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La conspiración satanista neonazi para matar soldados

El juicio de un soldado corrupto expone las profundidades de la ideología homicida de la extrema derecha estadounidense, y de la complicidad del FBI al promover un mensaje de odio

Por  ALI WINSTONALI

junio 29, 2022

ILUSTRACIÓN BASADA EN UNA FOTOGRAFÍA DE LENNART PREISS/GETTY IMAGES

Ethan Phelan Melzer vivía una vida secreta de odio muy intensa. El soldado de 24 años de la 173ª Brigada Aerotransportada parecía ser solo otro joven soldado intentando encontrar su camino en la vida militar en Georgia. Sin embargo, según los fiscales, en su tiempo libre Melzer tenía un lado siniestro: afirmó que le gustaba hacer rituales sangrientos, leer tratados sobre tortura y abuso infantil, coleccionaba iconografía violenta y conocía personas similares por Telegram, una aplicación de mensajería encriptada, favorita de los extremistas que la llaman “Terrorgram”. Su nombre de usuario era Etil Reggad, una especie de bifronte de “Elite Dagger”.

Según su propio testimonio, enlistarse en el ejército solo fue un engaño, escribió por Telegram que únicamente se había unido para adquirir conocimientos sobre armamento y tácticas militares. “Es un entrenamiento increíble”, afirmó y agregó un comentario críptico sobre su base: “Casi todos estos lugares merecen ser quemados”.

Melzer hablaba mal del Ejército y lo describía como un medio para perfeccionar sus habilidades violentas. “No soy patriota”, escribió a otro joven extremista que estaba considerando enlistarse en la Marina. Las conversaciones de Telegram, reveladas por el Gobierno en documentos judiciales, demuestran sus esfuerzos por ocultar sus verdaderas creencias: “Ya paso desapercibido, actúo normal frente a los otros, y no hablo mucho de mi vida personal o de mis creencias con nadie”.

El joven paracaidista dice que cumplía con su “papel de informante” al infiltrarse y trastocar una institución al mismo tiempo, uno de los principios básicos de la Orden de los Nueve Ángulos (O9A), un culto secreto satánico, nazi, nihilista y sediento de sangre, al que Melzer juró lealtad.

Antes limitada al ocultismo más oscuro, la ideología de la O9A se propagó como pólvora por el Internet con el resurgimiento fascista global de la década de 2010. Sus células, conocidas como “nexones”, se cruzaron con la cosmovisión neonazi milenarista popularizada por el imitador de Tim McVeigh de la División Atomwaffen, un grupo de extremistas estadounidenses que perpetró el atentado bomba en Oklahoma en 1995, veneraba terroristas como Anders Breivik y psicópatas como Charles Manson, y ha sido relacionado con cinco asesinatos y numerosos planes de ataques bomba.

La persona que facilitó esta mezcla macabra de cultos apocalípticos es Joshua Caleb Sutter, un exconvicto de 41 años, satanista, autor de manuscritos en defensa del asesinato, la tortura, la violación y el abuso infantil, y es un informante pago del FBI desde 2004. El mensaje de la O9A de Sutter es una mezcla lunática de vampirismo y adoración a la muerte al estilo de Columbine, diseñada específicamente para atraer a otros transgresores perdidos y enojados como Melzer.

Por su parte, el adoctrinamiento de Melzer parecía completo. “El fascismo es más la ley de la naturaleza que cualquier otra cosa; [su] forma de ver las cosas es que al causar caos absoluto, anarquía, como quieras llamarlo, la ley de la naturaleza se hará cargo tarde o temprano”, escribió el joven en un canal de Telegram dedicado al satanismo.

En la segunda mitad de 2020, Melzer se enteró del próximo despliegue de la 173ª Brigada Aerotransportada desde Caserma Ederle en Vicenza, Italia, a una base en Turquía. Los fiscales alegan que el joven entregó detalles altamente clasificados a sus compañeros satanistas y a una persona que él creía era miembro de Al Qaeda. La inteligencia se envió con la intención de que los terroristas emboscaran a la 173ª Brigada y provocaran un “mascal”: término militar para “gran cantidad de heridos”.

