Carin León continúa marcando una pauta para el regional mexicano. En septiembre de 2022, durante la celebración del mes de la herencia hispana en los Tiny Desk de la NPR, el cantautor sonorense cerró su concierto en casa con “Primera Cita”, una canción que fusiona lo mejor de las sonoridades mexicanas con algunos tintes de soul, mientras expone una historia sobre amor y libertad. Hoy, el cantante suma el sencillo a Colmillo de Leche, álbum que verá la luz el próximo 18 de mayo.
“Esta canción generó una expectativa muy grande desde la primera vez que la tocamos. No se creó con ninguna otra pretensión más que la de hacer música que a mí me gusta; se hizo de corazón. Me volvió a recalcar que a la música hay que entregarle amor para que te lo devuelva”, cuenta Carin León a Rolling Stone en Español, previo a su aparición en los Latin American Music Awards, en los que obtuvo cinco nominaciones.
En “Primera Cita”, el músico se alejó de la pureza del regional mexicano para involucrar nuevos estilos e influencias personales, que se acoplaron adecuadamente a la composición de Alejandro Lozano. “Es un artista y amigo al que admiro desde hace mucho tiempo. Hace música increíble, es un autor distinto y siempre busca contar algo. Cuando me mostró la canción, que venía en un estilo completamente diferente, algo me hizo sentido
Yo tenía muchas ganas de hacer música con un toque similar a los inicios del blues y del soul; quise remontarnos a los sonidos de Memphis y Nuevo Orleans. Así surgió esta canción, obviamente con la médula del regional mexicano y acompañada de una temática muy del norte del país. Todo sucedió de manera natural, con un destello de creatividad, y con el trabajo en el estudio junto a Orlando Aispuro, mi productor, y toda la gente que me ayuda”, detalla.
Carin León sumó, además, su creatividad para plasmar la historia del video musical que acompaña a este sencillo. “Empecé a hacerme una idea alrededor de la canción porque habla mucho sobre la libertad y de momentos que son inmensurables. Él recuerda su primera cita y tiene un acercamiento completamente libre, llámese sexual, romántico o afectivo; todo situado en Tijuana, una de las ciudades más libres de México. La historia habla sobre un reclamo interno por privarse a sí mismo de la libertad”, dice, mientras reflexiona sobre la forma en la que logra hacer suyas las historias de otros autores.
“Como cantautor, a veces mis canciones no me hacen clic, pero cuando llega la canción de otro autor y empata completamente con mi estilo musical, con lo que quiero contar o con lo que viví en algún momento, es como ir a una tienda de zapatos, probarte los primeros que te gustaron y que te queden. Para mí, es importante, al recibir música de otros cerebros y corazones, plasmar mi esencia y empapar la música de mi estilo y sentimientos”.
No es la primera vez que Carin León enfatiza otros sonidos en sus canciones para demostrar un panorama más amplio del regional mexicano. En Inédito, el cantante sumó como bonus track “Qué Más Puedo Pedir”, una balada a la que le da cuerpo una melodía al piano, y con la que meditó, en un inicio, no incluirla por tratarse de un concepto diferente. “Fue la canción que mejor funcionó, hasta la fecha, es la que más canta la gente en los conciertos”. Es ahí, sobre los escenarios, que el cantante asegura vivir una liberación completa en la música.
“El escenario es ese momento en el que me desconecto y no estoy en ningún otro lugar. Es el instante más presente que tengo y que siempre agradezco muchísimo, pero también creo que la inspiración surge en la calma, en el descanso y el reposo. Soy de la idea de hacer el caldo con todos los ingredientes que se consiguen en las semanas o en los años, porque los recuerdos tienden a volver y uno tiende a imprimir emociones, así que siempre busco la liberación arriba del escenario, para no estar en ninguna parte más que ahí. El estudio es liberador, pero se vuelve un poquito tedioso, aunque no todos los días”, puntualiza.
Durante dos años, Carin le dio forma a Colmillo de Leche, uno de los álbumes que, posiblemente, marcará un antes y un después en su trayectoria y en la visión que aporta a la música. “Han entrado y salido temas, hemos cambiado y hecho mil arreglos, pero al final de cuentas, hoy, más que nunca, estamos bien contentos con el resultado final. Desde el arte, hasta la selección de temas o los arreglos, todo va muy impreso de mi música.
Viene mucho regional mexicano, pero también mucho flamenco, sonidos del folk americano, blues, country y cosas muy diferentes que siempre han formado parte de la esencia de Carin León. Este disco va a enseñar un poco más de mi alma como artista y, sobre todo, podrá explicar mi música anterior”, aclara.
El primer acercamiento del mexicano con la música española llegó con la voz de Rocío Dúrcal y, más tarde, con Alejandro Sanz y Pablo Alborán. “De cierta manera, fueron mi entrada a la música del país. En mi casa se escuchaba mucho y, con el tiempo, el estilo se asimila”. El año pasado, Carin se unió a C. Tanga en “CAMBIA!”, tema que forma parte de El Madrileño. “Sucedió algo similar con Pucho. Es una experiencia que me marcó y me permitió entender que hay una conexión muy fuerte entre nuestras culturas y las culturas latinas. Toda la música de raíces de habla hispana tiene algo en común. Todos venimos de algo y por algo conectan las cosas, pero necesitamos hacerle entender eso a la gente que hace música”.
Previo al lanzamiento de Colmillo de Leche, Carin León llegará al escenario del Auditorio Nacional, experiencia con la continuará derribando los límites personales. “La música es música. No se trata de crear por crear o de los números, sino de hacer algo con sentido, de una manera honesta. Creo que he sido muy natural; al principio, quise ser un artista meramente del regional mexicano, después me estanqué y me aburrí con la música que hacía, así que fui sincero y las cosas empezaron a funcionar.
Como músico, no me gusta estar parado en el mismo lugar por mucho tiempo y me gusta experimentar. Me gusta tratar con mi música y, en mi carrera, la base es que cada disco tenga un sonido diferente, que cuente algo distinto, que los sonidos y las letras cambien. Así que el lugar que quiero tener en la música es mi propio camino, el único que yo hago, en el que no volteo a ningún lado y en el que nadie puede pisar más que yo”, finaliza Carin León.
