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La oscura y retorcida realidad de Kanye

Varios exempleados de Yeezy afirman que el rapero convertido en diseñador utilizaba pornografía, intimidación y “juegos mentales” para controlar a su equipo, y que los directivos de Adidas “apagaron su brújula moral”

KEVORK DJANSEZIAN VIA GETTY IMAGES

febrero 21, 2023

La tensión que llenaba el ‘showroom’ de una fábrica de calzado en Qingyuan, China, se podía cortar con un cuchillo. Kanye West daba vueltas alrededor del último prototipo de las nuevas zapatillas de Yeezy. Los ejecutivos de Adidas y los miembros del equipo esperaban atentamente sus comentarios. Según dos personas que estuvieron en esa reunión, en agosto de 2017, West comenzó a gritar que las Yeezy aún no estaban a la altura de lo que esperaba. Después se acercó a una de las empleadas de alto rango, West la miró de arriba abajo antes de decirle: “Quiero que fabriques una zapatilla que me pueda coger”. Los representantes de Adidas -incluido un vicepresidente de la compañía que estuvo involucrado en la negociación entre el gigante de la indumentaria y la marca de West, por mil millones de dólares- no confrontaron al rapero sobre su presunto comentario. La mujer se tomó una licencia, y después fue transferida a otra área de la empresa. (En un correo electrónico, se negó a hacer comentarios para esta nota). Los exempleados de Yeezy y Adidas señalan el presunto incidente como una de las muchas ocasiones -en el transcurso de una década- en las que West usó tácticas de intimidación provocadoras, de naturaleza sexual, y a menudo dirigidas a las mujeres.

Desde que Adidas rompió lazos con West a finales de octubre pasado, en medio de una lluvia de discursos de odio de parte del rapero, más de 20 exempleados de Yeezy y Adidas le han contadoa Rolling Stone los detalles de una cultura de trabajo violenta, por la que muchos temieron por su salud y bienestar emocional. (Un exempleado afirma que fue despedido por sugerir que pusieran una playlist con música de Drake). Tras bambalinas, este monstruo mediático convertido en CEO fue mucho más allá de los límites del profesionalismo: exempleados y colaboradores de Yeezy y Adidas afirman que West reproducía videos pornográficos en las reuniones, los comentaba en algunas oportunidades, mostraba fotografías íntimas de Kim Kardashian durante las entrevistas de trabajo, y en una ocasión, les mostró un video sexual y fotos íntimas de Kardashian, además de sus propios videos pornográficos.

El 22 de noviembre, varios exempleados de alto rango de Yeezy mandaron una reveladora carta abierta (de la que Rolling Stone obtuvo una copia en exclusiva) dirigida a los miembros de la junta ejecutiva y al nuevo director ejecutivo de Adidas. En la carta insisten en que los líderes de Adidas estaban al tanto del “comportamiento problemático” de West, pero “apagaron su brújula moral”, lo que de alguna manera habilitó la conducta de West.

“Nadie se hizo responsable”, comenta una persona que estuvo en la reunión de Qingyuan. “Hubo momentos espantosos, con ejecutivos presentes (a nivel de vicepresidente o superior) y no se hacía nada”. La carta insta al director ejecutivo y a la junta ejecutiva de Adidas a abordar “el ambiente tóxico y caótico que creó Kanye West” y “su patrón enfermizo de comportamiento depredador hacia las mujeres” que trabajaban con él en el marco de la sociedad Yeezy-Adidas. Como se describe en la carta, “en el pasado explotó con comentarios ofensivos hacia las mujeres, y habitualmente usaba referencias sexualmente perturbadoras cuando hacía comentarios sobre el diseño de un producto”.

Después de que se publicara una primera versión de este artículo en línea, Adidas inició una investigación sobre las acusaciones. “Actualmente no está claro si las acusaciones hechas en la carta anónima son ciertas”, afirmó un representante de la firma. “Sin embargo, las tomamos muy en serio”. West, quien recientemente dejó de trabajar con su publicista, y al que su bufete de abogados también descartó como cliente, no pudo ser contactado a través de mensajes directos ni de intermediarios para darnos su versión de los hechos.