En mayo de 2020, según la evidencia, Melzer y sus presuntos cómplices satanistas y de Al Qaeda, discutieron la ubicación exacta de la base, el número de personal que albergaba, y las capacidades de defensa de la unidad. Supuestamente el joven también compartió imágenes satelitales de la base. La carnicería propuesta no molestó en lo absoluto a Melzer, de hecho, se deleitó ante las posibles consecuencias de una masacre de soldados estadounidenses por parte de yihadistas, incluso si eso significaba perder su propia vida. “Otra guerra de 10 años en el Medio Oriente dejaría una huella”, le escribió el joven a otro satanista. “Hubiera muerto con éxito”.

El soldado Melzer fue arrestado por investigadores militares en la base estadounidense en Vicenza el 30 de mayo de 2020, justo antes del despliegue de la Brigada a Turquía. El joven fue calificado como un “enemigo interno” por un fiscal de Nueva York, cuando su acusación se hizo pública el 22 de junio de 2020. Melzer se declaró inocente de toda culpa y espera que su juicio comience el 5 de julio, pero sus abogados rechazaron las peticiones de comentarios.

Esta pieza es el resultado de años de reportajes sobre la extrema derecha y decenas de conversaciones con exagentes secretos, exmilitantes, expertos en extremismo y cientos de páginas de documentos judiciales, así como propaganda neonazi y satanista de casos penales tanto en los Estados Unidos como en Inglaterra. No hay duda de que es una ideología muy peligrosa, La Orden de los Nueve Ángulos ya tiene un gran número de muertos en el extranjero y de condenas por terrorismo involucrando a jóvenes problemáticos e influenciables. Pero los críticos dicen que es una crisis que el FBI ayudó a crear.

DEPARTAMENTO DE JUSTICIA DE LOS ESTADOS UNIDOS.

En el caso del soldado Melzer, el Ejército estadounidense supuestamente estuvo a punto de sufrir un ataque que habría sido el retroceso definitivo de una operación de 18 años de informantes encubiertos. El rol de Joshua Sutter como principal proselitista estadounidense de la ideología satánica de Melzer se complica por el hecho de que Sutter disfrutaba de la vida en la nómina del FBI, mientras publicaba propaganda espeluznante que radicalizaba un movimiento en auge de peligrosos extremistas.

“Si le das 140 mil dólares a un tipo que reclutaste y no te fijas en el material que está publicando, que promueve el asesinato de niños y la pedofilia, no estás haciendo tu puto trabajo”, dice Jake Hanrahan, un periodista inglés y fundador de la firma de medios independiente Popular Front, que ha rastreado la creciente influencia de la Orden de los Nueve Ángulos durante una década. Si las creencias de Melzer son un “cóctel diabólico de ideologías”, como dijo el Departamento de Justicia clasificando sus creencias de “neonazi”, “anarquistas”, “pro yihadista” y de “supremacía blanca”, entonces, ¿no deberían el Gobierno estadounidense y el FBI enfrentar su propia complicidad al permitir que esas creencias insidiosas se agraven y propaguen?

El linaje de odio de Sutter y Melzer está documentado; supuestamente creada por el inglés octogenario David Myatt en los 70, la ideología de la O9A se ha expandido en la era del Internet. Myatt fue una figura fundamental en la extrema derecha inglesa, y estuvo muy involucrado en la organización militante skinhead Combat 18 durante los 80 y 90. A lo largo de los años, sus escritos han sido muy influyentes entre círculos extremistas: el panfleto de Myatt, A Practical Guide to Aryan Revolution, está clasificado como un manual terrorista por el Gobierno británico, y sus escritos se encontraron en posesión de David Copeland, quien detonó una serie de bombas en contra de comunidades afro, surasiáticas y LGBTQ en Londres en 1999, y de la Clandestinidad Nacionalsocialista de Alemania, que asesinó a nueve personas de ascendencia turca, griega y kurda, y a un oficial entre 2000 y 2007.

