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Shelley Duvall: cinco grandes actuaciones

Un listado con los papeles condensan el legado de autenticidad y excentricidad de la fallecida actriz en la gran pantalla.

julio 12, 2024

Cortesía de BBC

La talentosa y desgarbada protagonista de varios clásicos de los años 70 y 80, fue descubierta por el gran Robert Altman mientras organizaba una exposición de arte. Shelley Duvall fue una actriz particularmente hábil interpretando personajes a los que todo le sale mal. Aquí tenemos cinco películas en las que Duvall fue particularmente brillante: 

5. ANNIE HALL (1977) Dir. Woody Allen

Aquí tienen una trivia maravillosa. Shelley Duvall actuó en una de las mejores cintas de Woody Allen (la única en obtener el Óscar a la Mejor Película), interpretando a una periodista que trabaja para una prestigiosa revista ¿cuál es?  

La escena de Annie Hall (1977) en la que aparecen Woody Allen y Shelley Duvall haciendo fila para entrar al cine es una de las más graciosas y ocurrentes de este clásico. La secuencia destaca no solo por su ingenio y humor, sino también por su comentario metatextual sobre la crítica cultural y la intelectualidad. En la escena en cuestión, Alvy (Allen) y Annie (Duvall) están en la fila y detrás de ellos, un hombre pretencioso (interpretado por Russell Horton) habla en voz alta sobre las teorías mediáticas de Marshall McLuhan tratando de impresionar a su acompañante, lo cual irrita profundamente a Alvy.

Frustrado por la conversación y la pretensión del hombre, Alvy se voltea y lo confronta, diciéndole que no entiende realmente las teorías que está tratando de explicar y que está hablando sin conocimiento real. En un giro a la vez cómico y surrealista, Alvy lleva la discusión un paso más allá al traer al mismo Marshall McLuhan para que corrobore su punto. El teórico de la comunicación, que aparece en la escena como por arte de magia, le dice al hombre que ha malinterpretado completamente su trabajo y que no sabe de lo que está hablando. Alvy, satisfecho, se vuelve a la cámara y comenta irónicamente que “¡si la vida real fuera así!” en referencia a la fantasía de poder llegar a desmentir a alguien tan contundentemente en una discusión intelectual. 

¡Ah! y la revista para la que trabaja Pam es nada menos que Rolling Stone.

4. POPEYE (1980) Dir. Robert Altman 

¿Cuál es el mejor aderezo para las espinacas? ¡Definitivamente el aceite de oliva! Shelley Duvall fue elegida para el papel de Olive Oyl, debido a su apariencia física y su capacidad para capturar la esencia del personaje de los cómics. Su complexión delgada y su rostro expresivo se alineaban perfectamente con la representación de la novia de Popeye el Marino (Robin Williams en el papel que más amó de toda su carrera). El rodaje de Popeye presentó varios desafíos físicos para la actriz, ya que el personaje es conocido por su naturaleza exagerada, lo que requería que Duvall realizara una serie de acciones físicas y expresiones faciales muy particulares, inspiradas en Mae West y Stan Laurel. Además, el vestuario que incluía vestidos largos y zapatos grandes añadía otra capa de dificultad a su actuación.

Robert Altman, conocido por su estilo de dirección poco convencional y colaborativo, tuvo una relación profesional sólida con su actriz fetiche. Duvall confiaba en Altman y apreciaba su enfoque en la creación de personajes y en permitir a los actores la libertad de explorar sus roles.

Aunque Popeye recibió pésimas críticas (inmerecidas, por cierto) y fue un fracaso de taquilla, la capacidad de Duvall para encarnar el carácter de Olive Oyl fue elogiada unánimemente, y su química con Robin Williams fue uno de los aspectos más destacados de la película.

3. BREWSTER McCLOUD (1970) Dir. Robert Altman 

Esta fue su primera colaboración con Altman, quien la descubrió en Houston y quedó impresionado por su presencia única y su estilo de actuación naturalista. Duvall interpretó a Suzanne Davis, una joven excéntrica e intrigante que se convierte en el interés amoroso del protagonista, interpretado por Bud Cort. Suzanne es una guía de visitas del planetario de Houston y se ve envuelta en las extrañas y surrealistas aventuras de Brewster, un joven solitario que sueña con volar y construye un par de alas en el sótano del estadio.

Duvall aportó frescura y autenticidad a su papel, lo que hizo que su personaje pareciera tan encantador como real. Su estilo de actuación poco convencional se alineaba perfectamente con el tono de la película, que combinaba elementos de comedia negra, surrealismo y sátira social. La excentricidad natural de Duvall se destacó en este papel. Suzanne es curiosa, ingeniosa y un poco peculiar, características que interpreta con ligereza y espontaneidad, recurso que también utilizó en Nashville (1975), otro clásico de Altman, en donde encarnó a la groupie relajada y distraída L.A. Joan. 