PASARELA YEEZY: West asistió el evento Vogue World durante la Semana de la Moda en Nueva York, en septiembre.
SEAN ZANNI/GETTY IMAGES FOR VOGUE

En público, West se ha referido a su “intensa adicción a la pornografía”, que “destruyó a mi familia” y también al sexo como inspiración para diseñar. En privado, los exempleados de Yeezy y Adidas lamentaron haber aceptado lo que se convertiría en una regla no escrita de la gerencia de Adidas -“Kanye solo es Kanye”- y haber subestimado lo que al principio consideraron comentarios relativamente inofensivos. Pero los autores de la carta acusan a la empresa de no tener “responsabilidad, transparencia, ni brindar protección”, porque “Adidas no protegió a sus empleados durante años de abuso verbal, violencia laboral y ataques de intimidación”.

West pasó su marca de Nike a Adidas a finales de 2013. Unos meses después, invitó a un diseñador en ascenso, a quien solo conocía de una llamada telefónica, a su casa en Hollywood Hills. El diseñador estaba entusiasmado ante la oportunidad de trabajar con West, pero recuerda que, a los pocos minutos de pasar a la sala de estar, West le pidió que mirara su laptop. “Me mostró un video de Francesca Le, una estrella porno, cogiéndose por el culo a otra chica con un consolador con correa”, dice. “Totalmente serio, me preguntó qué me parecía”. Al principio le pareció divertido el asunto, y recuerda que West le agradeció su respuesta de que “las estrellas porno también son artistas”. “En ese momento me pareció extraño, pero nada extraño para un artista sin límites”, dice.

“Ahora, al verlo dentro de un patrón más amplio, siento que son tácticas para romper los límites de una persona y establecer un vínculo de lealtad inquebrantable hacia él. De esa manera logra realmente derrumbar las barreras de las personas”. (En una declaración a Rolling Stone después de la publicación del artículo en internet, Francesca Le afirma que le resulta “extremadamente preocupante, desalentador y decepcionante que alguien use mi trabajo de una manera que pueda ser degradante para otros seres humanos”).

En octubre pasado, en medio del escándalo y tras el fin de la sociedad con Adidas, West lanzó un documental de 30 minutos en YouTube, que incluía una escena de él mismo mostrando un video pornográfico a dos ejecutivos de Adidas en un celular, frente a dos miembros de su círculo íntimo. Un par de segundos después en el documental, West menciona su historial de “chistes” como “mostrarles porno” y “gritar”, como elementos de sus relaciones profesionales en Adidas: “Todos lo hacemos”, afirma. Shervin Pishevar, un inversionista de riesgo que trabajó con West, entonces interviene: “Lo que ustedes sienten en este momento es una incomodidad extrema, y ese es exactamente el punto”.

Ese mismo mes, West se jactó en un podcast de que, durante su primera reunión con los ejecutivos de Adidas, les mostró un video de una estrella porno vestida con un catsuit tomando leche de un cuenco. La carta abierta, cuyo objetivo es hablar en nombre de un colectivo de empleados “que pueden tener miedo de hablar individualmente”, afirma que la escena del documental de YouTube “no es algo nuevo en cuanto a los tipos de intimidación que usaba”, y que “el comportamiento problemático de Kanye comenzó el primer año de su asociación con la marca Adidas”.

Pete Fox, quien se desempeñó como presidente de Yeezy en 2016, recuerda el vínculo de West con los “bohemios” y los “nerds del arte” con los que trabajó en los primeros días de la marca. “Si le caes bien y te quiere en el equipo, es súper simpático y no hay problemas”, explica Fox, y agrega: “Pero, si no le caes bien o si pasa algo, se vuelve loco y se va todo al carajo”. Cuando se le preguntó por las acusaciones de que West le mostraba pornografía al personal de Yeezy, Fox respondió: “Nunca vi pornografía con él ni nada por el estilo, pero sí veíamos cosas juntos que tal vez sorprenderían a la mayoría”. Y continúa: “El mundo de la alta costura está lleno de cosas sexis y controvertidas a las que se puede hacer referencia, a diferencia de una compañía como Adidas, que nunca consideraría siquiera un desnudo”.

