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Red (Taylor’s Version) hace de un clásico algo incluso mejor

Los 16 cortes originales de Red son complementados con lados B y canciones inéditas grabados con más potencia y detalle en la producción

Por  ROB SHEFFIELD

Beth Garrabrant

Taylor Swift

Red (Taylor’s Version)

Primero lo primero: pasemos al final. La versión de 10 minutos de ‘All Too Well’ resultó mucho mejor de lo que estábamos esperando. Taylor Swift toma su obra maestra, la destroza, la rompe como una promesa y la reconstruye en una epopeya sobre el desamor dos veces más larga y colérica. Sí, la escuchaste cantar “A la mierda el patriarcado”; sí, escuchaste versos sobre este chico que conoce a su padre y olvida su fiesta de 21 años; sí, su mejor canción solo se puso mejor. 

Desde que Swift anunció la publicación de Red (Taylor’s Version), reimaginando su clásico de 2012, las expectativas estaban por los cielos. Y ya que la compositora se especializa en lograr lo imposible, aquí hay otra idea descabellada que ha hecho realidad: el nuevo Red es incluso más extraordinario, brillante, profundo y cruel. 

Este es el segundo capítulo, después de Fearless en su proyecto Taylor’s Version, en el que vuelve a hacer sus viejos álbumes pese a estar en su mejor momento creativo, pues en 2020 lanzó dos de sus mejores trabajos. Nunca nadie ha intentado hacer algo así de colosal y esto es un gran salto, incluso para la chica que inventó el concepto de nunca agachar la cabeza.

La nueva ‘All Too Well (Original Version)’ resume lo mejor de Swift. Cuenta la leyenda que este era el borrador antes de recortarlo, y por fin ahora fue terminado en un estudio adecuado junto a Jack Antonoff. Cada detalle llega al corazón al indagar en su historia y dejar salir su rabia y dolor, siendo tan brutal que hace que ‘Dear John’ suene como ‘I Will Always Love You’. 

Cuando el chico la deja plantada en su cumpleaños (una historia que ya ha contado en ‘The Moment I Knew’ y ‘Happiness’), su padre intenta subirle el ánimo. Esta es la primera vez en la que lo cita en una canción: él le dice, “Se supone que cumplir 21 debe ser divertido”, en un momento que rompe el alma. Y esta no es la primera vez en la que te encuentras pidiéndole a Tay que le baje un poco y te dé un minuto para recuperarte, pero ella continúa sin piedad.

Es difícil creer que no la hubiese publicado hasta ahora, pero es más increíble que exista. Es el clímax perfecto para Red (Taylor’s Version): 30 canciones, es decir, los 16 cortes originales de Red complementados con lados B y grabaciones inéditas, todo hecho con más potencia y detalle en la producción.

Red fue su mejor LP, y parecía destinado a llevar el título para siempre hasta que llegaron Folklore y Evermore, allí comprobó que no solo es la mejor compositora pop de su generación sino una de las mejores de todos los tiempos. Red no fue su primera obra maestra, pero es la que estableció el universo ‘Swiftiano’ como un lugar en donde cada bufanda perdida es una bomba de tiempo que puede tomar años en explotar en una magnífica canción.

El desafío con Red (Taylor’s Version) era cómo volver a hacer de un trabajo original uno insuperable. La secuencia del disco podría ser discutible, pues ‘Holy Ground’ pudo haber quedado mejor después de ‘State of Grace’, pero eso es un detalle minúsculo en un álbum absurdamente perfecto. Joyas ocultas como ‘I Almost Do’ o ‘Sad Beautiful Tragic’ fácilmente podrían ser un éxito en la carrera de cualquiera, pero aquí se ven opacadas por cortes más magníficos.

Pero tal como sucede en Fearless, su voz adulta le añade una fuerza diferente a estas canciones, especialmente a aquellas como ‘Come Back…Be Here’ y ‘The Moment I Knew’. Es conmovedor escuchar su voz de treinta y tantos interpretar ‘Begin Again’, la balada que cierra el disco con una frágil pizca de optimismo, como si viera la luz al final del túnel. En ‘We Are Never Ever Getting Back Together’ hay un poco más de veneno cuando gruñe, “Confía en mí”, que puede provenir de nueve años escuchando a hombres pidiéndole que crea en ellos.

Tal vez ‘Nothing New’ sea una de las colaboraciones más esperadas, dado que en este dueto con Phoebe Bridgers se preguntan, “¿Cómo puede una persona saberlo todo a los 18 y no saber nada a los 22?”, una historia que ambas conocen muy bien.

Finalmente pudimos escuchar sus interpretaciones de ‘Better Man’ y ‘Babe’, temas que compuso para otros artistas (Little Big Town y Sugarland, respectivamente). Mientras que ‘I Bet You Think About Me’ con Chris Stapleton fácilmente es la clase de hit country que estaba a punto de dejar atrás.

‘Ronan’ es muy especial para ella porque está basada en el blog que una madre afligida escribió sobre la muerte de su hijo de cuatro años a causa del cáncer; y ahora la canta con incluso más sentimiento. ‘Run’ es un tema acústico con Ed Sheeran que ambos escribieron el día que se conocieron, momento en el que también surgió ‘Everything Has Changed’. Tal vez todo haya cambiado en sus vidas y sus carreras, pero no el hecho de que cantan como dos amigos que saben cómo escucharse el uno al otro.

Swift ha continuado contando esas historias con el pasar de los años, así que estas canciones llegan a una nueva dimensión. ‘The Lucky One’ siempre pareció un homenaje a Britney, pero se siente diferente en la era de Free Britney, especialmente con versos como, “No te sientes bella, solo te sientes usada”. 

No hace falta decir que no necesita estar haciendo esto. Volver a hacer sus discos viejos es la clase de proyecto que podría asociarse con alguien que ha perdido la creatividad y no con una artista tan prolífica como ella. Fearless (Taylor’s Version) es el segundo disco más vendido del año, y lo único que lo aparta del primer lugar es Evermore, pero eso es lo asombroso de Red (Taylor’s Version): es un tributo a lo lejos que ha llegado, pero hace que te emociones por saber hacia dónde se dirigirá. Esta es la edad de oro de algo espléndido y real, y para Swift esto apenas comienza.

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