En 2014 en medellín, en el marco de Circulart, un grupo de periodistas fundó la Red de Periodistas Musicales de Latinoamérica (REDPEM), con el fin de compartir, reseñar y escribir sobre las músicas del continente. Este joven proyecto recoge personas con un afilado sentido crítico, virtudes escriturales y, sobre todo, un agudo oído para reflexionar sobre el estado de la música en nuestras geografías. A partir de este empeño nació Iberoamérica sonora. Músicos en efervescencia creativa, un tomo que recoge escritos sobre 16 músicos independientes que, con un pie en el folclor y la herencia y otro en la necesidad de experimentar, están definiendo los sonidos de estos territorios, alejados de las fáciles radiofórmulas y arrancando, a veces con las uñas, sonidos de la tierra y sus espíritus con poco o ningún apoyo de la difícil industria musical.
“Antes que críticos somos melómanos”, establecen Enrique Blanc y Humphrey Inzillo (coordinadores de la edición) en la presentación del libro. “Tenemos el privilegio —y la responsabilidad— de poder hacer pública una práctica habitual en el ámbito cotidiano: compartir el placer de la música con nuestros lectores como antes lo hacíamos con nuestros mejores amigos”. Así, las historias de virtuosos intérpretes e ingeniosos compositores, que van de Gepe a Edson Velandia y de Juancho Valencia a Nicola Cruz, quedan consagradas en este imprescindible texto para el amante de los sonidos latinos.
“Una premisa fundamental era que los artistas a retratar trabajaran a partir de una identidad, de una tradición, de un paisaje local”, dijo Inzillo a Rolling Stone. “Hay una idea que se nos hace fundamental: los artistas tienen que vincular su obra con el lugar de origen”. A través del estudio de la obra de estos artistas es posible trazar la historia musical del continente, siendo el tema de la identidad y del folclor una necesidad de estudio precisa para la REDPEM en general y para Iberoamérica sonora en particular.