Fox es la única persona que accedió a que su nombre se publicara en este artículo. Todos los demás empleados y colaboradores de Yeezy y Adidas, así como los autores de la carta abierta, solicitaron el anonimato para hablar con franqueza, citando políticas de Adidas, y el temor a enfrentar represalias legales (tras firmar acuerdos de confidencialidad) y públicas, por parte de West. Ninguna de las personas entrevistadas para este artículo afirmó haberse quejado formalmente ante la dirección de Adidas por el comportamiento de West. Pero una docena de exempleados de Yeezy y Adidas recuerdan el mismo ambiente laboral: la estrella elogiaba a algunos y menospreciaba públicamente a otros, a los que había apoyado recientemente: “Eran unos juegos mentales enfermos”, asevera un exempleado. Después de un desacuerdo, en una ocasión, West hizo que una joven diseñadora afro se sentara en el piso durante una reunión que duró horas, según un exmiembro del personal que estuvo presente. “No mereces sentarte a la mesa”, recordó que le dijo.

“No era de extrañarse que no quisiera que los directivos de la compañía participaran en las reuniones”, alega la carta abierta. “Quería seguir usando su poder para ultrajarte de forma silenciosa y amenazar tu papel y tu presencia dentro del equipo”. La carta va más allá, alegando que había una atmósfera sexualizada “perturbadora” y que el trato de West hacia las mujeres era indicativo de un patrón en el que “acosa e intimida para conseguir lo que quiere”: “El comportamiento más preocupante que debería haber sido señalado por la dirección de la empresa es su enfoque centrado en la manipulación y el miedo para liderar al personal. West buscaba reafirmar su dominio sobre los empleados de Adidas, maltratándolos en reuniones a puertas cerradas”.

La primera colección de Yeezy salió a la venta en 2015 e incluyó el debut de la zapatilla Yeezy Boost 350. Los tenis se convirtieron rápidamente en un símbolo de estatus a nivel mundial, y Adidas amplió su acuerdo con West en junio de 2016, lo que le permitió manejar una categoría completa de calzado, ropa, accesorios, perfumes e incluso, arquitectura. Las directivas de Adidas en Alemania hablaban del rapero con entusiasmo en público y lo animaban para que sumara personal al equipo.

En las oficinas de Yeezy en Calabasas, California, West solía reunirse con los diseñadores que trabajaban para West Brands y con el equipo de producción que viajaba desde la sede de Adidas Estados Unidos en Portland, Oregón. Dos de sus confidentes más cercanos recuerdan con cariño una cultura de trabajo en la que sentían que “no había mandos intermedios” que se interpusieran en el camino de los diseñadores. Otros tres exempleados de alto rango dicen que West eludía el respaldo operativo y la supervisión de Portland. “Quería el control absoluto”, dice Fox, el expresidente de Yeezy, quien ayudó a negociar la extensión del contrato. “Steve Jobs o Elon Musk eran responsables ante los accionistas; Kanye es dueño del 100 por ciento de sus marcas: puede hacer lo que quiera, y nosotros tenemos que estar allí a sus órdenes cuando lo desee”.