Los partidarios de la Orden de los Nueve Ángulos luchan por la caída de la sociedad occidental, y para acelerar ese colapso buscan generar caos, muerte y destrucción donde sea posible. Engaños, asesinatos, violencia, abusos sexuales y fraude, todo es aceptable en los textos de la O9A. Si bien es difícil conseguir cifras concretas de discípulos de la O9A, los investigadores del ocultismo estiman que hay aproximadamente 2000 simpatizantes repartidos por todo el mundo, con miembros incondicionales en Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Moldavia, Rusia, Australia y otros países.

“La popularidad de la Orden de los Nueve Ángulos ha explotado a medida que ha sido acogida por estos círculos de extrema derecha atomwaffenescos”, dice Spencer Sunshine, un investigador de la extrema derecha desde hace tiempo y que está actualmente escribiendo un libro sobre James Mason, el autor de Siege, el faro ideológico de Atomwaffen. “Claramente estamos viendo un gran giro hacia el ocultismo, el satanismo. A veces está más presente en la propaganda y el discurso, que en la política racista nacionalista blanca –cualquier cosa para derrocar el sistema–, esa es la razón de todos los asesinos en serie, masacres, etc.”.

El canal de Telegram donde Melzer contactó a otros partidarios de la O9A era uno de los peores de Terrorgram: RapeWaffen, cuyo fundador afirmó –dudosamente– que era un grupo disidente de la Divisón Atomwaffen. El canal promovía el derramamiento de sangre y la necesidad de deshumanizar, compartiendo videos de mujeres siendo agredidas sexualmente, de asesinatos y violencia extrema. El supuesto fundador, alias ‘Sinisterius’, pidió abiertamente un “culling”, la práctica del sacrificio humano y una de las más oscuras que tiene la O9A. A los miembros del canal se les asignó una lista de lectura que incluía Iron Gates, Liber 333 y Bluebird, libros escritos por un “nexón” estadounidense llamado Tempel ov Blood, y distribuidos por Martinet Press, una editorial dirigida por Sutter.

La O9A es flexible en cuanto a sus creencias sobre la muerte, entretejiendo diferentes elementos del fascismo y varias religiones del mundo. “La realidad es que estos ataques y tiroteos masivos no son solo más que Kalki haciendo una limpieza ética y étnica del mundo”, escribió Sinisterius en una publicación de 2019, haciendo referencia a una deidad hindú, frecuentemente citada en la O9A, y alabando ciertos asesinatos masivos por militares de derecha. “Cuando celebramos esos ataques, estamos celebrando la voluntad de Kalki manifestándose en el mundo”. Otra publicación decía: “Las violaciones también sirven como práctica de magick que te hace adquirir un estado de consciencia superior”.

En un primer vistazo, hablar de “culling” y “violaciones heil” podría parecer una postura exagerada y vil; sin embargo, hay ejemplos reales de tales asesinatos cometidos por sus partidarios: En 2020, Guilherme Von Neutegem, un simpatizante canadiense de la O9A, enfrentó cargos por el asesinato de un hombre fuera de una mezquita en Toronto, y en Inglaterra, dos hermanas fueron asesinadas a puñaladas por un joven que, bajo la influencia de un proselitista de Utah, aseguró haber hecho un pacto con un demonio que le exigía derramar sangre. Además, hay una cantidad considerable de procesos y condenas por terrorismo en Inglaterra relacionados a la Orden de los Nueve Ángulos, y el Parlamento ha sido objeto de intensas presiones para prohibir el culto satánico como grupo terrorista local.

El auge de la O9A entre los jóvenes milenials y los extremistas de la gen z se debe a un cambio de paradigma en el universo de la derecha y su extremismo, todo impulsado por el Internet, dicen los expertos. Nick Lowles, el director general de Hope Not Hate y periodista que escribió sobre el ascenso de David Myatt a finales de los 90 para la revista Searchlight, explica por qué la identidad satanista –una vez marginal– alcanzó tal relevancia, que algunos legisladores británicos han intentado prohibir la posesión y distribución total de su propaganda.

