El Hard Rock Stadium fue el epicentro de una agitada final de la Copa América que quedó marcada por disturbios y caos, retrasando el inicio del partido por más de una hora.
La celebración del fútbol entre las selecciones de Colombia y Argentina inició llena de fanatismo extremo y violencia, con aficionados de ambos equipos protagonizando incidentes que resultaron en múltiples heridos y daños significativos al estadio.
Aparentemente, el caos comenzó a raíz de que a miles de asistentes se les negara el ingreso por boletería falsa. Mientras que algunos no contaban con entrada, otros habían sido estafados, causando furia entre la multitud que desencadenó una estampida de hinchas intentando ingresar a la fuerza al recinto.
Lo ocurrido no sólo causó violencia, sino también dejó a numerosos aficionados con entradas legítimas fuera del evento. Las altas temperaturas y la conglomeración contribuyeron a que muchos asistentes sufrieran desmayos y golpes, atizando el caos y la desesperación. Las autoridades de Miami-Dade están actualmente investigando las fallas de seguridad que dieron lugar a esta situación.
Al mismo tiempo, al interior del Hard Rock Stadium los jugadores de Argentina y Colombia lograron completar sus rutinas de calentamiento en el campo como es usual. Sin embargo, una vez ingresaron a los vestuarios para cambiarse a sus uniformes oficiales, se les informó de la situación fuera del recinto y de la decisión de retrasar el inicio del partido.
“Se han producido varios incidentes antes de la apertura de puertas en el Hard Rock Stadium para el partido de la final de la Copa América. Estos incidentes han sido el resultado del comportamiento descontrolado de los aficionados que intentaban acceder al estadio. Pedimos a todo el mundo que sea paciente y respete las normas establecidas por nuestros agentes y el personal del Hard Rock Stadium”, declaró la Policía de Miami-Dade en un comunicado durante las horas del ingreso al evento.
“Estamos trabajando activamente con el Hard Rock Stadium para garantizar un entorno seguro para todos los asistentes. El comportamiento indisciplinado será motivo de expulsión y/o arresto. Tenemos un comportamiento de TOLERANCIA CERO contra la conducta indisciplinada de todos los asistentes”, añadieron.
Además de colapsar las entradas principales, varios fanáticos intentaron colarse en el Estadio saltándose las barreras de seguridad, usándolas como escaleras para trepar los muros y, algunos, incluso intentaron llegar al campo a través de los ductos de ventilación del recinto. Ante esta situación, la Confederación Suramericana de Fútbol (Conmebol), junto a la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf), decidió cerrar las puertas del estadio permanentemente para contener la avalancha de personas.
Pero el caos persistió y se intensificó incluso dentro del recinto, resultando en actos de vandalismo en diversas áreas de sus instalaciones. En las redes sociales no tardaron en denunciar estos actos con imágenes y videos que mostraban el desastroso escenario con escaleras eléctricas dañadas, vidrios rotos, prendas de vestir y otros artículos esparcidos por el suelo, así como banderas y decoraciones de la Copa América pisoteadas.
Un aproximado de 27 personas fueron detenidas el día del evento, entre ellos, el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol y su hijo. Ramón Jesurún y su hijo, Ramón Jamil Jesurún, aparentemente fueron imputados con tres cargos, de los cuales no se tienen muchos detalles, tras ser acusados de enfrentarse con varios guardias de seguridad el domingo. Según el informe de arresto, ambos hombres intentaron ingresar al campo de juego a través de un túnel donde se encontraban los periodistas después del partido.
Jesurún, de 71 años, ha sido presidente de la federación desde 2015 y es vicepresidente de la CONMEBOL, el organismo rector del fútbol sudamericano encargado de organizar la Copa América. Actualmente, también es miembro del Consejo de la FIFA.
En respuesta a esta situación, la Federación Colombiana de Fútbol emitió un comunicado disculpándose por los disturbios que resultaron en la detención de su presidente. La organización argumentó que Jesurún se vio “abrumado” por la situación y actuó “impulsado por su instinto paternal”.
Padre e hijo fueron liberados el lunes por la noche, tras estar detenidos aproximadamente 20 horas, según informó Juan Disgranados, portavoz del departamento encargado de las prisiones en el condado de Miami-Dade, a The Associated Press. El presidente de la Federación tuvo que pagar una fianza de 2.000 dólares, mientras que su hijo pagó 1.000 dólares, según los registros públicos.
Pero, ¿y qué podría pasarle al resto de los detenidos? La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) ha comunicado al consulado colombiano en Miami las posibles acciones legales que las autoridades locales podrían emprender contra los responsables de los altercados.
