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Nodal: Amor, tatuajes y dos corazones rotos

“Es muy bello tomar riesgos, que no son riesgos al final, el que ama lo que hace, nunca pierde”, asegura la joven estrella de la música regional mexicana

Fotografía por: Julian Burgueño; Set: Julián Ruiz; Pulsera de mano: Sebastián Jaramillo; Botas: Prada

junio 26, 2022

Cae la noche en Los Ángeles a mediados de mayo. El sonido de las botas texanas de Christian Nodal lo precede. Ahora luce un nuevo tatuaje en su rostro donde colecciona una serie de historias de amor, dolor y familia. El norteño ha estado trabajando por varios meses entre el sur de California  y Sonora, en la finalización de su próximo álbum. Camina pensativo, eventualmente mira su teléfono como si estuviera esperando alguna respuesta. “Somos todo lo que queremos ser”, afirma con serenidad luego de cantar sobre el coro de ‘Contenta’, de Ed Maverick. Camina sin prisa. La tranquilidad con la que habla refleja un momento de su carrera; con tan solo 23 años, ya es una de las voces latinas más escuchadas en todo el mundo.

La noche anterior escribió, en tiempo récord, una declaración de principios artísticos en su canción ‘Girasol’, y aunque con esta generó bastante polémica y confrontación pública, parece que nada logra robarle su tranquilidad. La canción de seis minutos es un rap contencioso escrito directamente para J Balvin. Líneas pendencieras inspiradas en el sonido de los noventa, y la confrontación entre raperos puertorriqueños, riman a la perfección y logran su cometido. “Eso se llama ser artista, perro”, exclama en un territorio que no es el suyo; sin embargo, brilla y entrega un mensaje claro a su contendor: “¡Aguanta, bato, no todos quieren ser tú!”. 

Nodal nació en Caborca, una pequeña ciudad al norte de México, en una familia de músicos que le ayudaron a crecer en un ambiente cargado de melodías norteñas y el sonido de muchos instrumentos. Luego de cumplir 10 años ya había escrito varias canciones sin mayores pretensiones. Sin embargo, aunque creció en un ambiente fraterno, desde muy joven vivió situaciones complejas y difíciles de afrontar. Su madre sufrió por muchos años de epilepsia, y su padre llevaba a cuestas la responsabilidad de toda su familia. “No había papá, no había mamá. Mis padres eran mis abuelos. Una vez quise tirarme desde un segundo piso, creyendo que me haría daño, pero mi abuela me salvó: ‘¡Christian! ¡Chamaco pendejo!’”.

Fotografía por: Julian Burgueño; Camisa: Atelier Crump

Luego, entrada su adolescencia se mudó a los Estados Unidos con sus padres y sus abuelos. “Fue muy duro, llegar de la escuela y esperar que no estuviera mi mamá convulsionando”. Desde muy joven asumió la música como un refugio de su propia realidad; pasaba los días en el regazo de su abuela, y fue precisamente ella la que lo llevó a una iglesia mormona donde se enamoró de la trompeta. “Yo la pasaba muy bien ahí porque veía a la gente sanar, yo sentí por primera vez a Dios en la música”. Al crecer en una zona bastante peligrosa, Nodal decidió inventar su propio mundo creativo desde muy niño, y esa decisión, sin saber, lo mantuvo a salvo en un entorno hostil y salvaje.

La música siempre fue el núcleo de su familia, un lugar donde siempre pudieron compartir. Casi toda su familia se dedicaba a la banda y a tocar instrumentos en vivo. Su tío era maestro en la sinfónica en la universidad de Caborca, Sonora. Y su madre, aunque también cantaba los ritmos norteños, siempre se inclinó por la música clásica. Ella y sus hermanos daban clases de canto y de solfeo. Nodal pasaba el tiempo entre ellos, aprendiendo de música, sobre la importancia de las melodías y sobre varios instrumentos. “Crecí pensando que todo el mundo vivía eso en su casa, ¿sabes? Pensé que todos debían cantar también, que todos hacían música. De niño tenía esa inocencia, y conforme fui creciendo, pues me di cuenta de que era un don muy bonito, y que era un regalo de Dios”.

