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Luisa Almaguer no pierde de vista su horizonte

La artista mexicana habla sobre su último disco Weyes, los diferentes proyectos que ha tenido más allá de la música y ser una artista con una visión crítica.

julio 24, 2024

Luisa Almaguer.

Ignacio Ponce

Una de las cosas que hacen que la música sea especial es su capacidad de transportar al oyente a diferentes realidades y permitirle explorar distintos rangos de emociones; las canciones de Luisa Almaguer, con su teatralidad, son un ejemplo de ello. Para su más reciente trabajo discográfico, Weyes, la artista mexicana quiso abordar lo que significan los hombres en su vida pero no desde un punto de vista superficial, sino desde su perspectiva como mujer trans.

En su nuevo disco, Luisa habla sobre cómo puede relacionar a los hombres con el placer, el amor y la ternura, pero a su vez cómo estos pueden implicar peligro, violencia, riesgo y tensión. “Son dos cosas muy contradictorias pero se me hacía que podían ser un concepto de un álbum”, le explica a ROLLING STONE en Español. Inicialmente, el EP iba a llevar el título de “Bueyes”, pues tenía en mente hacer un abordaje “más animal” y no tan citadino, sin embargo, en el camino se dio cuenta de que quería “cerrar de una vez por todas” una inquietud más personal.

Luego de tener las maquetas de las canciones –cuyas letras pueden nacer de su diario, de sus mensajes enviados o de ideas que nacen a la par de la melodía–, Almaguer se alió con Santiago Mijares para que él hiciera de productor en Weyes. El resultado fueron nueve canciones que a nivel sonoro beben del shoegaze, del folk y del grunge, al tiempo que presentan líneas como “Nos dieron ganas de llorar, pero nos interrumpió la tristeza” (‘Un día nos vamos a morir’) o “Que quererme no es de valientes. Si lo sientes, se disfruta y ya está” (‘Wey’).

Para ella, el disco también significó un avance en la evolución de su interpretación vocal, ya que considera que está “cantando mejor que nunca”. En un principio, su voz le conflictuaba porque al mismo tiempo que iniciaba su carrera musical, estaba transicionando, y el hecho de tener una voz grave al cantar acentuaba su disforia. Como consecuencia, intentaba cantar con efectos y de la forma más aguda que pudiera, e incluso llegaba a “esconder la voz” cuando tenía que presentarse en vivo. “Poco a poco me fui liberando y me fui interesando más en explorar esa parte grave de mi voz”, sostiene. “Ahora no la cambiaría para nada, al contrario, es mi fuente de trabajo y de expresión número uno. Me siento mucho más cómoda explorando todo mi registro”.

Además de su voz, la música de Luisa se caracteriza por las diferentes atmósferas que construye para cada canción pues no se siente lo mismo al escuchar, por ejemplo, ‘Adiós a los amigos’ que ‘María’. Su habilidad para crear estos imaginarios –que también plasma en sus videoclips– proviene de su afinidad con el cine, ya que desde chica siempre quiso ser cineasta. Mientras se rodeaba de estudiantes y otras personas del gremio, se desempeñaba en la dirección de arte, vestuario y maquillaje de sus piezas audiovisuales. Paralelamente, comenzó a trabajar en la música e hizo parte de las bandas Lowboy y Acidandali, y en 2016 editó su primer EP como solista, Mijillo.

Ignacio Ponce

“Siempre estuve cercana al cine y lo sigo estando como actriz, y ahora como directora y escritora”, afirma. “Creo que sí será una parte importante de mí. Lo ha sido y lo seguirá siendo, pero también es mucho más difícil en términos económicos y de organización. Es mucho más fácil, en ese sentido, hacer un disco que hacer una película, entonces así se ha ido acomodando la cosa, pero tengo ese pendiente ahí con el cine”.

De todos modos, ha ido encontrando la manera de balancear sus pasiones, pues aparte de su música, ha hecho parte de producciones como La Virgen del Sexo de Asco Media y el podcast original de Spotify La hora trans.  Aunque manejaban tonos distintos dado que uno era más divertido y el otro más serio, ambos productos tenían que ver con las vivencias de personas LGBTIQ+, pero especialmente trans. También, este año fue una de las artistas invitadas por Damon Albarn para la más reciente presentación de Africa Express en México, en donde interpretó ‘On Melancholy Hill’ de Gorillaz junto al músico británico.

Ignacio Ponce

Al hablar sobre los proyectos en los que ha participado, los que vienen y los que aún tiene en mente, Luisa apunta que no le alcanza la vida para materializarlos, pero se muestra optimista y paciente: “Seguramente se irán acomodando y saldrán también las posibilidades de hacerlo en los espacios adecuados. Cada cosa también a su tiempo”.

Uno de sus planes para el futuro es traer de regreso el podcast puesto que era un espacio seguro en donde personas trans relataban sus historias, pero en un plazo más cercano, la artista espera poder terminar su largometraje sobre Belafonte Sensacional que marcará su debut como directora de cine. “Ha sido un proyecto muy difícil de cuatro años”, señala antes de aclarar que el lanzamiento de Weyes también puso el filme en stand-by, más espera que esta tardanza también traiga consigo algo positivo. “Espero que a partir del disco podamos tener otras posibilidades de financiamiento de gente que le interese la película”.

Sea cual sea el proyecto en el que esté trabajando, un pilar inamovible para Luisa siempre será mantener una mirada crítica frente a lo que sucede en el mundo. “Eso es lo que espero poder hacer siempre. Nunca ser una ‘asimilada’ o una persona que no vea sus privilegios”, afirma pues ella misma se considera una mujer privilegiada a comparación de otras personas trans no solo en México, sino en el resto del mundo. Por esto mismo es que espera que su música pueda servir de acompañamiento para quienes la escuchen y se sientan identificades (o no) con sus versos. “Creo que lo que más podría hacer y con lo que más me sentiría agradecida con mi trabajo tiene que ver con acompañar a otras experiencias que les cruce o no lo trans y la diversidad”, subraya.

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