«No hago nada en público sin que tenga un artificio»: Matty Healy

Es sábado en la mañana. Matty Healy me recibe en su cuarto de hotel y me invita a sentarme en un sillón mientras él sale al balcón a fumar un cigarro y revisar su teléfono.

Escucho que se despide de alguien que va de salida y le preguntan “¿Qué vas a hacer durante tu estancia en la Ciudad de México?”, sin pensarlo mucho, responde “No lo sé, tal vez vea a Phoebe”. Ese domingo se presenta en uno de los festivales más grandes del país. En el cartel también se encuentran Arctic Monkeys, My Chemical Romance, Phoebe Bridgers, entre muchos otros.

Healy lanzó con The 1975 este año Being Funny in a Foreign Language, que forma parte de nuestro listado de los discos más importantes en inglés para el año que termina. Healy también ha sido constantemente el foco de atención en redes sociales gracias a sus acrobacias en el escenario, como besar a sus fans en la boca o comer un pedazo de carne cruda enfrente del público.

Patricio Arechavaleta

Cuando apaga su cigarro, me ofrece una botella de agua, se sirve un café y se sienta a platicar sobre su nuevo álbum, de cómo se siente actualmente como frontman y como escritor, del humor en su música, de estar en control medio del caos, de cómo su persona pública se ha convertido en un performance, y claro, del significado que tiene comer carne cruda en el escenario.

Felicidades por Being Funny in a Foreign Language. Ahora que han tenido algo de tiempo para reflexionar sobre estas canciones y tocarlas en vivo, ¿cómo se sienten sobre ellas?

Pues tocamos prácticamente todo el álbum y la gente no se va ni pide su dinero de vuelta [Risa]. Creo que nuestros conciertos siempre están llenos de verdaderos fans, así que siempre tenemos el beneficio de la duda. Además, este disco es el primero de The 1975 que puedes escuchar en prácticamente 40 minutos; y cuando lo terminas, tienes ganas de empezarlo de nuevo. Queríamos que el álbum tuviera esa misma experiencia en vivo. La gente ha respondido muy bien, y lo mejor es que… aunque yo no me fijo en las estadísticas y esas cosas, me han dicho que lo que más escucha la gente es nuestra nueva música; y eso es bueno, porque eso los redirige a tu marca o al resto de tu material.

Has dicho que el álbum es sobre amor y pérdida en la era del internet. ¿Puedes hablarme un poco de ello?

Sí, lo dije, pero creo que también eran sobre eso A Brief Inquiry Into Online Relationships y Notes On A Conditional Love. Creo que mi escritura y mi manera de ver el mundo siempre tendrán este lente enfocado en la manera en la que nos comunicamos estos días, y con eso vienen la tecnología y las redes sociales. Entonces ese tema siempre está detrás de mis analogías o de mi entendimiento del mundo. Pero creo que sí era consciente de las cosas de las que ya había hablado; no solo porque no quería repetirme, sino porque The 1975 es prácticamente mi diario. La razón por la que llego a decir cosas tan personales es porque intento entenderme a mí mismo.

También es un tipo de terapia.

Justo eso, sí.

Patricio Arechavaleta

¿Qué cantidad de tus letras dejas a la interpretación? ¿Prefieres escribir algo que tenga un mensaje más claro?

No fue a propósito, pero creo que en este álbum no dejo mucho a la interpretación, creo que todo es muy obvio. Lo que sí ha sido muy interesante es que la gente parece realmente entender lo que digo; no es como que yo lo escribí porque me parecía interesante y a la gente le da igual.

Te sientes comprendido.

Sí.

Antes del lanzamiento del disco, dijiste que todavía no sabías lo que era. ¿Tienes ahora una visión más clara?

Es nuestro álbum más conciso. Algo bueno que tiene es que fue la primera vez que tuvimos reglas al hacerlo. Esa decisión nos llevó a un lugar muy diferente de cualquier cosa que hubiéramos hecho antes, pero fue bueno descubrir que podemos empezar el proceso con un resultado final en mente y controlado sin perder el espíritu de The 1975.

Porque este es un álbum tan de la banda como cualquier otro: es muy diferente al anterior, pero creo que eso es lo que caracteriza los discos de la banda. Es lo que había querido hacer desde antes; siento que actualmente soy bueno en lo que hago y me siento en control, lo cual es interesante, porque el concierto es sobre el control que no tengo. Y hay toda esta plática en línea, sobre todo con los más jóvenes en internet, porque les encanta el drama, el chisme. Se preguntan “¿Habrá vuelto a tomar drogas?”, pero para este punto, todo lo que hace The 1975 es un performance.

