las pistas, pese a las advertencias de que las voces no eran auténticas.

Damien Shields.
Calika.

El podcast también narra cómo, en agosto de 2010, Teddy Riley, uno de los productores que había trabajado previamente con Jackson, y Taryll Jackson, sobrino del cantante, empezaron a manifestar sus dudas sobre la autenticidad de las voces en las canciones de Cascio. Según Shields, Taryll, convencido de que la voz de su tío no estaba en las grabaciones, expresó sus inquietudes en redes sociales. Sin embargo, Sony y el patrimonio de Jackson decidieron lanzar el álbum en diciembre de 2010, lo que exacerbó las especulaciones que circulaban entre sus seguidores, con temas cuestionables como ‘Monster’ o ‘Keep Your Head Up’.

Esta controversia derivó en una batalla legal, tal como se detalla en Faking Michael. Luego de que un grupo de seguidores presentara una demanda colectiva contra el patrimonio y Sony, ambas partes llegaron a un acuerdo confidencial en 2022. Como parte de este arreglo, Sony retiró las canciones en disputa de las plataformas digitales y formatos físicos del álbum. Sin embargo, tras la “resolución” del conflicto, ninguna de las partes señaladas se pronunció sobre lo ocurrido.

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Este extenso proyecto, que Shields autofinanció, le exigió años de esfuerzo, viajes y dedicación. Para sostener la investigación, Shields alternaba trabajos para costear sus visitas a Washington, D.C. y Los Ángeles, donde reunía pruebas y realizaba entrevistas. “Aunque estamos hablando de algo que considero el mayor fraude de la historia de la música, he hecho un esfuerzo muy consciente por no atacar el carácter de nadie. Las acciones hablan por sí solas”, comentó el australiano a Billboard.

A lo largo de la serie, Shields presenta las pruebas cuidadosamente con el fin de denunciar un presunto fraude sin la intención de generar reacciones negativas de quienes aparecen en su relato. A pesar de la seriedad de sus acusaciones, mantiene una esperanza de que el patrimonio de Jackson pueda llegar a verse como una víctima de lo ocurrido. “El patrimonio debería escuchar esto y decir: ‘Tenemos que contactar con las autoridades’”, añade.

Con este proyecto, Shields pretende que Faking Michael genere una nueva reflexión sobre las controversias que rodean al álbum y ponga sobre la mesa nuevos lineamientos que salvaguarden la obra de un artista fallecido en lanzamientos póstumos. “La ética ocupa el primer lugar de mi lista”, concluye.

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