Luego de una serie de demos y canciones sin mayor fortuna, su canción ‘Adiós, amor’, se convirtió, precipitadamente, en un himno entre los más jóvenes, llegando a ser la canción más escuchada en todo México, y desde ese momento su carrera explotó con una serie de éxitos que solo compiten entre sí. Sin querer, queriendo, Nodal representa una nueva generación de artistas que no permitieron la caída de un género que ha representado la cultura mexicana y latinoamericana por más de 60 años. Recibió, y ahora representa, el legado de los más grandes de la música mariachi y norteña.

Nodal, luego de haber conquistado el mercado del regional mexicano, está en una nueva fase de exploración. Se ha trazado un nuevo objetivo convencido en poder visibilizar la música en español en todo el mundo. “[Que] nosotros como latinos nos sintamos orgullosos de nuestros sonidos y de lo amplia que es nuestra cultura”, dice refiriéndose a una serie de ritmos que incluirá en su próximo álbum, como la cumbia, la bachata, la salsa y, por supuesto, los tumbaos. Para alcanzar este objetivo ha contratado productores de diferentes partes con quienes grabará las canciones haciendo un recorrido por los diferentes epicentros latinoamericanos. “Vamos a jugar un poco con la computadora y con sonidos reales”, añade.

“Es más importante la letra, el sentimiento, que la técnica y la voz educada, ¿me entiendes?”, dice Nodal sobre el estilo de sus canciones, pero también habla reiteradamente, y con convicción, de una genuina conexión con sus sentimientos y cómo estos se materializan en su música y en sus letras. En un punto de suma sinceridad y sin presiones, afirma: “El éxito es muy relativo. Lo importante para mí es dar un mensaje con la canción. Conectar. Sanar”.

Mientras sigue en ascenso, su música empieza a traspasar todas las fronteras y en vez de llenarse de artilugios y parafernalia artística, prefirió el camino de la sobriedad, la coherencia y la claridad en sus palabras.

¿Qué tan claro era tu deseo de hacer música regional mexicana cuando empezaste a cantar?

Hermanito, nunca fue algo premeditado, porque cuando vives en el desierto de Sonora, es la música con la que creces. Son nuestras raíces. Entonces, creo que nunca fue como, “Te tienes que dedicar a esto”, ni mucho menos, fue algo natural. A los 17 años, cuando grabé con un mariachi, ahí fue cuando realmente importó eso, el mezclar mis raíces. Las trompetas son más de una banda y el acordeón es norteñita muy elegante, muy sentimental, muy emocional. Son cosas que representan a Christian Nodal. ¿Me entiendes? Sin ellos, yo no sueno a mí. Entonces ahí fue donde realmente sí importaron mis raíces y de dónde venía, cuando intencionalmente mezclé las culturas mexicanas.

Fotografía por: Julian Burgueño; Camisa: Balnearios

¿Cómo describirías el entorno en el que creciste?

Crecí entre la música y Dios, eso me ayudó muchísimo. De niño siempre fui como muy ingenioso. No tuve celular como hasta los 16 años, no tenía videojuegos, ni nada de eso, esas cosas eran de los primos ricos. Entonces en mi casa se jugaba a las escondidas, a los quemones, a los trompos, a hacer casitas en el árbol, ¿me entiendes? Todo muy inocente. Aprendí a usar mi imaginación.

¿Qué objetivos te trazaste desde el momento en que dijiste, “Yo quiero ir hacia allá”, cuando tomaste la decisión de ser artista?

No tenía objetivos, quería ser grande como músico, como artista, pero el sueño lo ves como fanático. Todos esos artistas que llenaban los conciertos, que ganaban premios, todo eso se veía divertido. Pero obviamente la música no es como las matemáticas. Aquí no divides, aquí no restas, como dice Alejandro Sanz: “La música no se toca, la música se siente”. Estamos hablando de energías. Es muy difícil estar vibrando alto todo el tiempo, porque hay energías que te jalan o te chupan la energía. Es bonito que cada día, si no manejas alguna expectativa, la vida te sorprende. A mí la vida me sorprendió mucho porque nunca, como te digo, nunca tuve la expectativa. Y cuando llegué a tener expectativas ya las tenía como métodos claros.