Tengo una vida muy controlada; no hago nada en público sin que tenga un artificio. Excepto las entrevistas. Cuando hago esto, no estoy pretendiendo nada; me volvería loco si lo hiciera. Tendrías que estar siempre al tanto de quién eres como persona, y no quiero hacer eso; pero no me molesta construir una imagen de quién soy como artista. Sé lo que estoy haciendo.

Patricio Arechavaleta

¿Qué querían hacer sónicamente con el disco?

Nos tomó mucho tiempo averiguarlo, aunque en retrospectiva parece algo obvio. La idea de hacer un disco de diez canciones sobre nuestra historia nos parecía incluso cursi. Pero tuvimos esta conversación: “Si estás en un festival y The 1975 entra en tu campo de visión, ¿qué información registras? Las canciones; ¿qué son las canciones? Son melodías con letra. Es blanco y negro, o rosa. Y eso es todo”. Si somos muy reduccionistas, el mundo de The 1975 es solo eso. Entonces tomamos el sonido de The 1975 en su estado más puro. 

Nos interesa el arte. No nos importa qué piensa la gente de nosotros, pero sí lo que nosotros pensamos de nosotros mismos y cómo va a salir el álbum; tenemos estándares muy altos. Entonces siempre tenemos conversaciones sobre… No sobre qué es cool, sino sobre qué es transgresivo. ¿Qué es lo que está pasando ahorita, que nos hizo querer empezar una banda? Y llegamos a decir: “¿Sabes qué es radical hoy en día? Estar en una banda por 20 años. Nadie más lo está haciendo”. Y ser radical es hacer cosas que nadie más hace y nadie más puede hacer.

Hace diez años escuchabas una canción y si te decían que la había hecho un chico de 16 en su computadora, no lo creías; pero te lo dicen ahora y te resulta muy lógico. Billie Eilish ha llevado esa escena musical lo más lejos que se puede. Entonces nosotros nos preguntamos qué podemos hacer nosotros que nadie más pueda; así que nos encerramos en un cuarto, escribimos canciones grandiosas y las tocamos, y como hay un historial de no hacer eso, también es radical. Después de eso, podemos hacer lo que queramos.

Entonces, tras esa conversación, simplemente dijimos “Bueno, pues hagamos un disco grandioso”. Ustedes en Rolling Stone saben que nos gusta la cultura, obviamente no vamos a hacer algo que no sea fresco, y como somos productores, sabemos qué lo es. Después hablamos con Jack Antonoff, coproductor del disc, y todo tuvo sentido.

¿Qué tanto crees que ha evolucionado tu proceso de escritura a lo largo de los álbumes de The 1975?

Realmente no tengo mucho control sobre eso, a diferencia de los otros aspectos de la banda. Si se trata de producción, de música o de un video musical, hay un camino muy marcado que puedo seguir para lograr lo que quiero. La composición, sin embargo, me sigue pareciendo difícil.

¿En serio? ¿Batallas con el tema de la inspiración? 

No es que sea incómodo, solo no sé cómo encontrar las respuestas. Es decir, si busco inspiración para cualquier cosa que no sea una canción, sé dónde buscarla. Con las canciones no es así, pero me parece hermoso y que ahí está la magia de la vida; lo que menos me gustaría sería simplemente concentrarme y escribir una canción. De esta manera, cada que escribo una canción para el álbum, pienso “Es la mejor canción que he escrito en mi vida”, y sigo pensándolo hasta que escribo la siguiente.

Si pudiera cristalizar el momento en el que sé que la canción que estoy escribiendo va a ser la correcta… Para eso vivo. No podría decirte cómo lo hago.

Y ahí está la magia.

Claro. Y la verdad es que tengo mucha suerte, ahora que estoy con Dirty Hit y tenemos a tantos artistas con los que puedo colaborar. Hay chicos que me mandan música o me mandan ideas, y a veces las uso; tengo una biblioteca de la cual tomar inspiración. Pero simplemente pasa.

¿Qué tan importante es el humor para ti?, ¿cómo lo incorporas?

¿Qué tan importante crees tú que lo es para mí?

Mucho.

Mucho. Es porque es el camino más corto para llegar a la empatía. Lo que pasa es que le tengo mucho respeto a la comedia. Pienso que escribir canciones es como escribir un show de stand-up, porque lo que hace el stand-up es tomar las ideas más grandes y transmitirlas en cinco palabras, o eso hacen los mejores. Y es casi lo mismo con las canciones: tienes que transmitir ideas gigantescas en pocas palabras. Con el humor es un poco más fácil. Porque si digo algo chistoso y te ríes, no controlas esa risa, es tu cuerpo quien está de acuerdo con lo que estoy diciendo. Y después de la risa viene la reflexión; no puedes reflexionar hasta después. Pero si algo te parece gracioso, es gracioso.