Otro exempleado senior afirma que dos ejecutivos de Adidas le habían advertido sobre las idiosincrasias peculiares de West poco después de unirse a Yeezy. El empleado recuerda que un vicepresidente de Adidas le dijo: “Para que sepas, habrá comentarios sobre pornografía”, y un segundo director le dijo: “Te va a sorprender la primera vez. Eso es lo que quiere, que tengas la guardia abajo”. (El vicepresidente no respondió cuando nos pusimos en contacto para esta nota, y el segundo se negó a comentar). El empleado dice que West, en efecto, toma por sorpresa al personal de Yeezy. “Digamos que están en una reunión y está hablando contigo, de repente abre la computadora y te pone un video porno”, explica. “’Sé que es molesto, pero necesito esto en segundo plano para mantenerme concentrado’, te dice. Y uno tiene que aceptarlo”. Este exempleado afirma haber visto a West mirando o poniendo videos porno de fondo en sus reuniones al menos cinco veces.

West trabajó como director creativo de los PornHub Awards en 2018, donde varias estrellas de las películas para adultos desfilaron con indumentaria Yeezy.
JENNIFER SWANN

En una tarde a principios de 2018, según un empleado de alto rango que estaba presente, West se reunió con una candidata para una entrevista de trabajo. La diseñadora de calzado empezó a mostrarle su trabajo en un portátil, cuando West la interrumpió para darle un consejo similar al que le daba a todo el personal, según testimonios: “Si alguna vez sientes un bloqueo creativo, mira un video de porno, unos diez minutos”. La mujer hizo una pausa, según recuerda el empleado, intentando continuar con su presentación, pero West continuó: “Si vas a ser parte de Yeezy, tienes que saber que acá decimos locuras todo el tiempo. Tienes que seguir el chiste, así seguimos creando”.

A lo largo de toda la entrevista, West “la examinaba para ver si le diría algo al respecto o si podría soportarlo”. Y el empleado recuerda que West seguía insistiendo: “Creamos productos basados en la pasión. Literalmente quiero cogerme a mis zapatillas. Así de buenas son”. La aspirante no obtuvo el cargo, y no confirmó ni desmintió la historia. Pero, el empleado que nos la contó, también recuerda que West hizo comentarios similares a sus colegas, en al menos diez ocasiones, sobre una zapatilla en la que un comprador o él mismo podría eyacular: “No es un juguete sexual, sino algo que te gusta tanto hasta el punto de querer tener una relación íntima”. “Decía que literalmente se quería coger a la zapatilla. Trataba de dejarlo bien claro para que no hubiera duda a qué se refería”.

Pronto corrió el rumor de que West le hizo un comentario similar a una directiva en China, frente a los altos mandos de Adidas. Cinco exmiembros del equipo no recuerdan que se hubiera hecho una investigación o que la compañía hubiera intervenido en el supuesto incidente. “Lo manejaron de una manera muy silenciosa; todos sabíamos lo que pasaba, pero nadie podía discutirlo”, dice uno de los exempleados, sobre la posterior salida de la empleada de Yeezy. “Tuvimos que hacernos los desentendidos”.

La carta abierta afirma que los altos mandos de Adidas “continuaron tolerando su comportamiento difícil” a lo largo de los años. En una declaración a
Rolling Stone, un portavoz de Adidas escribió: “Adidas no tolera discursos de odio ni comportamientos ofensivos y, por lo tanto, ha terminado la asociación Adidas-Yeezy. Hemos estado, y continuamos estando, activamente involucrados con nuestros empleados sobre los eventos que nos llevaron a tomar la decisión de finalizar la sociedad. Tienen todo nuestro apoyo y mientras trabajamos en los detalles de la finalización, hemos dejado claro que queremos mantener el talento y las capacidades de nuestros empleados dentro de la organización”.

Otro exempleado dice que la mujer en la reunión de Qingyuan “tuvo que aguantarse un montón de mierda, y por eso mismo se fue”. Aun así, recuerda que se sorprendió cuando, un año después del supuesto incidente en China, un par de colegas salieron de una reunión con West e inmediatamente le relataron un momento que había sido “putamente incómodo”: “Kanye puso videos de porno amateur con mujeres maduras y decía, ‘¿Si lo sienten? ¿Si sienten esa emoción al ver este video? Es lo que quiero que la gente sienta al calzarse nuestras zapatillas’”.