“Hace 20 o 30 años, en los EE. UU. y en Inglaterra, para ser un ‘peso pesado’ en la extrema derecha tenías que saber pelear, era una cultura de beber y pelear”, afirma Lowles. “En las nuevas generaciones no hay peleas y muchos ni siquiera dejan su habitación. Para ser alguien conocido en este mundo, tienes que ser extremista en línea”.

Ahí aparece el encanto de la Orden de los Nueve Ángulos, con énfasis en tortura, degradación, rituales de sangre y sacrificio humano. “Publicar el contenido más extremo que puedas encontrar te hace un tipo duro, intimidante, te hace parecer ‘arriesgado’”, dice Lowles. En particular destaca los videos inquietantes, casi indescifrables, con música industrial chirriante y textos impactantes producidos por el nexón estadounidense de Sutter, Tempel ov Blood. Los retorcidos sermones en línea de Sutter personificaban la estética que daría credibilidad a los jóvenes extremistas y peso en los rincones más salvajes de la extrema derecha digital: “Ese es el atractivo de ToB, ir más allá que cualquier otro”.

El soldado Melzer no es el primer estadounidense acusado de tramar crímenes inspirados en el satanismo. En 2019, el especialista Jarret William Smith fue arrestado en la instalación militar Fort Riley en Kansas y acusado de distribuir manuales de explosivos. También discutió planes para matar antifascistas y bombardear un medio de comunicación con un carro bomba “por la gloria de su religión de satanismo anti-kosmik”. En 2019, Smith discutió atacar los cuarteles generales de una cadena de noticias importante con un informante del FBI y un agente infiltrado. Smith se declaró culpable y fue sentenciado a 30 meses de prisión; salió el pasado noviembre con tres años de libertad condicional. Smith no respondió a las peticiones de comentarios.

Lo poco que se conoce del pasado de Melzer da muestras de un hombre atraído por los extremos. En su primera entrevista con la Criminal Investigation Division del Ejército estadounidense y el FBI después del arresto, el joven afirmó haberse juntado con la gente equivocada en el colegio. “Era del tipo de gente que está involucrada en pandillas. Tenía un par de amigos que eran Blood”, dijo con un tono muy diferente con el que hablaba su alias “Etil Reggad” en RapeWaffen, donde afirmó haber cumplido una misión como “mensajero de algunos cazarrecompensas de los Blood”. Melzer también le dijo al administrador de RapeWaffen que había hecho una segunda misión de informante “con los antifa”.

Es imposible comprobar cualquiera de las dos afirmaciones, aunque Melzer encaja perfecto con el perfil de un adolescente jugando en los bordes contraculturales y violentos de la sociedad. Hoy el joven soldado no tiene huella digital, pero lo que se sabe de su pasado también sugiere un hogar inestable: sus padres se separaron cuando era pequeño, y en vez de ir al colegio, se inscribió en el Centro Job Corps del Departamento de Trabajo de Muhlenberg en Kentucky.

Fue en 2018, en este programa y con 20 años, que Melzer comenzó su descenso al satanismo. “En Job Corps gané un pequeño grupo de seguidores y lo usé como alimento, si hablamos de crecimiento real”, escribió Melzer. El Gobierno alega que los celulares del soldado contienen videos y fotos de él cortándose en un ritual y un texto satanista con las páginas manchadas de sangre.

Otros miembros de la O9A son el inglés convicto y neonazi Andrew Dymock, que fue acusado de 15 cargos de terrorismo y crímenes derivados del odio, y Ryan Fleming, otro militante que ha sido condenado dos veces y encarcelado repetidamente por abusar sexualmente y acosar a menores. Según informes de la BBC, Fleming promovió activamente la Orden de los Nueve Ángulos y publicó literatura satánica a través de la célula de Sutter, Tempel ov Blood.

