Brooke Smith será siempre conocida por su papel de Catherine Martin, la desafortunada víctima del secuestro de Buffalo Bill, en El silencio de los inocentes. Pero antes de “poner la loción en la canasta”, Smith formó parte de una escena punk hardcore que se congregaba en lúgubres clubes neoyorquinos como CBGB y Great Gildersleeves para asistir a conciertos de Agnostic Front, Cro-Mags, Bad Brains y otros iconos del underground. “Me atraía la rabia en la música y la extrañeza de todo”, dice Smith.
“Reconoces a tu tribu cuando la ves; sentí que aquí era donde debía estar”. Desde el principio, llevó consigo su cámara y capturó fotos íntimas de artistas y fans por igual. Las fotos estuvieron guardadas por décadas hasta que las descubrió en una mudanza, ahora están expuestas en una galería y son la pieza central del libro Sunday Matinee. “Nadie intentaba hacerse rico o famoso en ese entonces”, explica. “Era nuestra escena, nosotros la controlábamos”.