Noelia Custodio quiere conquistar el mundo con su humor absurdo, escatológico y terrorífico

Provocadora e incorrecta, la comediante y youtuber no para, entre shows, videos, giras y radio

Por  AYELÉN CISNEROS

julio 6, 2022

FOTO: GENTILEZA NIKINOTO

A Noelia Custodio se le murió su gato. Es lo primero que cuenta al comenzar esta entrevista un viernes al mediodía en un bar en Villa Crespo. “Estoy muy dark”, dice como si fuera un gag, pero de tristeza. Explica que la terapia la está ayudando a superar esta muerte y que todo fue muy trágico. “Lo demás, joya: me voy a mudar, tengo cosas para hacer, viajes, pero tengo todo excepto a ti”, dice parafraseando a Luis Miguel y se ríe cortito.

Su presente es ajetreado: hace radio en el programa Crossover junto a Julio Leiva todas las mañanas en Vorterix; y los martes en Qué olor con Charo López, en El Destape Radio. Mientras, sobre todo los fines de semana, intercala shows en todo el país y también en el exterior. Además, está por estrenar “El brillo”, un especial de comedia por streaming a través de Passline.

Su exposición, que ya venía creciendo gracias a su paso por Futurock, aumentó con YouTube, cuando abrió su canal en marzo de 2020, un poco antes de que estalle la pandemia. Y ahora, este presente pospandémico la perturba: “Está todo muy hostil, por lo menos acá en la ciudad. Están todos muy enojados. Yo estoy un poco asustada, te digo la verdad, pero también vivo con naturalidad el apocalipsis. No sabía que iba a ser tan lento”.

Noelia, de 32 años, es ante todo una persona graciosa. Vio mucha tele de chiquita, mucha comedia: Los Simpson, luego South Park, Cha cha cha. El secreto de su éxito es un cóctel que incluye lo absurdo, lo escatológico y lo terrorífico. “Veía a Capusotto, escuchaba la Negra Vernaci, a Tortonese, Cucuruchos en la frente con [Diego] Ripoll y [Fernando] Peña’”, explica. Sus remates logran tocar esa fibra que genera la risa, en base a ironía y una forma detallista de hablar de las miserias humanas.

En su primer video de YouTube (650.000 reproducciones, el más visto de su canal) cuenta un recuerdo de su infancia: a los seis años, en el medio de una excursión a una granja, se caga encima. Ese primer video funciona como la apertura de un portal: si logró contar un momento que para cualquiera sería de lo más humillante y que debería ocultarse para siempre, todo es posible en su humor.

Sin terminar el colegio secundario, se anotó en locución porque “una amiga se metió en la carrera, era corto y parecía fácil. Se supone que uno tiene que estudiar una carrera. Y después me fui [se ríe]”. Estuvo un año y medio cursando. A los 22, 23 años ingresó en el mundo del stand up, empezó a moverse en el circuito y luego llegó a la radio. Había tenido un paso por la producción en un programa en Radio Splendid, pero el movimiento grande se produjo cuando fue convocada por Julia Mengolini para participar de Segurola y Habana, uno de los programas insignia de Futurock. Allí desplegó su humor y también su perspectiva feminista durante casi cinco años. En ese programa vivió la efervescencia de la lucha por el aborto legal en 2018 y el “No nos callamos más”.

¿Qué te quedó de la época de los escraches?

Un juicio ganado me quedó [se ríe]. Un comediante nos hizo un juicio a mí y a Vicu Villanueva. A ella por escracharlo [NdR: por abuso] y a mí por compartirlo. Ganamos hace poco. Apeló como tres veces y perdió todas. Está bueno aclarar también que el juicio no fue sobre si él era inocente, el juicio fue sobre si nosotras le generamos una pérdida económica, y eso es importante también porque él pensaba que con el papel, si salía bien, iba a decir que era inocente.

Claro, se escrachaba y la persona escrachada te hacía un juicio por daños y perjuicios.

Se salió de control, se empezó a pensar como una herramienta, “con esto se soluciona”, y nunca se discutió el post, que veces son juicios, gente que fue violentada dos veces. No hubo una contención importante para la persona que escracha. Me parece que los escraches pararon mucho y ahora están volviendo un poco y por cosas mucho más leves, que yo digo que acá es donde quedamos. En un momento me acuerdo de que se escrachaban violines y después un poco se empezó a escrachar gente por otros motivos. Me decían: “Noe, ¿podés escrachar a mi transa que me cagó flores?”. Y, no… La gente le empezó a agarrar el gustito. Pensás que estás haciendo algo bien y que estás con la justicia de tu lado, entonces, como lo que planteás es moralmente justo y filosóficamente justo, sí, bueno… Pero la justicia es otra cosa, no dice lo mismo, me parece que hay que ser inteligentes.

De última, para esos casos como el del transa están las herramientas de toda la vida.

Y además es mucho poder. En Rosario escracharon a un chico, Dios Punk, empezaron a decir que tenía burundanga, se comió mucha condena social y se suicidó. El chabón no había sido. La chica se desmayó al lado de él y flasheó. Entiendo que hay mucha paranoia alrededor, que la camioneta blanca, que la trata de personas, y yo no digo que no pase, pero también hay algo de asustar al otro. Y de descartar la autodefensa porque “no corresponde que nosotras nos defendamos”. Obviamente, pienso que es injusto tener que hacerlo, pero inculcar la defensa personal no me parece mal, por una cuestión práctica. Como con la reducción de daños, dicen que “no tiene que haber autodefensa porque estamos habilitando a que esto…”, pero ¡si ya pasa! Se está muy en lo teórico, siempre son cuatro discutiendo lo mismo. Me aburrí, eso pasó.

¿Te aburriste?

No me siento parte. Y voy a hablar de mi país: al feminismo se lo quedaron las peores.

¿No te dan ganas de irte del feminismo? Como esa frase de Carolina Aguirre..

No, ella es un poco las peores. ATAV, una serie absolutamente abolicionista [NdR: la serie que escribió Carolina Aguirre]. El feminismo se lo quedó la gente de discurso puritano. El “no es por ahí, Abuelas” es lo que está pasando ahora. La concha de tu madre. Quién sos, lora. Despeinada. Andá a lavar las sábanas.

¿Y cómo te parás frente a eso?

Me cago de la risa, y hago un chiste, mi solución a todo. Para afuera, no sé cuál es la solución. La veo muy dark en el futuro. Hay que adecuarse, ir viendo [hace una voz ridícula] “este apocalipsis agonizante con líderes raros”. Me gustaría dejar un mensaje de amor y esperanza, pero no estoy en esa [se ríe].

Noelia Custodio se presentará pasado mañana en Santa Rosa, el 14 en Posadas, el 15 en Resistencia, el 16 en Corrientes, el 22 en Lanús, y el 23 y 30 en el Teatro Picadilly, en CABA.