En dos de las entrevistas con investigadores militares y federales después de su arresto en Italia, Melzer reconoció haber descargado y visto los videos satánicos y las películas de propaganda yihadista que estaban en su celular, pero afirmó que sus comentarios sobre la violencia letal eran “sátira o humor negro” destinados a impresionar a los demás miembros del canal de Telegram. Su defensa parece ser “lo hice para reírme”.


“Al usar a Sutter como un informante pago mientras sigue administrando Tempel ov Blood, el FBI ha financiado una de las ideologías más extremas y letales de comienzos del siglo XXI”.


Independientemente del motivo, el nihilismo y la inminente amenaza acechan el corazón de la ideología de la O9A de Melzer. “Lo esencial de pertenecer a la O9A es encarnar el mal”, dice Sunshine, un investigador del extremismo. “En el caso de Melzer, los nazis, todo lo del islamismo, son solo medios para ese fin, y seamos honestos, ¿qué podría ser más malvado que matar a tus propios camaradas?”.

No obstante, el verdadero as bajo la manga en el proceso federal contra Melzer es el agente infiltrado del FBI en la O9A. En las presentaciones del año pasado, los fiscales identificaron al principal “afiliado” estadounidense de la O9A, Tempel ov Blood, el nexón en Carolina del Sur dirigido por Joshua Caleb Sutter, quien, desde su condena por comprar un arma de fuego de un agente del FBI en 2003, ha sido informante del Gobierno.

A pesar de su trabajo difundiendo el mensaje de la O9A, Sutter ha ganado hasta seis cifras por su ayuda atrapando extremistas de derecha en los EE. UU., incluida la División Atomwaffen. Después de su arresto, Sutter comenzó a explorar ideologías marginales en los extremos del espectro, volvió a una casa de sus padres en Carolina del Sur, y se involucró en una extraña organización norcoreana llamada Grupo Estadounidense para el Estudio de la Política del Songun. Sutter se convirtió en el principal predicador antes de mudarse al esoterismo hindú con una mujer llamada Jillia Hoy, con quien se casó.

A través de su editorial, Martinet Press, que cofundó con Hoy, Sutter es uno de los propagandistas más prolíficos de la Orden de los Nueve Ángulos. Al usarlo como un informante pago mientras seguía administrando su nexón, Tempel ov Blood, y su editorial, el FBI ha financiado una de las ideologías más extremas, perversas y letales que hayan surgido del renacimiento neofascista impulsado por el Internet de comienzos del siglo XXI. Sutter no respondió a las preguntas de Rolling Stone.

“Es estremecedor”, comenta Lowles de Hope Not Hate, quien se dio cuenta de las similitudes entre Sutter y David Myatt en cuanto a su uso de grupos militares agresivos de la extrema derecha para el beneficio de las creencias de la O9A; Combat 18 en el caso de Myatt, y la División Atomwaffen en el de Sutter. Myatt ha dicho que renunció al extremismo en 2013, aunque varios investigadores de la O9A no creen en su cambión de opinión. Lowles afirma que al darle trabajo a Sutter, distribuidor y autor de libros que no solo promueven el terrorismo, sino la pedofilia, sacrificios humanos y abuso a menores, el FBI le dio mucho espacio a su informante e inocentes pagaron el error.

“En el siglo XXI, la gente ya no lee Los diarios de Turner, sino Iron Gates y Liber 333”, dice Lowles respecto a los libros de Tempel ov Blood publicados por Sutter. En la primera escena de Iron Gates una turba potsapocaplíptica desesperada mata y devora a un niño, como un escalofriante ejemplo de este tipo de satanismo. Bluebird habla sobre la pedofilia y violaciones, no son palabras ligeras, y niños de hasta 14 años han sido acosados por seguidores del Tempel ov Blood, quienes han sido condenados por sus delitos, incluidos abuso sexual a menores.

Si bien, al leer esos textos, la mayoría pensaría que están “locos de remate”, Lowles dice que existe un riesgo de que personas muy perturbadas se tomen estos mensajes muy en serio. “Entre más promuevan su propaganda, alguien más vulnerable, enojado o con una enfermedad mental dirá: ‘Yo lo haré’”.