Ahorita, en este punto de mi vida, quiero dar mensajes de amor, quiero que mi música sea para sanar, para las demás personas. Y ahora que estoy en los shows y veo los gestos de las personas cuando estoy cantando, asimilando las letras de lo que he escrito, es como que llevan un mensaje muy fuerte. ¡Qué increíble! Nunca me di cuenta por estar pensando en llegar a la meta de lograr mis sueños. Ahorita lo estoy disfrutando, estoy disfrutando a mi público, estoy disfrutando el viajar, lo estoy disfrutando todo, literalmente todo.

¿Con qué tipo de referencias e influencias empezaste a hacer música?

A mí no me gustaba la música regional mexicana que hacían grupos como Los Tigres del Norte.  Por ahí no iba mi pasión. Yo creo que Ariel Camacho fue un antes y un después para mí. Él fue el que me inspiró con todo lo que hacía; la manera de interpretar era muy diferente, rompiendo las normas, ¿me entiendes? Cuando él cantaba en vivo le vibraba el pecho de lo fuerte que cantaba. Ya después, con el tiempo me conecté con Vicente, le puse el ojo y me fui enamorando de toda esta música, de todo lo que hizo Juan Gabriel, de lo que hizo Marco Antonio Solís, José Alfredo Jiménez, Jorge Negrete, Pedro Infante.

¿Estás de acuerdo en que artistas como tú están volviendo a poner de moda el género, a refrescarlo? Las nuevas generaciones y los chamacos de 20 años, o menos, se han vuelto a conectar con este estilo de música…

Es mágico, la música es mágica. Y si te das cuenta, todo es un ciclo. La música siempre es un ciclo porque de pronto vuelve el regional, de pronto vuelve el pop, el reggaetón es un claro ejemplo de lo que pasa, ¿no? Y sí, yo creo que es muy bonito mantener las culturas, mantener siempre nuestra esencia, nuestra raíz. El regional es un tema, es un género muy bello que tiene letras increíbles, melodías.

La gente probablemente no se da cuenta, pero tú sabes que cuando graban una canción en un disco, todas las cosas que graban en ese disco son instrumentos reales, se han preparado toda su vida para ese momento. Y eso implica mucho respeto, ya sea que lo sepan por la calle, o porque son estudiados y han dedicado mucho tiempo de su vida para tener ese don. Y esas son las cosas que se deben de valorar muchísimo, lo que es genuinamente natural; yo también respeto todos los géneros, pero a veces sí sé que hasta para cantar pendejadas y decir estupideces hay que tener talento. A mí no se me habría ocurrido jamás escribir algo como, “Si tu novio no te mama el culo, pa’ eso que no mame”, pero hay que tener talento para hacerlo.

Yo puedo cantar mis canciones en una velada, en una noche bohemia, y me siento orgulloso de mis letras, me siento orgulloso de mis melodías. Yo no me sentiría orgulloso cantando otras cosas, y por esto esta cultura tiene que seguir, porque es lo bello de la vida. Claro, las marcas, cantar de drogas, cantar de ropa, está bien, pero de eso no se trata la vida. No todo el tiempo se puede vivir de fiesta. A mí me gusta mucho el mensaje que da mi género, está muy apegado a la realidad. Es un género muy bondadoso.

¿Qué tienen los artistas mexicanos -norteños específicamente- que tiene como tanto soul? Y cuando digo “soul” no me refiero al género musical, sino tanta alma, tanta carga. Se me vienen a la cabeza artistas como Ed Maverick, como Kevin Kaarl, y se me ocurre también que puede tener que ver con la conexión con el sur de los Estados Unidos y con más de 60 años de historia, el rock ‘n’ roll sureño es muy importante. A veces uno escucha eso en ustedes, pero pasa específicamente con los norteños, ¿no?