Aunque Brewster McCloud no fue un gran éxito comercial, fue aclamada por su originalidad y estilo único. La actuación de Duvall fue muy bien recibida y marcó el comienzo de una fructífera colaboración con Robert Altman, quien la dirigiría en seis películas más, incluyendo McCabe & Mrs. Miller (1971), Thieves Like Us (1974) y Buffalo Bill And The Indians (1976).

2. 3 WOMEN (1977) Dir. Robert Altman

La actuación de Duvall en esta otra cinta dirigida por Altman, es ampliamente reconocida como una de las más destacadas y complejas (Julianne Moore decidió convertirse en actriz gracias a la actuación de Duvall). Aquí, la actriz interpreta a Millie Lammoreaux, un personaje que es central en la exploración de identidades y relaciones interpersonales en el misterioso y atmosférico entorno del desierto californiano. Ella es una mujer solitaria y socialmente retraída que trabaja en un centro de rehabilitación para ancianos y, al mismo tiempo, una figura trágica que se esfuerza por ser aceptada y admirada por aquellos a su alrededor, aunque sus intentos son generalmente infructuosos.

Duvall retrata a Millie con una mezcla de vulnerabilidad y patetismo. Sus esfuerzos por encajar y ser apreciada, aunque a menudo ignorados o ridiculizados por sus compañeros, generan una profunda empatía en el espectador. La interpretación de Duvall captura la esencia de una persona desesperada por conexión en un mundo que la rechaza constantemente. A lo largo de la película, la relación de Millie con Pinky Rose (Sissy Spacek) sufre una transformación radical. Pinky inicialmente admira a Millie, pero las dinámicas de poder y dependencia cambian drásticamente. Duvall maneja esta evolución con sutileza, mostrando cómo Millie pasa de ser una figura de autoridad a una persona quebrantada y confundida.

La actuación de Duvall está llena de pequeños detalles que añaden profundidad a su personaje. Desde su manera de caminar y hablar hasta sus interacciones incómodas con otros personajes, Duvall construye una imagen completa de una mujer atrapada en su propia inseguridad y deseo de aceptación. Asimismo, la actriz utiliza el espacio físico de manera efectiva para reflejar el estado emocional de su personaje. Sus movimientos en el apartamento y en su lugar de trabajo transmiten una sensación de aislamiento y desesperanza, resaltando su desconexión con el mundo que la rodea.

1. THE SHINING (1980) Dir. Stanley Kubrick

La actuación de Shelley Duvall en este clásico del horror es definitivamente la mejor y la más polémica de su carrera. Interpretando a Wendy Torrance, la esposa del protagonista Jack Torrance (Jack Nicholson), en la adaptación de la novela de Stephen King (que el escritor odió), Duvall ofrece una actuación llena de miedo, vulnerabilidad y desesperación. Sin embargo, su experiencia en el set fue notoriamente difícil y extenuante, lo cual ha sido ampliamente documentado. En una entrevista con el crítico Roger Ebert, ella confesó que hacer la película era “Casi insoportable pero, desde otros puntos de vista, realmente muy agradable, supongo”.

Duvall infunde a Wendy con una profunda vulnerabilidad. Su actuación transmite el miedo genuino y la desesperación mientras su esposo se vuelve cada vez más violento. La famosa escena en la que Wendy defiende a Danny y a sí misma con un bate de béisbol es un ejemplo contundente de esta vulnerabilidad. Uno de los aspectos más destacados de la actuación de Duvall es la autenticidad de sus reacciones al terror. Kubrick hizo que Duvall repitiera escenas una y otra vez, a veces hasta 127 tomas para una sola escena. Esto no solo era físicamente agotador, sino también emocionalmente desgastante. Del mismo modo, Kubrick aisló deliberadamente a Duvall del resto del elenco y equipo para aumentar su sensación de alienación y vulnerabilidad, similar a lo que su personaje experimenta en la película.

Hubo momentos en los que Kubrick fue muy duro con Duvall, criticando su actuación y aplicando una presión constante para obtener lo que él deseaba. Esto fue diseñado para llevarla al límite y capturar una auténtica sensación de miedo y desesperación en su interpretación. El resultado de estas técnicas fue que Duvall sufrió emocional y físicamente. En entrevistas posteriores, Duvall ha hablado sobre cómo la experiencia la dejó agotada y con problemas de salud, incluido el estrés extremo y la pérdida de cabello debido a la ansiedad. Aunque su actuación fue muy aclamada, el costo personal fue significativo.

Sí. La interpretación de Shelley Duvall como Wendy Torrance es un trabajo magistral sobre el miedo genuino y la resiliencia que ha dejado una marca indeleble en el cine de terror. Sin embargo, el sufrimiento que experimentó en el set ha suscitado muchos debates sobre los métodos de dirección y el costo que pueden tener en los actores. Este quizás es uno de sus más grandes legados de Duvall más allá de la pantalla.

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