En 2018, West se reunió en Chicago con un joven diseñador que pensaba que había ido a una entrevista de trabajo. El candidato describió sentirse nervioso cuando, al entrar en la sala, encontró al rapero bailando al ritmo de su propia música a todo volumen. El diseñador recuerda que West finalmente centró su atención en la entrevista y, en un momento, sacó su teléfono con indiferencia. “Mi esposa me acaba de enviar esto”, le dijo. En el teléfono, según el joven, había una foto íntima de Kardashian. Una fuente cercana a esta persona recuerda que le habló de la foto unas horas después de la reunión con West. En ese mismo año, el rapero les mostró un video sexual de Kardashian a algunos miembros del equipo creativo de Yeezy. (Un portavoz de Kardashian no respondió a múltiples solicitudes de nuestra parte).

En septiembre de ese año, West no participó con Yeezy de la Semana de la Moda de Nueva York, pero sí viajó a Las Vegas para trabajar como director creativo de los PornHub Awards. Para la ocasión, presentó la nueva ropa de Yeezy, diseñó una “estatuilla de premiación a la medida, inspirada en el erotismo” y estrenó una nueva canción, ‘I Love It’. Una empleada recuerda que West tocó por primera vez la canción para el equipo Yeezy en la oficina, con el estribillo que dice “eres una puta y me encanta”, mirando a su alrededor en busca de una reacción. “Crecí en esta cultura, por eso no es tan impactante para mí”, comenta sobre las provocaciones de West en el lugar de trabajo. “Pero sé por qué algunas personas se sintieron muy afectadas e incómodas. Y definitivamente ha dicho cosas muy incomodas, tanto a mí, como a otras personas, como en frente de algunos vicepresidentes”.

Según dos exempleados de alto rango, West prohibió que los ejecutivos de Adidas asistieran a las reuniones; y a su vez, dicen los empleados, se esperaba que los gerentes de Yeezy compartieran notas meticulosas de sus interacciones con West con la gerencia de Adidas. Un exmiembro del equipo de Yeezy dice que “trabajar para él era tan parecido a un culto, que intentaban controlar todo lo que hacíamos”.

En 2019, en un momento en el que el equipo de diseño había pospuesto un nuevo modelo de zapatillas, según recuerda otra exempleada, West les mandó un mensaje que decía: “Realmente tenemos que terminar este proyecto, porque lo único en lo que puedo pensar en este momento es en el culo de Kim y en esta zapatilla”. El presunto comentario sexualizado hizo que le dieran la prioridad máxima al modelo. (Dos exempleados, que no estaban en el equipo de diseño en ese momento, recuerdan haber escuchado sobre el supuesto comentario y el cambio de prioridad de un producto).

Sin embargo, la empleada no tiene precisamente un mal recuerdo de la directiva de West. “Esto va a sonar muy mal, pero al comienzo no lo vi tan putamente raro, porque, al final de cuentas, estamos en eso, somos parte de un culto”, explica la exempleada. “Tal vez es porque soy una mujer en una industria dominada por hombres, si tengo que elegir entre que me manden ese mensaje y tener una reunión con él, en la que se pone a mirar porno, definitivamente preferiría recibir el mensaje. Porque cuando estás trabajando y estás muy metida en lo tuyo, lo ves como algo halagador. Al final, lo que quieres es que él apruebe tu trabajo, por eso trabajábamos tanto y nos aguantábamos tanta mierda”. La exempleada dice que, desde que dejó Yeezy, ha intentado la desprogramación de culto con su terapista. El modelo de las zapatillas nunca llegó al mercado.


“Podía estar en una reunión y de repente abrir la computadora” para poner un video porno, según cuenta un exempleado. “Te dice que lo necesitaba para mantenerse concentrado, y uno tiene que aceptarlo”.


Varios exmiembros del equipo de Yeezy sostienen que lo que consideraban tácticas de dominación mental de West no parecían tener un sesgo de género. “Pero sé que muchas mujeres se sintieron intimidadas y acosadas”, dice una exempleada. “Es parecido a un abusador emocional”.