Hay géneros donde sí aplica y hay géneros donde no. Aunque las mejores bandas son de Sinaloa. Te entiendo, pero mira, yo creo que no puedo hablar por los antepasados. Solo te hablo por mí y por la generación que sí sé. Yo creo que somos una generación que escucha demasiada música, somos fanáticos de la música. Que te pongo a escuchar reggaetón, pop, rock, salsa, bachata, cumbia. Podemos escuchar de todo, ¿me entiendes? Porque nosotros no crecimos con los estereotipos con los que mucha gente creció, porque antes era, “Escuchas rock, eres rockero; escuchas salsa, eres salsero; escuchas cumbia, eres cumbiero”, no. Nosotros somos quienes decidimos ser y no nos importa que nos cataloguen en un solo lugar. Creo que eso hace mucho la diferencia, sí de parte de la historia, sí de parte de la cultura, pero, por ejemplo, yo retomo mucho la esencia del regional de antes y lo aplico con un poco de letras modernas, de frescura.

Tomo las cosas que me parecen cool que hicieron antes, de los artistas de años, de décadas atrás, lo retomo; digo, “Ah, me gustó esta esencia. La voy a transformar de una manera que la juventud entienda”. Probablemente no tan poético, que sea más digerible de entender y que se escuche más bonito, más cool. Y así es como la juventud creo que lo está aplicando. Está retomando las cosas que nos gustan de cualquier género. También la manera de interpretar… ahí sí tiene que ver mucho la cultura, ¿no?


El mundo ha cambiado, pero tenemos que respetar a las personas que ya han caminado por él. Tengo claro mi rumbo y me causa mucho orgullo, porque amo mi trabajo, amo el arte que se ha creado…


Hay algo muy importante en tu música, y creo que es gran parte materia prima de lo que tú estás haciendo, y es el amor y el desamor; ¿cómo asumes esos dos conceptos para hacer canciones?

Hay tantas historias, hay tantas maneras de que te fallen, hay tantas maneras de fallar, hay tantas maneras de amar, hay tantas maneras de querer, que se pueden escribir millones y millones de canciones románticas y de desamor. Nunca muere, por más que sea de lo mismo. El amor y el desamor son parte de nuestras vidas, día a día. Si te das cuenta, es nuestro motor. ¿Por qué te levantas tú todos los días? ¿Cuál es tu motor? Claro, el amor a la familia, el amor a ti mismo, el amor al quererte ver bien, el amor a crecer, el amor a aspirar cosas más grandes. ¿Entiendes? Es el amor lo que nos mueve. Entonces yo trato de seguir viendo la vida desde ese punto. Que me siga moviendo el amor. No necesariamente necesito tener una pareja, el amor está en historias de amistades, puede estar en una historia de una película. Puede estar en algo que veas en la calle, una imagen, el amor está ahí.

Yo soy de esos que quiere que nunca se muera el romanticismo, porque yo amo el romanticismo. De hecho, fíjate que algo nuevo en mí es que me está gustando pensar más como mujer que como hombre. No sé si decirlo de esa manera, pero me gusta pensar más a profundidad las cosas. Porque creo que estamos donde nos catalogamos en cómo tiene que ser un hombre o cómo tiene que ser una mujer. Creo que a todos nosotros nos falta ser más sensibles, ser más humanos. Tener empatía hacia el mundo. Porque queremos que siempre nos entiendan, pero ¿cuándo te paras tú a entender la situación de otra persona?

¿Estás teniendo el éxito que pensabas tener cuando empezaste a ser artista?

La verdad, con el tiempo me di cuenta de que el éxito de muchos artistas que yo pensaba exitosos era vacío, porque no tenían a nadie real a su alrededor, tenían estos números, tenían esa cuenta de banco con muchos ceros, pero no tenían ni amor, ni tenían a Diosito en sus vidas. Uno se enferma con el trabajo y se olvida de vivir la vida, estudiar, las cosas humanas. Entonces hace poco tiempo que estoy hablando con todo el mundo, y me doy cuenta de que cada quien es muy sabio a su manera y tiene mucho de qué hablar, compartir. Todos tienen sus problemas. Es increíble, si te pones a pensar en la gente que está en la calle, ¿cómo será su historia? ¿Cómo terminaron ahí? Nos falta ser más humanos. Conectar, conectar con la gente.

