Después del éxito arrollador de su última novela Nuestra parte de noche (Anagrama, 2019), con más de once ediciones en el país y traducida a 23 idiomas, Mariana Enriquez se subirá en pocos días a un escenario como una estrella de rock, pero de la literatura de terror. El show se llama “No traigan flores” y es una performance donde la autora leerá textos propios, algunos inéditos, mientras un artista y un grupo de músicos la acompañan en el Teatro Coliseo. Las entradas para el 16 de marzo se vendieron a medida que la autora publicaba en sus redes sociales y ya están agotadas, sin embargo la producción está evaluando hacer otras funciones en Rosario, Córdoba y La Plata.
El espectáculo será una puesta integral: Enriquez narrará, hablará con el público -sus lectores-, sorteará una buena cantidad de libros firmados (algunas traducciones para coleccionistas), y la acompañarán el artista Alejandro Bustos en visuales con arena, y los músicos Horacio “Mono” Hurtado en contrabajo y Pablo Ledesma en saxo.
“No traigan flores” es un pedido explícito de la autora, y es también una invitación a celebrar un encuentro en esos espacios que más le gustan: los cementerios. Enriquez, que siempre visita el lugar donde descansan los muertos en cada ciudad que visita –y que luego escribe crónicas como las del libro Alguien camina sobre tu tumba. Mis viajes a cementerios (Galerna, 2013; Anagrama España 2022)– esta vez hará su propio ritual, sobre las tablas del Coliseo.
Ya está acostumbrada a cierta especie de performance que, según dice, cada vez el mercado editorial le exige más a los escritores: que puedan dar charlas, que hagan entrevistas en vivo, que lean frente a su público. El cara a cara con los lectores es algo que Enriquez tiene aceitado y esta vez expondrá: mostrará el fun art que le envían, las cosas que sus fans le regalan a partir de sus novelas Nuestra parte de noche y Bajar es lo peor (Galerna 1995) y sus libros de cuentos Las cosas que perdimos en el fuego (Anagrama 2016) y Los peligros de fumar en la cama (Emecé 2009-Anagrama 2017). “Es como una especie de devolución a los lectores”, dijo.
La lectura será de textos propios en su mayoría, algunos perfiles, cuentos de sus distintos libros e inéditos y, sobre todo, dará el contexto de su escritura. También presentará libros que tienen que ver con sus gustos personales, sus referentes, esos que tiene siempre cerca de la mesa de trabajo.
