Mujeres en la industria cannábica: los desafíos y prejuicios a los que se tienen que enfrentar

Tres casos exitosos en un universo de oportunidades bastante nuevo, pero en el que las mujeres se enfrentan a los mismos problemas de siempre

Por  AYELÉN CISNEROS

abril 20, 2022

Mujeres en la industria del cannabis
Vicky TreeMix dejó una carrera en Hotelería para dedicarse de lleno a la industria cannábica: ahora dirige una marca de productos para cultivo y una distribuidora para viveros y growshops

Gentileza Milton Caminada

La industria relacionada al cannabis en Argentina se encuentra en claro crecimiento. Una de las señales, por ejemplo, es la multiplicación de los growshops en las ciudades. La pandemia potenció el cultivo hogareño además del gran impulso que se produjo con la legislación del cannabis medicinal y cada vez hay mayor cantidad de personas involucradas en el negocio. Pero detrás de ese halo de novedad, lamentablemente se replican algunas formas de otros universos, como la poca representación que tienen las mujeres y lo que deben luchas para poder hacerse un lugar, un nombre.

Vicky Tree Mix es comunicadora, se encuentra a cargo de Tree Mix Biotecnología, una marca de productos para cultivo, y dirige Districanna, una distribuidora de viveros y growshops. Llegó al rubro cannábico luego de pasar por uno bastante diferente: “Había decidido hacer un cambio en mi vida de no volver a trabajar de lo que antes había trabajado, que eran inversiones en hotelería. En esa búsqueda, conocí a un biotecnólogo que me dio un producto que no existía en el mercado en ese momento. Empecé solo ofreciendo ese producto y hoy la línea esta compuesta por 11 y además comercializamos macetas y accesorios”. Su marca ofrece diversos productos para las plantas de cannabis: bioestimulantes, boosters de floración, croopers y biopesticidas.

Ella ve a la industria en expansión, pero tiene sus reparos. “Hay que tener en claro que al ser un rubro nuevo, hay muchos actores que se tiran a la pileta sin estar con garantías de que lo que vayan a hacer pueda prosperar. Es así como hubo un boom de growshops que se empezaron a abrir masivamente hace un año pero muy pocos han prosperado”, asegura. Y agrega sobre el boom: “Al momento de lanzar un proyecto es muy importante tener un análisis fino del mercado ya que si bien, actualmente la palabra ‘cannabis’ es sinónimo de dinero, no siempre hay éxito garantizado”. Además, asegura que la paciencia es fundamental para que el negocio funcione. “La clave para prosperar es ser un fumón responsable”, dice.

Denise Yacar, o también conocida por su pseudónimo en Instagram, Gnomaweed, selecciona fenotipos en el banco de semillas Mamuaseeds y forma parte de I Amsterdam Growshop. El cannabis estuvo en su vida en diferentes aspectos: “Desde que soy chica fumo, cultivo y siempre soñé vivir de esto. En 2016 estaba cursando la carrera de Derecho en la UBA, donde ni se debatía la ley que Argentina estaba aprobando. Uruguay ya tenía unos años de regulación, entonces decidí abandonar la carrera con la ilusión de estudiar en primera persona la experiencia vecina”.

Gnomaweed trabajando en su cultivo indoor. Foto: gentileza Gnemaweed

Finalmente, pudo dedicarse de lleno al cannabis y no solo como empleada: “Luego de dos años de trabajar para terceros en distintos sectores de la industria, Julio, cofounder de mamuaseeds sede Pamplona, España, me propone que encaremos un proyecto de mejoramiento genético en conjunto, a lo cual accedo pero con la condición de conseguir certificar el proceso. Me apasionaba la idea de mejorar variedades y crear nuevas, pero necesitaba lograr un mecanismo legal para poder comercializarlas sin el riesgo penal. Empeñada en lograr un negocio legal, volví a Argentina a iniciar el proceso”.