Ponernos en el lugar del otro también, ¿no?

Claro, claro, y conocer personas y darnos cuenta de que el éxito no es como nos enseñaron. No es que todo el mundo te aplauda, es levantarte y estar orgulloso contigo mismo de tus acciones, es ese amor. Amor propio, amar a la familia, a los amigos, a una relación, el amar… estoy en ese punto y me está gustando profundizar más, ¿me entiendes? Me está gustando ver la vida así porque como la ves tan simple, la vida pierde esa belleza. Pero si te detienes un momento a respirar el aire, a ver los paisajes bellos que tenemos, te das cuenta de que siempre estamos buscando la felicidad, pero es que la felicidad no se busca. La felicidad es el momento, porque siempre se puede estar peor, y también siempre se puede estar mejor. Pero lo único real que tenemos es este momento, el presente, y a mí me ha servido mucho pensar así, y me ha servido mucho para componer porque estoy enamorado de la vida. Estoy enamorado de las acciones bonitas de las personas, y estoy dolido por las acciones feas también que existen, que han hecho o yo he hecho, lo que sea. Pero ahí está la inspiración para mí, y eso nunca se va a acabar. El amor es parte de nosotros, y aunque de pronto se nos olvida, ahí va a estar siempre.

Fotografía por: Julian Burgueño; Camisa: Julián Ruiz; Chaleco: @amiri

Hay un dato interesante, que obviamente es muy cambiante, y es que históricamente eres el artista más escuchado en todo México, incluso más que Luis Miguel, ¿qué te generan esas cifras a ti personalmente?

Hay influencers que sacaron música que tienen millones de views, pero no se les reconoce por su música, ni por sus números. Se les reconoce porque son influencers, ¿me entiendes? El hecho de que yo sea más escuchado que Luis Miguel o que muchos artistas no significa que mi arte sea más bueno, significa que las plataformas existen de unos años para acá. Y todas esas personas no necesitan números, ya tienen el respeto y el cariño y el amor de todos. Entonces, para mí los números dejaron de importar desde hace mucho. Soy consciente y me gusta recordarle mis cifras a la gente cuando quiere hundirme. No vengas a decirme que mi trabajo es nada porque muchas personas lo están sintiendo, lo están compartiendo. Es un buen referente, para eso sirve el número, pero no me hace bien para el ego.

Es un orgullo para mí que estoy charteando dentro de los 400 artistas más escuchados del mundo. Es un orgullo llevarme mi bandera, mi música. Sin embargo, esos números no quieren decir que yo sea más grande que Luis Miguel, simplemente es lo que está en las plataformas. El mundo ha cambiado, pero tenemos que respetar a las personas que ya han caminado por él. Tengo claro mi rumbo y me causa mucho orgullo, porque amo mi trabajo, amo el arte que se ha creado y amo a todo mi equipo de trabajo, que me ha ayudado a llegar al punto donde yo quería llegar, que mi música se expandiera por el mundo, y eso es lo bonito. Para eso me sirven los números a mí.

¿Qué tan importante son para ti los Premios Grammy y el reconocimiento de la industria?

El arte y la música son una cosa, y la industria es otra. Siempre pensé que esos premios eran solo sobre la industria, pero después entendí que no. Son premios que uno tiene que tomar con mucho amor y respeto. Es un reconocimiento al músico, al artista, al ingeniero, a la producción, a todo. Le dan honor a todo. Además, de unos meses para acá, fue muy bonito ver cómo los fans valoran mucho eso, porque, claro, es un logro también para ellos. Ahí está reflejado el apoyo que le dan al artista. Es un reconocimiento que hay que aceptar con mucho cariño porque para eso se trabaja, pero también para conectar con la gente, y es un premio que te están dando por algo. Porque hay calidad. ¿Por qué? Porque en el trasfondo de esa música hay arte, hay pasión, hay dedicación, hay tiempo invertido.