Lowles ha rastreado la participación de Sutter en la O9A y la comunicación directa que tuvo con Myatt desde el 2004, cuando Sutter comenzó a trabajar como un informante confidencial del FBI. La fecha de ese primer contacto y la trayectoria posterior de Sutter, plantean una nueva serie de preguntas: “¿Cuál era el interés –si es que había alguno– del FBI en asuntos satánicos? ¿Realmente estaba interesado Sutter en esta ideología y le permitieron continuar involucrado mientras espiara lo que consideraban amenazas reales?”.

El periodista independiente Nate Thayer reveló conversaciones entre Sutter y otro satanista en las que el primero se refería a sí mismo como “Maestro del Templo” y a su esposa Hoy como “Amante de la Sangre”, y describió su intención de radicalizar seguidores a través de la continua exposición a material y textos espeluznantes, hasta desensibilizarlos. Es el equivalente de crear artefactos explosivos improvisados humanos: personas programadas para la violencia y lo suficientemente desconectadas de la moral como para no tener ningún remordimiento en cuanto al abuso, la tortura, la pedofilia o cualquiera de las otras prácticas descritas en los libros de Tempel ov Blood.

“En muchos aspectos, este Templo es un experimento de programación social”, escribió Sutter. “Si bien sí creamos fanáticos, debemos hacer que los comentarios de los partidarios ‘falsos’ lo hagan ver como que todo es su voluntad y es bueno para ellos servir al ToB. Tiene que ser sutil, porque en las últimas etapas ya se vuelve más evidente, pero para ese momento es demasiado tarde para cambiar de opinión. Se han alejado tanto de la humanidad que, jaja, incluso si intentan regresar causarán muchos problemas”.

En los años que siguieron, Sutter utilizó su editorial para difundir el mensaje de la O9A y del Tempel ov Blood en las esquinas remotas del ocultismo y el extremismo. Eventualmente esto lo llevó a convertirse en miembro de la División Atomwaffen bajo el alias de “swissdiscipline”. En 2017, lo contactó un joven tejano encantado con el black metal nacionalsocialista, Siege, Charles Manson y la Orden de los Nueve Ángulos. Según un exmiembro de Attomwaffen, que prefiere mantener su identidad anónima, Denton sabía de la reputación de Sutter en el ocultismo por ToB y lo invitó a unirse al grupo terrorista.

Durante el juicio del miembro de Atomwaffen Kaleb Cole, en septiembre de 2021, Sutter testificó que bajo la supervisión de su superior del FBI, el agente especial Bill Moser de la oficina de Carolina del Sur, se unió al grupo militante clandestino. Sutter participó en al menos dos entrenamientos del “Hate Camp” del grupo, cerca del Monte Rainier de Washington y el Valle de la Muerte en Nevada en agosto de 2017 y principios de 2018, respectivamente. En estos entrenamientos, los militantes de la División Atomwaffen marcharon por los bosques del noroeste y el desierto de Nevada, grabaron propagandas, dispararon rifles y se emborracharon mientras discutían la próxima guerra racial y la oscura teoría nazi hasta altas horas de la noche. En Nevada, Sutter, Cole y otros dos miembros de la División Atomwaffen se tomaron fotos afuera del burdel Alien Cathouse haciendo el saludo Sieg heil!

En 2019, Sutter también asistió al “Congreso Nuclear” de Atomwaffen en Las Vegas con varios miembros de alto rango y James Mason, el autor de Siege, quien instó la creación de un nuevo régimen fascista a través de asesinatos, pequeños ataques terroristas y una guerra implacable contra el Gobierno. Sutter continuó siendo un hombre libre cuando la policía arrestó a sus compañeros neonazis en 2019 y 2020, durante una serie de arrestos y procesamientos a nivel nacional que culminó con una redada en una casa de Texas donde arrestaron a Denton, Cole y otros dos miembros de la División Atomwaffen.

