Este ha sido un año particularmente extraño para los osos en el cine. Primero tuvimos a la esperpéntica Winnie Pooh: Sangre y miel y ahora llega a las salas su primo drogadicto.
Los amantes del cine de Ed Wood, William Castle y de los “clásicos” del horror naturalista como Grizzly, El ataque de las sanguijuelas gigantes, Alligator, La larga noche de la furia, Enjambre, Ranas, Ovejas asesinas, Criaturas rastreras y Serpientes a bordo deben estar de plácemes, ya que Elizabeth Banks, la actriz y directora de cintas como Pitch Perfect 2 y la última versión de Los Ángeles de Charlie (que no es tan mala como nos quieren hacer creer), nos presenta una película que no oculta para nada su intención de ser “basura disfrutable”.
Primero que todo, hay que decir que Oso intoxicado está basada en un caso real, por increíble que parezca. El 11 de septiembre de 1985, Andrew C. Thorton II, un ex oficial de narcóticos convertido en narcotraficante, dejó caer cuarenta bolsas de cocaína de un avión y murió cuando su paracaídas no llegó a abrirse. Un oso negro, conocido luego como “Pablo Escobear”, fue encontrado muerto por sobredosis. El Dr. Kenneth Alonso, médico forense del Laboratorio Criminalístico de Georgia, declaró oficialmente que el estómago del pobre osos estaba lleno de cocaína (el animal se encuentra disecado en el Kentucky Fun Mall de Lexington, luego de haber sido comprado por el fallecido cantante de Country Waylon Jennings).
Esta historia resulta ser mucho más fascinante e interesante que la “basura disfrutable” de Banks, la cual añade toda una sobredosis de elementos producto de la ficción, para convertir a Oso intoxicado en todo un slasherstick (mezcla entre comedia anárquica y terror hiperviolento).
En esta cinta ambientada en los años ochenta, vamos a ver a un par de niños llamados Dee Dee y Henry (Brooklynn Prince y Christian Convery), encontrando algunos de los paquetes de cocaína arrojados por Thorton (Mathew Rhys) y consumiendo un poco de la sustancia de una manera equivocada. Como se puede predecir, los niños van a ser perseguidos por el oso cocainómano (quien aquí es una osa), y la madre de Dee Dee (Keri Russell) va a acudir al rescate.
Mientras tanto, el narcotraficante Syd White (Ray Liotta en su último papel), envía a su esbirro Daveed (O’Shea Jackson Jr.) y a su hijo Eddie (Alden Caleb Ehrenreich) a recuperar las bolsas de cocaína. Asimismo, la guardabosques Liz (Margo Martindale de Bojack Horseman, ni más ni menos) y el detective Bob Springs (Isiah Whitlock Jr., el político corrupto de The Wire), van a toparse con la feroz osa sobreestimulada que, por cierto, está realizada con un pésimo trabajo digital que le añade ese aire de “mala película” a la cinta de Banks.
Es una lástima que Oso intoxicado no termine siendo una de esas malas películas que termina siendo genial (esta es una mala película y punto). Pero su autoconsciencia y su espíritu anárquico y desquiciado, logran salvarla por una nariz (ja, ja, ja), y la convierten en un producto infinitamente superior al de ese desaprovechado Winnie Pooh satánico.