Aunque no necesariamente siempre se premia al mejor, o al más talentoso…

Sí hay gente que es talentosa, que se prepara toda la vida haciendo música de calidad, haciendo música de corazón, y como que la industria los golpea. Como que no quieren que esa gente sobresalga. Prefieren a algunos “productores” que en realidad son chamaquitos trabajando para ellos, para que ellos puedan quedarse con todos los créditos. Entonces, también, “Que se chingue la industria”, pero no, ¿sabes? No es eso, no es eso. Al contrario. Toma más valor para mí el hecho de que le den a los músicos ese reconocimiento y, conforme pasa el tiempo, me da gusto que se lo den solo a cierto tipo de artistas.

La música ahorita mismo es comida rápida. La manera de consumir es de locos. Un hit mundial no dura lo que duraba antes. Podemos hablar de varios temas de canciones que han sido gigantes y te apuesto, hermano, que ya ni te acuerdas de la letra. O sea, eso pasó hace dos años. Es increíble cómo nos estamos acostumbrando a consumir mucho más rápido y digerir la música como si fuera comida rápida. Y no, las cosas no van así. Al arte hay que tomarle aprecio, al arte hay que valorarlo, al arte hay que tomarlo con mucho amor, con mucho respeto.

Fotografía por: Julian Burgueño; Camisa: Saint Laurent; Jeans: Levi’s.

Claro, pero igual continúa mucha gente invisible…

Claro, por eso mismo creé mi disquera, para desarrollar y mostrar a otros artistas y productores. Los voy a llevar a la cima porque son gente talentosa y les voy a mostrar cómo trabajar y cómo hacer las cosas bien. Ahí está mi granito de arena, donde le estoy devolviendo al mundo las cosas buenas que me da. Yo estoy bien metido en todo lo mío, en videos, en música, composiciones, en el repertorio de gira, todo lo que me involucra, yo estoy metido; cuando me golpea la industria, no golpea solo al cantante, sino al director creativo Christian Nodal, el de la marca Christian Nodal. Entonces, aprendí muchísimo de la crítica y de la industria. Aprendí muchísimo, y de eso se trata la vida, no se trata de quedarte tirado y vivir con el resentimiento.

El siguiente año me voy a llevar a los premios a todo mi equipo, a mis productores, a mis compositores, a mis artistas. Todos vamos a caminar por la alfombra porque la industria solo está acostumbrada a mostrar la cara del que canta, no más. Pero no es eso, hay un mundo detrás, gente muy talentosa que está dedicándole tiempo y pasión a esto. Todo el mundo dice, “La música no es para competir, es para compartir”, pero lo dicen de dientes para afuera.

¿Y qué opinas de ese tipo de canciones en donde se ven 15 compositores? A veces es difícil de digerir, ¿no?

Lo que dijo René en la tiradera para Balvin, yo creo que René no se fue encima de Balvin, se fue encima de otros referentes y de lo que es la industria. Artistas así representan cómo ya todo es tan plástico. Es un hot dog, ¿me entiendes?

No es que uno quiera que le vaya mal a esa gente, es simplemente generar conciencia, porque para hablar claro, hay música para todo. Y hay momentos para todo, pero es generar conciencia de la música real. Gente que se prepara, gente que estudió, gente que está con instrumentos reales y como te digo, hasta para hacer música y letras de raye, pues hay que tener talento. Pero mi problema va porque se valora mucho más eso que no tiene contenido, que no tiene un mensaje positivo en tu vida. Y tienen los reflectores, los focos y la atención que debería tener gente que sí compone, que sí canta, que sí ha dedicado tiempo.


La música ahorita mismo es comida rápida. La manera de consumir es de locos. Un hit mundial no dura lo que duraba antes


¿Cuál crees tú que es el legado de la música mexicana para el mundo?

El legado de la música mexicana para el mundo creo que va a ser esa manera de expresarse tan franca, tan poética, tan pura, tan romántica y tan verdadera. Eso es lo que creo que le va a aportar al mundo por los siglos de los siglos, porque las letras son bellísimas, las melodías son preciosas. Creo que somos ese género al que sí le pones un poquito de atención y quieres escuchar, no a todos los artistas, sino a artistas que han marcado un antes y un después: Joan Sebastian, José Alfredo Jiménez, Marco Antonio Solís, Juan Gabriel…. Las letras, las melodías.

