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¿Por qué Spotify tenía una lista de reproducción oficial llamada ‘’Hitler Radio’?

Una investigación de Rolling Stone encuentra que la retórica racista y antisemita todavía tiene un hogar en Apple Music, Amazon Music, Tidal y otras plataformas de streaming

Por  KORY GROW

marzo 3, 2023

Composición por Adél Békefi/Getty Images; seb_ra/Getty Images; ChiccoDodiFC

Hasta la semana pasada, cualquier usuario de Spotify podía acceder a una lista de reproducción titulada “Musikkorps Der Leibstandarte – SS Adolf Hitler Radio”, llamada así por el cuerpo personal de guardaespaldas del führer nazi. La misma plataforma de streaming era la que generaba la lista de canciones, y varios miembros del personal de Rolling Stone recibieron cada uno una mezcla diferente al cargarla. Dependiendo del algoritmo de Spotify, el servicio de streaming eligió algunos himnos nacionales diferentes, a menudo benignos, pero dos listas de reproducción presentaban música de Das Luftwaffenmusikkorps 3 (llamado así por la fuerza aérea nazi).

Un día después de la consulta de Rolling Stone a Spotify sobre por qué el servicio ofrecería, y mucho menos generaría, una lista de reproducción de “SS Adolf Hitler Radio”, así como también por qué albergaba un podcast RaHoWa (abreviatura de “Racial Holy War”) y otros tipos de música que adoptan ideologías neofascistas: Spotify las eliminó.

Las reglas de Spotify prohíben “contenido que incite a la violencia o al odio hacia una persona o grupo de personas por motivos de raza, religión, identidad o expresión de género, sexo, etnia, nacionalidad, orientación sexual, condición de veterano, edad, discapacidad u otras características asociadas con la discriminación o marginación”. Pero a pesar de estos términos y condiciones, los servicios de streaming continuan permitiendo “música de odio”, músicos que apoyan el poder blanco, el antisemitismo e ideologías neo-fascistas en sus listados musicales y de contenido.

Algunos grupos, como la banda de NSBM (Black metal nacionalsocialista) Übermensch, atraen a más de 30 000 oyentes mensuales, mientras que Burzum, un pionero noruego de NSBM que recientemente se quejó en Twitter por recibir críticas por recomendar Mein Kampf a los lectores, atrae a 223 000 oyentes mensuales.

Una investigación de Rolling Stone de tres meses sobre los catálogos de Spotify, Apple Music, Tidal y Amazon Music arrojó un sorprendente número de posibilidades de acceso a la llamada música de odio. Cada servicio tenía músicos en su plataforma que tocaban NSBM y “fashwave” (una forma de música electrónica orgullosamente fascista), mientras que algunos también ofrecían hardcore punk nazi, RAC (“Rock contra el comunismo”, una forma de punk de derecha inventada en reacción al Rock contra el Racismo promovido en el Reino Unido en los años 70), y música nazi literal de los años 30 y 40.       

Muchos de los músicos en cuestión no están tratando de ocultar su orientación política: la canción más reproducida en Spotify por el músico de fashwave IronMensch, previamente destacada en la investigación de ADL, se titula ‘Aryan Fury’; su segunda pista más popular es ‘Reich Machine’. Incluso después de una investigación de ADL en septiembre del año pasado, la música de IronMensch, el fashwave de Elessar y OBNX y el grupo NSBM Übermensch siguen estando disponibles en Spotify.

“La música se ha utilizado durante mucho tiempo como una forma de radicalización”, le dice Calum Farley, investigador del Centro sobre Extremismo de la ADL a Rolling Stone. “Una plataforma como Spotify que tiene un alcance tan grande hace que sea muy fácil para las personas encontrar este tipo de música y ser atraídos a estos espacios”.

“Se han cometido y orquestado innumerables actos de violencia motivados por prejuicios, desde crímenes de odio hasta campañas de terror, en relación con la escena musical de odio en docenas de países”, dice Aaron Flanagan, subdirector de prevención y asociaciones en el Proyecto de Inteligencia de SPLC. “Tal violencia se ha concentrado especialmente donde la música de odio se cruza con la escena racista de los skinheads o cabezas rapadas.

