Pánico, locura y fervor en Buenos Aires: la asunción de Javier Milei, nuevo presidente argentino

El economista libertario asumió el poder ejecutivo con una jornada de actos oficiales. Lo recibió una masa menos numerosa de lo que algunos esperaban, celebrando al grito de "¡no hay plata! ¡no hay plata!"

Por  NICOLÁS G. RECOARO

diciembre 11, 2023

Archivo La Nación

1.

Extrañas impresiones de un domingo anarcocapitalista. Desde los techos del Congreso se aprecia el tsunami libertario que inunda el centro porteño. Hay pánico, locura y fervor de Buenos Aires. La gran ola de la extrema derecha rompe justo frente a las escalinatas del Parlamento: ese es el punto preciso adonde llega el maremoto.

Javier Milei juró, firmó y asumió la presidencia. Renacer neoliberal, freak power, reverdecer ultraconservador. En el Congreso celebran liberales emperifollados, dinosaurios negacionistas, nostálgicos del menemato, púberes streamers y trumpistas criollos. Se suman famosos clase Z y el círculo rojo cambiemita. También la cúpula de la alt right global invitada para la ceremonia, con Viktor Orbán, Jair Bolsonaro, Daniel Noboa y Volodimir Zelenski a la cabeza. La casta libertaria afila sus dientes. Todos esos colosos que son tan golosos, decía el Indio Solari, que nos sentencian a flotar en venenos siniestros.

(Foto: Archivo La Nación)

Pesadillas gauchas de masacres y motosierras texanas, alucinaciones de dolarización y demoliciones de edificios públicos. Quimeras sin oro del ajuste y la estanflación. La Argentina entra en una nueva etapa bajo el mando del presidente de raro peinado nuevo, esa cabellera leonina que modela la mano invisible del mercado. ¿Sueñan los androides con leones eléctricos?

2.

El primer presidente liberal-libertario tiene una historia. Porteño, Javier Gerardo Milei nació hace 53 años y creció en el barrio de Villa Devoto en una familia de clase media. El padre, Norberto Milei, es un raro ejemplo de self-made man: colectivero devenido patrón de siete líneas de colectivos. Su madre, Alicia Lucich, abnegada ama de casa. La hermana es otro raro ejemplo exitoso del provecho del libre albedrío y la movilidad social ascendente: Karina, alias “El Jefe”, es consejera, pitonisa y asesora todoterreno del Gran Hermano economista. 

El maltrato físico y psicológico marcó la vida familiar del mandatario. También la escolar en el Instituto Cardenal Copello. En la ultraderecha hay mucha gente herida, dañada, con bronca, buscando que, sí o sí, los amemos. En los últimos tiempos, Milei retomó el contacto con sus progenitores, como él llama a sus padres.

(Foto: Archivo La Nación)

De los vínculos afectivos del libertario adulto poco o nada sabemos. Hubo un affaire fugaz con Daniela Mori, que en los 80 de Alfonsín, democracia y sano libertinaje era una de Las Primas pop que cantaban el hit “Tocame el piripipí”. Desde agosto pasado, Milei, soltero empedernido, se deja ver con Fátima Florez, voluntariosa parodista de Cristina Kirchner. De los amores perros de Milei nuestros conocimientos son más seguros, incluso más científicos. Los mastines británicos son sus “hijos de cuatro patas”. En la Quinta de Olivos convivirá con cuatro ejemplares, cuatro clones de Conan que, muerto, asegura Milei que lo ha asesorado desde el más allá. Sus perros quedaron inmortalizados en el bastón presidencial.

En el colegio privado y católico Copello, Milei se ganó un sobrenombre profano. Y psiquiátrico: “El Loco”. La motosierra para mutilar a la casta vendría mucho después. Milei, católico bautizado, en los últimos años se arrimó al judaísmo. Estudia la Torá de la mano del rabino Axel Shimon Wahnish, futuro embajador argentino en Israel. En sus actos de campaña, Milei rezaba con sus fans, “Las Fuerzas del Cielo”, el Padrenuestro liberal de respeto a la vida y la propiedad privada, y de veneración al dios mercado.

3.

“No hay plata”. Es el mantra que repiten hasta el cansancio las huestes mileistas en la plaza el domingo. Las Fuerzas del Cielo se amuchan frente al Parlamento. No sumaron el millón de almas soñado para la asunción, pero muestran su músculo vigoroso bajo este sol tremendo. 

“Cárcel a los K”, “Dios, motosierra y trabajo”, “Con mis hijos no te metas”, “Ideología de Género No”, “Ni un policía menos”. Son las consignas que los hermanan. Las banderas son celestes y blancas; también confederadas y amarillentas, con la serpiente libertaria. La cascabel de Gadsden busca presas en la plaza. Don’t tread on me, no me pises, si no, te muerdo.

(Foto: Archivo La Nación)

Gorro, bandera y vincha del León. Feria liberal-libertaria: Laissez faire en el barrio de Congreso. Panacea de la empobrecida Argentina emprendedora. Peso, dólar, euro, Mercado Pago…los dealers no discriminan. Hay pines con las caritas de Bolsonaro, Roca, Alberdi y las frases “Aplasta la cultura marxista” o “Cristo viene”.