De acuerdo con un exmiembro de Atomwaffen, Sutter iba seguido a una casa en Conroe para presentar a agentes encubiertos del FBI al círculo interno de Atomwaffen. Había pocos muebles en la casa, banderas nazis en las paredes y aparatos electrónicos cubriendo las mesas plegables; allí Sutter se quedaba hablando hasta tarde con Denton y Cole sobre seguridad operacional y un complot para engañar a los periodistas que el grupo sentía los había difamado.

La influencia de Sutter en la División Atomwaffen fue obvia al poco tiempo de entrar: Denton y Cole habían asumido el liderazgo del grupo gracias a que su fundador (Brandon Rusell) estaba encarcelado por posesión de explosivos. Los títulos de la editorial Martinet Press se volvieron lectura obligatoria para los nuevos reclutas.

“Actuó por debajo de cuerda, a través de otros, impulsando las creencias de la O9A y libros como Iron Gates”, afirma el exmiembro de Attomwaffen que dejó el grupo hace años y renunció a sus viejas creencias. A finales de 2017, la propaganda de Atomwaffen comenzó a presentar fotos más graficas de tortura, y Charles Manson se volvió esencial para su imagen. Sin embargo, la introducción de creencias y textos satánicos generó discordia, particularmente entre los miembros de Atomwaffen que tenían perspectivas nacionalsocialistas o cristianas más tradicionales. “A medida que comenzaron a promover el ocultismo y todo lo de Manson, muchas personas se retiraron porque ya les pareció demasiado”, explica.

El trabajo de Sutter para el FBI fue significativo y sustentó las acusaciones de 2020 que diezmaron la División Atomwaffen. Mientras Denton y varios otros se declararon culpables, Cole se declaró inocente de los cargos de conspiración por engañar a varios reporteros y fue a juicio. En agosto del año pasado, los abogados de Cole presentaron una moción para eliminar las pruebas del registro de la casa de Atomwaffen en Conroe, alegando que Sutter era un soplón del FBI y lo había sido desde el 2004. “El informante es un delincuente convicto y actualmente posee y opera una editorial que distribuye escritos de supremacía blanca”, se lee en la moción del 13 de agosto de 2021. “Sutter comenzó su larga carrera como informante profesional a cambio de consideración en su sentencia por posesión de un arma de fuego con número de serie borrado y silenciador no registrado, y ha continuado trabajando remunerado”.

A pesar de las acusaciones por trabajar con las fuerzas del orden, en el momento Sutter mantuvo cierto prestigio dentro de la extrema derecha, en parte gracias a que Tempel ov Blood y Martinet Press producían literatura gráfica y ultraviolenta, popular entre los más extremistas.

Aun así, las acusaciones en su contra tenían fundamento: los abogados defensores de Cole basaron su presentación en material revelado por los fiscales de Seattle. Pero, los abogados del Gobierno avalaron la confiabilidad de Sutter: “El hecho de que el FBI decidiera seguir pagando al informante durante tantos años refleja que consideraba su información confiable”, escribió el fiscal auxiliar Thomas Wood en un documento en agosto del año pasado.

RESIDENT EVIL: DONDE EL FASCISMO Y EL SATANISMO SE ENCUENTRAN De arriba abajo: parafernalia de la Orden de los Nueve Ángulos presentada en el caso de Melzer; Sutter (extrema derecha) con miembros de la División Atomwaffen.
DEPARTAMENTO DE JUSTICIA DE LOS ESTADOS UNIDOS.

Aunque la táctica para conseguir evidencia en contra de Cole falló y fue sentenciado a siete años de prisión después de ser condenado en enero, se convirtió en un gran problema para el FBI. En el testimonio de Sutter ante el tribunal, afirmó que su profesión era “editor”, refiriéndose a Martinet Press, su editorial de ocultismo.

El FBI se negó a responder las preguntas de Rolling Stone sobre el rol de Sutter como informante pago, el de la editorial al difundir la ideología de O9A, o de si han sido contactados por autoridades extranjeras con respecto a Sutter o el Tempel ov Blood. El principal superior de Sutter, el agente especial Moser, tampoco respondió nuestra solicitud de comentarios.

