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“Son diferentes vestidos y diferentes trajes para narrar mi historia”, Rozalén

La cantautora albaceteña habla sobre lo que hay detrás de su más reciente trabajo de estudio, El abrazo
Rozalén presenta su sexto álbum de estudio, El abrazo.

Cortesía Sony Music Spain

La carrera musical de Rozalén se ha caracterizado por su eclecticismo pues desde sus primeros lanzamientos a inicios de los 2010, ha experimentado con una infinidad de sonidos e influencias que no solo se limitan a su España natal. En 2024 ya va por su sexto álbum de estudio, uno al que ha decidido titular El abrazo pues más allá de ser una palabra que se repite a lo largo del disco, cada una de las canciones que lo conforman representan 13 gestos diferentes de afecto.

Como ya es natural en su música, en este nuevo trabajo se puede encontrar champeta, rap, electrónica y muchos más estilos que en ocasiones interpreta en compañía de Kase. O, R de Rumba, Fernando Velázquez y Carlos Vives. En ROLLING STONE en Español hemos hablado con Rozalén sobre lo que hay detrás de este LP.

Has dicho que trabajaste las canciones de El abrazo desde hace varios años, ¿cómo nacieron?

Como yo soy cantautora, al final yo voy cantando mi vida. Supongo que llegará un momento en el que quiera saber cómo ha sido mi vida y sólo tengo que escuchar mis discos. Cada una cuenta una etapa. La primera canción de este disco empecé a escribirla hace cinco años, que es la de ‘Entonces’. Es la canción más nostálgica, en la que hablo de mi infancia y de cuando te vas dando cuenta de que cuando vas a un lugar, no puedes volver a ese a ese sentimiento; vas a un lugar donde ya todo es diferente. Yo normalmente cuando voy haciendo canciones, para mí son como mi manera de caminar, es como mi manera de echar en un papel todo lo que me va pasando, es mi terapia. Aunque estudié psicología, es mi manera de desahogarme. Estoy en ese momento en el que tienes que decir adiós a tus abuelos, a tu padre, se te apaga un poquito la infancia, pero vienen tus sobrinos y te aferras a lo simple de la vida. La palabra “abrazo” o el verbo “abrazar” estaba muy presente en todas las canciones, por eso, sin fuegos artificiales, en cada canción hemos pensado qué tipo de abrazo podría ser para que también abrace el alma de quién la escuche y que también pueda tejer su propia su propia red de mimos.

Entre tus dos últimos álbumes de música original estuvo tu disco de versiones Matriz, ¿en qué momento decidiste reunir todas estas canciones en un solo lugar que sería El Abrazo?

No es algo que piense mucho. Voy haciendo canciones y luego las uno en un disco. Que sí, que Matriz tenía un pensamiento más del folklore de mi país y tenía muchas ganas de volver a esa raíz mía porque fue lo primero que empecé a tocar (la bandurria con siete años y ese folklore de mi tierra). Esto es como acumular lo que yo he ido creando en este tiempo y ya darle un sentido. Por supuesto, puedo salir a girar con toda mi banda, que tenemos muchas ganas de reunirnos, y de ello contaros, “Esto es lo que me ha pasado en este tiempo, y esto es lo que quiero compartir con todos”.

El acercamiento a la creación de Matriz fue distinto a la creación de El Abrazo, ¿sueles seguir un plan a la hora de armar un disco?

Lo diferente de Matriz con el resto de discos, aunque hay alguna canción que es de autoría propia, es que muchas son canciones populares antiguas. Era más como bucear por los sonidos ibéricos diferentes, hacer un guiño a diferentes regiones y cantar en otros idiomas, que para mí fue lo más difícil, cantar en euskera, por ejemplo. Aquí es compartir mi vida. Sé que musicalmente me he juntado con artistas que yo incluso desconocía para empezar a componer desde sonidos y ritmos diferentes. Hay muchos guiños de Latinoamérica, ya luego en el discurso, en la letra, yo canto mi vida, pero musicalmente es como un pasito hacia delante más del eclecticismo al que los tengo acostumbrados. En este disco de repente hay rock, sinfónica, electrónica, folklore, latino, hay de todo, y eso me divierte porque son diferentes vestidos y diferentes trajes para narrar mi historia.

Ya que lo mencionas, ¿qué querías lograr a nivel sonoro con este álbum?

Desde el primer disco es verdad que la gente siempre tiende a etiquetarte, entonces conmigo era muy difícil, era un problema al principio. Yo me acuerdo de los primeros managers decían: “es que el problema de esta chavala es que lo canta todo, le gusta todo”. Al final creo que eso ha sido la etiqueta, el por qué. Yo encima soy del 86, en la adolescencia empezó todo lo del Emule, de la descarga ilegal, en la que nos hacíamos CDs. De repente yo tenía discos en los que estaba copla, luego Reincidentes, o sea había una mezcla de estilos brutales y yo creo que por eso también ahora mismo en los festivales hay tanta variedad. Antes si ibas a un concierto de rock, era sólo rock o puro cantautor, ahora todo está muy mezclado. Yo soy todas esas. La canción, por ejemplo, así más electrónica es ‘Todo sigue igual’. Yo de adolescente era muy de raves, de ir a festivales de rock, entonces me encanta ese sonido, pero es que adoro la sinfónica, también vengo del folklore, mi madre me cantaba copla y mi padre me enseñó los cantautores, o sea soy todas esas. Me divierte porque los discos que son así se me pasan rapidísimo. Hay veces que hay que escuchar algunos discos que digo, “¿Por cuál canción voy?”, que tiene todo muy parecido. A mí me divierte saltar de una cosa a otra.