“La música de odio también ha sido una forma de que millones de dólares se muevan hacia el movimiento global de la supremacía blanca y los movimientos y escenas musicales relacionados”, continúa. “A veces, este dinero ha llegado directamente a manos de organizaciones y redes terroristas. Es imposible para aquellos que producen y escriben música de odio lograr el tipo de visibilidad simple, fácil y relativamente gratuita [sin] servicios de streaming. Es imperativo que estas plataformas sean responsables de hacer cumplir sus términos y condiciones y eliminar esa propaganda de odio: hacerlo puede ayudar literalmente a detener la ola de exposición a material terrorista de odio”.

La investigación de Rolling Stone en los servicios de streaming arrojó álbumes y pistas de grupos identificados en línea como fashwave (Elessar, OBNX, Xurious), hardcore nacionalsocialista (Still Burnin’ Youth, eliminado de Spotify y Apple Music después de que Rolling Stone los identificara) y NSBM (Infierno), entre otros. En Apple Music, la búsqueda de “fashwave” arrojó ocho listas de reproducción generadas por usuarios y “NSBM” obtuvo seis; los términos de búsqueda “fashwave” generaron 38 listas de reproducción de usuarios en Spotify, y “NSBM” apareció en los títulos de 20. Tidal tenía la menor cantidad de grupos neofascistas que podían violar sus términos de servicio.

Cada uno de los servicios de transmisión tiene un lenguaje que prohíbe el discurso de odio similar al de Spotify. (Consulte los términos de servicio de Apple Music, Tidal y Amazon Music). Entonces, ¿cómo eluden estos músicos las supuestas reglas de las plataformas? La respuesta sigue siendo inconclusa.

“Solo durante el año pasado, Spotify tomó medidas en decenas de miles de episodios de podcasts, listas de reproducción y cientos de pistas por violar nuestras reglas de la plataforma, que prohíben el contenido que incita a la violencia o al odio hacia una persona o grupo de personas”, dijo le dijo el portavoz de Spotify a Rolling Stone. “Spotify ha realizado, y continuará realizando, inversiones significativas en medidas de detección tanto humanas como algorítmicas para ayudar a garantizar que nuestra plataforma brinde una experiencia segura para todos. Seguimos comprometidos con el cumplimiento riguroso de estas reglas de la plataforma. En este caso, Spotify revisó los contenidos en cuestión y eliminó los que violaron nuestras políticas”.

Los representantes de Tidal y Apple Music respondieron a las solicitudes de comentarios por parte Rolling Stone en las que se les preguntaba sobre la música que violaba sus términos de servicio, aunque no proporcionaron ninguna declaración ni otorgaron alguna entrevista.

Amazon Music no respondió a las solicitudes de comentarios. (A partir de la publicación, Apple Music eliminó parte de la música identificada por Rolling Stone, mientras que todavía está disponible en Tidal y Amazon Music).

“Se deben tomar medidas para identificar de manera proactiva el contenido dañino tan pronto como aparece en sus plataformas, además de responder de manera reactiva a las solicitudes de eliminación de usuarios y expertos”, dice Megan Squire, subdirectora de análisis de datos e inteligencia de fuente abierta en el Proyecto de Inteligencia de SPLC. “A medida que la escena de la música de odio ha evolucionado desde principios de la década de 1980, algunas bandas y sellos se han vuelto expertos en evadir leyes sobre el discurso de odio y de discriminación étnica aprobadas en países como Inglaterra, Canadá, Alemania y otros lugares. Las bandas que están dispuestas a disfrazar sus creencias a través de letras suavizadas aún permanecen conectadas a movimientos e ideologías violentas y llenas de odio”.

Una lista de reproducción publicada anteriormente en Spotify titulada ‘SS Adolf Hitler Radio’

Aunque el racismo ha sido un fenómeno generalizado en la música popular durante décadas, la idea de “música de odio” echó raíces en los años 60 en canciones country racistas atribuidas a Johnny Rebel, cuyas grabaciones todavía están disponibles en CD a través de sitios web neonazis. El movimiento Rock Against Communism, que organizó conciertos de supremacía blanca en todo el Reino Unido, se afianzó a finales de los años 70 y atrajo a fanáticos skinheads hacia bandas como Skrewdriver y Skullhead.

