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Perpetual Warfare, la banda de thrash que ha llevado su show a más de 20 países

Desde Bolivia hasta Croacia, pasando por Estados Unidos, México y Holanda, ¿cómo logra una agrupación independiente de metal colombiano que su espectáculo llegue tan lejos?

julio 24, 2024

Cortesía prensa Perpetual Warfare

Las noches del 21 y 22 de abril, Megadeth se presentó con casa llena en el Movistar Arena de Bogotá, y la banda encargada de abrir los shows fue el cuarteto colombiano Perpetual Warfare, que por más de 15 años ha venido abriéndose camino en la escena con un sonido fuertemente enraizado en el thrash metal.

Megadeth no ha sido la única gran banda que se ha cruzado en el camino de PW a lo largo de su carrera; los cuatro metaleros bogotanos han tenido (y aprovechado) la oportunidad de compartir carteles y tarimas con gente como Slayer, Sepultura, Testament, Slipknot o Behemoth. Esto se ha debido a un trabajo muy consagrado que les ha llevado a eventos como el Knotfest en Colombia y México, el crucero de 70.000 Tons of Metal o Rock al Parque.

Perpetual Warfare empezó en 2007, moviéndose poco a poco en el circuito de bares del sur de Bogotá, y en este momento se alista para emprender dos giras, una por los Estados Unidos entre agosto y septiembre, y otra durante el mes de noviembre a lo largo y ancho de Europa. En esos periplos la banda colombiana hará unas 60 presentaciones en vivo, una cifra realmente sorprendente para cuatro tipos colombianos que hacen thrash metal y, obviamente, no cuentan con el respaldo de la gran industria musical. En distintos momentos de su recorrido, PW girará junto a Black Mass, una banda de Boston, y los japoneses de Abigail.

Al hablar con el guitarrista y cantante Camilo Muñoz, se hace evidente que la clave ha estado en eso que (para bien o para mal) en Colombia entendemos como “El rebusque”, que en este caso se ha traducido en curiosidad, iniciativa, perseverancia, buenas relaciones, disciplina y mucho trabajo. “Empezamos a salir a ojo cerrado, sin saber qué iba a llegar, fuimos conociendo la carretera, la ruta”, recuerda Muñoz. “En Cali conocía a una persona, en Medellín encontraba otra, y así…”.

Camilo produce eventos y ha trabajado haciendo booking para su banda y para otros artistas, valiéndose de las redes sociales y otros recursos tecnológicos para establecer contactos y coordinar los conciertos con promotores y venues. En 2015 hicieron su primer tour con más de 30 fechas por Suramérica, recorriendo muchos países en bus.

La banda se traza un objetivo para sus giras, y empiezan a analizar cada país ciudad por ciudad, investigando los lugares, bares, salas de conciertos o teatros en donde se han presentado otras agrupaciones de estilos similares, para pasar a ver quiénes han organizado esos shows. Una vez han encontrado las oportunidades, comienzan a gestionar, negociar, coordinar y cerrar los acuerdos que se materializarán en los conciertos. Luego viene el asunto de los traslados, alojamientos, logística, equipos, visas y burocracias conexas, que generalmente manejan por sus propios medios, o con la ayuda de personas que han ido conociendo a través de internet o en sus viajes.

En su experiencia previa por América Latina y EE.UU., Perpetual Warfare ha entendido que siempre es muy importante el manejo del merchandising, porque la venta de camisetas y discos se convierte en una fuente de ingresos muy importante. Incluso en Argentina se vieron obligados a “piratear” sus propios CD´s para seguir vendiendo.

“No hay nada mejor que coger como excusa un solo concierto grande para hacer un circuito”, dice Camilo Muñoz, cantante y guitarrista de Perpetual Warfare. Él asegura que en estos casos las bandas logran asegurar al menos un pago y sustentan un desplazamiento importante.

Parte de su lucha les llevó en un momento dado a radicarse en los Estados Unidos; “Los cuatro nos fuimos a trabajar en lo que fuera”, cuenta Camilo. “Lavamos platos, trabajamos en construcción, trabajamos en unos shows de Caifanes y Rata Blanca en Nueva York…”. Y así va dejando ver el espíritu que guía a su banda para superar las dificultades cuando persigue una meta más o menos clara.

El nombre de Perpetual Warfare viene de una intro de la banda estadounidense Whiplash (aparece en el álbum Ticket To Mayhem, de 1987), y se ha conectado en muchas de sus letras con el conflicto colombiano. A partir de eso un fan de Perpetual Warfare y Whiplash en Nueva York conectó a los colombianos con Tony Portaro, líder del trío norteamericano. Por ejemplo, esos contactos fueron determinantes para que PW lograra armar una pequeña gira en Estados Unidos y México, al punto que en 2023 PW se encargó de organizar una gira suramericana para Whiplash, y para ellos mismos, pasando por Argentina, Brasil, Ecuador, Chile y Colombia.

Todo el aprendizaje obtenido a lo largo de estos años también les ha servido para establecer una pequeña organización que apoya y asesora a otras bandas para que puedan seguir una parte del camino que PW ha logrado trazar. “El problema es que algunas bandas, cuando les llega un contrato, se ponen a sufrir, no a trabajar”, asegura Camilo. “El booking para contratar a una banda para un show o un festival también depende del producto final, que es la música, que debe ser llamativa para un circuito”, añade, y ese no es un tema menor, porque el aspecto musical del cuarteto bogotano es lo más importante, con grabaciones de calidad y una puesta en escena muy trabajada.

Por otra parte, Muñoz piensa que, “Rock al Parque, y todos esos festivales, han malacostumbrado a los músicos porque sienten que tienen que estar en tarimas súper grandes, creen que si no están frente a miles de personas, están fracasando. Ese es un tema cultural que nos ha coartado a la hora de cruzar fronteras”.

Esa mentalidad ha llevado a muchas bandas a pensar que no es necesario un verdadero proceso, y que deben pasar de la sala de ensayo a tocar ante 20.000 personas.

Por parte del Estado, le parece importante entender que el apoyo a los artistas no consiste solamente en el pago de unos honorarios, debería estar directamente vinculado con la preparación necesaria para presentarse adecuadamente en estos escenarios, porque en muchos casos las bandas tratan de moverse en los circuitos sin saber qué es un backline, un stage plot o un rider.

Hace un tiempo en Colombia se hizo popular un meme en el que decía que tenemos más charlas sobre cómo vivir de la música, que gente viviendo de la música; en ese sentido Camilo asegura que, “Las charlas de los mercados musicales están muy alejadas de la realidad de la gente”, y en el caso de su banda tuvo que aprender de management y booking en uno de los pocos eventos de capacitación que encontró alineado con la realidad de su proyecto.

A pesar de haber logrado un conocimiento tan importante para mover el negocio de su música en el underground de América y Europa, la banda demuestra con hechos que su trabajo artístico es lo primordial, y por eso, porque creen en su música, invierten mucho tiempo y dinero en ella. Ahora apuntan a escalar nuevos niveles con un próximo álbum que ya está grabado. De esa forma es que su labor viene dando frutos, llevando a que sus canciones suenen en vivo en más de 30 ciudades de los Estados Unidos, para luego presentarse en Europa con otros 30 shows en países como Francia, Inglaterra, Bélgica, Holanda, Alemania, Hungría, la República Checa, Polonia, Croacia, Eslovenia, Serbia, Italia y España.

Esta es una historia que muchos de nuestros artistas deberían conocer más a fondo porque representa una de las tantas maneras que existen para dejar una verdadera huella y un testimonio exitoso de disciplina, estudio y trabajo duro.