¿Tienes canciones favoritas de este disco?

Eso es como decirle a un padre a qué hijo quiere más. Creo que hay canciones que son muy especiales como la de ‘Entonces’. La de ‘Llévame’ sí que es mucha guitarra eléctrica, tanto la melodía como la letra me pasó algo mágico que me pasa muy pocas veces de que algo me salga como muy fluido, cuando me ocurre eso suelen ser esas canciones que le gustan a la gente. Me gusta mucho cantar esas canciones. Pero es que todas, la de ‘Ceniza’ también me parece muy mágica, el cómo narro la muerte de mi abuela de esa manera tan fantástica. No me puedo quedar con ninguna, pero bueno, esas fueron las que me han salido primero, ‘Entonces’ y ‘Llévame’, por ejemplo.

He escuchado el disco un par de veces ya y ‘Mis Infiernos’, donde cantas con Kase. O y R de Rumba, es de mis favoritas. Cuéntame lo que hay detrás de ella.

‘Mis Infiernos’ han sido deberes totales. Tengo la suerte de que toda esta banda maravillosa sean mis amigos. Kase. O ya canté con él hace tiempo por primera vez en ‘Mazas y catapultas’. Kase.O yo creo que a todos los artistas nos dice que nos animemos a rapear. A mí mi voz rapeada, o sea hablada, no me gusta tanto, pero sí con una rítmica de rap, con una melodía, quería hacer estos deberes. Me fui con R de Rumba a escuchar música todo un día y a elegir bases de la suyas. Elegí una base funky y me puse ese propósito. Encima es la canción más rabiosa del disco, que no todo van a ser abrazos, un poquito de realidad y decir, “Mira, la vida a veces es muy injusta y yo no sé por qué tengo que aceptar ciertas cosas”. Encima, cuando la escuchó, Ibarra me quiso meter esos versos y no puedo estar más agradecida porque sé que la voy a disfrutar mucho, me voy a quedar muy a gusto cuando la cante en directo.

Has dicho que estas 13 canciones son como un gesto diferente de afecto, ¿qué significa para ti que la música que haces tenga esta capacidad de acercarte a miles de personas que no conoces?

Trato de no pensarlo mucho porque es muy fuerte, ni intento leer muchas veces cuando hay miles de comentarios en vídeos, sólo leo a lo mejor los 10 primeros porque si hay mucho halago, es malo para el ego; si hay disparos gratuitos, duelen. Cuando la gente a lo mejor te dice, “Me salvaste la vida”, te darías mucha importancia, tú imagínate si yo pienso que le salvo la vida a la gente. Intento alejarme de eso para no darme ninguna importancia. A mí me ha tocado un trabajo en el que la gente me aplaude, pero creo que es igual de importante mi trabajo que el de la persona que limpia esta sala o la que me hace las barras de pan. Mejor no pensarlo porque si no, se nos va la olla.

Prefieres mantenerte con los pies en la tierra y bien centrada.

Sí, yo quiero que me sirva lo que yo hago. Si me sirve a mí, me sirve para desahogarme, llorar, reír, bailar, pues quiero pensar que eso también a los demás les va a servir, pero primero pensarlo como para mí.

Vi que tu visita a Colombia en 2023 tuvo algo de influencia en este disco, cuéntame más sobre esto.

Hay tres guiños claros a Colombia. Uno lo tengo claro que es inspirado en una champeta pop con Carlos Vives en ‘Cartagena’. Es evidente el guiño al vallenato, a lo tropical y al abrazo entre culturas. La de ‘Llévame’ la empecé a escribir el año pasado, tuve un viaje muy especial con [la ONG] Entreculturas, que me hizo generar un vínculo fuerte, entender un poquito más de su historia, del dolor, del conflicto. Entonces estuve en Guapi, en la Costa Pacífica y allí no hay carreteras; son ríos, por eso digo: “Llévame a ese lado del río, donde nunca existe el frío”. Siempre pasa que los lugares donde hay más sufrimiento, donde se supone que hay más dolor, te lo entregan absolutamente todo, son como las lecciones que te bajan la tierra. Hay una frase que digo: “Donde me trenzabas el cabello, dibujándome el sendero que debemos caminar”, porque las mujeres afro a veces hacían el mapa para explicar la salida en las trenzas del cabello. Luego lo llevo también a muchos guiños de cositas por aquí, pero la primera inspiración fue ahí, por eso hablo tanto de paz y de no violencia en esa canción. También fue la primera vez que fui a Cartagena de Indias a un encuentro entre mujeres que fue súper poderoso y me encantó porque tú llegas a los sitios y la gente te entrega muchas cosas sin conocerte de nada, pero para mí es importante saber dónde voy a saber más de vuestra cultura y de vuestra historia. Que sea un amor que crezca y que tenga un sentido de verdad.

¿Por qué es importante para ti que tu trabajo como artista se extienda más allá de hacer música?

Porque son mis vocaciones compartidas. Yo pensaba que me iba a dedicar a la psicología; mi rama fue la social. Luego hice musicoterapia, me tiré ocho años estudiando y al final mi hobby, que es tocar instrumentos y cantar desde niña, es lo que se ha convertido en mi trabajo. Para mí todo está súper mezclado, todos los artistas que yo también he escuchado desde jovencita tenían un componente social, tenían una profundidad, entonces me siento menos vacía. Sí, intento ser un poco más coherente con lo que hago, tiene ahí una base de valores.