Sucedió de nuevo: los demócratas perdieron una elección ganable frente a un personaje racista de maquillaje color naranja, a pesar de su odiosidad, inmoralidad y corrupción desenfrenada. Esta vez, Donald Trump, hizo campaña con una agenda aún más oscura – la deportación masiva de inmigrantes, mayor violencia policial y demandas de retribución contra sus enemigos – y ni siquiera tuvo que intentar robar la elección en la corte o de manera violenta. En los estados clave, parece que arrasó, y seguramente ganará el voto popular de manera definitiva, algo que un republicano no ha logrado desde hace dos décadas.
Existen muchos factores que explican porqué la Vicepresidenta Kamala Harris perdió – y por qué la carrera finalmente no fue tan cerrada: la increíble impopularidad de Joe Biden; el sexismo, racismo y la xenofobia; una cultura americana que estúpidamente valora a la población ultra-rica y lame sus zapatos. Estuvo también la decisión de la campaña de Harris de optar por una estrategia segura y conservadora, del manual fallido favorito de los demócratas: Sé cómo los republicanos. Estuvo su negativa de romper relaciones con Biden debido a su apoyo a Israel en la guerra contra Gaza — un genocido que se muestra día con día en nuestras pantallas y que ha afectado, especialmente, a las personas jóvenes.
Sin embargo, la explicación más lógica, de por qué Harris perdió, es la más básica: los estadounidenses están increíblemente insatisfechos con la brutal economía.
Después de que Washington acabara con los programas de ayuda por la pandemia de COVID, los estadounidenses sufrieron dos años de una inflación desmedida, lo cual afectó los precios de casi todo, además de elevar los costos de intereses – generando un aumento en los precios de las tarjetas de crédito, las hipotecas, los préstamos para autos, entre muchas otras cosas. En medio de una crisis del costo de vida cada vez más elevado, los votantes culparon a los demócratas.
Las encuestas de salida y otros resultados que salieron de las elecciones de 2024 son bastante claras de que este contienda fue, como suele ser el caso, sobre la economía, algo estúpido.
Las encuestas de salida de Edison Research mostraron que dos tercios de los votantes piensan que el estado de la economía estadounidense es pobre o no tan buena; 69% de ellos, votaron por Trump. Se les preguntó cuál fue el tema más relevante para su voto, el 31% contestó que la economía y el 79% de ellos, apoyaba a Trump.
Los resultados de la encuesta de The Fox News Voter Analysis ofrecieron respuestas similares; 63% de las respuestas mencionaban que el estado de la economía es pobre o no muy bueno y el 68% de ellos mencionaron que apoyaban a Trump.
El 39% restante, contestaron que la economía y sus trabajos son los factores más importantes que enfrenta el país, 60% de ellos mencionaron que respaldaban a Trump.
Igualmente, el 40% de los encuestados mencionaron que el factor más importante para dar su voto son los precios elevados de gasolina, despensa y otros bienes; el 64% de ellos mencionaron que apoyaban a Trump.
Existe una buena razón para desconfiar que la Agenda de 2025 de Trump logrará un gran beneficio económico para el estadounidense promedio. Su plan de imponer aranceles generalizados en bienes importados, subirá el precio para los consumidores. Su plan de conservar los recortes fiscales para los ricos y recortar aún más la tasa impositiva corporativa seguramente, una vez más, beneficiará principalmente a los estadounidenses más ricos. Trump ha prometido otorgar un alto puesto en su administración al hombre más rico del mundo, Elon Musk, quien se comprometió a imponer grandes recortes en el gasto público que “implicaría algunas dificultades temporales.”
Pero los estadounidenses, indignados por la economía, no votaron por la agenda económica de Trump, particularmente. Simplemente estaban demostrando su desaprobación por el estado actual de la economía.
En este ciclo electoral, ha habido una corriente de pensamiento predominante entre algunos demócratas y la clase de analistas en general que considera que los estadounidenses están mal al pensar que su economía es mala – de hecho, es perfecta, ¿por qué tanto pesimismo? ¿Será que la gente está olvidando sus propias situaciones financieras durante la era de Trump? ¿Acaso la población sabe que la inflación por fin ha disminuido? ¿Han visto las gráficas de crecimiento del PIB?
Al principio de la pandemia, la Oficina de Censos de E.U. comenzó a preguntar a los estadounidenses cuestiones acerca del estado de sus hogares – incluyendo si era difícil pagar los gastos típicos del hogar. Cuando Trump perdió en 2020, el porcentaje de estadounidenses que dijeron que era difícil pagar sus cuentas era alrededor del 34%. Ese número escaló hasta que el Congreso aprobó nuevos programas de ayuda pandémica, para este momento, la cifra descendió considerablemente. Sin embargo, cuando estos programas de ayuda llegaron a su fin, el porcentaje de estadounidenses que tuvieron dificultades para pagar sus cuentas se disparó – y los ratings de aprobación de Biden cayeron.
El fin de la ayuda por la pandemia, combinado con el aumento de precios y las altas tasas de interés, crearon un desastre financiero que aún no ha terminado. A partir de septiembre, 37% de los estadounidenses han reportado tener dificultades para pagar los gastos típicos de su hogar – un pequeño aumento con respecto a inicios de este año.
Esa dura realidad financiera creó un entorno político complicado para los demócratas este 2024 y ayudó a los republicanos a lograr un golpe decisivo.