Su visión sobre el cannabis en Argentina es positiva: “Tenemos un mercado real y en crecimiento. Si bien todavía faltan mecanismos reales de acceso, tanto a las semillas como a la medicina, el futuro es prometedor por cómo se está desarrollando la ley. Creo que se están dando pasos firmes y en buena dirección”. Y agrega: “No sé qué nos traerá el futuro pero creo que hoy Argentina tiene una gran oportunidad y mi deseo es que no cometamos los mismos errores en materia de legislación que ya cometieron otros países que regularon. Para las semillas todavía no hay mecanismo de comercialización y hoy todo aquel que está registrado en Reprocann recurre al mercado negro para abastecerse, o sea, tienen autorización para cultivar ¿pero la semilla? Pasar de la ilegalidad a un desarollo industrial es una transición que en si no es sencilla, por eso debemos ser diligentes para que finalmente la industria como así la llamamos pueda prosperar”.

Silvana tiene local especializado para cultivadores junto a sus hijas, Reina Motta, en donde se venden toda clase de productos orgánicos y minerales para el cultivo de cannabis y además da asesoramiento para el cultivo. Su historia también incluye un cambio de rumbo como el de Vicky: “Luego de haberme divorciado del padre de mis hijas, habiendo sido dueños de dos grandes empresas textiles, costó volver a empezar, apostamos al rubro grower cannábico porque en mi familia ya habia locales de este tipo, y en su momento cuando inauguramos fue algo novedoso. Era como entrar a una juguetería para fumones. Hoy en día contamos con dos sucursales, una en Ramos Mejía y otra en Ituzaingó”.

Esta emprendedora ve grandes avances sobre el cannabis medicinal y es optimista en relación al futuro del rubro: “Espero que siga avanzando toda esta industria de la mejor manera posible, para que cada uno pueda cultivar sus propias plantas, y asi dejar de favorecer el narcotráfico. Así que con ansias esperamos la pronta legalización”.

En una industria que sigue encontrándose en un gran porcentaje en la ilegalidad, ya que solo está regulado el cannabis medicinal, no existen números que puedan dar cuenta de la cantidad de feminidades que forman parte. “La mayoría estamos en roles donde no tenemos una relación directa con la planta, es decir, no somos cultivadoras sino que trabajamos en esos las partes de valor agregado de la cadena productiva: laboratorios, biotech, comunicaciones, abogadas, marketing”, explica Virginia Di Paola, Coordinadora de Comunicación Institucional de la Cámara Argentina del Cannabis (ArgenCann). Y da una estimación: “Hay proyecciones de 10.000 puestos de trabajo posibles una vez creado el marco regulatorio necesario, donde el 15 a 20% serían mujeres, sobre todo en actividades de valor agregado”.

Denise habla de cómo vive ser una feminidad en su actividad: “Como en todos los ámbitos ser mujer se complica, en los eventos, en las copas, si miras a tu alrededor siempre somos minoría. Pero yo creo que el CV de cualquier cannabicultor está en la calidad de sus flores. He visto flores de hombres muy prolijas ganando copas y cultivos hechos por mujeres que son excelencia pura que nunca salieron de su círculo íntimo. De hecho ahora estoy armando un team de chicas que admiro como cultivan para que se animen a competir con las variedades de Mamuaseeds y estoy segura de que vamos a estar a la altura de varios podios”.

Silvana en cambio, asegura que las mujeres están en igualdad de condiciones actualmente: “Creo que toda persona que tenga la fuerza y el deseo de sacar adelante un negocio, puede hacer de su negocio un exito, sin importar el sexo”.

Por su parte, Vicky habla de cómo logró ser “respetada”: “Ser mujer lo complica, especialmente en un rubro tan chico donde nos conocemos todos. Me he podido ganar un lugar cuando pasé  de ser una simple emprendedora a una empresaria con personería jurídica, ya que a través de mi trabajo demostré poder estar ‘a la altura’”. Y agrega enfáticamente: “No existe un machismo particular en el cannabis. Simplemente es el mismo con el que convivimos a diario, con la única diferencia que acá el 90% son hombres”.

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