En los años 90, la retórica del poder blanco se abrió paso con la obra de algunos músicos de heavy metal extremo, especialmente en Noruega, donde uno de los más populares, Varg Vikernes de Burzum, alimentó el nazismo mientras cumplía condena por asesinato. La iteración más reciente de la música de odio en los últimos años ha sido “fashwave” (también hay una “Trumpwave”). Los mensajes de sus músicos son mucho menos abiertos que los de sus predecesores y, a menudo, están enterrados bajo los ritmos de EDM.

“Los servicios de streaming continúan fallando al revisar el contenido creado por aquellos que se esfuerzan por suavizar o codificar el contenido de sus letras o la carátula del álbum, y aquellos que no interpretan o imprimen sus letras en inglés, si es que las comparten”, dice Flanagan de SPLC.

“Fashwave fue un buen ejemplo de cómo está creciendo [la música neofascista] en el sentido de que estas personas toman un género o un tipo de música que [ya] es popular, y luego tratarán de incorporarlo a su movimiento”, comenta Farley de ADL. “ El fashwave comenzó como el vaporwave y otras formas de música electrónica ambiental que luego se incorporaron a espacios extremistas”. Farley agrega que ha visto música nueva, similar al “fashwave”, que ahora está inculcando mensajes de odio en un subgénero llamado “phonk”.

“Los supremacistas blancos constantemente intentan innovar y rejuvenecer la música de odio, a medida que el interés en géneros particulares disminuye con el tiempo y las generaciones más jóvenes llegan con gustos nuevos y diferentes”, agrega Flanagan. “Hoy, los skinheads racistas tienen un papel más pequeño que nunca respecto a los espectáculos más grandes conectados internacionalmente con géneros de metal extremo que promueven la supremacía blanca, el fascismo y el neonazismo”.

Organizaciones como la SPLC y ADL han recurrido a las plataformas de streaming muchas veces durante la última década para hacer cumplir sus términos de servicio, pero las empresas parecen no estar a la altura de las expectativas. Desde 2014, Rolling Stone ha publicado tres artículos diferentes sobre los servicios de streaming que eliminan la música de odio, pero el problema persiste. Dado que ninguna plataforma puso a miembros de su personal a disposición para entrevistas, es imposible saber cómo definen qué músicos cumplen con sus términos de servicio. Dicho esto, hay muchos recursos disponibles en línea que explican cómo identificar el simbolismo neofascista en la música. (La colaboradora de Rolling Stone, Kim Kelly, ha escrito dos, uno para Columbia Journalism Review y otro para Gizmodo).

Farley cuestiona el proceso de investigación de los músicos que envían su trabajo a los servicios de streaming y se pregunta cómo algunos creadores de “música de odio” se han convertido en “artistas verificados” en Spotify. “¿Por qué no hay algún proceso de selección de antemano para que no entren en la plataforma en primer lugar?”.

El SPLC también ofrece varios recursos para identificar mensajes de odio en el arte y planea expandir sus horizontes. “Además de nuestro monitoreo regular usando métodos digitales y analógicos, el SPLC actualmente está probando una variedad de métodos proactivos de eliminación de contenido”, dice Megan Squire de SPLC. “Uno de esos productos es una herramienta que nos ayuda a buscar activamente contenido de audio y video odioso en sitios web y redes sociales, lo que nos permite solicitar la eliminación por parte del sitio anfitrión.

“Sin embargo, no debería depender únicamente de las organizaciones de vigilancia estar al tanto del contenido y solicitar su eliminación después de que ya haya causado daños”, continúa. “Este software es solo uno de una serie de productos similares y está ampliamente disponible”.

En última instancia, tanto los representantes de la ADL como los de la SPLC esperan que los servicios de streaming respeten sus pautas de contenido y trabajen más para detectar contenido de odio. “El problema son las empresas privadas que permiten el odio y el contenido extremista intolerante, generando un impacto innegable en la vida cotidiana de las personas”, dice Megan Squire. “Cuando las empresas proporcionan una plataforma donde se terminan beneficiando del contenido dañino, tienen entonces la responsabilidad de haber promovido la violencia alimentada por el odio”.