Eso me gusta y es muy importante para mí. Lo que no quiero hacer es humor de pastelazo o llegar a un punto en el que los chistes son tan bobos o graciosos que te distraen de la canción. No quiero hacer eso. Quiero ser gracioso en el sentido en el que lo son los escritores; quiero humor inteligente, no chistes simplones.

Y la gente dice que es pretencioso, y yo estoy de acuerdo. Pero si estoy contigo en persona, no voy a tener ese tipo de humor, seguramente haría chistes sobre penes o algo así. Claro que me parece gracioso, pero no puedo hacer eso en una canción.

¿Cómo te sientes actualmente como frontman?

Me siento bastante libre. No es que esté haciendo algo muy loco, pero si lo comparamos con lo que sucede en los conciertos pop, me estoy saliendo con la mía. Si nos vas a ver, no en un festival, sino en nuestros conciertos… Hablé con muchos adultos sobre lo que pasaría en los conciertos, y todos decían “Sí, está bien, come un bistec crudo, y mastúrbate, y…”

Lo mejor de todo es que supongo que los chicos de la banda creen en mí. O quizá están tan hartos que solo piensan “Viejo, tú hazte cargo”. [Risa] Pero ellos igual lo hacen muy bien; la interpretación de Ross en este show es increíble. Creo que es divertido, pero prefiero siempre hacer algo diferente para mí.

Y es que los shows tradicionales de rock me parecen bastante aburridos. Porque puedes hacer un gran show de rock con un buen setlist de tus hits y ya. Lo que no me gusta es que la gente intente hacer lo mismo que en los festivales. Porque los festivales no son para eso, los festivales son una fiesta. Entonces nosotros lo dividimos: en los festivales tocamos nuestros hits, y en nuestros conciertos somos mucho más introspectivos y tenemos un concepto muy desarrollado.

¿De qué va lo de la carne cruda?

¿Qué quise decir con eso?

¿Sabes?

Sí, supongo que sé. Escuchando el álbum, especialmente con canciones como ‘Looking for Somebody (to Love)’, se vuelve algo obvio que el show es sobre esta crisis de masculinidad. Por ejemplo, abro el concierto con esa canción, y luego mato a Ross con mi guitarra. Y quizá sea demasiado obvio viéndolo así, pero… Creo que la letra de esa canción explica lo de la carne: “I wanna show him he’s a bitch / I wanna fuck him up good / I wanna smash the competition, go and kill it like a man should / ‘You gotta show me how to push / If you don’t want a shove’” [“Quiero demostrarle que es una perra / Quiero terminar con él / Quiero aplastar a la competencia, y matarla como un hombre debe hacerlo / ‘Tienes que enseñarme a empujar, si no quieres ser empujado’”].

El único vocabulario que le enseñamos a los niños para que se hagan valer tiene que ver con derrotar a otras personas o con ser competitivos. Es un lenguaje de violencia y de destrucción. Una masculinidad tóxica, especialmente en zonas sin recursos de Estados Unidos, es prácticamente inevitable.

Entonces, de lo que hablo en el show es que es muy fácil demonizar a un chico de 18 años que se disfraza del guasón y hace un tiroteo en el cine, pero hay una razón por la que pasó, y tiene que ver con una negligencia. Creo que hay una gran crisis de la masculinidad. Y hay un vacío en la izquierda por no saber reclutar a hombres jóvenes; pero la derecha claro que sabe cómo apelar a este tipo de masculinidad. Ya sabes, sacan sus 12 reglas, o se dejan crecer la barba y sacan un podcast.

De eso es de lo que hablo en los conciertos; a eso me refiero cuando estoy sentado masturbándome o cuando me pongo a hacer lagartijas o a comer carne cruda.

Le dijiste a NME que aún pueden ser la banda más importante de esta década, y predices que lo serán. ¿Qué tiene que pasar para que lo logren?

No sé. La verdad es que no pienso mucho en mis declaraciones. No hago muchas entrevistas, pero cuando las hago, suelen ser con periodistas que conozco o con medios reconocidos, entonces no tengo problema. Puedo decir algo muy casualmente en una conversación, pero el momento en el que lo ponen en un titular, suena a que me puse de pie en un bar y lo grité.

Pero no voy por ahí diciendo eso; sí lo creo, a menos que el concepto de las bandas regrese mágicamente y a todos les vuelvan a encantar las bandas. Y puede que pase, es solo que no ha pasado en una década; pero igual sería genial. Y en ese caso quizá no… seguramente no, no seríamos la banda más importante. Puede que llegue una banda de veinteañeros y describa al mundo en diez canciones, como lo hizo Nirvana. Y me parecería genial. Si pasa algo como Nirvana, claro, serían ellos.