Otro exempleado recuerda estar sentado con una reclutadora de talento de Adidas que apenas podía contener las lágrimas; West le gritaba tan fuerte del otro lado de la línea, que el exempleado podía escucharlo. La reclutadora colgó, según el testigo, pero West volvió a llamarla de inmediato y empezó a gritarle nuevamente. Al parecer su enojo tenía que ver con los diseñadores que West quería tener a su lado, y que no eran los que Adidas estaba contratando. “Básicamente la sacaron del equipo” después de quejarse con Recursos Humanos, cuenta el exempleado presente.

Otros dos altos exejecutivos de Adidas cuentan que sus jefes en Portland les dijeron que tenían un lugar de “aterrizaje” en la nave nodriza para los colegas que le tuvieran miedo a West. “La única forma que se les ocurrió para cuidar a sus empleados era sacarlos del equipo y permitirles irse por la puerta de atrás a algún otro departamento”, dice otro empleado que trabajó con la reclutadora. “Algunas personas lo agradecieron, pero otras piensan que solo estaban evadiendo el problema”.

Según tres exempleados, en más de una ocasión, algunos gerentes de Yeezy les dejaron en claro que, si se sentía incómodos en una reunión, “no tenían que quedarse”. Varios miembros del personal cuentan que les parecía que lo decían por salir del paso. “Imagínate si Kanye está hablando y te levantas y te vas”, comenta uno de ellos. “No es una persona profesional que va a seguir con la reunión, te va a empezar a gritar ahí mismo”.

Uno de los exempleados dice que algunos miembros de la gerencia general “estuvieron ausentes cuando deberían haber estado presentes” y que West “se sintió habilitado a empeorar” su comportamiento provocativo, porque Yeezy estaba en camino de generar ingresos anuales estimados entre 1000 y 2000 millones de dólares. El empleado afirma haber tenido conocimiento de un borrador de propuestas de manejo de crisis, presentado a la junta directiva de Adidas en 2018, que incluía, entre otras posibilidades, el corte inmediato de los lazos con West. “Seguro que había gente a favor de hacerlo, pero la verdad es que a la empresa solo le importaba las ventas”.

Y de repente, así como así, West parecía estar listo para ser salvado de sí mismo. En octubre de 2019, en una entrevista con Zane Lowe de Apple Music, dijo que había estado muy metido en el consumo de pornografía desde la infancia: “Algunas personas se hunden en las drogas y yo me hundo en mi adicción: el sexo”. Pero, en la misma entrevista, también dijo que tenía “que dejar el hábito, que es un hábito que todos aceptamos, como si estuviera bien, pero yo me pongo de pie y digo no, no está bien”.

Aparentemente, las cintas pornográficas y aquello de “me enamoré de una estrella porno” habían quedado en el pasado. Ahora West oficiaba un servicio dominical solo por invitación y cantaba, “Me arrepiento de todo lo que volveré a hacer”. Un organigrama de la jerarquía creativa de Yeezy al que Rolling Stone tuvo acceso -y que, según un exmiembro del personal, fue proporcionado por la gerencia de Recursos Humanos- incluía la siguiente tabla de mando: 1) Dios, 2) Kanye, 3) artista, 4) arquitecto, 5) realizadores. West a menudo aparecía en los ensayos del servicio dominical, según un exmiembro del coro, y se lanzaba a despotricar sobre temas de política racial y, ocasionalmente, sobre cómo supuestamente se había “salvado” de su amor por la pornografía. “Es algo que decía haber superado”, recuerda.

