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Lila Downs le rinde homenaje a la vida y a la muerte

La artista mexicana presentó La Sánchez, su más reciente material discográfico, en el Auditorio Nacional.

Por  KARLA LEÓN

noviembre 2, 2023

Cortesía OCESA / Lulú Urdapilleta

Es el primer día de noviembre y en las calles se vive la celebración del Día de Muertos. En el aire se respira el aroma del copal, el incienso y la flor de cempasúchil; a la par, la vista se colma del brillo y los colores de los huipiles, los trajes típicos y los rostros que simulan catrinas. Pronto, la algarabía se concentra en el Auditorio Nacional, pero antes, se detiene alrededor de una ofrenda colectiva que toma forma a partir de los mensajes que el público le dedica a sus difuntos.

No es el único altar. Sobre el escenario se extiende una mesa con una corona de cempasúchil, veladoras y papel picado que revela la silueta de un saxofonista, con la que Lila Downs le rinde homenaje a Paul Cohen, su esposo y director artístico, quien falleció hace casi un año. La noche honra a la muerte, pero también a la vida.

Cortesía OCESA / Lulú Urdapilleta

El escenario comienza a palpitar al ritmo de la llegada de un tren y la artista mexicana, originaria de Tlaxiaco, Oaxaca, aparece ataviada con una capa de palma seca, de la que se desprende ante los acordes de ‘Clandestino’, tema original de Manu Chao, al que acompañó con su guitarra y una banda de viento a sus espaldas.

“Mi México, tierra sagrada de mi corazón. Les agradezco por venir y acompañarme esta noche, al altar que pusimos para mi pareja del alma”, expresó Lila. Luego de su paso por el Vive Latino 2023, y de una extensa gira por Europa y Estados Unidos, la compositora estrenó La Sánchez, un álbum que retrata la independencia de una mujer que ha llegado a una etapa de su vida en la que se siente fuerte, a pesar de las adversidades.

Así, con la nostalgia que desprende este material y el incuestionable poder de su voz, Lila Downs interpretó ‘Conjuro’ y ‘Fuiste Feliz’. “Para mí es un honor estar aquí, ante ustedes, cantándole a nuestros santos difuntos”, recitó, mientras el ballet folklórico Etnodanza se unió a ella en el escenario. Más tarde, interpretó “La Curación” y “Toda la Noche”, cuyos versos dedicó a su familia. El escenario se vistió con faroles de luz y Lila pasó de la añoranza a una fiesta digna del Istmo de Tehuantepec con “Mandimbo”.

Cortesía OCESA / Lulú Urdapilleta

Lila Downs abandonó brevemente el escenario e Isaac Montijo, músico originario del poblado de Los Buayums, en Navojoa, Sonora, y quien busca difundir las tradiciones de la cultura yoreme, exaltó el ambiente del recinto con un par de cumbias, entre ellas ‘Dime Dime’. La también productora volvió a la tarima, esta vez, con un traje blanco y la serenidad de ‘Vas de Salida’, uno de los temas que abraza las sonoridades del norte del país.

Al son de ‘Tortolita’, canto tradicional de Tierra Caliente en Guerrero, Lila remembró a Acapulco. Los asistentes se pusieron de pie y, en los pasillos, las parejas tomaron la oportunidad para mostrar algunos pasos típicos de la danza folclórica mexicana y revolear los pañuelos. Con ‘Ni Maíz’, la cantante, quien ha destacado por sumarse a diversas iniciativas a favor de los migrantes y las comunidades indígenas, lanzó un contundente mensaje en sus visuales: “Sin maíz, no hay país”, una causa por la que ha luchado por más de una década.

Cortesía OCESA / Lulú Urdapilleta

Lila Downs interpretó ‘Solita Solita’ junto a Amandititita. Luego, cerró La Sánchez con ‘Dos Corazones’, canción que le da nombre a esta gira, y con ‘El Último Trago’, tema de José Alfredo Jiménez.

“En estos tiempos, hay que rendir tributo a la raíz indígena, pues la raíz indígena nos regala el cacao para hacer el chocolate, es quien nos regala comer el guajolote criollo, es quien nos da el tributo, la magia y el poder del chile, y por eso dedicamos esta canción a nuestros ancestros de razas originarias”, dijo Lila Downs antes de interpretar ‘Cumbia del Mole’, junto a la cantautora kaqchikel, Sara Curruchich.

El recinto se pintó de colores con ‘Mezcalito’, tema incluido en Pecados y Milagros. Lila Downs revoleó un paliacate y el público se puso de pie. Después, de una mesa adornada con un jorongo tomó una botella de mezcal y recitó: “En nombre de Dios, para los santos difuntos”; vertió un poco del líquido sobre el suelo y bebió. La banda de viento se colocó en el centro del escenario para simular un enfrentamiento entre las regiones del norte y sur del país.

Con un rebozo sobre los hombros, Lila entonó conmovida ‘La Cruz de Olvido’ y ‘Viene la Muerte Echando Rasero’, incluida en Balas y Chocolate. Minutos más tarde, colocó sobre su cabeza un manto blanco y deambuló a lo largo del escenario mientras interpretaba ‘La Llorona’. Al llegar al altar, Downs se hincó junto a él.

La fiesta regresó con ‘Cariñito’. Lila Downs encendió el escenario y, junto a su banda e invitados, hizo bailar al público. Con las emociones a flor de piel, la cantautora nos hizo recordar los claroscuros de la vida y la muerte porque, ante todo, siempre serán una celebración.

Cortesía OCESA / Lulú Urdapilleta

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