La próxima semana, la primera presidenta de México asumirá su cargo. Sin embargo, el gobierno de España ha decidido no participar en la toma de posesión de Claudia Sheinbaum —como es costumbre. El motivo es la “inaceptable” exclusión del rey Felipe VI de esta ceremonia.
La Cancillería de España anunció la medida el día de ayer, lamentando que el rey Felipe VI no haya sido invitado a la investidura de la nueva mandataria mexicana, ya que, como jefe de Estado, suele representar a España en las tomas de posesión de líderes en el mundo.
A través de un comunicado, la presidenta electa respondió esta mañana que España fue invitada a la ceremonia del próximo 1 de octubre a través de una nota diplomática, pero esta estuvo dirigida “solamente” al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez Castejón.
Pero este conflicto se remonta al 2019, año que el actual mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, envió una carta al rey de España para pedirle que, con motivo de la celebración de 200 años de Independencia de México, el reino de España expresara una disculpa por los “agravios causados” durante la conquista de México, hace 500 años.
La misma petición fue realizada al papa Francisco, quien envió una carta para reconocer aquellas acciones que provocaron sufrimiento a la nación. “En diversas ocasiones tanto mis antecesores como yo mismo hemos pedido perdón por los pecados personales, sociales y todas las acciones y omisiones que no contribuyeron a la evangelización”, escribió el papa Francisco en 2021.
Pero la respuesta del rey Felipe VI nunca llegó, lo que llevó a la próxima gobernante mexicana a criticar la falta de respuesta y omitir la invitación. “Lamentablemente, dicha misiva no mereció respuesta alguna de forma directa, como hubiera correspondido a la mejor práctica diplomática de las relaciones bilaterales. En cambio, parte de la carta se filtró en medios de comunicación”, afirmó Sheinbaum.
Pese a las circunstancias, Sheinbaum reconoció que “México y España comparten una sólida relación de amistad, con importantes vínculos económicos, turísticos y culturales”, pero insistió en la petición de México sobre que España reconozca de manera pública los abusos cometidos contra los pueblos originarios durante la colonización, “por todo ello, nuestra relación se beneficiaría con una renovada perspectiva histórica, acorde al desarrollo de nuestros pueblos”.
