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Rodolfo Hernández es la ultraderecha, nunca el centro

Contrario a lo que pretenden vendernos, este personaje encarna el machismo, la xenofobia, la inexperiencia y la violenta oscuridad de Trump o Bolsonaro. Basta con remitirnos a sus propias palabras

Por  ROLLING STONE

mayo 29, 2022

@AlcaldiaBGA

Tras conocerse los resultados electorales de la primera vuelta por la presidencia de Colombia, los grandes medios han prestado sus micrófonos a un montón de figuras que salen a vender a Rodolfo Hernández como representante del centro, buscando engañar a la opinión pública por enésima vez.

Entre esas voces ha estado, obviamente, la de Ingrid Betancur, que en su infinito oportunismo, se subió al bus de Hernández después de poner la cereza en el desabrido pastel que prepararon Fajardo, Gaviria y otros. Ingrid parece ser la versión colombiana del Guasón, solo quiere ver al mundo arder.

Es muy fácil echar por tierra la idea de que Hernández es un hombre de centro, basta con revisar su historial de barbaridades, un prontuario ampliamente repasado en las últimas semanas, cuando las encuestas mostraban su amenazante crecimiento.

Un hombre de centro, o cualquier persona decente, nunca diría algo así: “Y se vinieron todos los limosneros de Venezuela para acá, y la prostitución y los desocupados […] Entonces ¿cómo hacemos acá en Bucaramanga? No los podemos matar ni echarles plomo, toca recibirlos”. Eso dijo en 2017, cuando era alcalde de la capital de Santander. Añadió, en su torpe e indolente locuacidad, que las venezolanas migrantes son “una fábrica para hacer chinitos pobres”.

Alguien con medio gramo de conciencia, respeto o empatía, tampoco pensaría lo que dijo Hernández hace unas semanas, en plena campaña: “Es bueno que ella haga los comentarios y apoye desde la casa. La mujer, metida en el gobierno, a la gente no le gusta porque ven que es invasiva, que ella no fue la que eligieron; eligieron fue al marido”.

Si esas no son las palabras de un troglodita de derecha, entonces, ¿qué son?

Siendo alcalde de Bucaramanga, Hernández golpeó a un concejal, y en las redes circulan audios en los que dice cosas como: “Financio los edificitos que hago, y yo cojo las hipotecas, que esa es la vaca de leche. Imagínese, 15 años un hombrecito pagándome intereses, eso es una delicia”.

También es célebre otro audio en el que muestra la forma en que trata a quien parece ser cliente de su constructora: “Grabe todo lo que le dé la puta gana, no me encarama usted a mí con esa maricada […] Es un hijueputa usted, vaya coma mierda, malparido. Nos vamos a ver como hombres, hijueputa […] Me hago desgüevar, hijueputa, si usted sigue jodiéndome, hijueputa, le pego su tiro, malparido”.

Si así trata a sus clientes, ¿cómo tratará a sus votantes y gobernados?

Hernández no es solo violento, machista, xenófobo, retrógrado e inexperto en tareas de gobierno, también es un demagogo de marca mayor, cuya torpeza ha pasado inadvertida para millones de votantes. Hace poco, el autoproclamado ‘Rey del TikTok’ dijo que, “Toda familia colombiana debe tener derecho a conocer el mar, al menos una vez en su vida. En mi gobierno trabajaré para que ese derecho se haga realidad”. Brillante. El Trump colombiano propone llevar a la gente a aguantar hambre y pasar hojas de vida a orillas del Caribe.

Este ingeniero, que prometió 20 mil lotes con servicios en Bucaramanga para no entregar ninguno, no oculta sus vínculos con el uribismo, y tampoco sabe qué es el departamento del Vichada, donde inexplicablemente obtuvo el mayor número de votos en primera vuelta.

En su infinita barbaridad llegó a declararse admirador de Hitler, calificándolo como un gran pensador. ¿Y siguen queriendo vender a Hernández como hombre de centro? Por favor, ya dejen de insultar la inteligencia de la gente. O dígannos de frente que quieren tener un nuevo títere, un gorila con machete, en el gobierno. Estamos ante un hombre que no respeta a la mujer, que golpea y amenaza a quienes le llevan la contraria, que se ufana y aprovecha de la necesidad ajena, y además admira a un genocida.

Ingrid Betancur debe estar feliz, si Hernández gana, ella saldrá muy beneficiada, y se dará el lujo de ver en primera fila (o desde Francia) un desastre que ayudó a crear. Iván Duque también debe estar celebrando porque en cuestión de meses podría perder el título de peor presidente en la historia de Colombia.

Aunque el panorama sea muy oscuro, aún hay esperanza, la abstención es casi del 50%, y es posible impedir que Colombia elija a alguien con el talante desastroso de Rodolfo Hernández, que se proclama paladín anticorrupción, mientras es señalado por la Fiscalía, la Contraloría y la Procuraduría de Duque por presuntas irregularidades de contratación.

Hernández promete el cambio, y si llega a la Presidencia va a cumplir, porque pasaremos del sartén al fogón.