West persuadió a Adidas de mudar una parte importante del showroom que Yeezy tenía en Calabasas a su rancho de 1500 hectáreas en Cody, Wyoming, exigiendo que unos 90 empleados viajaran a diario desde Los Ángeles o Portland, o que se mudaran del todo, si así lo preferían. Durante el día, West recorría las calles en su camioneta Ford Raptor sin que Adidas pudiera vigilarlo. En el rancho, según cinco exempleados, les pedía cosas extraordinarias para las que no estaban calificados. “Bien le podía pedir a un chef que hiciera una canción o a un arquitecto que fuera su asistente personal”, dice un miembro del personal en Cody. “O le pedía a un productor musical que diseñara una escuela, y al día siguiente la escuela debía convertirse en un orfanato, y un par de días después, en un aeropuerto”. A los músicos que iban al rancho a grabar el disco que finalmente sería Donda les prohibió maldecir y usar groserías. Otro exempleado recuerda que, si alguien decía “¡Demonios, sí!”, West se le acercaba y le pedía que repitiera con él: “¡Cielos, sí!”.

ESPERANDO EL SIGUIENTE PASO: West habla sobre su colección en el Fast Company Innovation Festival en 2019. Se ha descrito como adicto al porno, y supuestamente, en una fábrica de China, le dijo a una mujer que los prototipos Yeezy no estaban a la altura, y que debía hacerle “un zapato que me pueda coger”.
BRAD BARKET/GETTY IMAGES.

En 2020, las cosas se pusieron “muy incómodas”, según un exempleado que trabajó para Yeezy en Cody. La persona alega que West gritaba, saltaba sobre una mesa y arrojaba libros de un extremo de la sala al otro. “Temía por mi bienestar”, dice. “¿Y si te tira algo y te golpea?”. Según otro exempleado con conocimiento de la situación, el rapero regañaba con frecuencia a una empleada por su apariencia. “Está obsesionado con el poder, y tiene todo el poder y el dinero para obligarte a cortarte el pelo o a perder peso”, comenta. “Le podía decir ‘gorda prostituta’, y la persona está obligada a quedarse, porque necesita el dinero”. (A través de un intermediario, la mujer en cuestión se negó a hacer comentarios). “Hay muchas formas de abuso”, cuenta el exempleado, “y este es el tipo de abuso que combina varias de ellas”.

Un examigo de West, que trabajó en estrecha colaboración con él en Wyoming, recuerda con cariño “su etapa con Jesús” y el tiempo que pasó trabajando para Yeezy. Pero después de presenciar el comportamiento de West en 2022 desde lejos (las publicaciones de Instagram en mayúsculas criticando a Kardashian, el documental en el que muestra pornografía a los ejecutivos de Adidas, las peroratas antisemitas llenas de odio), nos dice: “A sabiendas, Adidas permitió ese tipo de conducta”. Las ventas no paraban de subir, y el control interno de parte de la compañía parecía resumirse en la política de “no preguntes, no digas”. “Y probablemente era mejor que no supieran todos los detalles de lo que realmente estaba pasando”, dice el antiguo confidente del rapero.

La carta enviada en noviembre lamenta “la acción tardía y el silencio de parte de la dirección de Adidas”, y pide a la mesa directiva de la compañía que revise los contratos con los socios de primer nivel del gigante de la indumentaria, “aplicando reglas firmes para terminar las sociedades, si surge un comportamiento problemático”. También pide que la empresa ofrezca una disculpa pública al equipo de Yeezy por lo que la carta llama “el comportamiento aterrorizador de Kanye”.

“Por más que a todos nos encantaría culpar solo a Kanye”, dice el texto, “la verdad innegable es que los gerentes y las directivas de Adidas le dieron el permiso”. Unas semanas antes de que su carrera comenzara a desmoronarse en octubre, según un exempleado, West reunió a los “bohemios y nerds del arte” que permanecían en el personal de Yeezy para una reunión improvisada en una de sus oficinas temporales en Los Ángeles. El exempleado recuerda al equipo parado en un círculo escuchando a West hablar sobre sus luchas, incluida la pornografía. “El comportamiento sobresexualizado ha sido una constante desde el principio”, afirma otro exempleado. “Y no sé si algo realmente cambió”.

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