Pero, la música regional dejó de ser solo para los mexicanos, es un fenómeno en los Estados Unidos, ¿qué opinas de eso?

Sí, hermanito, sí. Aunque también yo estoy haciendo dos álbumes. El de Forajido, que es de mariachi y Forajidos, que es un disco conceptual. ¿Por qué? Pues también me gustan otras cosas, tengo 23 años, me gusta el arte, y también estoy enfocado en sonidos latinos, con letras preciosas, melodías cabronas, creatividad. Por eso ese disco está enfocado en eso, y es como que quiero dar el mensaje. Es refrescarme para mí, y quiero que los fans me escuchen de otra manera. No es nada pretencioso, solo quiero hacerlo y volver a lo mío. Pero quiero enseñarles que también se puede hacer música urbana, por llamarlo así, con mucho arte, como lo hace Rosalía, como lo hace Tangana, como lo hacen varios exponentes.

Además, le inyecta algo de riesgo también al proceso, ¿no? Porque está bien cuando solo se busca hacer éxitos de pop que hacen sonar la registradora, pero qué bueno meterle algo de riesgo y de arte, porque ahí te desarrollas además en otros ámbitos.

Sí, es que hace mucha falta mostrarle eso al mundo, falta mucho arte por mostrarle al mundo. Yo me he dado cuenta de eso, a uno le hace falta valorar mucho más el arte. ¿Y de qué manera lo podemos hacer? Es como yo con la música regional, yo sé que inspiro a muchos artistas, sé que yo no sigo la ola, yo soy la ola del regional de esta generación. Entonces, cuando hago esto y, ¡bum! Los artistas no dicen nada, “Ah, mira, Christian lo hizo por aquí, vamos a buscarles…”; siguen la ola, una ola productiva buena. Y lo mismo quiero hacer en este disco conceptual, meterme en algo que no tiene que ver con la música regional. Mezclar el arte con letras preciosas, con letras cool, con melodías chingonas, con instrumentos latinos.

Fotografía por: Julian Burgueño; Camisa: Atelier Crump

Tienes un espíritu urbano y alternativo muy evidente…

Somos todo lo que queremos ser. Somos todo, somos humanos, somos el instrumento más bello que hizo Dios. ¿Entiendes? Somos una canción increíble, somos lo que queramos ser. Nosotros no tenemos por qué cumplir las normas de lo que alguien nos diga que somos, no. Si no ofendes a nadie, tienes el derecho de ser libre y exponer quién eres tú. Entonces, yo hago esta música regional, que es una cultura increíble y todo, pero también tengo 23 años, me gustan otras cosas, como la moda, el hip hop, el rock.

Las cosas que los antepasados de la música regional tenían, como sus trajes de charro y todas esas cosas, también me gustan, pero a mí me mandan más otras cosas, y se van metiendo, porque soy las dos cosas. Porque soy regional y también soy Christian Jesús González Nodal, el morro al que le gusta toda la música en general. Entonces, de eso se trata, de no quedarte estancado por el qué dirán, y yo creo que la gente por eso tiene esa conexión conmigo. A muchas personas les molesta mi estética, pero al mismo tiempo ven que está haciendo lo que le hace feliz, o sea, él es él. Al final del día yo quiero que no tengan miedo a ser ellos mismos, porque es muy bello ser tú mismo, es muy bello amarte a ti, es muy bello tomar riesgos, que no son riesgos al final, el que ama lo que hace, nunca pierde.         


FOTOGRAFÍA POR: JULIAN BURGUEÑO; PRODUCCION EJECUTIVA: ALEJANDRO ORTIZ; FASHION DIRECTOR: ANGÉLICA DIAZGRANADOS; GROOMING: PALOMA ALCANTAR; CAMISA: SAINT LAURENT; JEANS: LEVI’S. Producción de proyecto: John Ortiz Bonilla.

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