“Vendimos bastante. Salen los de Javi y mucho Trump”, cuenta un mercader. “Cuatro dólares las remeras, un regalo, aproveche. Yo le doy una mano a mi vieja, que es jubilada de la mínima y no le alcanza. Esperemos que mejore el panorama, no se aguanta la inflación”, susurra una vendedora antes de ser devorada por la columna de la brava agrupación La Julio Argentino, que agita banderas con el rostro del general de la Conquista del Desierto.

4.

El presidente tuvo una adolescencia futbolera: defendió los tres palos de Chacarita. Arquero de manos largas, muy volador, recuerdan en el Funebrero. Se bajó de la portería antes de subir a la primera. Su educación sentimental se completó en una escuela de rock, el conjunto Everest. Era el frontman de la banda: canturreaba covers de los Stones. ¿Milei es sólo rock and roll? Para nada. De más grande desnudó su locura por la música clásica, terreno fértil para expresar su misión en el mapa político. Más de una vez cantó en público una versión neoliberal del brindis de la ópera verdiana La Traviatta (en italiano, La Extraviada, es decir, La Puta) para criticar las medidas fiscales del gobierno peronista.

El “León” es licenciado en Economía por la Universidad de Belgrano. Su currículum suma dos maestrías, en el IDES y la Universidad Di Tella, y aun un doctorado honoris causa de la Universidad del ESEADE. En variopintas casas de estudio, dictó clases, magistrales y no tanto. Su primer conchabo en tiempos de estudiantina fue en el Banco Central. La pasantía duró seis meses. Después mamó de la teta de la odiada “casta” política: asesoró al dictador tucumano Antonio Domingo Bussi. También arrimó propuestas a sectores del peronismo disidente durante la segunda presidencia de CFK. En el mundo privado, fue pagado por Aeropuertos Argentina 2000 y diversos bancos. 

5.

Gritos rabiosos, más que himnos de la alegría, se escuchan cerca de Callao. “Borom, bom, bom, el que no salta, es un ladrón” y “Cristina se va presa, Cristina se va presa”. La manada del León salta en trance. Santiago canta en loop que la casta tiene miedo. “Doy la vida por Argentina y Milei. Tiene la posta, viene del sector privado. Somos muchos los jóvenes que lo admiramos”, arriesga el pibe llegado desde San Justo. Al despedirse, reflexiona sobre el futuro que quiere para el país: “Motosierra y respeto de la ley. No queda otra salida para la Argentina. Bueno, hay otra, que es por Ezeiza”.

Familias enteras se agolpan frente a las vallas sobre la avenida Rivadavia. Gente de a pie desencantada con la política tradicional. Esperanzados con un ajuste que, dicen, no los va a ajustar. No hay plata.

(Foto: Archivo La Nación)

6.

De liberal clásico a anarcocapitalista y minarquista. De Adam Smith a Murray Rothbard y a la filósofa Ayn Rand. De la derecha a la alt right. En 2014, el economista se zambulló de cabeza en los principios de la Escuela Austríaca. En paralelo, comenzó una meteórica carrera mediática: columnista, panelista y hasta actor. Virgen en el barro de la política, Milei dio sus primeros pasos en el fango allá por 2019, con su ingreso al Partido Libertario. Durante la miserable pandemia, apoyó las marchas contra el tibio gobierno del tibio Alberto Fernández. En las elecciones de medio término de 2021, alcanzó una banca en la Cámara Baja por la Ciudad de Buenos Aires con la alianza La Libertad Avanza. ¿Sus propuestas? Liberalismo a ultranza, motosierra al Estado, privatización de la salud y la educación públicas, oposición a la legalización del aborto, reparos a la educación sexual integral, libre portación de armas de fuego, impugnación del calentamiento global, “memoria completa” sobre la última dictadura.

En el balotaje contra Sergio Massa, con una manito del expresidente Mauricio Macri, el León dio un zarpazo y arañó el 56% de los votos. Voto bronca, inflación, pobreza, hartazgo, irónico, suicida, incomprendido, esperanzado con sueños que nos da pánico soñar. Elección histórica para los outsiders insurgentes. “¡La casta tiene miedo! ¡Viva la libertad, carajo!”, el trueno sin relámpago de las voces mileístas llenaba el cielo de la noche sin estrellas del anteúltimo domingo de noviembre. Bajo las luces artificiales, los libertarios reptaban con sus banderitas amarillentas de la cascabel de Gadsden por el frígido centro porteño. Cuántas veces, dijo Spinoza, hombres y mujeres luchan por su esclavitud como si se tratara de su libertad.

(Foto: Archivo La Nación)

7.                

Milei sermonea de cara al pueblo, de espaldas al opositor Congreso. Quiere que la Argentina vuelva al siglo XIX. Decimonónico, el mandatario. Para eso, promete doctrina del shock: los libertarios festejan cada recorte de la motosierra y entonan su grito de guerra, su palabra fetiche, su mantra eleuteromaníaco: “¡Libertad, libertad, libertad!”. Luego se encaminan por la Avenida de Mayo hasta la Casa Rosada. Al llegar al centro del poder, las columnas se derriten en Plaza de Mayo. Unos pocos, meten las patas en las fuentes.

El grand finale del festín desnudo de los anarcocapitalistas es a toda orquesta. Milei saluda desde la Rosada y canta a capella “Panic Show” de La Renga. El León hace su gracia y los grupies deliran. Cierra el circo. Es hora de gobernar.