Varios soplones del FBI han sido investigados por cometer delitos mientras trabajan como informantes del Gobierno. Como por ejemplo Whitey Bulger y Stephen Flemmi, gánsteres de Boston que cometieron más de una docena de asesinatos mientras estaban en la nómina federal. Roy Frankhouser, un viejo neonazi y extremista de derecha, fue contratado como informante del FBI para dar información sobre nacionalistas afro y militantes de izquierda en los 70. Mike German, un exagente del FBI que pasó años infiltrándose en grupos de supremacía blanca en los 90, señala el caso de Bulger y los años de proselitismo satanista de Sutter como ejemplos de la “horripilante y mala administración” por parte de la principal agencia de aplicación de la ley del país.

“Los informantes secretos han sido mal manejados por décadas, es un proyecto peligroso. Pienso en que voy a salir y encontrarme con personas con conocimiento de primera mano en actividades delictivas, y en que, en la medida en que cooperan conmigo, es porque están traicionando a nuestros colegas”, le dice German a Rolling Stone. “El FBI siempre se equivoca al ignorar los crímenes que están cometiendo sus informantes”.

German también señala la relación del FBI con el líder del grupo Proud Boys, Enrique Tarrio, quien actualmente enfrenta cargos por el asalto al Capitolio del 6 de enero (se declaró inocente), y con el locutor de emisoras de derecha Hal Turner a comienzos de los 2000 (otro propagandista como Sutter), cuyo papel como informante pago surgió durante un juicio. “Originalmente pensaron que la idea de contratar a un propagandista que aceptara no volver a cometer crímenes era interesante”, comenta German sobre la justificación del FBI. Las reglas les prohíben a los agentes arrestar a informantes que estén participando en delitos violentos, y los propagandistas suelen conectarse con extremistas de ideas afines sin “ensuciarse las manos”. Sin embargo, como el agente dice, eso mismo puede ser peligroso: “A medida en que este tipo envía la ideología al éter para que todos la absorban, ¿cuántos otros la están siguiendo y actuando en consecuencia?”.

Durante abril y mayo de 2020, los supuestos planes del soldado Melzer para fragmentar su propia unidad siguieron evolucionando. Se alejó del canal RapeWaffen y creó uno propio y más pequeño llamado “Op Hardrock” con varios supuestos coconspiradores; el administrador del canal RapeWaffen, quien decía ser un exparacaidista canadiense, pero en realidad era un adolescente con varios problemas mentales; otra persona que dijo ser un turco afiliado a la organización ultranacionalista Grey Wolves; y un estadounidense que se hizo pasar por un seguidor de la O9A y en realidad era un informante del FBI.

En documentos judiciales, los fiscales alegaron que a finales de mayo de 2020 Melzer y el infiltrado del FBI discutieron el ataque. “¿Qué te hace creer que te puedes salir con la tuya al joder con el Ejército estadounidense?”, preguntó el informante. Melzer dijo que mantenía una apariencia normal y neutra dentro de su unidad y que había suficiente actividad islámica en la región para darle una coartada lógica ante cualquier potencial ataque en el que pudiera estar involucrado. El informante también le preguntó a Melzer por qué borró viejos mensajes; “Lo hiciste porque es traición”, contestó el infiltrado del FBI, y el joven escribió un “Kek”, jerga de burla entre jugadores de videojuegos que adoptó la extrema derecha.

Por su parte, Joshua Sutter no ha enfrentado ninguna consecuencia por difundir el dogma de la Orden de los Nueve Ángulos, Martinet Press continua publicando y distribuyendo libros, y su sitio web sigue vigente. Sin embargo, su reputación en varios círculos de la extrema derecha ya está muy dañada. Lo que queda de la División Atomwaffen ha escrito una serie de diatribas en contra de él y lo que perciben como una trampa del FBI. Sutter tampoco declaró nada de los 140 mil dólares que ganó como informante, ni por los cuatro mil dólares en gastos de viaje que le entregó el FBI. Aparentemente, a los satanistas no les importa mucho el asunto de los impuestos.